Calesita

lunes, 22 de abril de 2019

Regresaron los bárbaros


Quema lo que has adorado y adora lo que has quemado, – le dijo san Remigio al rey franco Clodoveo en su bautismo, y los francos pasaron a ser el primer reino cristiano de Europa.
En esto de quemar, los franceses tienen una larga historia, por tal motivo no es de extrañar que hoy en Francia se quemen y profanen hasta tres iglesias por día; siendo Notre Dame, la frutilla del postre.
El cristianismo marcó el apogeo de los francos, con la formación del Imperio carolingio, siendo Carlos Martel o Carlos el Magno, su emperador. Y fue quien en Poitiers derrotó las avanzadas de los hijos iconoclastas de Mahoma (732) y los devolvió al otro lado de los Pirineos.
Pero hoy Francia, nación atea, expone toda su decadencia, a la que la llevó la diosa Razón; esa que comenzaron a adorar en el siglo XVIII, y para dar un portazo definitivo con todo el pasado cristiano, guillotinaron al rey católico Luis XVI. Cabe destacar, que Luis es la forma simple de Clovis o de Clodoveo. Un Clovis los sacó de la barbarie, y con el asesinato de otro Clovis volvieron a ella, sin antes dejar de instaurar de una vez y hasta nuestros días, la modernidad.
Con el infanticidio de 200.000 abortos al año, y la silenciosa quema de iglesias, se alza entre las llamas Macron le petit, quien a duras penas puede garantizar la paz interna. Si Carlos Martel expulsó a los hijos iconoclastas de Mahoma, Macron le petit, no puede con ellos, a quienes los bárbaros franceses dieron ciudadanía en su territorio. ¿Acaso tiene sentido que le preguntamos, a Macron le petit, quiénes queman las iglesias? ¿Qué les puede significar a estos bárbaros de la modernidad, una catedral como Notre Dame, joya de esa revolución arquitectónica que fue el arte gótico?
Y me limito a los acertados pensamientos de Maurizio Blondet:
Hemos constatado que para muchos, y no solo para los musulmanes, la catedral no significaba nada. Que viven bajo ella, de la misma manera que el fellah que pasta sus cabras bajo las pirámides egipcias: restos de una civilización a la que no pertenecía.
Quieren lo feo con McDonald's y el shopping center por todas partes. La escuela progresista no le enseñó nada, al igual que la sociedad y los medios de comunicación. Son la demostración del dicho de Ortega y Gasset: El progresismo es incapaz de transmitir el progreso, porque no "consignan" los logros del pasado a sus hijos, - consignar, “tradere” - y por lo tanto, los dejan bárbaros que no civilizados.
Notre Dame les daba fastidi0, sobrecargada de significado cristiano: a ellos que se liberaron de los tabúes, quieren hacer de cada rincón un no-lugar, uno de esos aeropuertos que son la especialidad de los “archistar” de Renzo Piano: los nuevos vándalos pagados en exceso para ingresar "un gesto contemporáneo" en las ciudades sobrecargadas de historia y memoria, equivalente al que escribe grafitos ensuciando un noble muro con sus garabatos, pero con más burla y ganas de insultar a los transeúntes. Quieren lo insignificante porque así son sus vidas "liberadas": anónimas, insignificantes, intercambiables y, por lo tanto, prescindibles del poder.
Pero no antes de haber suprimido a los últimos cristianos, "la secta" que, según ellos, todavía ocupa demasiado espacio.
Así vimos ser consumida por las llamas la catedral gótica más imponente de occidente, y mientras unos rezaban y otros lloraban, sale Macron le petit, casi con una sonrisa, para decir que construirá una Notre Dame “más hermosa que antes”, lo cual es una típica frase de un ignorante, dicha para otro ignorante. Y la barbarie se hace presente, porque la nueva construcción tendrá "un gesto arquitectónico contemporáneo". Y nuevamente cobra sentido el escrito de Blondet:
Cada frase es una confirmación de que son salvajes acampados entre los esplendores de un pasado al que no pertenecen, porque han borrado voluntariamente todas las tradiciones, todos los "significados" (que los encuentran molestos) todas las culturas y, por supuesto, todos los aspectos e incluso todos los sentidos estéticos.
Francia es una civilización, donde los hijos de la diosa Razón, son más débiles que los hijos de Mahoma, y para dar a entender lo sucedido dentro de esta historia, Blondet narra un diálogo por Twitter:
El domingo pasado en la iglesia Delle Grazie en Milán (la que está junto a la Última Cena de Leonardo), a la misa de las 11.00 "se presentó un grupo de activistas por los derechos de los animales; Fray Adriano llamó a la policía y desaparecieron”. – Así me escribió por twitter un amigo.
No entiendo por qué.
"Por el cordero", – me contestó.
Es posible que estos animalistas crean que en la Pascua, en las iglesias católicas, se sacrifiquen y se coman los corderitos pequeños, – hacia los cuales va su sentimentalismo exclusivo e intolerante.
Como hace dos milenios, aquellos paganos estaban convencidos de que los cristianos adoraban la cabeza de un burro, aquí están los nuevos no civilizados, el fruto de la escuela moderna, de la televisión, de los medios de comunicación, de los "nuevos paradigmas", el sentimentalismo y el odio hacia cualquier tradición viva. Y por supuesto, dementes e irracionales.
A esto han llegado los hijos liberados por la diosa Razón.
¡Cuidado! Ahora vienen por Notre Dame, una catedral, que como todas es la figura de la Jerusalén celestial que baja sobre la tierra, donde su revolución arquitectónica logró ascender sus muros para que por ellos ingresara la luz, esa misma luz que entra por los vitrales, ¿Y qué son los vitrales sino las almas diseñadas de los santos, por medio de las buenas obras, para que por ella pase la Luz divina? El vitral sin Luz no existe, así como esta barbarie evita la Luz y no logra semejarse a un torpe vitral.
Y como estos no entienden nada, se plantean:
...la nueva Notre Dame debería estar menos sobrecargada con el significado cristiano." 1
Así contemplamos, que mientras algunos desembolsan sumas de dinero para reconstruir lo que el fuego se llevó, Bergoglio, quien debería dar ejemplo tiene un cocodrilo en cada bolsillo. ¿Acaso le podemos pedir a un jesuita modernista que descifre los signos de los tiempos? Nada de esto, viven de las sorpresas, pero estas para ellos no son sorpresas, son solo iglesias que deben desaparecer.
Por todo esto, mostremos a estos progresistas sin progreso, a estos civilizados en la barbarie, a estos intelectuales que respiran ignorancia, a estos inútiles jesuitas, a lo que han llegado.
Este es el motivo, por el cual firmé la petición presentada en este sitio; pues ¿que tiene que ver el arte gótico con lo contemporáneo? ¿Qué tiene que ver la sabiduría con la ignorancia, el cristianismo con la barbarie, lo significado con lo insignificante, la Jerusalén celestial con el estado ateo?
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1 https://hotair.com/archives/2019/04/17/architects-historians-wonder-maybe-new-notre-dame-less-overburdened-christian-meaning/?utm_source=Twitter&utm_medium=social&utm_term=architects-historians-wonder-maybe-new-notre-dame-less-overburdened-christian-meaning&utm_content=0&utm_campaign=PostPromoterPro

