El
Catecismo de San Pío X, nos hablaba de las obras de misericordia
corporales en su Número 944:
Las
principales obras de misericordia corporales son:
1.ª
Visitar y cuidar a los enfermos.
2.ª
Dar de comer al hambriento.
3.ª
Dar de beber al sediento.
4.ª
Dar posada al peregrino..
5.ª
Vestir al desnudo.
6.ª
Redimir al cautivo; y
7.ª
Enterrar a los muertos.
EJECUTADAS
EN EL RELATO DEL FILM. – Algunas
de estas
obras de misericordia las vamos a ver ejecutadas en el film, el cual
no tiene trasfondo católico, sino pagano, concretamente, budista.
¿Pueden
los paganos ejecutar obras de misericordia? Las mismas están al
alcance de todos los hombres, pues ese Logos
Espermatikós,
del cual nos hablaba el apologista San Justino, está en todos los
hombres, como estos, que aún no han oído hablar de Jesucristo, ni
de su Madre. Así, desde la bruma de la paganidad, se hace esta
película una hermosa poesía mística.
ORIGEN DEL
LIBRETO. – El relato fílmico, se basa en una novela infantil
de Michio Takeyama, siendo su director Kon Ichikawa un especialista
en adaptar textos clásicos al cine. El relato fílmico, no pierde
esa inocencia e ingenuidad del relato escrito para niños.
MÚSICA ES VIDA.
– Es la música, armonía y
por ende belleza, y siendo belleza refleja la vida divina. Es este el
primer signo que aparece en la película. La música, logra cosas
realmente llamativas, como levantar el ánimo, dar fuerza al viajero,
y logra hasta evitar un inútil enfrentamiento armado, cuando todos
cantan la misma melodía. Estamos ante una música mística, que no
solo da fuerzas, sino que encandila a quien la escucha, contagia, une
a los enemigos y hasta transmite mensajes.
LA
BARCA DEL ARPA. – El
arpa birmana, será el depósito sobre el cual se posará esta música
mística. Visto con ojos católicos, no puedo pasar por alto que el
arpa birmana posee forma de barca, cosa que para nosotros dice mucho.
LOS PERSONAJES
CENTRALES. – Quien nos
transmitirá los acordes de este místico instrumento, será un ser
especial, sargento japonés en plena huida de las manos de los
ingleses en Birmania, pero dotado de una sensibilidad especial, que
aprende sus sones sin conocimiento previo, algo como una ciencia
infusa, posee un modo único de tocarla, que su comandante, Inouye,
interpretado por Rentaro Mikune, quien posee estudios musicales, es
el único en reconocerlo. Más aún, es el único que logra verlo por
dentro, e interpretar sus decisiones.
Se
inician las imágenes mostrando la tierra de Birmania, esa parte de
Indochina donde se unen las civilizaciones tanto china como hindú.
Esta tierra, nos dirán los jeroglíficos del prólogo, es de color
rojo sangre. Algo que nos recuerda el nombre de Adán, cuyo nombre se
deriva de adama,
que en hebreo es la arcilla.
EL CAMINO DESPEJADO. – Mizushima,
interpretado por Shoji Yasui, es enviado por su comandante a la
selva, para asegurarle que no hay ingleses impidiéndole el paso de
su huida, la canción será la señal de que pueden pasar. Pero un
imprevisto hace que pierda la ropa birmana que llevaba puesta. Aquí
comenzamos con una forzosa quinta obra de misericordia: dar de vestir
al desnudo. Mizushima se deja desvestir, y no mantiene rencor por
ello. Así, como San Francisco de Asís libre de los vestidos de su
padre, puede tocar con el arpa señalando que el camino está
despejado. ¿Pero de qué camino hablamos?
RENDICIÓN
Y LLANTO. – Ya
rendidas las tropas, pues Japón ya lo había hecho, lloran algunos
su desventura. Es
el llanto en un adulto, el indicio de una vida que se cae a pedazos
en forma abrupta.
LA NUEVA MISIÓN.
– Nuevamente su jefe militar enviará a Mizushima
como embajador, buscando convencer a los soldados de otra
unidad para que depongan las armas. Esto marcará otro camino para
Mizushima, quien sin saberlo
se separa de sus compañeros para siempre. El Arpa será en esta
misión la base donde se sustentará la bandera de rendición, pero
la unidad japonesa atrincherada en la Colina del Triángulo no la
puede aceptar y casi todos pierden la vida.
SU
TRANSFORMACIÓN INTERIOR. – A
partir de este episodio, Mizushima comenzará una transformación
interior. Herido en la Colina del Triángulo, donde fracasa en su
embajada de paz, logra mantenerse vivo, es el arpa de paz que había
empuñado quien lo mantiene aún con vida.
