Calesita

domingo, 29 de abril de 2018

Manual para un santón


Para el dialéctico Bergoglio, la dinámica se enfrenta en todo momento con la estática. Esta concepción aparece nítida en su manual para llegar a ser un gran santón. Lo que se mueve es santo, lo que no se mueve es pelagiano o gnóstico.
Toda dádiva preciosa y todo don perfecto de arriba viene, como que desciende del Padre de las luces, en quien no cabe mudanza, ni sombra de variación. (Santiago 1,17)
CUANDO DIOS ES ESTÁTICO. – Dios no es dinámico, pues solo los seres finitos necesitan moverse, y se mueven para cubrir las necesidades que les produce su finitud.
El ser finito es un esclavo del movimiento y todo movimiento es señal de finitud, imperfección, necesidad.
El ser humano regenerado por la Gracia comienza a liberarse de la esclavitud del movimiento, por consiguiente, se metamorfosea del movimiento hacia la quietud divina.
Los santos son aquellos que notamos con menor cantidad de movimiento pues han alcanzado cierto grado de perfección, y dicha perfección detiene en parte el movimiento.
Procede un camino al inversa el santón que propone mayor movimiento para alcanzar dicha perfección.
ACCIÓN Y MOVIMIENTO. – Dentro del orden natural se puede distinguir la acción del movimiento. La acción se ejecuta por una voluntad determinada hacia un mismo fin, mientras que el movimiento adolece de voluntad y se ejecuta mecánicamente.
Cuando leemos en el Apocalipsis: Yo soy el alfa (α) y la omega (ω), el principio y el fin. (Ap. 21,6), notamos que señala el rumbo tanto de la acción como del movimiento. Movimiento que transita los seis días de la creación para llegar al sábado de la quietud divina.
Esta expresión la hallamos tres veces. La primera al inicio del libro: Yo soy el alfa (α) y la omega (ω), – dice el Señor Dios; – el que es, el que era, el que viene, el todopoderoso. (1,8) Aquí indica el movimiento de la economía divina, donde se manifiesta con la zarza ardiente: es, era, o el verbo ser hebreo manifestado en el impronunciable tetragramma YHWH.
La última la hallamos al final del escrito, la cual resume todo el movimiento de la Iglesia hacia el sábado de la quietud y gloria:
Yo soy el alfa (α) y la omega (ω), el primero y el último, el principio y el fin. (22,13)
EL CAMINO. – Existen dos movimientos en el católico, uno hacia adentro, es el movimiento espiritual y otro hacia afuera hacia el prójimo. Ambos movimientos son un mismo movimiento: Desde el alfa y hacia la ω.
En las Sagradas Escrituras se identifican con el Camino, yo soy el Camino, la verdad y la vida. (Juan 14,6)
Pero no existe un único camino, sino varios, de acuerdo a la misión de cada uno:
Justos y verdaderos tus caminos, Rey de las naciones. (15,3)
MOVIMIENTO ÚNICO. – A pesar de que distinguimos intelectualmente dos movimientos, uno hacia Dios y otro hacia el prójimo, ambos forman un mismo Camino real.
El movimiento hacia Dios es el mismo movimiento que se produce hacia el prójimo.
Dividir los dos movimientos, en dos caminos distintos, significa caer en dos tentaciones del demonio que busca cambiar este movimiento. Estas son:
1. La Fe sin las obras.
Separar la Fe del prójimo, es lo que hallamos en el juicio final del evangelio de Mateo, a quien Bergoglio llama protocolo. Es la Fe de los iconoclastas protestantes que desencajan la Fe de las obras. Pecca fortiter sed crede fortius, decía Lutero, como si la Fe que no es otra cosa que un vestido, lograra tapar el pecado. De aquí que los iconoclastas protestantes se mueven con un palabrerío hueco, criticado ya en los inicios de la Iglesia por Santiago, quien escribía:
Muéstrame tu fe sin obras, que yo te mostraré mi fe por las obras. (2,18)
2. Las obras sin la Fe.
Separar el prójimo de la Fe. Es el caritativismo o misericordismo. Es el protocolo bergogliano, impulsado en “Gaudete et exsultate”.
En este contexto el dogma es una rigidez y para beneficiar al prójimo en una determinada situación compleja, se modifica el dogma.
Es la pastoralista praxis argentina, la cual cree que la doctrina no tiene peso alguno en las acciones de caridad.
En síntesis, son las obras sin la Fe. De acuerdo al protocolo bergogliano. Según esta concepción, todo el que practica las obras materiales de misericordia está incluido en el poliedro salvífico, el cual es un cambio de paradigma, que incluye doctrinas de todo tipo, hasta las que se sienten enemigas, pues la “unidad es superior al conflicto”.
LAS OBRAS DE MISERICORDIA. – Este misericordismo, para aplicarse debe destruir las obras espirituales de misericordia, pues se enfrentan en su praxis.
Para quienes nunca se les enseñó esto, las obras de misericordia son catorce. Siete corporales y siete espirituales. Así lo explica del catecismo de San Pío X:
Las principales obras de misericordia corporales son:
1.ª Visitar y cuidar a los enfermos.
2.ª Dar de comer al hambriento.
3.ª Dar de beber al sediento.
4.ª Dar posada al peregrino..
5.ª Vestir al desnudo.
6.ª Redimir al cautivo; y
7.ª Enterrar a los muertos.
Las principales obras de misericordia espirituales son:
1.ª Enseñar al qué no sabe.
2.ª Dar buen consejo al que lo necesita.
3.ª Corregir al que yerra.
4.ª Perdonar las injurias.
5.ª Consolar al triste.
6.ª Sufrir con paciencia los defectos del prójimo; y
7.ª Rogar a Dios por los vivos y difuntos.
PROTOCOLO BERGOGLIANO. – Cuando vemos que no se responde a las dudas de los altos prelados, cuando vemos que se impone un feroz régimen de control apto para reprimir toda iniciativa no aceptada, cuando se vigila las acciones del prójimo y se lo considera un enemigo potencial, cuando acontece esto vemos que no se siguen las obras espirituales de misericordia.
No se puede besar los pies de un musulmán sin corregir al que yerra, peor aún, de este modo se lo confirma en el error.
El accionismo caritativo, basado exclusivamente en las obras corporales de misericordia y que calla o desprecia las obras espirituales de misericordia nunca fue señal de santidad, ni de santificación, sino de alta hipocresía. De allí que Bergoglio haya escrito un hermoso manual para el santón.
Es una actitud de neto corte protestante cuando vemos un caritativismo corporal que no comulga con un carácter bien estructurado, el cual da señales externas de un rencor despiadado. De este modo el misericordismo corporal solo es una capa que cubre la miseria interior.
APELACIÓN FINAL. – Cardenales, ya que nos trajeron este “papa”, ¿qué esperan para deponer este santón?



