EL EPISODIO
REAL. – El argumento se basa en un hecho real: 16 carmelitas,
de Compiègne, incluida una novicia, son guillotinadas en 1794,
durante la era del Terror de la Revolución Francesa, por negarse a
renunciar a sus votos monásticos.
LA AUTORA. –
Gertrud von Le Fort era protestante, oriunda de una familia de
origen hugonote, pero en 1926 se convierte durante su estancia en
Roma, al catolicismo.
TEMAS DE SU
OBRA. – La obra de Gertrud von Le Fort (1876-1971), se mueve
sobre tres ejes esenciales: La Iglesia, el Sacro Imperio
Romano-Germánico y la mujer.
Al primer eje
pertenecen las poesías compuestas dos años antes de su conversión,
son sus Himnos a la Iglesia (Hymnen an die Kirche).
Al segundo
pertenecen sus Himnos a Alemania (Hymnen an Deutschland), con
el destino, la misión y la victoria. Para la poetisa, la fuerza que
fortalece Alemania es la gracia divina.
El tercero,
se desarrolla describiendo la mujer como virgen, esposa, y madre. A
la primera visión de la mujer, pertenece esta novela.
PELÍCULA LLENA
DE CONTRASTES. – La película, no queda lejos de la obra de
Gertrud von Le Fort, y es una de esos films que no se ven una vez,
sino varias veces, y siempre se descubre algo nuevo. El relato
trabaja de espejo, pero un espejo externo donde transcurren los
hechos dentro de la feroz persecución francesa de los Sans
Culottes, y un espejo interno en el alma de las carmelitas.
TELÓN DE FONDO.
– El contraste entre los feroces hechos revolucionarios de los
adoradores de la diosa Libertad, y la paz del monasterio es un telón
de fondo, para explayar el alma de la mujer, en este caso, como
virgen.
LOS PERSONAJES
CENTRALES. – Cuatro son los personajes de mayor importancia en
el relato. En primer lugar las carmelitas Blanche de la Force
interpretada por Pascale Audret y Constance de Saint-Denis
interpretada por Anne Doat. Ambas ingresan juntas, poseen celdas
contiguas, profesan juntas y también morirán juntas. Entre ellas
existe un fuerte contraste: son el día y la noche.
Blanche
y Constance
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PERSONAJE
INVENTADO. – Blanche de la Force es un personaje inventado por
Gertrudis en su novela, sobre ella caerá toda la angustia
modernista. Blanca es un ser ferozmente atormentado por el temor a la
muerte. Nadie mejor que una mujer para hablar sobre la angustia
existencial y el sopor que sobrecoge a quienes la sufren. Por su
parte Constance, es lo opuesto, alegre, despreocupada, superficial.
PROTOTIPO DE
EVA. – Constance es un poco el prototipo de la Eva del génesis,
así se interpreta de la escena donde subida a un manzano devora las
frutas mientras debe recogerlas; acto seguido rompe la clausura
subiéndose a un muro para ver un desfile. ¿Cuál fue su explicación
ante la superiora? “Me encantan los desfiles.”
EL TEMA DEL
RELATO. – Todos los comentarios de Constance con su compañera,
acerca de la vida y de la muerte, torturan profundamente a Blanche,
quien ve caer sobre sus hombros la angustia de vivir y sobretodo de
morir. Este es el tema de la obra. ¿Qué hacer con esta angustia?
EL DÚO DE LAS
SUPERIORAS. – Por su parte, otro dúo de hermanas carmelitas
sostienen el relato: la superiora Madre Teresa de San Agustín
protagonizada por Alida Valli y la Madre María de la Encarnación,
interpretada por Jeanne Moreau. La Madre Teresa de San Agustín es el
prototipo de superiora, mujer inteligente y siempre a la altura de
las circunstancias. Por su parte la Madre María es siempre la que
secunda a las dos prioras. Personaje que carga con el peso del
movimiento del monasterio pero sin poder liderarlo.
La
Madre Teresa y la Madre María
MUERTE, DELIRIO
Y PROFECÍA. – Luego
del inicio de la obra, la priora, interpretada por Madeleine Renaud
se percata del problema de Blanche y busca ayudarla en su angustia.
Interesante el planteo que le hace a Blanche, tomado de San Pablo:
“Lo que Dios quiere probar en ti no es tu fuerza, sino tu
debilidad.” Pero sucede que la priora está ya muy enferma. Antes
de morir hará dos cosas: dejará en manos de la Madre María de la
Encarnación el cuidado de Blanche, se lo ordena de un modo muy
particular, a tal punto que le responderá de su obediencia luego de
la muerte. En segundo lugar, en su angustiante delirio mortal,
profetizará lo que acaecerá en el relato fílmico, la profanación
de la iglesia y del monasterio.
