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lunes, 30 de junio de 2025

Del Luteranismo al Paganismo y ¿del Paganismo a la locura?



El poeta Friedrich Hölderlin (1770-1843) fue un pietista. Su infancia está marcada por la muerte de su padre cuando tenía dos años, quien era el administrador del seminario protestante de Lauffen. Cuando contaba con nueve años, fallece su padrastro. Un sentimiento de orfandad perduró en su infancia. 1

El dios Hércules es su fuerza y con ella encaró su orfandad. ¿Dicho dios era un símbolo renacentista o una realidad? Todo parece indicar lo segundo. Cuando creció, se percató que su padre fue Helios. 2

Sin embargo, el poeta no fue impedido en su infancia de elaborar sus propios sueños.

Hundido en el sueño de la infancia,

yacía yo como el mineral en su ganga. (A Hércules) 3


¡Benditos seáis, sueños de la infancia,

me ocultabais la miseria de la vida! (Viajero) 4


¡Cuánto tiempo, cuánto tiempo hace

que la paz de la infancia se volara! (Regreso a la Patria) 5

Entró en el seminario de la Iglesia protestante en la ciudad de Tubinga, en Wurtemberg para estudiar Teología. Allí fue amigo y compañero de Hegel y Friedrich Schelling. Parece que Hölderlin fue quien influyó en Hegel la teoría de Heráclito, de la cual surgirá su dialéctica. Fue en la Grecia clásica donde encuentra la armonía entre hombre, sociedad y naturaleza. Grecia es para esta generación el ideal romántico. 6

Además la Grecia antigua no es tan solo el modelo, sino el todo de su pertenencia y le pertenecerá hasta la misma muerte. Ya no estamos ante un luterano. Tampoco estamos ante un renacentista que toma la mitología como simbolismo. El poeta da un paso más. Él pertenece a la mitología. Es parte integrante de ella. ¿No eran los luteranos quienes hablaban de la Roma pagana pues se esgrimía la mitología en las pinturas? ¿Cómo se llega a caer en lo que se criticó desde un principio?

Este paganismo lo llevará al panteísmo, pues la diferencia entre religión griega y panteísmo es demasiado sutil.

En comunión con todos los seres,

felizmente lejos de la soledad del Tiempo,

cual peregrino que vuelve a la casa paterna,

así volvía yo a los brazos del Infinito. (Viajero)7

Como toda su generación, vio en la Revolución Francesa un nuevo inicio, un nuevo αρχὴ, un reinicio que lo alejará de Lutero. En 1793 sale del seminario con la licenciatura para dedicarse al ministerio evangélico, cosa que no hará en absoluto. Al menos fue coherente. Se instaló en Jena, la “Florencia” romántica, y tuvo encuentros con Novalis. Asistió a las clases que daban Goethe, Herder, Fichte, y Schiller, de donde saldrá con la patente de romántico, componiendo su Hiperión, o El eremita en Grecia.

Con las ideas de Herder, Hölderlin se dedica a la poesía. 8 No pueden leerse estos versos sin pensar en Homero y su Ilíada.

El poeta fervoroso partidario de la Revolución Francesa siente su decepción política en los ideales que albergaba como estudiante. Napoleón no es el ideal, es lo concreto, y esto rompe el idealismo teutón. Una cosa era vivir en el poema y otra cosa vivir lo real del mundo. 9

De Grecia a la “locura”

No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo. (Ex 20, 17)

Este mandamiento no le era desconocido al poeta, pero no pudo resistirse a la mujer del prójimo, llamada en sus poemas, la Diotima. Desde el principio debió darse cuenta que el romance era fallido con la esposa del banquero, pero Hölderlin es romántico, y el amor imposible es su estímulo. Algo que lo perturbó vigorosamente. El amor imposible, era el morbo de la época. El sueño de un ideal, imposible de alcanzar. Fenómeno que lanza ríos de tinta para exacerbar los sentimientos y terminar con toda su lógica: mal. Era la lucha entre el ich y la realidad adversa. El yo trascendental, que en el amor no lograba trascender. Hallazgo macabro, pero redituable en fama y ventas, tal como le sucedió a Rousseau y Goethe. 10