jueves, 26 de abril de 2018

Asesinos, no hay otras palabras



Esta es la mejor imagen de “la gran civilización actual”. Este es el gran icono del estado ateo. Un estado liberal apto para la muerte. Su libertad fue siempre una roja guillotina. Si ayer guillotinaban la nobleza, hoy guillotinan con el aborto, y en estas horas guillotinan a Alfie.
Para quienes no estén interiorizados del tema, ruego leer este sitio.
Tomo el texto de Riccardo Caccioli traducido por José Arturo Quarracino, de este enlace.
Asesinos. Sólo son asesinos. No hay otro modo de definirlos. Médicos, jueces, políticos y también eclesiásticos. Son todos asesinos.
Asesinos. Son solamente asesinos. No hay otro modo de definirlos. Médicos, jueces, políticos y también eclesiásticos. Son todos asesinos. El que ha visto lo que ha sucedido ayer, con Alfie que sigue respirando a pesar de que le han quitado el ventilador, y también antes con su movimiento de los ojos y reaccionando a los estímulos que le llegaban desde el entorno, no puede escapar a esta evidencia: se quiere matar a un niño claramente vivo. Es desagradablemente grave y cierto. Es cierto que casi seguramente sin esperanza de curarse o mejorar significativamente. Pero está vivo. Una persona cuya vida es sagrada. Y lo quiere matar. Los hombres quieren tomar para sí lo que es de Dios. Un niño que sólo tiene necesidad de sentir todavía el amor en torno a sí, el amor que sus padres no han dejado nunca de darle. Un amor que él mismo contribuyó a generar con su presencia.
Con Alfie quieren quitar un trozo de amor de este mundo. Con Alfie quieren matar también la esperanza, esa esperanza que también muchos hombres de Iglesia – comenzando por Inglaterra – parecen no tener más desde hace tiempo.
Pero el amor que Alfie, ayudado por sus indomables progenitores Tom y Kate, ha sabido hacer renacer en los corazones de millones de personas no se perderá. A pesar que las tinieblas busquen tomar la delantera, la Luz está allí, más resplandeciente que nunca. Para el que quiere verla y seguirla.
Publicado originalmente en italiano el 25 de abril de 2018, en: lanuovabq.it/it/assassini-non-c…

