Calesita

viernes, 23 de julio de 2021

Heidegger, profeta de la angustia en la caída al abismo

 

Si Kierkegaard fue el padre de la angustia, Heidegger será su hijo y el metafísico de la misma, una metafísica que raya en misticismo.

El alemán Martín Heidegger (1889-1976) como profeta de esta modernidad, nos brinda una excelente descripción, que aplicada a nuestro planteo, parece responder a nuestra pregunta inicial en la entrada anterior; donde nos preguntábamos si existía en nuestra civilización moderna algo que describiera filosóficamente la caída del pecador al mundo primordial del Génesis. Intentaremos hacer una hermenéutica de la posición de este apóstata, desde la visión católica.

Los inicios

Heidegger ingresa al nazismo y hace sus primeras armas con la fenomenología de principios del siglo XX, no sin antes iniciarse en el tomismo aristotélico dentro del seminario católico.

La mística del abismo

Así como en la vida de los místicos, algunos logran por Gracia divina alcanzar en algunos momentos, los sabores del mundo celestial; así en la vida de los que apostatan o abrazan la amartía, se alcanza por influjo demoníaco en algunos momentos, a vivir en el mundo del abismo.

El mito del Minotauro

La comparación que expongo a continuación, no pertenece a Heidegger, es un artificio personal para explicar el laberinto en el cual se ha metido el autor.

Heidegger puede compararse a Teseo deambulando dentro del laberinto en el cual se ha encerrado al Minotauro.

¿Qué es este Minotauro, un toro o un ser inteligente? ¿Dónde se encuentra al hijo del toro, y dónde al hijo de la ninfa Pasífae que lo engendró?

Si entramos en este laberinto, solo veremos al Minotauro; en los términos del alemán, solo veremos al ente (Seiend), y como todo romántico lo verá en forma subjetiva, no objetiva. Indudablemente, el Minotauro es un ser de ficción, solo puede existir en forma subjetiva. Como los entes de Heidegger.

Significa que en nuestra subjetividad romántica, siempre veremos los entes (Seiend), tras los cuales corremos como locos, y nos apegamos a ellos; del mismo modo que Pasífae corrió detrás del toro de Creta y se enamoró perdidaamente de él.

Subjetivamente no vemos en este Minotauro, el ser (Sein), es decir, un simple ser humano; porque el pobre está oculto en la otra mitad que es toro, o sea en el ente; pero se revela por el ente, es decir, por el toro. Es entonces cuando nuestro Teseo piensa que el Minotauro, es un ser que “esta-ahí”, en alemán, un Dasein.

El Ser (Sein), como el hombre, está limitado por el toro, el ente; pero el toro le revela que existe un Sein, que está oculto.

Este monstruo, es un ser inacabado, podría haber sido simplementeun toro, pero no lo es; podría haber sido un humano, pero no lo es plenamente; está encerrado en el laberinto del tiempo de su feroz existencia. Es un ser inacabado, no es toro, no es hombre, podría ser toro plenamente, pero no lo es; podría ser hombre plenamente, pero no lo es. Es un Dasein al que hay que cuidarlo, dándole de comer su plato preferido, o sea, carne humana. De allí que necesita un “cuidado”, un “Sorge”.

Solo la muerte de manos de Teseo, pude poner fin a su posibilidad, esa que nunca consigue. La muerte termina con la existencia de este Dasein, “condenado a la ausencia de un acabamiento pleno”. 1

Vayamos ahora a un mito tratado por el autor.

El mito de Cura

Por su parte para desarrollar este tema, Heidegger sigue el ejemplo de Platón, y muy a su pesar, ya que los alemanes descartan lo romano por lo griego, algo atávico en sus costumbres. Por lo tanto debe resignarse en buscar un mito de neto corte romano, pues no le queda otra fábula para apelar.

He aquí el mito de Hyginus Mythografus (ca. 180) según la Bibliotheca Augustana, o de Cayo Julio Higinio según Javier Del Hoyo y José Miguel García Ruiz quienes siguen a Suetonio y lo ubican en el imperio de Augusto.

«1. Después de atravesar Cura cierto río, divisó lodo arcilloso, lo tomó meditabunda y comenzó a modelar a un hombre. Mientras reflexionaba en su interior lo que había hecho, se presentó Júpiter. Cura le rogó que le infundiera el hálito, cosa que fácilmente consiguió de Júpiter.