Toda mujer es vista por el varón en la era romántica, como ángel o demonio. Es el idealismo aplicado a la mujer. En este caso, el poeta la ve como angelical. Sin embargo, llega el inevitable adiós. 11

Todo parece indicar que ella esgrime motivos religiosos, pues a esta altura, no sería probable que lo hiciera el poeta. 12

Lentamente, los ideales revolucionarios se apagan. 13 Todo está preparado para lo peor.

¿Quién es el ich?

El poeta sufre una feroz crisis de identidad. ¿Quién es el yo? Esta curiosidad puede tener hoy muchos analistas médicos que la tilden de esquizofrenia o tal vez de otra cosa. Algo que los sesudos y barbudos sabuesos de las capas interiores del hombre no saben en absoluto. Me refiero a los pliegues del alma. Cuando se niega lo espiritual no pueden en absoluto acertar de un modo claro, con un análisis que justamente incluye lo que la ciencia moderna no admite. Se pretende mirar con ojos materiales a un poeta que no hace otra cosa que hablar de espíritus. Esto descalifica toda ciencia vista con ojos humanos.

El proceso de Hölderlin es llamativo. Como hemos relatado se inicia con los espíritus griegos de la paganidad. 14 Luego analiza los fracasos que tuvo en su vida laboral de preceptor, que se presentarán ante él y le mostrarán su desastrosa vida. ¿Ahora cómo se hace para olvidar todo el pasado? 15 Existe un solo recurso, beber las aguas del Leteo, y estas aguas, tan reales para él, comenzaron a surtir efecto. Comenzó a olvidar su nombre.

En 1852, una dama relata al escritor Moritz Hartmann que en un castillo que habitaba con su padre cerca de París, lo encontró saludando las estatuas con los brazos en alto, como lo haría un antiguo griego. Estaba totalmente desgreñado. Cuando le preguntaron su nombre respondió:

―«Mañana se lo diré. A veces me cuesta recordar mi nombre».

El poeta consciente de su desequilibrio abandona su trabajo de preceptor en Burdeos y regresa a su patria. Se conjetura que desde París hasta Nürtingen, hizo gran parte del trayecto a pie.

Hace tiempo habían comenzado lentamente sus ataques de locura, que lo fueron retirando de las actividades sociales, hasta que un ebanista se hizo cargo de él y ocupó la buhardilla de una torre en Tubinga junto al río Neckar.

Ya encerrado en la buhardilla de la torre, le confiesa al ebanista Zimmer: «Yo nunca me he llamado Hölderlin».

Cuando se le pedía alguna poesía, colocaba la mayor parte de las veces, la firma de Scardanelli. Eran los efectos del Leteo.

En este estado, sus poesías son breves con sentido, pero vagas, con un sentido enigmático. Comienza a emplear términos abstractos que no usaba en su juventud: como "sublimidad", "espiritualidad", "amistad", "introversión", "humanidad".

Tal vez lo más coherente, sea las afirmaciones del que con más tiempo pasó con él, el ebanista Zimmer y su familia:

El entusiasmo por el paganismo ha sido lo que le ha hecho descarrilar, y todos sus pensamientos se han detenido en un punto, alrededor del cual gira y gira sin cesar. Se diría un vuelo de palomas arremolinándose sobre el tejado alrededor de una veleta. Gira todo el tiempo hasta que cae abatido, al límite de las fuerzas. Créame, eso es lo que le ha vuelto loco. Esos malditos libros, todo el día abiertos sobre la mesa, y cuando está solo, desde por la mañana hasta por la noche se lee a sí mismo pasajes en voz alta, declamando como un actor, con aires de querer conquistar el mundo. No merece la pena obstinarse así en esto, siempre lo mismo, es lo que llaman una idea fija. … La causa de todo es su manía de saber y no la dama de Frankfurt. 16