lunes, 15 de abril de 2019

Ya repta


La metamorfosis en los energúmenos, es evidente en ciertos casos, cuando el cuerpo se adapta al espíritu impuro que los domina. Por ello puede realizar operaciones que una persona normal no podría hacer, como caminar en cuatro patas con manos y piernas teniendo la cabeza hacia arriba, tal como fue llevado al cine.
Bergoglio, quien hace tiempo debía recibir un exorcismo, por el momento repta, tal como se lo ve en las fotografías, y repta con el aplauso de Spadaro y toda la claque de los jesuitas de vanguardia.
¿Y por qué se le ocurrió reptar en estos momentos?
Es que el porteño ha perdido marketing.
Debe de algún modo llamar la atención y figurar en las portadas de los medios de comunicación.
Debe de algún modo salir del encierro que tanto lo asfixia y buscar aire para seguir con su logorrea y que alguien lo escuche.
Es que al porteño ya nadie le hace caso, excepto la corte de homosexuales y corruptos, con los cuales se rodeó.
Y como el porteño es peronista, le dedico con todo afecto una frase de Perón:
Para conocer a un hombre, hay que darle poder.”
Bergoglio tiene poder, peor aún, se le achaca estar enfermo de poder. Con este poder absoluto en sus manos, todos han conocido a la perfección a este desdichado porteño.
Comenzó a reptar, y dice la caricatura que perdió los dientes. ¡Cuidado!, si los encuentra, en algún momento puede morder.