2. Cuando Cura quiso imponerle su propio nombre, Júpiter no se lo permitió y dijo que había que ponerle el suyo. Mientras Cura y Júpiter discutían acerca del nombre, surgió también Tellus, y dijo que se le debía imponer el suyo, puesto que había ofrecido su propio cuerpo.

3. Tomaron a Saturno como juez. Parece que Saturno les dictó una sentencia justa:

«Puesto que tú, Júpiter, has otorgado el hálito (...) recibe el cuerpo. Puesto que Cura fue la primera en haberlo modelado, que ella lo posea mientras viva. Pero como hay controversia acerca de su nombre, que sea llamado “hombre” (Homo en latín), ya que parece haber sido formado a partir del humus». (Higinio. Fábula CCXX, páginas 290 y 291 de Ed. Gredos.)

La interpretación de Heidegger

Cura significa cuidado en latín. Los carismáticos, pueden exultar con el personaje de Cura, pues no falta quien lo interpretó como una “sanación”.

Esta sanación cruza el río, al que Heidegger le dará el nombre de Leteo, el río por el cual las almas difuntas, conseguían el olvido. Como vemos estamos en una caída.

Tellus es la tierra, para ser gráficos y concretos a nuestros tiempos, es la Pachamama que tanto ama Bergoglio, la cual le dará el cuerpo.

En el Génesis se dice que el hombre fue tomado de la arcilla, aquí se dirá que fue tomado del humus; pero ahora este polvo se mezcla con el río de la muerte, que es el río Leteo, desde el cual surgirá el velo del olvido.

Saturno es el tiempo, que indica la existencia.

Hombre se dice en latín homo, que lo hace provenir de humus, el lodo.

La interpretación se da por vía dialéctica hegeliana. La Tesis es Tellus, el lodo. La Antítesis es Júpiter, el aliento. La Síntesis es Cura o la Sanación de los carismáticos.

Saturno, el tiempo, que en definitiva es la existencia, es el que impone el nombre a este Dasein.

Este hombre, está en este mundo y con el olvido por ser tierra humedecida con el río Leteo. Lo físico le viene por el lodo, el Tellus. El aliento, le viene por la metafísica, es decir, Júpiter. La síntesis la toma de la sanación para seguir existiendo en su vida, lo cual le viene del tiempo o de Saturno. De aquí surge su obra, Ser y tiempo.

Hermenéutica de este mito

Se podría interpretar el mito en clave cristiana diciendo que Cura, es la mano divina, que impide esta destrucción y siempre la persona permanece unida, pero el ser caído, posee el aliento del padre de los demonios que es Júpiter.

Saturno es la existencia de un orden roto que busca justificarse en la confusión del abismo.

El hombre no se percata del ser, pues vive absorbido, distraído por los entes, o como decía Kierkegaard, absorbido por las cosas; y este Dasein caído que ha bebido del río Leteo no puede advertir la presencia de ese ser infinito que es Dios.

Notemos lo curioso, ¿qué es el río Leteo sino el fruto del árbol de La Ciencia del Bien y del Mal que se presenta en el Génesis? Fruto que obnubiló la ciencia infusa que poseía el ser humano. No se puede negar que estamos ante un olvido, pero un olvido del mundo celestial.

Ahora este Dasein, es un ser caído, perdido y absorbido en el mundo de los entes, por lo tanto, ¿para qué buscar el ser? ¿Y qué viene a ser este ser? ¿Acaso no busca lo que no tiene? ¿Y qué es lo que le falta al Dasein, sino a Dios mismo, a quien ha perdido o negado?

Este Ser perdido, que es la divinidad, pasa a ser la nada del ente, es el abismo que veía Kierkegaard. Esta nada siempre vive presente, tal como lo expresa:

...el ser no es ninguna propiedad del ente. Es simplemente otro respecto de todo ente, es la nada del ente. Pero esta nada está presente como el ser”. 560

...la nada es el no del ente, y así es el mismo ser experimentado a partir del ente”. 2

Con este planteo, la persona experimenta un proceso de destrucción, sin llegar jamás a completarse. Esta sigue siendo ser, pero no del mismo modo, sino algo distinto. Es lo que nosotros llamamos amartía. Esta destrucción llega hasta lo ontológico, de tal manera que el ser, ya no es el “Sein”, sino un simple Dasein, es decir, un “estar-ahí”. Una simple existencia. Es el planteo de Kierkegaard, pero ahora con chapa y pintura a fondo y sobretodo, con motor nuevo.