El poeta es un desorden por donde se lo mire. El desorden personal, donde ya no sabe quien es, comenzó mucho antes. Todo se inicia en pretender unir el luteranismo pietista con el paganismo griego, haciendo caso omiso de sus consejeros. 17

Lo dice muy bien Zimmer. El panteísmo griego lo lleva al desorden de su vida sentimental. Diotima fue la manzana prohibida. Otro desorden fue su trabajo. Como preceptor y tutor no servía y no quiso ser predicador. Quería ser poeta, pero muchas publicaciones fueron un fracaso. Fueron contados los que tuvieron caridad con su persona. Todo esto se recubría con un idealismo carente de realidad. Por tanto no es extraño que afirmase en el borrador de una carta en francés: «...el hombre es un dios si quiere serlo.» Idealismo y voluntarismo desubicado.

A todo lo que se dijo sobre su enfermedad mental, pues salud física no le faltaba, agrego lo que un modernista no puede decir. Así es como me pregunto: ¿Estaba el poeta poseído? Observemos esta poesía y él mismo nos dará la respuesta:

EL SER DEL ESPÍRITU

No se oculta a los hombres el ser del Espíritu,

Y tal como la vida, la que los hombres encontraron,

Así el día de la vida, la mañana de la vida,

Como riqueza son las altas horas del Espíritu.


Que así de soberbia la Naturaleza se muestre

Es para que el hombre contemple semejante gozo,

Y al día, a la vida se confíe,

Anudando así su lazo con el Espíritu.

Signo de posesión es el odio, por ello escribe como abogado del diablo. Ya seguirá sus pasos otro admirador suyo que firmará no ya como un Scardanelli, ni como abogado del diablo, sino como el Anticristo, antes de ingresar en un manicomio de Turín. 18

A esto conducían los románticos con sus idealizaciones, buscando un regreso al paganismo politeísta.

En la actualidad

En nuestros días, pudimos visualizar un proceso muy similar.

El jesuita Bergoglio, cual otro Karl Reynolds, pasó del catolicismo al luteranismo. Signo de esta mutación es la estatua deLutero que colocó en el Vaticano.

Posteriormente, lo vimos pasar, del luteranismo a la Pachamama, o sea, al paganismo.

Por último lo vimos en camiseta sobre sillas de ruedas. O sea, del paganismo pachamámico, a la evidente locura final.

__________________________

1 ¿Quién,pues, impulsó al huérfano 

sentado entonces en la sala sombría,

a este colmo de grandeza divina,

a tomarte como modelo?

¿Qué fuerza se apoderó de mí, arrancándome

al enjambre de mis compañeros de juego?


¿Qué fuerza llevó a las ramas del arbusto

a levantarse hacia el Éter luminoso?

Nunca la mano solícita de un jardinero

tomó a su cargo mi joven vida,

y sólo por mi propio esfuerzo

alcé los ojos y crecí hacia el cielo. (A Hércules)

2 Cuando era niño

un dios a menudo me salvaba...


... colmabas de gozo mi corazón,

¡oh Helios, Padre mío! 


Y como Endimión 

yo era tu favorito, ¡sagrada Luna! 

¡Fieles dioses,

dioses bienhechores!

¡Si supiérais 

¡cuánto os he querido! 

He crecido en brazos de los dioses… (Cuando era niño)

3 In der Kindheit Schlaf begraben // Lag ich, wie das Erz im Schacht; 

4 Seid gesegnet, goldne Kinderträume, // Ihr verbargt des Lebens Armut mir,

5 Wie lang ists, o wie lange! des Kindes Ruh // Ist hin, und hin ist Jugend, und Lieb’ und Lust,

6 Mi deseo se vuela hacia aquel país mejor, 

hacia Alceo y Anacreonte, 

y yo, querría dormir en mi estrecha tumba, 

junto a los santos de Maratón. 

¡Que esta lágrima sea, pues, la última 

vertida por la sagrada Grecia! 