jueves, 11 de abril de 2019

Apología elemental del benevacantismo


Todos aquellos que dan a Bergoglio como papa legítimo, son los sedebergoglianos.
Cuando en el 2013 salimos a decir, que Benedicto XVI seguía siendo Papa, nos llamaron “locos”. Como los “locos” crecieron, ahora nos tienen mucho más respeto, y nos llaman benevacantistas.
Y como seguimos siendo “locos”, los llamamos a ellos que nunca están “locos” sino siempre “cuerdos”: sedebergoglianos. Como ven, nos hicimos por un momento, tan nominalistas como lo son ellos.
Y para que tengan motivo de seguir llamándonos “locos”, sería bueno que todos los sedebergoglianos sepan en qué consiste esta posición, así apuntarían mejor el arma de sus agudas y filosas lenguas para criticarnos o denostarnos sutilmente.
***
El laberinto del Minotauro
Como la situación presente es de un verdadero laberinto, sería bueno que repasemos como se entró en él. Por supuesto, esto para los sedebergoglianos no sirve, pues como siempre, se las saben todas; y no están en ningún laberinto, sino gozando bajo el sol de un pleno día y solo hablan de papolatría, como si este término fuese la luz que alumbra todo este tenebroso tiempo.
1. En febrero del 2013 Benedicto XVI emite su renuncia al ministerium (y no al munus) del papado. Primer dato muy llamativo, pues se trata de un teólogo “exquisito”, y cuesta creer que haya renunciado al ministerium y no al munus. Este dato, acarrea la primera pista para pensar que existió una negociación previa y oculta a la renuncia. Es el olor a gato encerrado que olfateamos. ¿Fue con Martini en el cónclave de 2005, como afirmó su confesor?
2. El laboratorio teológico
El Papa es metafísica y místicamente el Vicario de Cristo, lo cual metafóricamente, se dice que es una sede y que por tal motivo tiene una jurisdicción. El papado no es de por sí una simple jurisdicción, aunque sin ella no existe como tal. Por tal motivo dirá Benedicto XVI:
«El siempre es también un para siempre – ya no existe una vuelta a lo privado. Mi decisión de renunciar al ejercicio activo del ministerio no revoca esto. No vuelvo a la vida privada, a una vida de viajes, encuentros, recepciones, conferencias, etcétera. ... Ya no tengo la potestad del oficio para el gobierno de la Iglesia, pero en el servicio de la oración permanezco, por así decirlo, en el recinto de San Pedro. San Benito, cuyo nombre llevo como Papa, me será de gran ejemplo en esto. Él nos mostró el camino hacia una vida que, activa o pasiva, pertenece totalmente a la obra de Dios.» 1
Tal como lo establece, no renuncia al munus, sino al ministerium según la traducción del párrafo, al “oficio”; al cual pasa a dividir entre activo y pasivo. Y lo hace, porque es metafísica y místicamente el Vicario de Cristo, por este motivo afirma que permanece, “por así decirlo, en el recinto de San Pedro”. Cede la sede, pero permanece en el recinto (!). ¿Y qué es el recinto sino la sede?
A partir de ahora el munus tendrá un solo ministerium bicéfalo: activo y pasivo (!), tal como lo afirma abiertamente Monseñor Gänswein:
Antes y después de su dimisión, Benedicto ha entendido y entiende su tarea como la participación en tal “ministerio petrino”. Él ha dejado la cátedra pontificia y sin embargo, con el paso del 11 de febrero de 2013, no ha abandonado de hecho este ministerio (!). 2
¿Ahora bien, como se entiende que renuncia pero de hecho no lo abandona?
Benedicto divide el único ente del ministerio en materia y forma. Benedicto como papa emérito se queda solo con la materia del ministerio, pues toda materia es pasiva, y el nuevo papa pasa a tener la forma del ministerio, pues toda forma es activa. Y remata Gänswein:
Desde la elección de su sucesor, Francisco, el 13 de marzo de 2013, no hay por tanto dos papas, pero de hecho el ministerio se expandió - con un miembro activo y un miembro contemplativo. 3
La única conclusión posible a este enorme embrollo, es que ahora el papado ya no es un munus, sino un ministerium y el único ente del ministerio es bicéfalo. Un único ministerium compuesto de dos cabezas, donde se reparten el trabajo: una reza, la otra actúa. No hay dos papas porque el ministerium es único, solo hay un papado bicéfalo. O si se prefiere, el papado es único, pero compuesto de dos personas, y no existen problemas, porque una renunció a la forma y promete obedecer al ministerium formal.
Mis buenos sedebergoglianos, no me digan que esto no es un disparate total ¡y tejido por los finos y exquisitos teólogos!
Mis buenos sedebergoglianos, no me digan que esto no es el laberinto de los horrores, donde el Minotauro del cisma está próximo y a la vista de cualquier lego.
¿Y cómo es un Papa con sede meramente pasiva?
Benedicto dio la tela, la administración venal vaticana cortó su nuevo hábito talar: un papa sin mando, sin sello, sin anillo, sin corona. Un Papa que obedecerá al obispo de Roma (!). Reina rezando, pero no gobierna. ¿Quién gobierna?, el segundo “papa”, Pedro el romano.
Mis buenos sedebergoglianos, no me digan que esto no es una rotura total con la Tradición y una reforma feroz y brutal del papado, elaborada en el laboratorio teológico, ¡por los finos y exquisitos teólogos!
Si el espíritu del Vaticano II entre tantas cosas buscó secularizar lo sagrado, la dimisión de Benedicto XVI se enmarca en este mismo espíritu conciliar, el cual para los idealistas es una evolución incontenible. Y es incontenible como dice Gänswein:
La renuncia trascendental del Papa teólogo ha representado un paso hacia adelante...4
Para ser más crudos y sintéticos en el análisis, digamos, que el ente papal se dividió en una materia, Benedicto XVI, y una forma, Francisco; pero el papado es único pues no se puede separar materia y forma, y para componerlo, se requieren metafísicamente las dos cabezas.
3. Para confirmar este disparate filosófico, en Roma cae un hermoso rayo sobre el cuppolone. Ahora se tienen dos papas, uno (o más) pasivo y otro activo. El ejemplo lo hallamos en el perfecto consulado de la vieja república romana narrada por Tito Livio.