sábado, 21 de abril de 2018

Mis dubia sobre Gaudete et exsultate



Cada vez que me siento a leer el Gaudete et exsultate, me surge un torbellino en la mente. No consigo Paz. A cada párrafo escucho un lenguaje desconocido y ambiguo. Me vienen a la mente las homilías huecas de la clerecía argentina, clerecía poco formada en la dogmática y toda volcada a un pastoralismo del que nos dicen el cómo, pero no entendemos plenamente el por qué ni el para qué.
Por lo tanto, a este vulgar clérigo argentino, uno más del montón, erigido en “santo padre”, le presento humildemente mis dudas. Lo hago tranquilo, pues sé perfectamente que por higiene mental no los leerá. Además, ¿quién soy yo para presentar dudas?
MIS DUBIA
Para Bergoglio todo se mueve. Todo es dinámico. Odia la estática. Por lo tanto mi planteo es dialéctico, no porque sea así, sino porque trato de ponerme en su mente.
1. En la dialéctica del silencio.
Planteo:
Al silencio no se lo debe amar porque no es sano; pero resulta que es necesario y es el medio para discernir, y no se lo puede prescindir.
Textos de Gaudete et exsultate confirmando esta tesis:
No es sano amar el silencio y rehuir el encuentro con el otro, desear el descanso y rechazar la actividad, buscar la oración y menospreciar el servicio.(26)
No obstante, para que esto sea posible, también son necesarios algunos momentos solo para Dios, en soledad con él. ... «todos tenemos necesidad de este silencio penetrado de presencia adorada».(J.P.II) La oración confiada es una reacción del corazón que se abre a Dios frente a frente, donde se hacen callar todos los rumores para escuchar la suave voz del Señor que resuena en el silencio. (149)
En ese silencio es posible discernir, a la luz del Espíritu, los caminos de santidad que el Señor nos propone.(150)
...no es posible prescindir del silencio de la oración detenida para percibir mejor ese lenguaje,...
Mis dubia:
a. Esto lo escribió un jesuita que fue maestro de novicios, ergo conoce la división religiosa entre vida activa y vida pasiva. ¿Con el punto 26, se borran los monasterios de todo tipo?
¿Sí o no?
b. El “santo padre” ex maestro de novicios, ¿es capaz de distinguir la vida religiosa activa de la pasiva?
¿Sí o no?
c. ¿O más bien hace de la vida activa la única posible?
¿Sí o no?
d. ¿Cómo es que no es sano este silencio si es necesario y del cual no podemos prescindir? ¿En qué quedamos, es sano?
¿Sí o no?
e. En definitiva, ¿debemos amar este silencio por sano y necesario?
¿Sí o no?
2. En la dialéctica de la perfección evangélica.
No todo lo que dice un santo es plenamente fiel al Evangelio, no todo lo que hace es auténtico o perfecto.(22)
Mis dubia:
a. Si todo lo que dice un santo no es plenamente fiel al evangelio, ¿debemos leer sus escritos?
¿Sí o no?
b. Si todo lo que hace un santo no es plenamente fiel al evangelio, ¿debemos leer sus biografías?
¿Sí o no?
c. ¿En qué quedamos, el santo es un modelo personal de vida evangélica?
¿Sí o no?
3. En la dialéctica de los escritos ascéticos y místicos.
Tesis:
Gracias a Dios, a lo largo de la historia de la Iglesia quedó muy claro que lo que mide la perfección de las personas es su grado de caridad, no la cantidad de datos y conocimientos que acumulen. (37)
Mi dubium:
Con esto, ¿quemamos la Imitación de Cristo, los escritos de los santos sobre como subir por la Gracia, la Escala de Jacob por medio de la ascética y la mística? ¿Tiramos a la basura los escritos de San Juan de la Cruz?
¿Sí o no?
4. En la dialéctica de los evangelios.
Planteo:
Aquí se confrontan dos evangelios, donde uno parece contradecir al otro:
Por tal razón, en el evangelio de Lucas ya no escuchamos el «sed perfectos» (Mt 5,48) sino «sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará» (6,36-38). Y luego Lucas agrega algo que no deberíamos ignorar: «Con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros» (6,38).(81)