EL BONZO
SAMARITANO. – Lo que sigue,
es una imagen del buen samaritano. Un monje bonzo lo encuentra
inconsciente y se lo lleva para curarlo y alimentarlo.
¿PACIFISMO? –
Algunos hablaron de un relato
pacifista en el film, no creo que sea así. El director da su opinión
acerca de la guerra, y de las invasiones militares, lo dirá por el
bonzo samaritano:
Usted no
entiende que todo esto es inútil. ¿Qué cosas cambiaron cuando
llegaron los ingleses, o los japoneses, o cuando estalló la guerra?
Birmania fue, es y será Birmania.
Esto no es
pacifismo, sino entender que existe una hipóstasis que, como la fe,
no cambia a pesar de las guerras e invasiones. Lo que plantea Kon
Ichikawa es el esfuerzo inútil de la guerra y sus consecuencias,
cuando existe algo que está más adentro de todo ello. Esta
hipóstasis se le aplica al catolicismo, no cambia por la
nacionalidad, como han hecho los anglicanos, sino que su hipóstasis
siempre es la misma en todo el orbe.
VESTIDO DE
BONZO. – Restablecido el
protagonista, buscará alcanzar sus compañeros en el campo de
concentración de Mudon. Para ello roba los vestidos del monje que le
devolvió la vida e inicia en soledad las 200 leguas de viaje.
LOS
DESASTRES DE LA GUERRA. –
El
director, Kon Ichikawa, nos mostrará la otra cara de la guerra, la
de aquellos que quedan muertos por el camino y nadie los sepulta,
pues como le dirá el monje bonzo, que en Birmania no es costumbre
enterrar a los extranjeros.
ESCENAS
MUY FUERTES. – Estas
escenas golpean el ánimo de Mizushima, quien no permanece
indiferente: comenzará por cremarlos, luego enterrarlos y siendo tan
grande su número, solo les hará una simple honra militar para
seguir su viaje.
DAR DE COMER AL HAMBRIENTO. – En
su camino cruzará montes y selvas, hasta caer rendido en una
planicie devastada. Unos humildes campesinos le darán su alimento,
unos puñados de arroz envueltos en harapos. Nuevamente nos
tropezamos con la segunda obra de misericordia: Dar de comer al
hambriento.
REENCUENTRO CON
EL BONZO. – Así nuevamente el monje bonzo que lo rescató, lo
encuentra; él al contrario que Mizushima hizo plácidamente su viaje
por barca, al amparo de una sombrilla que lo protege del sol. Quien
está en el camino, no debe sufrir los obstáculos de los montes y de
las selvas. Finalmente la barca cruzará el río y lo llevará a
Mudon donde se encuentra el campamento de prisioneros.
DAR POSADA AL
PEREGRINO. – Los monjes que lo reciben le dan una celda de
albergue, donde podemos observar la cuarta obra corporal de
misericordia: Dar posada al peregrino. Allí, nuestro protagonista se
encontrará con un niño que toca el arpa para ganarse la vida, y es
aquí donde un suceso inesperado hará que cambie su decisión.
EL CLÍMAX DEL
RELATO. – Los sonidos de cierto cántico, llevan al
protagonista a contemplar absorto
el funeral que monjas, un franciscano y soldados ingleses, todos
católicos, le hacen a un desconocido soldado japonés, muerto en el
hospital. Indudablemente, este murió como católico, pues lleva su
tumba una cruz. En la lápida se lee: Lest
we forget, o sea para
que no te olvidemos.
Este episodio desmorona interiormente al protagonista, que se retira
compungido a su celda.
COMO MONJE
BONZO. – A partir de aquí,
Mizushima será monje bonzo, y se dedicará a la séptima obra de
misericordia: Enterrar a los muertos. Lógicamente, este aspecto en
un budista, golpea muy fuerte, pues poseen la creencia que el cuerpo
que yace insepulto, impide que su alma descanse y prosiga en paz.
LOS
DOS CAMINOS. – Este
camino será contrario al de sus compañeros, y así lo relatan las
imágenes, donde su batallón y él se cruzan sobre un puente, yendo
ambos por direcciones opuestas.
¿CRÍTICA
VELADA AL PUENTE SOBRE EL RÍO KWAI? – El
puente se muestra mientras el comando de Inouye realiza una
construcción en él. No pierde la ocasión el director de deslizar
una crítica velada contra los cipayos ingleses; pues mientras estos
descansan sentados a la sombra de una palmera, los japoneses trabajan
sin pretensiones de ninguna índole. Algo muy distinto nos mostrará
el film del año siguiente, 1957: El Puente sobre el Río Kwai. Aquí
los prisioneros ingleses, saturados de orgullo nacional, impondrán
sus condiciones de trabajo, muy legales por cierto, para levantar el
puente. El libro que trata esta novela escrita curiosamente por un
francés, ya era éxito de ventas cuando se filmaba el Arpa Birmana.