4. Benedicto, como papa materia o papa pasivo, le debe ceder la jurisdicción al papa activo, pues el papado no es en sí mismo solo una jurisdicción, sino que tiene una jurisdicción, y lo hace diciendo que la sede está vacante. Pero a la sede pasiva no renunció, sino que la cede solamente en la faz activa, porque él la ocupa en la faz pasiva, a la cual se ve imposibilitado de renunciar.
Hasta este punto “4” los benevacantistas, no inventamos nada, solo tomamos nota de las idioteces que los “finos y exquisitos teólogos” elaboran. Estupideces, que no podemos seguir y no inventamos subjetividades, tampoco interpretamos lo que cada uno quiso hacer, porque quien hace algo limpio, debe ser claro en su accionar. Esto está muy sucio. Este Vaticano está lleno de impurezas, por ello todo lo que toca, se destruye.
5. El consistorio elige el fatídico día 13 de marzo (13/3/13) a un cardenal criptohereje, pues se había arrodillado ante los pastores pentecostales, con los cuales había estado imbuyéndose en un retiro doctrinal. Bergoglio toma el nombre virtual de Francisco y asume la sede activa cedida por Benedicto XVI, quien no se retira vestido de rojo como un cardenal o como un obispo, sino que vestido de blanco, sigue siendo papa, o papa materia, es decir, puramente pasivo.
6. Bergoglio acepta de buen grado esta situación, y se proclama abiertamente el mismo día de su elección, en la plaza San Pedro, como obispo:
Y sigamos adelante todos juntos, el pueblo y el Obispo, todos juntos;...
7. A partir de este momento, la iglesia ostenta dos papas para ocupar un mismo ministerium, uno pasivo, sin jurisdicción y otro activo con jurisdicción.
***
Nuestra posición ante los hechos
Ante este laberinto, la posición de un “loco” mal llamado benevacantista, contra un “cuerdo” bien llamado sedebergogliano, es la siguiente:
Somos “locos”, pero todavía logramos razonar un poco, y las explicaciones que nos dan los “cuerdos” no nos convencen en absoluto, deberían esforzarse un poco más, porque las consideramos irracionales o insuficientes. Por lo tanto nos vemos obligados a decir que ...
1. Benedicto XVI sigue siendo papa hasta tanto no renuncie también a la materia del papado, es decir al papado pasivo, pues no se puede dividir la materia y forma del papado en dos papas. Que renuncie al papado pasivo, se vista de rojo y se encierre en un monasterio con su hermano para cantar maitines, y nosotros de muy buenas ganas renunciaremos al benevacantismo y comenzaremos a hablar de la papolatría.
2. Bergoglio actúa como papa virtual, con solo una sede parcialmente cedida.
3. Un “loco” benevacantista, obedece a la jurisdicción de Bergoglio, pues Benedicto se la ha cedido, pero nunca lo llamará papa.
4. No existe en esta situación ninguna sede vacante. ¿Cómo podemos decir que la sede está vacante cuando la ocupa un consulado de dos personas? Por tal motivo no existe el criptosedevacantismo que nos atribuye Roberto de Mattei.
5. Un “loco” benevacantista, considera a Bergoglio como criptohereje, desde antes de asumir el papado, por cuyo motivo su obediencia es siempre condicional en estos aspectos:
a. Bajo la condición de no seguir herejías manifiestas.
b. Bajo la condición de no caer en inmoralidades manifiestas.
c. Bajo la condición de no romper con el magisterio anterior al dúo: Benedicto-Bergoglio.
d. Bajo la condición de no obedecer berrinches y caprichos de mero tinte personal, como ser, la beatificación del montonero Angelelli.
6. Un “loco” benevacantista, se ata a la realidad de los hechos, no a las subjetivas interpretaciones de los sedebergoglianos.
7. Un “loco” benevacantista, reza y pide que se deponga a Bergoglio ipso facto, por tres motivos:
a. Porque es un papa virtual.
b. Porque es un hereje, que conduce la Iglesia a un gigantesco cisma.
c. Porque es un inmoral.
***
Objeciones
Sed contra.
La iglesia aceptó la renuncia de Benedicto XVI como válida y dio por descontado que renunció al munus y con él a todo el papado, siendo en estos momentos la figura de papa virtual, como papa emérito.
Respondeo.
La iglesia en este caso, es el cuerpo de cardenales, quienes no gozan de inerrancia, por tal motivo, pasaron por alto los disparates ofrecidos en bandeja en el texto de la renuncia y en sus posteriores declaraciones.
La iglesia no puede suponer lo que no se dice abiertamente, so pena de errar y como supuso, erró.
Y sigo el pensamiento de Enrico Maria Radaelli:
«La dimisión de un Papa aunque permitida legalmente, "no está permitida metafísica y místicamente, porque en la metafísica está unida al nudo del ser, que no permite que una cosa contemporáneamente sea y no sea, y en la mística está unida al nudo del Cuerpo místico que es la Iglesia, para el cual la vicariedad asumida [por el sucesor de Pedro] con el juramento de la elección pone el ser del elegido en un plano ontológico sustancialmente distinto del dejado: en el plano más alto metafísica y espiritualmente de Vicario de Cristo".» 5
Sed contra.
Bergoglio fue elegido papa por un Consistorio y fue aprobado y aceptado como tal por toda la iglesia.
Respondeo.
Este no es un argumento teológicamente válido, sino un argumento ad hominem. Les recuerdo a los sedeberboglianos que el Vaticano II fue un Concilio aprobado y aceptado como tal por toda la iglesia. ¿Y qué pasó después? Ustedes saben la respuesta.
Sed contra.
La iglesia como el Vaticano determinó que Bergoglio es Francisco, y como tal debe ser considerado papa.
Respondeo.
La Iglesia no otorga el papado, quien lo hace es Jesucristo mismo. La Iglesia solo lo elige, y de esa elección Jesucristo confiere su Gracia de estado al Papa.
La Iglesia, considerada como organismo o estructura humana puede equivocarse al elegir un papa. Y esta es la respuesta que nos dan los distintos cismas, donde se mal eligieron muchos papas, que hoy llamamos antipapas.
***
Siempre pueden existir dudas tanto para los sedebergoglianos como para los benevacantistas, y existe un último y final criterio para salir de las dudas, el mismo es el que propone Jesucristo en Mateo 7,16:
Por sus frutos los conoceréis.
Preguntémonos, entonces: ¿Quién es Papa, Ratzinger o Bergoglio? Y apliquemos el último criterio para despejar nuestra legítima duda:
Por sus frutos “lo” conoceréis...
Esta es la causa por la cual los benevacantistas hemos crecido y seguiremos creciendo, Begoglio nunca fue Francisco.


1 BENEDICTO XVI - AUDIENCIA GENERAL - Plaza de San Pedro, Miércoles 27 de febrero de 2013
2 http://www.benedictogaenswein.com/vernoticia.php?Id=2731
3 Ibídem.
4 Ibídem.
5 Sandro Magister. - www.chiesa.espressonline.it. ROMA, 20 de febrero de 2013.

martes, 9 de abril de 2019

¿Qué hacer con este papado herético? Disputant auctores (III)