Oh Parcas, haced sonar vuestras tijeras, 

ya que mi corazón pertenece a los muertos. (Grecia)

7 Ach! da stürzt’ ich mit den Wesen allen // Freudig aus der Einsamkeit der Zeit, // Wie ein Pilger in des Vaters Hallen, // In die Arme der Unendlichkeit. —

8 Los poetas son ánforas sagradas 

que guardan el vino de la vida, 

el alma de los héroes. (Napoleón)


9 Pero el alma impetuosa 

de este joven, ¿no romperá el ánfora

que quiera contenerla?

Él no vive ni perdura en el poema: 

vive y dura en el mundo. (Napoleón)

10 ...Ardor solar 

y dulzura primaveral, guerra

y paz, luchan en el fondo de mi corazón 

frente a esta imagen angélica. (Diotima)

11 ¿Queríamos separarnos? ¿Lo creíamos prudente, justo? 

¿Mas por qué ya consumado el acto nos horroriza 

tanto como un crimen? (El Adiós, 3ra. Versión.)

12 ¿Traicionar a este Dios? ¿A él, que nos diera 

el alma y la vida; a él, que nos anima,...

Ahora deja que me calle. Y nunca más 

permitas que vea yo aquello que me mata. 

¡Y así pueda volverme a soledades 

y este instante de adiós se quede nuestro! 


Tiéndeme tú misma la copa y bebamos 

lo bastante del veneno saludable y sagrado,

lo bastante de este chorro del Leteo

para que todo, amor y odio, sea olvidado. 


Partiré. Quizás un día, ya demasiado tarde,

te volveré a ver, Diotima. Mas entonces 

el deseo se habrá completamente desangrado, 

y calmos como dos bienaventurados, 

extraños uno del otro, andaremos juntos, ...(El Adiós, 3ra. Versión.)

13 ¿Y dónde están esos que nombras y anuncias,

raza nueva cuyo amistoso abrazo te reanimará? 

¿Se la ve llegar? Quizás entonces 

tu prédica solitaria sea por fin escuchada. 


¡Ni un eco responde a tus clamores, oh desdichado!

Y como los muertos sin sepultura, yerras 

desorientado en busca de reposo y nadie 

te indica el camino que debes seguir. (Rousseau)

14 ¡Benignos dioses! ¡Desdichado es aquel que os ignora!

el mundo no es para él más que tinieblas 

y nada sabe de cantos ni alegría. 


...y jamás permite 

que la inquietud y el error aplasten al genio. (Los Dioses)

15 ...¡olvídame! ¡No salves mi nombre 

de la mácula que lo cubre, corazón compasivo! 

¿Acaso no lo sé? Lejos de ti, mi ángel custodio, 

lejos de ti y bien pronto, los demonios

crueles de la muerte intentarán romper 

las cuerdas de mi corazón. (Adiós)

16 ALCMEON, 61, año XVIII, vol. 16, Nº 1, octubre de 2009 // Delirios de sí: una aproximación literaria a Hölderlin y Scardanelli Jesús Ramírez-Bermúdez.

17 Y a mí, no me aconsejéis que me someta,

¡no pretendáis que sirva a los esclavos! 


Y si no podéis soportar la hermosura, 

hacedle una guerra abierta, eficaz. 

Antaño se clavaba en la cruz al inspirado, 

hoy lo asesinan con juiciosos e insinuantes consejos.

¡Cuántos habéis logrado someter 

al imperio de la necesidad! …


Es inútil: esta época estéril no me retendrá. 

Pero en mí madura, tal como mi corazón lo quiere, 

la bella, la vida Naturaleza. (EL JOVEN A SUS JUICIOSOS CONSEJEROS)

18 Odio profundamente la turba de los grandes señores y de los sacerdotes, 

pero más odio al genio que se compromete con ellos. (ADVOCATUS DIABOLI)


¿Acaso no lo sé? Lejos de ti, mi ángel custodio, 

lejos de ti y bien pronto, los demonios 

crueles de la muerte intentarán romper 

las cuerdas de mi corazón. (Adiós)

 

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