Así es como se siente el hombre moderno, un Dasein o un ser vacío de contenido, que simplemente existe o está-ahí.

La nada del mundo primordial

En este Dasein de la modernidad, aparece el mundo primordial, que para este profeta, será tildado de nada. ¿Cómo se da cuenta?, ¿mirando acaso el abismo de Kierkegaard? No, lo hace por otra vía.

Por más que la filosofía investiga el ser, nunca puede encontrarlo. ¿Por qué motivo? ¿Acaso por el pecado original? Para él, la cosa es más grave, porque el ser se identifica con la nada.

Por supuesto no estamos hablando de la nada griega, que es la ausencia del ser, esto es otra cosa, ¿acaso la nada del mundo primordial?

¿Y qué es esta nada, sino las aguas primordiales del Génesis, donde la existencia del Dasein nada desesperadamente para no ahogarse ?

Entonces nos preguntamos, ¿qué es lo que ha experimentado este profeta? Simplemente, que el ser personal, al carecer de la divinidad, adolece de su propio sentido, es el Dasein frustrado, sin aquello que debería poseer.

Es que esta divinidad, como lo otro del ente, no la encuentra en sí mismo, entonces dirá:

La nada, como lo otro respecto del ente es el velo del ser”. 3

El profeta, intuye que la divinidad está velada. Aún no se rasgó el velo del templo con la muerte de Jesucristo. O se rasgó para algunos y para otros no, sobretodo para las almas que caen en el abismo primordial. La divinidad será su nada por siempre. Pero acontece, que el demonio, ser en estado de abismo, niega lo que Dios hace, ergo esta nada comienza a formar parte de la esencia del ser. No podía ser de otro modo.

Así como con la Gracia accedemos a la divinidad, así con la nada accedemos a la anonadación.

La nada es la posibilitación de la patencia (cualidad de hacerse patente, manifiesto) del ente, como tal ente, para el Dasein humano. La nada no nos proporciona el contraconcepto del ente, sino que pertenece a la esencia del ser mismo. En el ser del ente acontece el anonadar de la nada”. 4

O como dirá en otra ocasión: La nada anonada (nichtet).

Excelente definición del demonio en su caída; si bien algunos se rieron de esta expresión, como Carnap, que dirá que esto era como decir que la lluvia llueve. 5

En la anonadación (Nichtung), la nada no aniquila. Es que el condenado al abismo, desearía aniquilarse a lo Bergoglio, pero no puede, dado que Dios no destruye lo que crea. No existe suicidio para este Dasein.

Entonces el Dasein se percata que debe convivir con la nada que le niega el ser. Esto será como una perpetua muerte, la cual tiene siempre como telón de fondo; y como no existe divinización, el hombre junto al demonio, es "como-ser-para-la-muerte"; ya no existe vida.

Heiddeger podría haber llegado al misterio de la salvación, pero como apostató en su pensamiento, solo llega al misterio de la condenación.

Ya no es el aventurero de Kierkegaard que cruzaba el puente colgante de soga, ahora es la persona que cae directamente al abismo y desesperadamente trata de mantenerse a flote en las aguas de la nada.

Curiosas son las comparaciones con los animales, tanto de Kierkegaard como de Heidegger.

Para el primero el animal no tiene angustia porque no es un ser libre, para el segundo el toro no puede destorarse, ni la vaca desvacarse, ni el caballo descaballizarse, pero el hombre sí puede deshumanizarse. Y feroz es esta desumanización o tal vez desangelización.

La angustia (Sorge)

La lógica consecuencia de este razonamiento es la angustia que el Dasein experimenta en contacto con la nada en su caída al abismo. De allí esta desgarradora observación:

La angustia hace patente la nada. Estamos ‘suspensos’ en angustia. Más claro, la angustia nos deja suspensos, porque hace que se nos escape el ente en su conjunto. Por esto sucede que nosotros mismos –esos hombres que somos- estando en medio del ente nos escapemos de nosotros mismos. Por eso en realidad no somos “yo” ni “tú” los desazonados, sino “uno”. Sólo está todavía ahí el puro Dasein en la conmoción de este estar suspenso, en que no hay nada donde agarrarse”. 6

Brillante definición del atrio del infierno.