Esta tercera teoría se deduce de las opiniones informales del Profesor Roberto De Mattei. Su declaración completa puede leerse en este sitio--->.
III. La teoría de la espera política
De Mattei en su declaración, presenta tres caras:
1. Está de acuerdo en algunos puntos con la opinión quietista de Schneider, criticando el resto de su opinión.
2. Afirma que sigue los conceptos de Arnaldo Xavier da Silveira.
3. Reivindica la posición de Schneider por ser en este momento una alternativa política válida.
Veamos sus declaraciones.
De Mattei está de acuerdo con la posición quietista:
1. Para empezar, estoy totalmente de acuerdo con monseñor Schneider cuando admite la posibilidad de que un pontífice pueda difundir errores doctrinales o herejías, aunque jamás lo haga ex cathedra. La hipótesis del papa herético no sólo está sustentada por casi todos los teólogos y canonistas, sino que es también un hecho histórico que se dio, por ejemplo, con el papa Honorio, y que puede trágicamente repetirse.
2. Otro aspecto que aclara bien monseñor Schneider a la luz de las enseñanzas de la Iglesia es la postura que se debe adoptar cuando un pontífice incurre en herejía: «Al lidiar con el trágico caso de un Papa herético, todos los miembros de la Iglesia, comenzando con los obispos, hasta los simples fieles, tienen que usar todos los medios legítimos, como las correcciones privadas y públicas del Papa errante, constantes y ardientes oraciones y profesiones públicas de la verdad para que la Sede apostólica pueda nuevamente profesar con claridad las verdades divinas, que el Señor confió a Pedro y a todos sus sucesores».
Luego constata con lógica que la teoría de Schneider es insuficiente:
1. No basta con rezar en silencio como si no hubiera pasado nada.
2. Hay que resistir y reaccionar. Y la mejor manera de hacerlo es la corrección fraterna, que corresponde principalmente a los obispos y cardenales, pero que también pueden hacer llegar al Sumo Pontífice los simples laicos, como se hizo con la Correctio filialis. «En este tema el factor numérico no es decisivo. Es suficiente que incluso un par de obispos proclamen la integridad de la fe y corrijan así los errores de un Papa herético.
Por último, contradice la opinión quietista:
Esta afirmación me deja algo perplejo: «Un Papa no puede ser depuesto en ninguna forma y por cualquier razón, ni siquiera por herejía». Monseñor Schneider niega la posibilidad de que un pontífice sea depuesto, si bien reconoce que dicha tesis ha sido expresada por grandes canonistas y teólogos, como el cardenal Cayetano y San Roberto Belarmino, que son partidarios de ella.
En la segunda cara se declara partidario de la opinión de Arnaldo Xavier da Silveira, a quien hemos expuesto en la entrada anterior.
1. La postura que a mi juicio es más convincente es la del recientemente fallecido teólogo brasileño Arnaldo Xavier da Silveira, la cual resume en el capítulo VII de su libro Hipótesis teológica de un papa herético (Solfanelli, Chieti 2016). Arnaldo da Xilveira sostiene que existe una profunda incompatibilidad entre la herejía y la jurisdicción eclesiástica.
2. Ahora bien, la pérdida del cargo no es automática. Teniendo en cuenta que por la Iglesia una sociedad visible sus actos oficiales deben ser igualmente visibles, el Papa hereje sigue siendo pontífice hasta que se manifieste plena y abiertamente su herejía. San Roberto Belarmino enseña que el papa hereje deja de ser papa cuando se hace patente su herejía. Esto debe entenderse como una manifestación plena, es decir, cuando la herejía se impone obligando a la sana pars de la Iglesia Católica.
3. Si un sector de los católicos considera dudosa o insuficiente dicha manifestación, ello se debe a que la manifestación no es plena o a que no constituyen la parte sana del catolicismo. En ese caso será inevitable el choque, y todo dependerá del sensus fidei de los católicos y de los movimientos de la gracia. En tanto que sea tolerado y aceptado por la Iglesia universal, el hereje será legítimo papa, y en principio sus actos serán válidos.
4. La pérdida del pontificado no será, por tanto, consecuencia de haber sido depuesto por nadie, sino un acto del propio pontífice, que al convertirse en hereje formal y notorio se habrá excluido a sí mismo de la Iglesia visible, renunciando con ello tácitamente al pontificado.
En la tercera cara, opina que la posición de Schneider, es políticamente válida en estos momentos:
1. ...la postura de monseñor Schneider me parece relativamente aceptable en este momento, a fin de evitar el criptosedevacantismo al que tienden algunos tradicionalistas.
2. En cuanto a este punto, mi postura coincide con la de monseñor Schneider, no a nivel de tesis sino a nivel práctico.
3. Me parece que los errores o herejías del papa Francisco, aunque los profese públicamente, no conllevan la pérdida del cargo, ya que no son conocidos y manifiestos para todos los católicos.
4. Muchos de ellos siguen interpretando pro bono las palabras y actos de Francisco sin percibir malicia alguna. No se puede decir que la pérdida de fe del Papa sea evidente y manifiesta.
5. Cuando San Roberto Belarmino y el cardenal Cayetano escribieron sus libros la sociedad era plenamente católica, el sensus fidei estaba desarrollado y era muy fácil percibir la herejía en un sacerdote, un obispo o incluso un papa. Hoy en día la gran mayoría de los bautizados, los sacerdotes, los obispos e incluso el Papa están inmersos en la herejía y son muy pocos los que pueden reconocer la verdadera fe. Por eso, las correctas indicaciones de los grandes teólogos clásicos son difíciles de seguir en la práctica. El célebre canonista Francisco Javier Wenz establece una distinción importante en su Jus Decretalium (tomo VI, 1913, pp. 19-23) entre delitos públicos y notorios. Publicum no equivale a notorio: «Publicum est vocabulum genericum quod sub se complectitur notorium, manifestum et public simpliciter” (p. 21). Un delito es público cuando está difundido pero no todo el mundo lo entiende como delito. En cambio, notorio quiere decir que es conocido de todos: “Los hechos notorios no tienen necesidad de prueba » (can. 1747, 1).