Mis dubia:
a. ¿Lucas contradice silenciosamente a Mateo en este tema?
¿Sí o no?
b. Y si no lo contradice no es válido el ser perfecto?
¿Sí o no?
5. En la dialéctica de la unidad y el conflicto.
Planteo: ¿Qué es la Paz?
Los pacíficos son fuente de paz, construyen paz y amistad social. A esos que se ocupan de sembrar paz en todas partes, Jesús les hace una promesa hermosa: «Ellos serán llamados hijos de Dios» (Mt 5,9). Él pedía a los discípulos que cuando llegaran a un hogar dijeran: «Paz a esta casa» (Lc 10,5). La Palabra de Dios exhorta a cada creyente para que busque la paz junto con todos (cf. 2 Tm 2,22), porque «el fruto de la justicia se siembra en la paz para quienes trabajan por la paz» (St 3,18). Y si en alguna ocasión en nuestra comunidad tenemos dudas acerca de lo que hay que hacer, «procuremos lo que favorece la paz» (Rm 14,19) porque la unidad es superior al conflicto. (88)
...«aceptar sufrir el conflicto, resolverlo y transformarlo en el eslabón de un nuevo proceso». Se trata de ser artesanos de la paz, porque construir la paz es un arte que requiere serenidad, creatividad, sensibilidad y destreza.
Mis dubia:
a. En resumen, ¿la paz católica es tan solo una superioridad de la unidad contra el conflicto?
¿Sí o no?
b. ¿Si Jesucristo es nuestra Paz (Cfr. Ef. 2,14) la Paz es tan solo un arte?
¿Sí o no?
6. En la dialéctica del éxtasis.
Tesis:
Por lo tanto, ser santos no significa blanquear los ojos en un supuesto éxtasis.(96)
Planteo:
Si el éxtasis es supuesto, el que blanquea los ojos miente. En el éxtasis auténtico, se ha comprobado que los ojos quedan claros.
Mi dubium:
¿Los santos que recibieron como don del Espíritu el éxtasis, mentían?
¿Sí o no?
7. En la dialéctica de la sorpresa.
Dentro del gran marco de la santidad que nos proponen las bienaventuranzas y Mateo 25,31-46, quisiera recoger algunas notas o expresiones espirituales que, a mi juicio, no deben faltar para entender el estilo de vida al que el Señor nos llama. (110)
En todo caso, dejemos que el Espíritu Santo nos haga contemplar la historia en la clave de Jesús resucitado. De ese modo la Iglesia, en lugar de estancarse, podrá seguir adelante acogiendo las sorpresas del Señor. (139)
Mis dubia:
a. ¿Existe un solo estilo de vida definido en toda la Iglesia al que nos llama el Señor?
¿Sí o no?
b. Este estilo de vida definido, ¿cómo es sorpresa si ya lo conocemos?
***
No deseo cansar al lector con más dubia que me surgen a granel. Con estos se pueden dar cuenta la incapacidad manifiesta, no de Bergoglio, sino de toda la clerecía argentina, con Tucho y Ojea a la cabeza.
Tan solo saquemos una conclusión. Este escrito bergogliano, es una cortina de humo para distraer y tapar el sitio que sufre Bergoglio en Santa Marta.
La doctrina católica, es un gigantesco equilibrio, pues refleja el equilibrio divino. Bergoglio en este sentido es un desequilibrado. Apelo a los pocos cardenales sabios que pueda haber: Ya que nos trajeron esta calamidad, ¿qué esperan para deponer este desequilibrado?



martes, 17 de abril de 2018

El pequeño detalle




Recordemos cómo Jesús invitaba a sus discípulos a prestar atención a los detalles. El pequeño detalle de que se estaba acabando el vino en una fiesta. El pequeño detalle de que faltaba una oveja. El pequeño detalle de la viuda que ofreció sus dos moneditas. El pequeño detalle de tener aceite de repuesto para las lámparas por si el novio se demora. El pequeño detalle de pedir a sus discípulos que vieran cuántos panes tenían. El pequeño detalle de tener un fueguito preparado y un pescado en la parrilla mientras esperaba a los discípulos de madrugada. (Gaudete et exsultate. 144)
El pequeño detalle de no arrodillarse ante el Santísimo Sacramento.

