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viernes, 24 de diciembre de 2021

Christe Redemptor omnium


Este tradicional himno de vísperas en Navidad, se dice que fue compuesto por San Ambrosio (337-397). Muchos himnos dicen tener en él su origen, como un clásico de dicha escuela tiene forma en siete estrofas, un número simbólico. Cada una posee cuatro versos de ocho vocales, en términos técnicos, cuatro dímetros yámbicos acatalécticos.
Esta composición es uno de los himnos más manoseados por la reforma de Urbano VIII (1568-1644).
El texto tiene su auge en el Siglo VI. ¿Cuál es el texto original?
Los monjes siguen por tradición el texto que está a continuación, pero para el anglicano John Mason Neale (1818-1866), quien realizó un estudio sobre los himnos, debería tener algunas variantes, las cuales dejamos entre paréntesis.
Con la contrarreforma, el Papa Urbano VIII alteró los himnos en su revisión de 1632. Analizaremos aquí, el posible motivo de la reforma de este himno.
***
El título
El primer verso del himno se inicia como Christe, Redemptor omnium, pero en la reforma del Papa Urbano VIII, comienza Jesu, Redemptor omnium.
Aquí se produce el primer choque. Al cambiar el primer verso, se cambia el nombre del himno. Francamente no entendemos el cambio de Jesus por Christe. Solo resta pensar que buscaron adaptarlo al Jesús infante, puesto que en la versión original, hace referencia al Jesús resucitado. Con el cambio de nombre, se procede en la práctica a escribir sobre el tradicional ambrosiano, un himno nuevo.
Los tres versos siguientes, están profundamente modificados:
ex Patre, Patris unice,
solus ante principium
natus ineffabiliter.
Mientras la reforma de Urbano VIII dice:
quem lucis ante originem
parem Paternae gloriae
Pater supremus edidit.
Ambos hacen referencia al origen de Jesucristo. El tradicional habla de su nacimiento inefable del Padre (ex Patre...natus ineffabiliter), y recalca, único origen del Padre (Patris unice), solo o único antes del principio (solus ante principium).
En cambio el reformador Urbano habla que salió de Padre supremo (Pater supremus edidit) como una Luz antes del origen de todo (lucis ante originem), y que es igual al Padre en su gloria (parem Paternae gloriae).
El cambio puede explicarse por los tiempos que corren. Para Ambrosio, apodado “El Martillo contra los Arrianos”, se busca enfrentar la doctrina católica con los arrianos. Por ello se hace mención de su origen único del Dios Padre, y se lo llama Cristo. Urbano VIII tiene delante a los iconoclastas protestantes, no a los arrianos, quienes no cuestionan esta doctrina y por momentos parece entrar el antropologismo renacentista. El cambio de Jesus por Christe daría esa sensación.
He aquí una traducción bien lograda de la versión reformada:
Oh Jesucristo, Redentor de todos,
Que antes de que la luz resplandeciera
Naciste de tu Padre soberano
Con gloria semejante a la paterna.
***
La segunda estrofa no conlleva cambios:
Tu lumen, tu splendor Patris,
Tu spes perennis omnium :
Intende quas fundunt preces
Tui per orbem famuli.
Tú que eres luz y resplandor del Padre
Y perpetua esperanza de los hombres,
Escucha las palabras que tus siervos
Elevan hasta Ti de todo el orbe.
***
La tercera estrofa lleva sus cambios. Dice la monacal tradicional:
Memento salutis auctor,
(Salútis auctor, récole)
Quod nostri quondam corporis,
Ex illibata Virgine
Nascendo, formam sumpseris.
El primer verso impreca el recuerdo del Autor de la salvación. El anglicano cambia el verbo memento por recole, parece un cambio superficial pues ambos significan recordar, pero no es así. Recolo lleva implícito el significado de volver a cultivar o trabajar, por supuesto trasladado esto a la mente, implica recordar y puede chocar con lo que sigue en los versos siguientes, donde el autor naciendo (nascendo) de una Virgen intacta tomó la forma (formam sumpseris) de nuestro cuerpo (nostri quondam corporis). Mientras el tradicional pide se recuerde, el anglicano puede interpretarse como que se vuelva a encarnar.
Por su parte el reformador Urbano VIII lo modifica para refutar a los protestantes, quienes se empeñan en destruir la Virgen María. Por consiguiente cambiará el salutis auctor por rerum Conditor. Es decir el autor de la salvación por el fundador de todas las cosas, y dirá de estas cosas que el Conditor naciendo eligió (nascendo, ...sumpseris) la forma (formam) de nuestro viejo cuerpo (olim corporis) del vientre (ab alvo) de una Virgen sagrada (sacrata Virginis). La vieja forma, es la de Adán anterior a su caída.
Memento, rerum Conditor
nostri quod olim corporis
sacrata ab alvo Virginis
nascendo, formam sumpseris.
La traducción versificada del reformado, podría ser esta:
Oh Creador de todo lo creado,
Acuérdate del día en que este suelo
Te vio nacer del vientre de la Virgen