6. En mi opinión, la promoción y difusión de herejía por parte de Francisco es pública, pero no es notoria en el sentido canónico del término. Por esta razón, debemos reconocerlo como Jefe Supremo de la Iglesia Católica.
7. Para mí, no es factible deponerlo; no en tesis, sino en este momento concreto de la historia. Eso sí, todo podría cambiar de un día para otro. En este sentido, yo también, como monseñor Schneider, confío en la Divina Providencia pero sin excluir posible situaciones futuras como la de un papa hereje que deje de ser papa.
***
Crítica y comentario a su teoría
Por lo expuesto en su tercera cara, hemos llamado a esta postura: “La espera política”.
De Mattei entró en el laberinto de la casuística, al que nos lleva de la mano, la posición de Arnaldo da Silveira. Este laberinto, inhibe y paraliza. Nadie sabe como se entra y ni el mismo demonio sabe como se sale. El mismo laberinto al que llevó Bergoglio con los “Amoris Lætitia” para imponer solapadamente la comunión a los divorciados. Es el mismo laberinto del infierno, donde todos conocen como entraron, pero nadie sabe como salir.
El laberinto para el minotauro político de estos momentos, plantea estos puntos:
1. Este papado, ¿es aceptado por la Iglesia universal, es tolerado, o es temido? Como esta es una situación de laberinto, podemos decir que se dan las tres respuestas. Los herejes lo aceptan, y los no herejes lo toleran y muchos lo temen. Olvida De Mattei que este papado, es ferozmente absolutista y puede expulsar a quien se le ocurra.
2. Nuevamente exponemos lo criticado con Mons. Schneider: el laberinto hace que no se vea con claridad. La situación actual no es de tanta sencillez, es bien compleja. Estamos inmersos en un cisma virtual, el cual De Mattei tampoco toma en cuenta, por consiguiente, la parte herética de una iglesia que aún no se desprendió del tronco vital de Jesucristo seguirá proclamando Papa al hereje, lo cual hará siempre posible la situación donde un sector de los católicos considere dudosa o insuficiente dicha manifestación.
3. De Mattei habla de criptosedevacantismo, pero nada del ascenso al papado de un criptohereje como Bergoglio quien se arrodilla a los pies de los pastores pentecostales.
Por su parte cae en estas contradicciones:
1. Si a Bergoglio se lo depone, no puede existir criptosedevacantismo, pues se elegiría otro “papa” en su lugar.
2. De Mattei no parece percatarse que ya vivimos en un criptosedevacantismo. Al perder Bergoglio toda autoridad teológica y moral, la sede de Pedro, bien o mal ocupada, queda de hecho vacante por la desobediencia en masa. La situación donde el mismo autor espera y tolera a un papado herético, se genera desde el criptosedevacantismo. Y en este campo reproduzco la cita de una página:
El episcopado mundial, en su gran mayoría, ha enmudecido respecto al Papa. Como si les diera vergüenza aparecer como aguerridos francisquistas. Más bien parecen a la espera de que el nublado desaparezca. ¿Pero tras el mismo, volverá a salir el sol?
...
Y todo es penoso.
Más dimisiones se suman a las anteriores. Y dando también un portazo. Habrá quien diga que son ratas que abandonan el barco que se hunde. Otros pensarán que ante el naufragio ha llegado el momento del Sálvese quien pueda. Eso es lo de menos. Lo realmente grave es que el barco se hunde. 1
Ante esta situación, De Mattei no tiene respuestas, al menos hasta el momento.
3. Una cosa son todos los católicos del punto “3” de la tercera cara y otra cosa el muchos de ellos del punto siguiente (“4”). Interpreto que esto es una simple entrevista, pero desnuda fallas de visión general.
4. Existe un sector de católicos que ha respirado herejías y aplaude el papado herético, como lo hace el episcopado argentino, por citar tan solo un ejemplo. Estos supuestos “católicos” adolecen de toda autoridad para definir acciones en un futuro próximo, y sus aplausos u apoyos al papado herético no pueden ser tomados en consideración.
5. Su contradicción se hace patente, porque por un lado lo reconoce como Jefe Supremo de la Iglesia Católica y por otro lado afirma que las decisiones heréticas pueden ser válidas. ¿Cómo puede entenderse semejante disparate?
Por otra parte, creo que saca una pésima conclusión al decir “las correctas indicaciones de los grandes teólogos clásicos son difíciles de seguir en la práctica.”
Esta es una peligrosa simplificación de la situación presente. Qué entiende De Mattei por católicos. ¿Kásper es católico? ¿Marx es católico? ¿Parolin es católico? ¿La línea pederasta de la Santa Sede es católica? Quiénes son todos los católicos? Un análisis vago y poco realista de la situación.
Como dice él: Hoy en día la gran mayoría de los bautizados, los sacerdotes, los obispos e incluso el Papa están inmersos en la herejía y son muy pocos los que pueden reconocer la verdadera fe.
Justamente por este motivo es más apremiante seguir las indicaciones de los grandes teólogos.
***
Esta posición de La espera política, se diferencia de la quietista de Schneider porque no duerme en la bodega de la barca. A De Mattei no lo encontramos en un camarote de la nave, sino despierto sobre la cubierta: mira la tormenta, mira los marineros, y espera, ¿qué espera? Lo notorio en el capitán. Algo que solo él cree ver.
La diferencia entre “público” y “notorio”, en estos momentos es una distinción bizantina que en nada modifica la realidad. Él mismo dice vivir en una sociedad muy diversa a los antiguos pensadores, por consiguiente en una iglesia superinformada, como la que vivimos, la diferencia entre “público” y “notorio”, en la práctica no existe.
Si Bergoglio es hereje, ya sea público o notorio, perdió ipso facto toda autoridad, sus acciones como Papa o supuesto papa no son válidas en absoluto. 
La realidad siempre es superior a la ley. No se puede esperar una situación canónica en una situación de tanta emergencia. Las leyes no crean la realidad, simplemente les dan un orden.
Haciendo una alegoría final, De Mattei se parece al médico, que ante una gangrena, aconseja no cortar el miembro, sino esperar que se manifieste mucha más.