¿Conocía Kon
Ichikawa esta novela cuyo episodio de histórico no tiene nada?
OTRO SÍMBOLO. –
Su actividad de sepultar los
muertos, se ve contemplada por siete birmanos, quienes lentamente se
acoplan para ayudarlo. Y aquí es donde Mizushima recibe una señal
que lo confirmará en su camino: cavando encuentra un rubí de tamaño
considerable, donde quienes lo ayudan le dicen que puede ser el alma
de un difunto.
LAS
TENTACIONES DE REGRESO AL VIEJO CAMINO. –
El
resto del relato, no hace sino llamar a Mizushima para que retorne al
viejo camino y regrese a Japón. Una vieja comerciante de baratijas
entre los prisioneros hará de intermediaria y un loro birmano
recitará el mensaje; posteriormente aparecen las canciones
desesperadas que sus compañeros hacen hasta quedar roncos; pero una
vuelta atrás ya no existe.
EL
LORO COMO AVE SACRA. – El
protagonista portará un loro sobre sus hombros, otro símbolo de la
película. El loro en el hinduismo es un ave sagrada que se asocia
con el dios del amor, así como con la profecía. No se debe olvidar
que Birmania como toda Indochina es la tierra de la síntesis entre
hinduismo y budismo. El hecho de que el loro repita lo que recibe de
otro, también es un reflejo de la tradición, que sin cambios pasa
de padres a hijos. Aquí el loro pasa a ser una paradoja, pues
Mizushima hará oídos sordos a la vieja tradición de sus padres,
que lo llaman a regresar a su patria. El hecho de renunciar a dicha
tradición, que un loro le repite constantemente, es por una causa
mayor. Inouye lo expresará al comprender la decisión de Mizushima,
cuando contempla el depósito mortuorio que contiene el rubí:
Ahora entiendo por que traías esa
caja al mausoleo. Mizushima
¿qué te ha sucedido en la Colina del Triángulo? ¿Qué hiciste
después de eso? No somos nada, pero creo entenderlo. Has tomado una
decisión seria y no fue fácil.
EL CONTRASTE DEL
FINAL. – Todo
se cierra con una carta redactada en jeroglíficos que Inouye lee
mientras todos regresan a Japón, en ella Mizushima relata sus
experiencias vividas, y su deseo de quedarse en Birmania, la tierra
de un rojo sangre, para finalizar con su misión. Es el cierre
necesario pues responde a todas las preguntas de Inouye mientras
meditaba en voz alta ante la caja mortuoria. Finalizada la lectura,
cae la noche con su luna llena, como el fin de una etapa de la vida,
mientras sus compañeros de armas, exponen sus intrascendentes
caminos de vida, que cada uno emprenderá. Este es el contraste, que
marcará el fin del relato de Kon Ichikawa.
DIÁLOGOS
ESCASOS. – La falta de
diálogos en el relato fílmico, se cubre con las imágenes, algo que
se desarrollará en los años sucesivos, hasta que aparezcan
directores de cine, cuyo trabajo final, lleno de imágenes
simbólicas, resultará un jeroglífico tan hermético y encriptado,
que solamente ellos podrán descifrar. Por ello, de las imágenes
podemos deducir, que siempre que cae la noche con su luna llena, se
da el fin de una etapa de la vida.
LA
LUNA, EL LUGAR DE LOS DIFUNTOS. – Es
la luna para la mitología japonesa un dios: Tsuki-Yomi. En cambio
para la mitología hindú es el reino donde van los muertos. Ambos
significados se funden en el relato de esta película.
LA
VERSIÓN QUE PRESENTAMOS. – Encontré varias versiones, unas tenían pérdida de nitidez en la imagen, otras que presenté originalmente, fueron retiradas por el canal, motivo por el cual, presento esta otra en VOSE, luego de algunos años de espera.
DICEN
LOS CRÍTICOS. – Afirma un
comentario que encontré en La Claqueta:
Mizushima
trasciende lo más preciado por el resto de sus compañeros, ese
deseo por regresar a su tierra natal, por un sacrificio mayor. Si a
ésto sumamos el apego especial que los japoneses tienen por su
tierra natal y su noción de que lo que peor que les podría haber
pasado era morir y ser olvidados en suelo extranjero, podemos
entender un poco más el especial significado del sacrificio de
Mizushima.
CONCLUSIÓN.
– Estamos en cuaresma, nada
mejor para recordar que los ayunos entristecen el cuerpo, mientras
las obras corporales de misericordia alegran el alma. Si los paganos
pueden concebir sus obras corporales de misericordia, ¿qué no
deberíamos hacer los católicos en cuaresma?
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