Sin embargo el ser humano, hecho un Dasein, es un ser trascendente, ¿Qué hace dentro de la nada? Se percata que el Dragón del Génesis lo engañó, ya no es un Dios, sino un tonto ser finito. Pasífae, como Eva, lo engendró para el laberinto:

..porque el ser es, por esencia finito y sólo se revela en la trascendencia del Dasein que se sostiene en la nada”. 7

Dasein significa: estar sosteniéndose dentro de la nada. Sosteniéndose dentro de la nada, el Dasein está siempre allende el ente en su conjunto. A este estar allende el ente es a lo que nosotros llamamos trascendencia”. 8

¿Pero qué viene a ser esta trascendencia? Nada de especial, es simplemente una metafísica.

A este punto, constataamos lo dicho, este profeta no hace filosofía sino que en realidad hace una mística del infierno. Así como existe una teología mística, no puede faltar una demonología mística. Pero el Dragón vive oculto y contrariamente a Dios, no busca revelarse, por lo tanto, bien eligió nuestro profeta, el nombre de metafísica a esta mística encubierta. ¿No es esto lo que estamos observando? Porque esta metafísica es mucho más que un razonamiento lógico, es más que una ciencia, tampoco es un espacio para divagar opiniones.

La Muerte

Si para el cristiano la Gracia divina es la Vida, la ausencia de Gracia es la Muerte. Para nuestro profeta, la muerte no representa un dejar de ser de una forma determinada, sino una forma de ser. Y como aquí estamos en la mística infernal, el hombre es "como-ser-para-la-muerte", ésta es su meta. Ya no fue creado el hombre para vivir eternamente, sino para morir. La muerte no es la puerta cristiana hacia la vida verdadera, la muerte es “el reducto del ser y la medida de lo inconmensurable". Es la casa del ser y de la eternidad.

Es que la angustia del Dasein no lo aniquila, pero sí lo derrumba, como afirmaba Kierkegaard.

La esperanza puede sostener este estado de anonadación. El Dasein vive absorbido por los entes a los cuales se dedica, pero cuando deja de pensar en sus preocupaciones diarias, surge la angustia de la nada. Allí la esperanza es un estado de expectación que va más allá de las distracciones cotidianas, y puede ser la plenitud que pueda colmar el vacío de esta vida.

Esto es factible mientras la persona del pecador surca las olas de esta vida, ¿pero qué sucede cuando llega la muerte física y se halla en la muerte de la nada del alma, cuando se ha perdido toda esperanza de divinización? Entonces la existencia indefectiblemente se desmorona, víctima de su propio e interminable hundimiento, sin jamás poder aniquilarse. De tal manera la muerte está conectada con el ser humano, que el hombre existe "como ser mortal".

Entonces aparece la demoníaca fuerza de esta mística de la muerte, pues mediante ella, el ser humano resplandece con el más grande brillo y profunda oscuridad en el esplendor de su misterio.

Las sombras del Hades

Heidegger logra desmoronar el ser personal, reduciéndolo al Dasein. ¿Y qué es el Dasein sino ese ser que solo “está-ahí” perdido y sin sentido? ¿Acaso no son las sombras del reino de Hades?

¿Este es el consuelo que ha dado Heidegger a esta generación de apóstatas? Por este motivo se pregunta el salmista en el Salmo 87:

¿Harás tú maravillas por los muertos? ¿Se alzarán las sombras para darte gracias? ¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia, o tu fidelidad en el reino de la muerte? ¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla, o tu justicia en el país del olvido?

___________________________

1 F. Leocata. Del ilumninismo a nuestros días. Pág. 180.

2 Eusebi Colomer, El pensamiento alemán de Kant a Heidegger III. Barcelona. Herder. 1990, página 560.

3 Ibídem.

4 Ibídem. Pág. 553.

5 Cfr. Ferrater Mora. Diccionario de Filosofía.

6 Eusebi Colomer, El pensamiento alemán de Kant a Heidegger III. Barcelona. Herder. 1990, pág. 553.

7 Ibídem, pág. 554.

8 Ibídem. 







sábado, 17 de julio de 2021

El rígido Bergoglio y su “dictado” sobre la liturgia romana

 

Sigamos destruyendo. Ahora le toca el turno para destruir Misa Tridentina. En un Motu Propio, realmente payasesco, este títere del globalismo, ha cometido una serie de errores que el buen lector podrá apreciar.