ACEPTACIÓN DE
LA ANGUSTIA. – Crucial es la votación de admisión que se le
hace a Blanche para ver si será admitida a pronunciar los votos como
carmelita. En la votación, sale rechazada, pero cuando se la
interroga sobre su angustia dará una brillante exposición, de lo
que se debe hacer con ella:
1. Ella no ingresó
al convento para vencer la angustia. Por lo tanto, si la envían
nuevamente con su padre, le hacen un grave daño.
2. Dirá que
convive con ella, como una enfermedad, puesto que Dios así lo ha
permitido.
Esto conmueve a la
priora, que tácitamente retira su voto negativo y le dice a la
novicia: “Yo nunca os abandonaré”.
LA ANGUSTIA
DESDE EL ATEÍSMO. – Hecho el planteo, cada uno hará la propia
interpretación de su enfermedad. Las autoridades revolucionarias la
protegerán, pues es el símbolo de la humanidad torturada por la
religión, por tal motivo le darán dinero, ropas y un salvo conducto
para ir con su padre, ignorando que como noble, ya estaba preso y a
punto de ser guillotinado.
EL CLÍMAX DEL
RELATO. – La obra desconcierta, sobretodo a los profanos, pues
no entienden, lo que aquí en más acontecerá.
Luego del clímax
de la película, donde los adoradores de la diosa Razón, buscan
tomar el convento por asalto como si se tratara de otra Bastilla. La
Madre María de la Encarnación propone una votación sobre el voto
de martirio, donde un solo voto negativo lo haría imposible.
Finalizado el escrutinio, existe un voto en contra. Todas las miradas
se dirigen hacia Blanche, pero curiosamente no es ella quien lo hizo,
sino la alegre de su compañera Constance.
A partir de este
episodio, Blanche no dará un paso en falso en los momentos cruciales
de la obra, y esto se explica por la intervención de la gracia
divina. Esto hace que el relato sea totalmente carente de lógica.
FINAL
DESCONCERTANTE. – El final es de un contraste realmente agudo.
La Madre María de la Encarnación, no podrá acompañar a sus
compañeras a la guillotina, recibiendo la orden de permanecer, para
mantener vivo el Carmelo. La sentencia la dio ella misma cuando le
dice a la autoridad de Compiègne: Donde exista una de nosotras,
existirá un Carmelo. Duro es el recitado de ella en el
padrenuestro mientras observa la muerte de sus hermanas, clavándose
en el hágase tu voluntad...
LA INSÓLITA
MUERTE DE BLANCHE. – Por su parte, Blanche de la Force que no
estaba acusada, que se había escapado del monasterio, que no estuvo
presa, que nadie la perseguía, llorando de lejos el triste final de
sus compañeras, avanza luego muy serena, cantando la última estrofa
del Veni Creator para ascender sonriente la escalinata de la
guillotina, mientras su compañera Constance, a quien maniataban para
el suplicio, se da vuelta y sonríe, pues sus oraciones fueron
escuchadas. Interesante es el detalle que hace Blanche de recoger
unas flores en el suelo y subir a la guillotina con ellas, el mismo
ramillete del inicio de la película, cuando lo presenta en sus bodas
con Jesucristo, y ahora lo lleva para su boda eterna.
La
última del cadalso
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UNA OBJECIÓN. –
Solo encuentro una objeción al relato. Blanca afirma durante el
desarrollo, que cómo Dios permite que un ángel atraviese con su
lanza el corazón de Santa Teresa de Ávila. Una carmelita nunca
puede opinar de este modo, por más angustia que sobrelleve. Sin
lugar a dudas, los autores no conocen bien el episodio de la
transverberación, sobretodo en la débil explicación que le dan a
continuación.
LOS CRÍTICOS
OPINAN. – Por último, he aquí algunas opiniones de los
críticos:
«Esta
narración quedará. En los últimos siglos no ha habido otra de
tanta plenitud mística». (Paul Claudel)
«La fama de los Diálogos de Carmelitas de Bernanos y la ópera del mismo nombre compuesta por Francis Poulenc ha superado con creces la de esta novela que los inspiró, y sin embargo no alcanzan la misma riqueza de temas y de personajes que nos presenta von Le Fort en esta "obra maestra en miniatura"». (De la Introducción de Victoria Howell)
«La fama de los Diálogos de Carmelitas de Bernanos y la ópera del mismo nombre compuesta por Francis Poulenc ha superado con creces la de esta novela que los inspiró, y sin embargo no alcanzan la misma riqueza de temas y de personajes que nos presenta von Le Fort en esta "obra maestra en miniatura"». (De la Introducción de Victoria Howell)
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