Vestido con un cuerpo igual al nuestro.
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La cuarta estrofa lleva algunos cambios:
El primer verso para la tradición monacal, se inicia con sic mientras que el anglicano lo modifica por hic. Sic significa así, y no admite cambios; mientras que el hic anglicano relativiza la dureza del adverbio con su hic al decir entonces, en estas circunstancias...
El verso continúa afirmando que este día presente es el que fue atestiguado (præsens testatur dies), que atraviesa el círculo de los años (currens per anni circulum). Esto se dice para indicar la fiesta litúrgica que se celebra en la rueda de todos los años. Día en el cual llegaría (adveneris) la salvación del mundo (mundi salus) desde el trono del Padre (sede Patris), quien fija los tiempos para la salvación del mundo.
Sic (Hic) præsens testatur dies,
Currens per anni circulum,
Quod solus a sede Patris
Mundi salus adveneris.
Por su parte la versión de Urbano dirá que se atestiguó en este día presente (testatur hoc præsens dies) que recorre el círculo de los años (currens per anni circulum) en el cual solo (Jesucristo) sale del seno del Padre (quod solus e sinu Patris), para que llegue la salvación del mundo (mundi salus adveneris). Su traducción libre versificada:
Hoy es el día en que conmemoramos
El hecho portentoso de aquel día,
Cuando dejando el seno de tu Padre
Viniste a darnos la salud perdida.
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La quinta estrofa también lleva sus cambios:
En este cielo, tierra y en este mar (hunc cælum, terra, hunc mare), y todo lo que está en ellos (omne quod in eis est) exulta (exsultat) alabando (laudans) con un cántico (cantico) al autor del de tu venida (Auctorem adventus tui).
Por su parte los anglicanos invierten los verbos del último verso, diciendo alaban exultando (laudat exultans).
Hunc cælum, terra, hunc mare,
Hunc omne quod in eis est,
Auctorem adventus tui
Laudans (laudat) exsultat (exultans) cantico.
La versión de la contrarreforma modifica el primer verso cambiando mare por æquora, término genérico aplicado a cualquier extensión, ya sea mar, río o llanura, en el segundo verso hace referencia a todo lo que habita bajo el cielo (hunc omne, quod cælo subest), ya no es lo que está en el cielo, sino bajo él; puede tomarse como una exclusión de los ángeles y santos, y de acuerdo a esta interpretación, un sutil paso hacia un antropologismo renacentista.
El tercer y cuarto verso proclaman al Autor de la nueva salvación (Auctorem novæ salutat) con un cántico nuevo (novo cantico). El autor hace una especie de epanadiplosis con los términos salutis ... novæ / novo salutat.
Hunc astra, tellus, æquora,
hunc omne, quod cælo subest,
salutis Auctorem novæ
novo salutat cantico.
Una traducción de la estrofa reformada:
La tierra, el mar, el cielo y cuanto existe
Bajo la muchedumbre de sus astros
Rinden tributo con un canto nuevo
A quien la nueva salvación nos trajo.
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La sexta estrofa bajo la tradición monástica, que siempre es la más fiable, nos habla que nosotros (nos) que fuimos redimidos por la sangre (redempti sanguine sumus), cantamos en comunidad (concinimus) un himno nuevo (hymnum novum) por el día de su nacimiento (ob diem natalis tui).
La versión anglicana invierte dos términos del segundo verso, tal vez por motivos musicales.
Nos quoque, qui sancto tuo
Redempti sanguine sumus, (sumus sanguine)
Ob diem natalis tui
Hymnum novum concinimus.
El reformado en la contrarreforma, se modifica de este modo:
Y nosotros (et nos) a los que (quos) regó (rigavit) la ola de sangre (unda sanguinis), explayamos (solvimus) un tributo en el himno (hymni tributum), por el día de tu nacimiento (natalis ob diem tui).
Et nos, beata quos sacri
rigavit unda sanguinis
natalis ob diem tui
hymni tributum solvimus
Su traducción libre versificada:
Y nosotros, los hombres, los que fuimos
Lavados con tu sangre sacratísima,
Celebramos también con nuestros cantos
Y nuestras alabanzas tu venida.
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La séptima estrofa es una doxología, idéntica para las tres versiones:
Gloria tibi Domine,
Qui natus es de Virgine,
Cum Patre et Sancto Spiritu,
In sempiterna sæcula.
Amen.
Su traducción libre versificada es la que sigue:
Gloria sea al divino Jesucristo,
Que nació de tan puro y casto seno,
Y gloria igual al Padre y al Espíritu
Por infinitos e infinitos tiempos.
Amén.
A continuación, los monjes del Monasterio de Santa Magdalena en Barroux, quienes siguen el Rito Romano antiquor con toda su belleza, hoy destruida por los neomodernos, cantarán este himno en su versión original.
El texto se toma del Antifonale Monasticum de 1934, pág. 238.





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