Quien señala dichos errores, es el canonista Fray Alexis Bugnolo de quien extraigo ciertos párrafos:

En primer lugar, se define a sí mismo como el Sumo Pontífice, pero no como el Romano Pontífice. Esto es revelador. Está reconociendo al Papa Benedicto XVI como el verdadero Papa.

Pobre hombre, no deja de cometer desaciertos al titular el documento: SOBRE EL USO DE LA LITURGIA ROMANA ANTES DE LA REFORMA DE 1970.

Como afirma Fray Bugnolo:

...como tal se refiere a misas dichas antes de 1970.

Dice este mamarracho bergogliano:

Art. 1. Los libros litúrgicos promulgados por los santos Pontífices Pablo VI y Juan Pablo II, en conformidad con los decretos del Concilio Vaticano II, son la única expresión de la lex orandi del Rito Romano.

¡Epa Jorgito!, ¿y qué pasa con el rito mozárabe, el rito ambrosiano, el galo, el rito de Sarum en Inglaterra? ¿Acaso no son expresiones de la lex orandi del Rito Romano ? ¿Existe alguien en el Vaticano que no sea descerebrado como este peronista de cuarta clase? Y continúa el Paco:

Art. 2. Al obispo diocesano, como moderador, promotor y custodio de toda la vida litúrgica en la Iglesia particular que le ha sido confiada le corresponde la regulación de las celebraciones litúrgicas en su propia diócesis. Por tanto, es de su exclusiva competencia autorizar el uso del Missale Romanum de 1962 en la diócesis, siguiendo las orientaciones de la Sede Apostólica.

Y nos dice Bugnolo de este artículo:

Aquí el antipapa muestra su mano. Rechaza como principio de derecho que la Sede Apostólica tenga algún derecho o competencia para autorizar libros litúrgicos fuera de la Diócesis de Roma. Ningún Romano Pontífice o Patriarca Occidental alguna vez ha hablado de esta manera. ¡Alerta, antipapa!

¡Parece mentira!, pero él mismo recorta su propia competencia. No puede suprimir, ni puede autorizar. Todo el poder a las regiones. ¡Viva la anarquía de la sinodalidad! Y nuevamente lo confirma:

Arte. 3. El obispo de la diócesis en la que hasta ahora existen uno o más grupos que celebran según el Misal antecedente a la reforma de 1970:

§ 1. Es determinar que estos grupos no nieguen la validez y la legitimidad de la reforma litúrgica, dictada por el Concilio Vaticano II y el Magisterio de los Supremos Pontífices.

Estamos en el gran dogma titulado "Vaticano II", falta tan solo agregarlo al Credo, por supuesto, lo anterior al Vaticano II no es dogma. O como analiza Bugnolo:

Aquí en el artículo 3, n. 1, insiste en la validez del inválido y la legitimidad del ilegítimo, ya que en la medida en que el Vaticano I declaró infaliblemente que el Romano Pontífice es un servidor no autor de la Sagrada Tradición, está más allá del poder incluso de un Papa válido crear tradición eclesiástica. Solo puede preservarla. Por tanto, la liturgia de Pablo VI es totalmente ilegítima en principio y en su ratio essendi. En cuanto a su validez, todas las estadísticas muestran que no tiene poder para santificar y sostener la vida de la Santa Madre Iglesia, solo para alejar a los fieles de Ella. Y el Papa Benedicto XVI en su Motu Proprio ya decreta como hecho histórico que nunca se puede negar, que la Misa Antigua nunca fue abrogada.

Históricamente, aquí se usa una expresión con la que se comete un grave error, ya que el Vaticano II no dictaba nada. Creo que usa, "dictada", porque este es el verbo tradicional que se usa para la acción del Espíritu Santo al escribir las Escrituras. En cuanto al Magisterio de los Supremos Pontífices, ya mencioné por qué su autoridad docente no puede crear tradición eclesiástica. Por lo tanto, tampoco puede demoler una.

Pero convengamos que Paco, el Jorgito porteño, es superior a la Tradición, cosa que Bugnolo no logra entender.

No deja de ser significativo el siguiente punto:

§ 6. Cuidar de no autorizar la creación de nuevos grupos.

