Calesita

martes, 28 de junio de 2022

La lógica lavanda

 

Con la llegada de Zuppi al frente de los prelados italianos, luego que el Sire Bergoglio lo haya palanqueado, pues tenía mucho “olor a oveja”, la mafia lavanda tiende a salir del clóset.

¡Vamos! ¿Quién se anima?

Y uno fue el primero. Salió abajo de una alfombra, lugar donde se deposita lo que se barre cuando no hay pala para recoger. Apareció en la iglesia, y al estilo teutón, bendijo la unión homosexual.

El Catecismo de San Pío X, en su punto 967, afirma que el pecado impuro contra el orden de la naturaleza” es uno de los cuatro pecados más graves, y en el punto siguiente afirma:

Dícese que estos pecados claman al cielo porque lo dice el Espíritu Santo, y porque su iniquidad es tan grave y manifiesta que provoca a Dios a castigarlos con los más severos castigos.”

Con el novedoso magisterio de Sire, ahora este pecado no es tan malo, es algo leve. ¿Quién lo dice? El Espíritu Santo, porque “todos los días te da una sorpresa”.

La sorpresa proviene de la mafia lavanda que carga con estos pecados, y Sire apoya su edificio en la arena lavanda, porque sus columnas las levantan la sinagoga de los delantales.

Zuppi, un prelado con mucho olor a lavanda, abrió el clóset, y tal como sucedió en la Patagonia argentina, dos homosexuales fueron “bendecidos” por los que algunos ingenuos llaman “padre”.

Sin embargo, hoy me propuse hablar de filosofía. ¿Qué tiene que ver Zuppi con Sócrates, Platón y Aristóteles? Mucho.

El sentido común, es el primer sentido filosófico. “Todo hombre es filósofo” se recita en las clases de filosofía, y como todo hombre es filósofo, la “bendición homosexual” repugna al sentido común del hombre de la calle.

Sucede que algunos prelados, no son “hombres de calle”, son cosas raras. Sire es jesuita de Arrupe y Zuppi es lavanda pura.

Dicen los filósofos que cuando una cosa es, no puede no ser al mismo tiempo. Se llama esto “el principio de identidad”. Pero esta es la lógica del “hombre de calle”. La lógica lavanda dice que una cosa puede ser y no ser al mismo tiempo. Lo ejemplifico para que se vea con claridad:

La bendición homosexual, no fue una bendición homosexual. El casamiento homosexual, no fue casamiento homosexual. Este es el primer principio de la filosofía lavanda: Una cosa puede ser y no ser al mismo tiempo.

El segundo principio de los filósofos clásicos, es que “es imposible que algo sea y no sea en el mismo tiempo y en el mismo sentido”.

Como algunos me piden más ejemplos, doy otro:

El ser humano nacido varón, no es varón, es mujer. O viceversa, la mujer es en realidad un varón.

El tercer principio de los filósofos o del “hombre de calle” se llama del tercio excluido. Es decir que en dos enunciados, cuando uno niega lo que se afirma en el otro, uno de ellos es imprescindiblemente verídico. Ejemplo:

El casamiento homosexual fue un casamiento homosexual.

El casamiento homosexual no fue un casamiento homosexual.

En la lógica lavanda, ambos juicios son imprescindiblemente verídicos.

Ni los cínicos fueron capaces de llegar a estos principios “lavanda”, y ¡eso que vivían en barriles de barro cocido! Sin embargo, algunos prelados y/o “padres”, no llegan siquiera a la altura de los cínicos.

Se cuenta, que por las noches ronda en los corredores de los museos vaticanos un fantasma. Va con una vieja linterna y dice con voz de caverna:

Estoy buscando un hombre.

Tony Velázquez Ruiz



No hay comentarios:

Publicar un comentario