Por
Tony Velázquez Ruiz
Visitando
las catacumbas romanas, observé que por cada tumba de adulto,
existen seis tumbas de infantes. Era esta por entonces, una muestra
de la supervivencia humana, en donde a los cuarenta años, ya se era
viejo.
¿Cómo
se revirtió esto? Con la medicina. Vacunas y antibióticos
fundamentalmente. Por dicho motivo, a partir de la ilusa belle
epocque, la tasa de crecimiento de la humanidad, creció en
proporciones astronómicas, tal como se puede ver en el cuadro
siguiente.
Este
fenómeno motivó el siguiente diálogo, entre los delantales,
Oliver y Harry, como siempre reunidos en una confitería con las
persianas a medio cerrar:
─ ¡Qué
macana se mandaron, Harry, las logias imponiendo las vacunas y los
antibióticos. ¿Cómo paramos este crecimiento poblacional?
─ Muy
simple, Oliver.
─ No
lo veo tan simple. ¿Cómo le decimos a la gente que el gran adelanto
de la medicina fue contraproducente? No se puede ir contra la fe en la ciencia.
─ Mira,
Oliver, ¿las vacunas hicieron crecer la población mundial?
─ Así
es.
─ Ahora, calladitos la boca, las usamos para hacerla bajar. Con estas vacunas, muchos deberán dejar la tierra, en aras de la humanidad. Hay que salvar el planeta.
─ O
sea, ¿usar la medicina en sentido opuesto?
─ Los
hombres en el inicio del siglo XX eran unos ilusos. Nosotros somos y
debemos ser realistas en aras del bien común. Hemos revertido ese
proceso de crecimiento poblacional.
─ Ya.
***
Las
finanzas vaticanas, no andan muy bien que digamos. Según el
periodismo explícito del Corriere della Sera, el Vaticano compró un
palacio en Londres por más de 300 millones de libras esterlinas,
pero ahora lo tuvo que vender por 180 millones. El óbolo de San
Pedro naufraga nada menos que en el Támesis.
¿Cómo
financiar esta mala operación económica? De la misma manera que se
hace en Argentina, emitiendo dinero.
Así
salen a la venta monedas vaticanas que ya vienen vacunadas de origen.
¿Qué vacuna es? ¿La de la belle epoque que te salvaba la vida, o la moderna de los delantales que te manda al cementerio?
Averíguelo.
Compre estas monedas.
Son solo 20 euros. Ponga el hombro para financiar la mala
administración. ¿No ve que el “Santo Padre” Francisco
trata de reflotar la barca hundida de Pedro en las sucias aguas del
Támesis? Además, como se puede ver, el tema llega a la “ternura”
del corazón de Francisco y es “la necesidad de vacunarse”, como
lo anunció la Oficina Numismática del Vaticano, en su sitio web. Así
es. Vacuna urbi et orbi.
Iré
para comprar las monedas. Y para no ser menos que un bergogliano de la primera
hora, me abasteceré también de las monedas dedicadas a la Pachamama,
si es que no se agotaron. Y mientras hago la operación económica,
recitaré este sonetillo, que se incluye en un libro presentado en
Pamplona, del autor Jesús Mauleón:
Vacuna
viene de vaca
de
vaca de noble cuna,
ponédmela
una por una
y
así mi miedo se aplaca.
¡Abajo
el virus que ataca
la
salud y su fortuna!
Mueran
de muerte oportuna
el
virus y su resaca.
En
mi vejez asediada
de
muerte y confinamiento,
¡corra,
corra con su espada
por
fin el medicamento
que
al covid y su tormento
le
propine la estocada! (Amén)