Es que estamos en un régimen coercitivo de esta revolución dogmática, y aplica métodos usados luego del Vaticano II. Y como este rito, según sus opiniones, es una “moda”, no puede seguir creciendo, ergo debe buscarse la forma de ir eliminándolo lentamente, hasta aniquilarlo por completo. Sí, destruir, siempre destruir.

Los que deben estar bailando en una pata, son los de la Fraternidad de San Pío X, pues este cerebro de mosquito, empuja al clero para que se les una. No es casualidad, que en esta Fraternidad, estén tan encantados con el Paco Bergoglio.

El Vaticano, debe ser el único lugar del mundo, donde se destruye la Tradición para defender la Tradición.


martes, 13 de julio de 2021

Kierkegaard, el padre de los profetas de la angustia moderna

 

Dijimos cuando hablamos de la Anástasis de Jesucristo, que la amartía o el pecado, era un regreso al mundo primordial, y de este mundo primordial un deseo de caer en la nada, o sea, una búsqueda consciente de la autodestrucción, la misma que predica a escondidas, el aspirante eterno al papado, Jorge Bergoglio. Como asimismo es una anti-creación. Ver link-->>

¿Existe en nuestra civilización moderna un planteo que describa filosóficamente esta caída al mundo primordial?

Se podría tomar en este sentido una serie de profetas que nos hablarán de la angustia metafísica. Es indudable que al apartarse la civilización occidental de su cristianismo básico, se torna la vida angustiante. Esta será la señal, que marcará el abandono de ser humano para ingresar en su anti-creación.

¿Cómo se explica esto? Es lo que los profetas modernos tratarán de abordar.

El primer profeta lo hallamos en el luteranismo, es el teólogo danés Soren Kierkegaard (1813-1855).

Primera novedad que hallamos, es que el protestantismo se aboque a la filosofía, lo cual es realmente extraño, y además de extraño, es peligroso hacia donde es capaz de dirigirse, pues para ellos la así llamada “Biblia” por momentos se parece al becerro que adoraban los hebreos cuando Moisés se ausentó sobre el monte. Es que para ellos, Dios solo habla por la “Biblia” y esto los lleva a un sectarismo insólito y a veces fuera de toda lógica. Por consiguiente, existe en el protestantismo un rechazo casi formal a la filosofía.

El caso es que como luterano debía rechazar las corrientes filosóficas de su tiempo, motivo por el cual, no le queda otro remedio que ingresar en el campo filosófico. Por supuesto nuestros iconoclastas protestantes de hoy, no ingresan en este terreno, porque lo ven paganizante, a tal grado llega en ellos cierta irracionalidad bíblica.

Kierkegaard conoce la filosofía de su tiempo, donde el pensamiento es superior a la realidad. Este es el influjo del idealismo alemán, tanto de Kant como de Hegel. Por otra parte, viendo el planteo de Schleiermacher, que conducen hacia el panteísmo, buscará la forma racional de distanciarse de esta corriente.

Su raíz filosófica se la puede encontrar en la distancia existente entre el ser finito, en este caso el hombre, y el ser infinito que equivale a Dios.

Lógicamente hallará que entre ambos se abre un inmenso abismo. Esto destruye el panteísmo en boga, pero sin percatarse lo llevará al abismo inicial del Génesis.

De este abismo, surge en el ser finito la angustia existencial. Por el momento, es tan solo en el ser humano, ya vendrá Sartre a decir hipócritamente que de igual modo lo puede poseer Dios, si es que para él existe.

El mito del aventurero en el puente colgante de soga

¿Pero qué es la persona para el protestantismo?

Lo podemos comprender en el mito, del aventurero y el puente de soga. El aventurero cargado con su pesada mochila se enfrenta al desafío de cruzar un río encajonado entre dos altos acantilados, y solo tiene para hacerlo un débil puente de soga, que se sacude de un lado para otro con el furor de los vientos. Este ser que se halla sobre este puente, mira siempre hacia abajo y piensa:

¿Podré caerme?

De aquí nace la angustia. La caída al abismo, es una posibilidad dentro de la libertad del hombre.

Distinto es el calvinismo, donde el ser humano está determinado a cruzar sin riesgos, pues ellos son los determinados que llegan a la otra orilla, el resto somos los condenados a caernos sin remedio. Con este planteo, los calvinistas calmaron la angustia existencial.

En este mito del puente colgante de soga, está resumida toda la concepción de la salvación protestante.

A partir de aquí, nuestro luterano pasa a las categorías filosóficas.