1 https://infovaticana.com/blogs/cigona/tremendo-articulo-de-specola-en-infovaticana/

jueves, 4 de abril de 2019

¿Qué hacer con este papado herético? Disputant auctores (II)


El ensayo de Arnaldo Xavier da Silveira (1929-2018) es muy consultado en estos días, quien plantea el tema del papa hereje y lo deja abierto, invitando a que otros se sumen con sus aportes para buscar un acuerdo general entre los teólogos, de modo que una opinión determinada pueda clasificarse como teológicamente cierta. Hoy este tema se ha vuelto crucial para quienes siguen creyendo que el porteño Bergoglio, es realmente un papa caído en herejía.
II. La teoría de la incompatibilidad radical
En síntesis, esta teoría se resume considerando que el hereje, se ha desprendido del tronco de la Iglesia y por consiguiente es imposible que sea su cabeza visible y Vicario de Jesucristo.
El pensamiento completo de Arnaldo Xavier da Silveira puede leerse por la web desde el inglés.1 Aquí tan solo transcribimos algunos párrafos que creemos esenciales.
En su primer capítulo menciona las cinco opiniones que se dan sobre un papa hereje:
1 - El Papa no puede ser un hereje;
2 - cayendo en la herejía, incluso meramente interna, el Papa ipso facto pierde el Pontificado;
3 - a pesar de que cae en una herejía, el Papa no pierde su cargo;
4 - el papa hereje no es depuesto ipso facto, sino que debe ser declarado depuesto por la Iglesia;
5 - El papa hereje es depuesto ipso facto en el momento en que se manifiesta su herejía. (pág. 143)
En su Capítulo VII de la Segunda parte, dice el autor que sigue la opinión de San Roberto Belarmino (1542-1621) que sería la quinta opinión y pasa a desarrollarla:
1. Posibilidad de un papa hereje.
No encontramos, ni en la Escritura ni en la Tradición, razones que demuestren la imposibilidad de la caída de un Papa en la herejía. Por el contrario, numerosos testimonios de la Tradición hablan a favor de la posibilidad de caer en una herejía, y estudian las consecuencias que tal hecho tendría para la vida de la Iglesia.
2. Incompatibilidad Radical
La Escritura y la Tradición dejan en claro la existencia de una profunda incompatibilidad radical (en su raíz), entre la condición de hereje y la posesión de jurisdicción eclesiástica, ya que el hereje deja de ser miembro de la Iglesia.
Esta incompatibilidad es tal, que normalmente la condición del hereje y la posesión de la jurisdicción eclesiástica no pueden ser armonizadas. Sin embargo, esto no es absoluto, o esto no se da de modo que, cayendo en una herejía interna, o incluso externa, el titular de la jurisdicción eclesiástica esté destituido de su cargo ipso facto, en todos los casos e inmediatamente.
Los argumentos presentados por los diversos autores en relación con este último punto son decisivos, y en particular los argumentos extraídos de la práctica de la Iglesia: por el Código de Derecho Canónico el hereje solo pierde jurisdicción cuando se dicta una sentencia condenatoria y declaratoria contra él. Los sacerdotes que han abandonado la Iglesia tienen jurisdicción para dar la absolución a personas en peligro de su vida; comúnmente se admite que los obispos de rito oriental cismáticos (también herejes) poseen una jurisdicción que los Papas les conceden tácitamente; etc.
Por lo tanto, no calificamos esa incompatibilidad como "absoluta", pero hablamos solo de "incompatibilidad in radice". La herejía corta la raíz y el fundamento de la jurisdicción, esto es, la fe y la condición de ser miembro de la Iglesia. Pero no elimina ipso facto y necesariamente la propia jurisdicción. Así como un árbol puede conservar la vida incluso por un tiempo después de que sus raíces se cortan, así también, en casos frecuentes, la jurisdicción perdura incluso después de caer en la herejía de quien la poseía.
Sin embargo, la jurisdicción solo se conserva en la persona del hereje por un título precario, en un estado de violencia y en la medida en que se requiere por una razón precisa y evidente, dictada por el bien de la Iglesia o de las almas. - De este modo, eliminamos la posición según la cual, bajo ninguna hipótesis, el Papa herético perdería su cargo (tercera opinión enumerada por San Roberto Bellarmino); además, esta posición tiene en su contra otros argumentos de peso extraídos de la tradición y la razón natural.
3. La jurisdicción del hereje.
Ya cortada en la raíz, la jurisdicción del hereje solo subsiste en la medida en que sea sostenida por otra persona. Así es como el Papa sostiene, por el bien de las almas y como salvaguardia del orden jurídico en la Iglesia, la jurisdicción de un obispo hereje que aún no ha sido depuesto.
Si es el Sumo Pontífice quien cae en la herejía, ¿quién podrá sostener la jurisdicción en él? - ¿La Iglesia? No lo creemos, porque en fin, cuando se considera en contraposición al Papa, no es superior a él y, por esa razón, no puede sostener su jurisdicción. El Papa no está sujeto a la ley eclesiástica. - ¿Jesucristo? Sí, en la medida en que sea lícito atribuirle la intención de mantener la jurisdicción en la persona de un hereje pontífice.
4. La cuestión central
Aquí está planteada, entonces, la pregunta central: ¿podría haber circunstancias en las que uno pueda o deba decir que Nuestro Señor estableció que sostendría, al menos durante algún tiempo, la jurisdicción de un Papa eventualmente herético?
No existe nada, en la Sagrada Escritura y en la Tradición, que constituya una respuesta segura y definitiva a esa pregunta. Como no buscamos, aquí, solo los argumentos de probabilidad, pero principalmente las razones que justifican una certeza, debemos descubrir si podemos encontrar en otro lugar elementos seguros para responder a la pregunta que se propone.
Como es obvio, en el material teológico no se puede concebir una argumentación que no comience al menos desde una premisa revelada. Lo que buscamos, por lo tanto, es una premisa menor, extraída no de la Revelación sino de la razón natural, y que, unida a una premisa principal revelada, proporciona una solución segura a la pregunta presentada anteriormente.