El pequeño detalle de arrodillarse ante los pastores pentecostales.

El pequeño detalle de reivindicar al monje rebelde Lutero.

El pequeño detalle de una simple nota en los Amores de Leticia.

El pequeño detalle de una pintura gnóstica en el Vaticano.

El pequeño detalle de no responder los dubia.
El pequeño detalle de ignorar las acusaciones de herejía en su contra.
El pequeño detalle de mandar decir que el infierno no existe.
El pequeño detalle que demuele las órdenes tradicionales, resurgidas con vigor dentro de la Iglesia.
Un “papado” hecho todo... de pequeños detalles...



sábado, 14 de abril de 2018

Gaudete et insultate



Bergoglio fue acusado de hereje, por sus dichos y por sus actitudes. Este es el eje central de la disputa entre la Revolución Vaticana y el resto de la catolicidad. Por aquí pasa todo. 
Ante la acusación de herejía, Bergoglio tenía tres opciones:
a. Reconocer el error y corregir su actitud.
b. Defenderse abiertamente de la acusación y demostrar que no es así. Una actitud de neta parresia, como él dice.
c. Hacerse el tonto y tachar luego a los acusadores de pecadores impenitentes.
¿Qué hizo “el santo padre”?
Desechó la opción primera. ¿Cómo “un santo padre” encarnación del Espíritu puede reconocer su error y cambiar su actitud herética? Bergoglio se mantiene como un jesuita terco en sus propias opiniones, a veces ciertas, a veces heréticas, pues dice en su Gaudete et exsultate:
Por la misma razón, en Evangelii gaudium quise concluir con una espiritualidad de la misión, en Laudato si’ con una espiritualidad ecológica y en Amoris laetitia con una espiritualidad de la vida familiar. (28)
Para la segunda opción se necesita saber dialogar. Esta actitud es imposible en él. Es un jesuita ignorante, ignorante por dialéctico, e incapaz de salir al ruedo y confundir al adversario. Bergoglio no dialoga, solo sabe imponer.
Por consiguiente de las tres, empleó la tercera, es la que usan todos los clérigos, pues parece que todos fueron formados con el mismo molde, sobretodo los jesuitas.
¿Cómo actúan?
Primero se hacen los que no saben nada. ¿Qué pasó? ¿Cómo fue? Es la típica actitud clerical de un primer momento, es para ganar tiempo.
Luego rumian lentamente la respuesta y por último, la arrojan al fiel en general con toda saña, la que ahora llaman misericordia: es en este caso el Gaudete et exsultate.
El juego es claro. Bergoglio es acusado de hereje, y él les responde: Lo que pasa es que ustedes no caminan por la santidad; en definitiva, ustedes son unos pecadores, ¿de qué herejía me pueden acusar si ustedes son los herejes? El caso es que ustedes son unos gnósticos, pelagianos o semipelagianos, tal como afirma en 35:
En este marco, quiero llamar la atención acerca de dos falsificaciones de la santidad que podrían desviarnos del camino: el gnosticismo y el pelagianismo. Son dos herejías que surgieron en los primeros siglos cristianos, pero que siguen teniendo alarmante actualidad.
Como Bergoglio discerniendo nunca acierta, se hace necesario aclarar algo:
1. El gnosticismo más que una herejía es una actitud, mediante la cual con el conocimiento se llega a elevar al hombre. Los libros de autoayuda, o las novelas modernas como Juan Salvador Gaviota o La armadura oxidada, son gnósticas. El católico se defiende del gnosticismo aferrándose a la doctrina de Jesucristo. Todo aquel que contradice la doctrina católica está en una actitud gnóstica. Gnóstico es Kasper y el clero alemán que sigue la escuela de Tubinga; gnósticos son los jesuitas de vanguardia como Teilhard de Chardin, Spadaro y “Bigotito” Abascal. Gnósticos son los pentecostales amigos de Bergoglio. Gnóstico es Bergoglio cuando eleva el discernimiento a la categoría suprema del pensamiento, y esto es lo realmente alarmante.
2. El pelagianismo es también una actitud mental, basada en una realidad inexistente. La naturaleza humana ha sido dañada por el pecado original, de allí su incapacidad para elevarse en la Escala de Jacob, que va del suelo hacia el cielo. Pero para remediar este daño al católico, corre en su auxilio la Gracia de Dios. El pelagiano malinterpreta las cosas, y piensa que si sube por la Escala de Jacob, es por fuerza propia. En cambio para Bergoglio es otra cosa:
48. Porque el poder que los gnósticos atribuían a la inteligencia, algunos comenzaron a atribuírselo a la voluntad humana, al esfuerzo personal. Así surgieron los pelagianos y los semipelagianos. Ya no era la inteligencia lo que ocupaba el lugar del misterio y de la gracia, sino la voluntad. Se olvidaba que «todo depende no del querer o del correr, sino de la misericordia de Dios» (Rm 9,16) y que «él nos amó primero» (1 Jn 4,19).
El error de Bergoglio es cambiar la Gracia de Dios por la misericordia. Un combatiente como el católico requiere armas apropiadas para el combate, son las armas que enuncia San Pablo en la Carta a los Efesios (6, 13-18).
La Gracia de Dios implica una actitud activa y de pleno combate contra las fuerzas ocultas del mal y de su jefe supremo, Lucifer. Es la actitud católica.
En cambio la misericordia es una actitud pasiva, donde la persona no combate, pues sabe que si lo hace es siempre derrotada. Esta actitud pasiva es la protestante, donde lo hallamos en su escrito:
No todo lo que dice un santo es plenamente fiel al Evangelio, no todo lo que hace es auténtico o perfecto. (22)
Aun cuando la existencia de alguien haya sido un desastre, aun cuando lo veamos destruido por los vicios o las adicciones, Dios está en su vida. (42)
Esta monumental obra bergogliana, puede ser la frutilla del postre de todos sus prejuicios personales:
41. Cuando alguien tiene respuestas a todas las preguntas, demuestra que no está en un sano camino y es posible que sea un falso profeta, que usa la religión en beneficio propio, al servicio de sus elucubraciones psicológicas y mentales.
49. Los que responden a esta mentalidad pelagiana o semipelagiana, aunque hablen de la gracia de Dios con discursos edulcorados «en el fondo solo confían en sus propias fuerzas y se sienten superiores a otros por cumplir determinadas normas o por ser inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico». Cuando algunos de ellos se dirigen a los débiles diciéndoles que todo se puede con la gracia de Dios, en el fondo suelen transmitir la idea de que todo se puede con la voluntad humana, como si ella fuera algo puro, perfecto, omnipotente, a lo que se añade la gracia. Se pretende ignorar que «no todos pueden todo», y que en esta vida las fragilidades humanas no son sanadas completa y definitivamente por la gracia...
Justamente por este principio que «no todos pueden todo», es que la Gracia actúa en forma distinta en cada uno, de allí que lo perfecto no es el individuo, ni el pueblo, ni la historia bergogliana, sino el cuerpo místico de la Iglesia unido y mancomunado en la doctrina de Jesucristo que es su cabeza. 
La guerra no es una acción individual, sino una acción de conjunto. El conjunto es la Iglesia militante, purgante y gloriosa. El católico guerrea en bloque, de allí que bien armado por la Gracia ejecuta las órdenes del Padre, las cuales también se pusieron por escrito en las normas que el hereje Bergoglio desprecia.
Quienes lo acusan de traer confusión a la Iglesia, le hacen un flaco favor, porque no lo han comprendido en su plenitud. Para Bergoglio la confusión es una virtud, porque así el confuso se ve obligado a discernir:
Quien lo quiere todo claro y seguro pretende dominar la trascendencia de Dios. (41)
Como el profeta Jonás, siempre llevamos latente la tentación de huir a un lugar seguro que puede tener muchos nombres: individualismo, espiritualismo, encerramiento en pequeños mundos, dependencia, instalación, repetición de esquemas ya prefijados, dogmatismo, nostalgia, pesimismo, refugio en las normas. Tal vez nos resistimos a salir de un territorio que nos era conocido y manejable. Sin embargo, las dificultades pueden ser como la tormenta, la ballena, el gusano que secó el ricino de Jonás, o el viento y el sol que le quemaron la cabeza; y lo mismo que para él, pueden tener la función de hacernos volver a ese Dios que es ternura y que quiere llevarnos a una itinerancia constante y renovadora. (134)