Esta angustia radical, la siente el hombre al estar suspendido en la nada y mira hacia abajo y ve a lo lejos la distancia del vacío y la posibilidad cierta de caer por su misma concepción de un ser humano irremediablemente degenerado.

Como se puede ver, la angustia es aquí la posibilidad cierta que nace de la libertad de hundirse en el abismo y esta nada puede derrumbar al hombre angustiado, sin aniquilarlo.

Ésta (la angustia) podría definirse como la relación entre la libertad y el pecado. Antes del pecado, la angustia es aquella experiencia de riesgo y de vértigo que supone el poder elegir por Dios o contra Él; después del pecado la angustia es un deseo de volcarse al exterior para huir de la propia interioridad en una dispersión superficial que acaba en la desesperación. 1

Por lo tanto, este teólogo devenido en filósofo, propugnará una educación en la angustia.

Kierkegaard busca rebelarse contra las corrientes protestantes racionalistas, y busca centrarse en Jesucristo y su imitación, de allí que verá la esperanza, como una fuerza dialéctica que controle dicha angustia.

De esta manera angustia y esperanza se relacionan, donde la una incita la otra en continuidad, sin detenerse en ninguna de ellas.

Esto lo podemos aplicar tanto al hombre, como a Lucifer. El demonio posee cierta esperanza, y supone reconquistar lo que perdió, destruyendo todo lo que puede, para demostrarle a la bondad divina, que se equivocó. Esto es un poco la contraposición entre el cristiano que busca conquistar la humanidad por el amor de ágape, y el islam que lo busca por la armas y la coacción sobre la voluntad.

El ser finito sin la Gracia divina

La base de todo este planteo es el ser finito y el ser infinito.

Hegel hacía entrar en juego constantemente su dialéctica finito-infinito. Pero la infinitud era para él, al fin y al cabo lo que disolvía todos los seres particulares en el seno del único. 2

Tal como lo vemos, la ausencia de la Gracia divina, hace imposible la unión entre los dos seres, sin disolver ninguno de los dos.

Si la angustia nace en el aventurero en el puente colgante de soga, al mirar hacia abajo y contemplar el abismo, se debía recordar la frase de San Pablo, te basta con mi Gracia,2Cor,12,9; pero aquí la Gracia está desdibujada, al destruir y minimizar los sacramentos que la transmiten.

____________________________

1 Francisco Leocata. Del ilumninismo a nuestros días.Pág. 131.

2 Ibídem Pág. 130.


sábado, 10 de julio de 2021

Se viene la restauración del Papa Benedicto XVI

Si bien las cosas se ven más oscuras cada día, los hechos y acontecimientos avalan un proceso inexorable que ha manifestado la elección del cardenal Jorge Mario Bergoglio como un completo fraude canónico y su reclamo al papado no vale ni una pizca. Como papel higiénico usado.

Si bien parecen irrefutables sus aparentes afirmaciones sobre el papado, las dudas siempre han ido en aumento, desde las admisiones indiscretas de sus propios aliados, como el cardenal Danneels y Austin Ivereigh, hasta las persistentes investigaciones sobre la invalidez canónica de la Declaración del Papa Benedicto XV de febrero de 2013.

Los principales puntos de referencia en este proceso fueron la declaración de guerra de Ann Barnhardt contra el error sustancial implícito en la Declaratio, que lanzó en junio de 2016. Aunque muchos comentaristas notables habían señalado problemas anteriormente, Barnhardt fue el primero en llamar de manera inequívoca y notoria al acto inválido para quitar el oficio papal (munus) del Papa Benedicto.

Cuando Mons. Niccolo Bux en octubre de 2018 afirmó públicamente que sería más fácil demostrar la nulidad de la Renuncia canónica que determinar que Bergoglio era un hereje, un debate tormentoso y vivaz estalló en el mundo de habla inglesa desde noviembre de 2018 hasta febrero de 2019.

Ese debate terminó con una victoria indiscutible para el partido del Papa Benedicto, cuando se refutó toda posible objeción canónica, lógica, lingüística, filosófica y teológica a la afirmación de invalidez. Recogí los argumentos en mi Pregunta Escolástica, que hasta ahora nunca ha sido refutada por nadie en ningún lugar con o sin un título en Derecho Canónico, Teología o Filosofía.