Juzgamos que la premisa principal revelada a partir de la cual debemos comenzar es el dogma de que la Iglesia es una sociedad visible y perfecta. Como premisa menor, debemos poner el principio, extraído de la naturaleza misma, según el cual los eventos de la vida pública y oficial de una sociedad visible y perfecta deben ser "notorios y divulgados públicamente". Desde allí se podría concluir que la destitución eventual del jefe de la Iglesia no sería un hecho jurídicamente consumado mientras no se hiciera "notorio y divulgado públicamente".
5. Se excluye la necesidad de una declaración.
En nuestra opinión, los argumentos presentados anteriormente eliminan las opiniones según las cuales el Papa perdería el Pontificado en el momento en que cayó en la herejía interna, en la herejía oculta externa y en la herejía externa manifiesta, pero no "notoria y divulgada públicamente”.
Quedarían aún dos posiciones por examinar: la de la pérdida ipso facto por herejía "notoria y divulgada públicamente", y la de la pérdida por medio de una declaración.
Ahora, esto último parece insostenible, ya que, como lo demostró San Roberto Bellarmino en su argumentación contra Cayetano, no puede armonizarse con el principio de que ningún hombre puede juzgar al Papa.
6. El Grado de Notoriedad y Divulgación.
¿Cuál es el grado de notoriedad y divulgación necesarios para que el Papa eventualmente herético se considere depuesto? - En respuesta a esta pregunta, debemos observar inicialmente que habría un cierto grado de notoriedad y divulgación en el que, sin ninguna duda, se produciría la pérdida del cargo. El problema se crearía, eso sí, en relación con el momento preciso en que se produce la destitución. En cuanto a este detalle, la pregunta que se propone solo se podrá responder finalmente en función de las circunstancias concretas. Los conceptos de "notorio" y "divulgado públicamente" nos parecen claros en teoría; su aplicación en el orden concreto requeriría el examen de una extensa casuística, que no tenemos espacio para tratar aquí.
Es suficiente, por el momento, recordar una observación que hicimos anteriormente: uno no tiene que sostener que esta opinión es falsa debido al hecho de que en la práctica sería capaz de provocar disensiones de magnitud.
7. Conclusión
Resumiendo: Creemos que un examen cuidadoso de la cuestión de un papa hereje, con los elementos teológicos de los que disponemos hoy, permite concluir que un eventual papa herético perdería su carga en el momento en que su herejía se hizo "notoria y públicamente divulgada”. Y pensamos que esta opinión no solo es intrínsecamente probable, sino también cierta, ya que las razones alegadas en su defensa nos parecen absolutamente convincentes. Además, en las obras que hemos consultado, no hemos encontrado ningún argumento que nos haya convencido de lo contrario.
De todos modos, otras opiniones siguen siendo extrínsecamente probables, ya que tienen a su favor autores de peso. Por lo tanto, en el orden de acción concreta no sería lícito tomar una posición determinada, buscando imponerla sin más preámbulos. Es por esta razón que, como dijimos al principio, invitamos a los especialistas en el material a volver a estudiar la pregunta. Solo así será posible llegar a un acuerdo general entre los teólogos, de modo que una opinión determinada pueda clasificarse como teológicamente cierta.
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Comentario y crítica final
Como Arnaldo Xavier da Silveira afirma en su ensayo el tema del papado herético no está cerrado, sino abierto para ulteriores aportes y sistemáticas redacciones. Por consiguiente, previene de aquellos que se ríen de los dogmas, pero dogmatizan a rajatablas el papado de Bergoglio. Entre ellos hallamos el idealismo de Kasper y al dogmático “Coccolato” de Tucho, arzobispo de La Plata, quien siempre fue el correveidile de Bergoglio.
En todo el ensayo, el autor se basa en tradicionales autores, pero pareciera que se enreda entre dos conceptos, la herejía por un lado y la jurisdicción por el otro, cayendo luego en la casuística. Existe un tercer elemento que no se toma en cuenta, y es la obediencia debida.
La obediencia es consecuencia inmediata de la autoridad que ocupa la jurisdiscción, pero no se identifica con ella.
Entiendo que en el punto de la cuestión central, Arnaldo da Silveira no hizo una exégesis de Mateo 16, donde Jesucristo otorga el primado a Pedro luego que este declarara su Fe en él. Desde esta cita evangélica, es incompatible que Jesucristo sostenga la jurisdicción de un papa hereje.
Una jurisdicción puede perder la autoridad por distintos motivos, pero no la jurisdicción misma, y a la pérdida de la autoridad el súbdito no está obligado a obedecer. Es lo que sucede con la jurisdicción civil cuando se dictan leyes injustas o que van contra el orden natural. Se desobedece la autoridad y no se siguen sus leyes, pero no se le quita la jurisdicción. El catolicismo siempre fue antirrevolucionario.
En el caso del católico, toda obediencia a la autoridad eclesiástica se basa en la obediencia al mandato de Dios Padre. El papa hereje, ya no refleja la autoridad del Padre y la mera ocupación del papado es tan solo un mascarón de proa momentáneo de la barca de Pedro, mascarón del que muchos se ríen y cuyos mandatos caen en el olvido, o en una criptodesobediencia.
Esto trae aparejado otro peligro, el cisma. El papa hereje siempre tendrá seguidores y sucede que el concepto de notorio, pierde fuerza, pues para los herejes es lo notorio que esperaban.
Por último presenta el autor el gran problema, el laberinto de esta situación: ...solo se podrá responder finalmente en función de las circunstancias concretas. Los conceptos de "notorio" y "divulgado públicamente" nos parecen claros en teoría; su aplicación en el orden concreto requeriría el examen de una extensa casuística,...
Este laberinto, el de la casuística, agravado por los herejes que siguen a Bergoglio, es lo que trae la noche más densa de este tiempo.