Para esto Bergoglio tomó el papado, para demoler esta seguridad. El objetivo fue cumplido, ahora los que lo acusan son los gnósticos y pelagianos...
Esta discusión planteada entre Bergoglio y la Iglesia, es típica entre protestantes y católicos. Estamos en un auténtico diálogo de sordos.
El protestante dice:
Roma es corrupta.
Y el católico le responde:
Ustedes son herejes.
Solo existe una salida. Todos somos pecadores, pero no todos somos herejes. No se puede responder a una acusación de herejía con una forma de vida. Como alguien me dijo una vez, mi tío era protestante pero una excelente persona. La excelente persona no justifica la herejía, sino que la agrava. El demonio, es un ángel al fin.
Hoy se habla del Gaudete et insultate, sobre todo cuando se transcriben ciertos textos como estos:
Todavía hay cristianos que se empeñan en seguir otro camino: el de la justificación por las propias fuerzas, el de la adoración de la voluntad humana y de la propia capacidad, que se traduce en una autocomplacencia egocéntrica y elitista privada del verdadero amor. Se manifiesta en muchas actitudes aparentemente distintas: la obsesión por la ley, la fascinación por mostrar conquistas sociales y políticas, la ostentación en el cuidado de la liturgia, de la doctrina y del prestigio de la Iglesia, la vanagloria ligada a la gestión de asuntos prácticos, el embeleso por las dinámicas de autoayuda y de realización autorreferencial. En esto algunos cristianos gastan sus energías y su tiempo, en lugar de dejarse llevar por el Espíritu en el camino del amor, de apasionarse por comunicar la hermosura y la alegría del Evangelio y de buscar a los perdidos en esas inmensas multitudes sedientas de Cristo. (57)
Para subir al cielo por la Escala de Jacob, se hace necesario un director espiritual. En la exhortación no existe este término, tan solo vagamente se habla de dirección espiritual. Los sacerdotes de hoy no saben llevar una dirección espiritual. Muchos santos y santas la hallaron en su confesor. En la exhortación tampoco existe este otro término. La realidad, es que la clerecía moderna, a la que pertenece Bergoglio, renunció a confesar frecuentemente, donde antes del Vaticano II. el sacerdote poseía esta facultad. Ahora Bergoglio se erige a sí mismo en el director espiritual de toda la Iglesia en una exhortación donde se ve que no fue bien analizada, pues existen partes que se reiteran y otras que se contradicen, como el artículo 11 con el 26.
Bergoglio se propone exhortar a la santidad. ¿Cómo un hereje puede exhortar a la santidad, la cual no le corresponde? Y concluyo este ligero comentario introductivo a su última publicación, leyendo parte del punto 28:
Una tarea movida por la ansiedad, el orgullo, la necesidad de aparecer y de dominar, ciertamente no será santificadora.
Viendo el resultado de su enseñanza como director espiritual, solo me queda decir:
¡Médico, cúrate a ti mismo!



jueves, 12 de abril de 2018

Decadencia del Novus Ordo Missae


La liturgia infantilista.
Galería de Imágenes que señalan la veloz decadencia del rito del Novus Ordo Missae de Bugnini, llamado también Misal de Pablo VI, o Rito Ordinario.

Fin de la mantilla.
Aparición de instrumentos musicales prohibidos..

Innovaciones según la ocurrencia personal.


Batman lee la epístola.
Obispo de Palermo ingresa hacia el altar en bicicleta, bajo el aplauso de los "fieles".
Aparición de las monaguillas.

Danza femenina ante el obispo durante la liturgia.
Dos mujeres protestantes junto a seis obispos brasileños consagran en la Misa.

Monaguillos y monaguillas consagrando junto al sacerdote.
Estolas gay.
Lavatorio de los pies a mujeres y musulmanes en representación de los apóstoles.
Mujeres lectoras.

Alegres mujeres "ministras" manipulando las hostias.
Mujer dirigiendo la Misa
Mujer predicando
¿Asistente o diaconisa?
Payasadas
Homilía con máscara o "a cara de perro".

Toda esta abominación da como resultado...
Iglesia vacía.