Desde febrero de 2019, una serie de objetores y periodistas han repetido estos argumentos en forma diluida solo para ser abofeteados una y otra vez con hechos, leyes y testimonios de testigos públicos. Aquí en FromRome.Info, que ha documentado estos débiles intentos de contraataque, los lectores tienen la ocasión casi semanal de leer críticas de todos los principales interlocutores sobre este tema, que sostienen que Bergoglio es el Papa.

Tras este debate, en 2020 se dio a conocer públicamente, en todo el mundo, que el arzobispo Lenga y el obispo Gracida sostenían que Benedicto XVI es el Papa y que Bergoglio es un hereje manifiestamente pertinaz. Sin embargo, ninguno de estos obispos fue censurado ni suspendido canónicamente.

Finalmente, en este año de Nuestro Señor 2021, en las semanas previas al 70 aniversario de la ordenación sacerdotal del Santo Padre, la batalla aquí en Roma comenzó en serio, con los numerosos artículos de Andrea Cionci apareciendo a principios de marzo y siguiendo ininterrumpido hasta el día de hoy: todo lo cual nunca ha sido refutado por nadie en el Vaticano o en Italia, ya sea cardenal, obispo, monseñor o canonista, teólogo o filósofo. Todo lo cual prueba sin lugar a dudas que Benedicto XVI sigue siendo el Papa.

Los hechos cruciales que salieron a la luz en estos artículos e investigaciones de Cionci son estos:

Que Benedicto XVI siempre ha dicho: “Hay un solo Papa”, pero nunca ha identificado a Bergoglio como ese hombre.

Que Benedicto XVI ha negado que haya abdicado.

Que Benedicto XVI se sigue comportando como Papa y que nadie en el Vaticano puede disuadirlo ni atreverse a detenerlo.

Benedicto XVI ha llevado a cabo un plan de maniobra muy sabio, inteligente y discreto para salvar el Papado de la mafia St. Gallen: el plan B .

En términos de precedencia canónica, estos hechos y argumentos se publican en los periódicos aquí en Roma y no reciben refutación durante el espacio de 90 días a partir de entonces, constituyen una prueba canónica de los hechos y conclusiones y el consentimiento tácito canónico de todos los oponentes.

Al mismo tiempo, se encuentran cada vez más voces impresas que están dispuestas a ser citadas, las cuales insisten en que Bergoglio no es el Papa y que Benedicto XVI nunca renunció al papado. Este es un cambio radical. El impulso ahora está con la verdad, no con los rumores de noticias falsas.

También fueron asombrosas las revelaciones de que el cardenal Burke dudó de la validez de la Renuncia desde los primeros días posteriores al 11 de febrero de 2013 y que habló abiertamente de esto a todos sus conocidos al menos hasta 2016.

También fue significativo el documental de cine independiente, Il Messaggio nella Bottiglia, que explicaba con detenimiento el histórico fraude cometido en febrero de 2013. Ahora se ha publicado con subtítulos en italiano, inglés, español y francés, y se distribuye por todo el mundo a la Jerarquía Sagrada y en múltiples plataformas.

Pero el golpe final de gracia final llegó el otro día, cuando se informó que incluso el arzobispo Ganswein, el secretario personal del Santo Padre, no se atreve a declarar públicamente que Benedicto XVI alguna vez ha identificado a Bergoglio como "el solo y único Papa", incluso cuando él mismo, llama papas a ambos, papas e insiste en que Bergoglio es el único Papa verdadero.

La narrativa que ha confiado a Bergoglio en el papado y sostenido su reclamo ahora está totalmente destruida. Como la salud menguante del advenedizo argentino, ahora nada se interpone en el camino de la plena restauración del Papa Benedicto: la llamada de Dios a Bergoglio para que deje esta vida, pondrá fin a su impostura y dejará un vacío en el cual no pueda existir una base racional o canónica para no reconocer que Benedicto XVI siempre ha sido el único Papa verdadero.

Hno. Alexis Bugnolo

Fromrome.info

9 de julio de 2021

 

miércoles, 7 de julio de 2021

Para alquilar balcones

 

El mega escándalo de las finanzas vaticanas, parece estar a punto de estallar, y del cual solo veremos miserias y personajes que saldrán más sucios que limpios, con Bergoglio incluido.

He aquí el artículo que analiza todos los implicados: los que el Vaticano lleva a juicio, y los posibles ejecutores en las sombras:

>>>link (Poner el traductor)