Calesita

sábado, 18 de junio de 2022

El cisma tantas veces profetizado, ya es bien visible

 

En otras oportunidades afirmamos que ya estábamos dentro de un cisma en la Iglesia Católica, hoy ya podemos definir el rostro de dicha división.

De un lado se encuentran los que llaman a Bergoglio, “el Santo Padre”. En esta comunión, por no decir secta, se encuentran ultramodernistas, modernistas, neomodernistas en comunión con los tradicionalistas. También la impoluta FSSPX cayó de este lado del cisma. Tenemos a Bergoglio como la cara visible de esta secta. Sus seguidores pueden diferenciarse, en sus compinches íntimos, como Cupich, Maradiaga, Coccopalmeiro, Tagle, Zuppi y su íntimo amiguito Zanchetta. También a la íntegra iglesia argentina. Son muchos más, pero el espacio de esta nota me obliga a resumir un poco.

También encontramos los que creen hacer equilibrio. Dicen que Bergoglio es deplorable, o “que se tiene que convertir”, pero viven en comunión con él, son los miembros astutos de la secta cismática. Esos que siempre se paran con el pie derecho en una acera de la calle y el izquierdo en la de enfrente, según como caiga la suerte. Aquí ubicamos a Müller, Schneider, y todo el séquito que afirma y al mismo tiempo critica el papado del hereje Bergoglio.

Toda la iglesia cismática, goza del apoyo de las logias masónicas, de la mafia lavanda, y del aplauso de los medios, sin excluir al círculo áulico de la Mafia de San Galo, oculto pero siempre presente.

El ala más radicalizada de esta secta, lo forma la iglesia teutona. Que Burke diga que se los debe echar, es una gran ingenuidad de su parte. Burke como Schneider, han decepcionado, si bien dentro de la secta, son el ala más potable del cisma.

El segundo bando del cisma, lo forman quienes sostienen a Benedicto XVI como el único Papa y están en comunión con él. Entre sus seguidores hallamos a Mons. Gracida (Texas) y Mons. Lenga (Khazakhstan). Aquí no hallamos ninguna clase de modernistas, ni de falsos tradicionalistas. No se observa el apoyo de las logias, ya sean masónicas o de los rosacruces; pues lo que diviniza al hombre, en última instancia, es la Gracia y no las tradiciones; si bien la Gracia me llega por Tradición.

Esta auténtica iglesia se ha reforzado en estos últimos días. Paragonando la frase de San Jerónimo en 313, el 13 de marzo de 2013 “el mundo se despertó improvisamente” bergogliano. Hoy se dio cuenta que el antipapa Francisco es hereje e idólatra. Este despertar preocupa al ala moderada de la secta bergogliana, pues se ven fuera del camino. Este es el motivo por el cual, tanto Müller como Schneider tengan que salir a atacar, a quienes están en comunión con Benedicto XVI, sin darse cuenta, que el cisma que pretenden evitar, es el mismo en el cual viven.

La cara actual de este cisma no concluirá con la muerte de ambos: papa y antipapa. Existe una consecuencia nefasta e imprevisible, de cerca de 90 cardenales ilegítimos y por lo tanto inválidos, nombrados por el antipapa Francisco. Todos se reunirán en comunión con el antipapa en el mes de agosto. Sí, en “ferragosto”, cuando media Italia se encuentre tomando sol, en las playas de las distintas “rivieras”; no sin antes contemplar a Francisco posiblemente "arrodillado" ante el “Poliedro” de su invención. 

Santiago Grasso


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