Se
calculaba que la lacra de maricones y depravados sexuales oscilaba
dentro de la estructura de la Iglesia, entre un 30 a un 40 %. Hoy la
marea comenzó a bajar, y notamos que estas cifras no eran ninguna
exageración, sino una triste realidad motivada por la alarmante
falta de Fe.
La
marea en el amplio estuario del Río de la Plata desciende por dos
motivos. Primero por la falta de atracción de la Luna sobre los
líquidos y segundo por los fuertes vientos que barren el agua de la playa hacia la orilla opuesta. Cuando se produce este fenómeno, las
barcas encallan y se contempla la enorme suciedad del lecho del río,
motivo por el cual las autoridades del puerto ordenan limpiar de
suciedad las arenas.
El
misterio de la Luna, es algo que Bergoglio propuso al inicio de
su negro papado. Hoy este astro no ejerce su atracción sobre las
aguas del bautismo, es decir, sobre las aguas de la Fe. Las aguas
descendieron y encalló la Fe. El espíritu traumático del
Vaticano II produjo el oscurecimiento de la Luna, Luna roja, Luna que
no recibe el sol de la Fe. El relativismo rampante tomó posesión de
sus consagrados, tal como lo manifiesta Bergoglio y la Luna hoy es otra.
Esta gigantesca infidelidad generó en sus filas una lacra infesta y
putrefacta de todas las depravaciones sexuales que se puedan
imaginar.
La
altamarea de la Fe que cubría estos depravados arácnidos, fue el
papado de Juan Pablo II, pero con el negro papado de Bergoglio el
agua ha descendido abruptamente.
Los
huracanes del Nuevo Paradigma introducido por Bergoglio han
corrido aún más las aguas, a tal punto que ya contemplamos toda las
suciedades depositadas en su fondo y muestran toda la podredumbre
oculta en un tiempo.
Y
la marea comenzó a bajar en Chile, donde se observan las
proporciones calculadas. Es inútil, ya ni rezándole al dios Inti
con báculo y mitra pueden estos obispos escapar de la condena, no
solo de los católicos, sino del mundo entero. Vayan todos en
procesión con el chamán a la cabeza, tal vez algún estúpido les
pueda creer.
Y
la marea comenzó a bajar en Honduras, donde Maradiaga, el
ilustre hombre orquesta, debe salir a ocultar algo que hace años se
denunciaba, pero que el lobby gay escondió bajo la alfombra.
Ni acumulando millones de dólares, este personaje puede eludir la
condena universal.
¿Alguien
puede creer en Maradiaga, Pineda y todos los obispos hondureños que
tapan la suciedad que muestra la bajamarea?
Y
la marea comenzó a bajar en Washington donde el “tío Ted”
McCarrick quedó expuesto como pez putrefacto sobre la arena, siendo
destituido del cardenalato. Ni el lobby gay pudo salvarlo de
la condena de los hombres sensatos.
Sigamos
mintiendo
A todo
este escándalo cada día más evidente, y siempre silenciado por los
medios de información de la estructura eclesial, surge el remedio de
los nefastos: la mentira. Como es costumbre del demonio, se debe
tapar un pecado con otro pecado.
El
icono de este nuevo pecado sobre el pecado de la putrefacción
sexual, – pues la carne siempre es muerte, – lo hallamos en
el protegido del “tío Ted”, Kevin Farrell, gran Meteoro en su
carrera al cardenalato.
Este marica del innombrable Maciel Degollado, se estableció con el “tío
Ted”, después de todo “el tío” era otro Degollado, quien
devolvió con favores los “servicios prestados”. Hoy Farrel está
casi degollado.
Y de
la bajamarea de Honduras, otro tanto sale a luz, donde los obispos
capitaneados por el Tío Patilludo Maradiaga, afirmaron que las
denuncias de los seminaristas sobre las prácticas de los arácnidos
eran ciencia ficción. Hoy se ponen en evidencia, cuando comienzan a
matar sus arañas en el seminario. Por supuesto, como hace con
Pineda, el Tío Patilludo las cuida y alimenta.
El
cardenal Poli (conocido en sus pagos como Mongo Aurelio), se dio el
lujo de bautizar un adoptado por dos arañas macho, el pobre Mongo ni
se imagina hacia donde lo hunde Bergoglio.
Todos
perdieron autoridad
¿Quién
cree ya en Farrell? ¿Quién cree en Cupich? ¿Quién cree en Kasper?
¿Quién cree en Coccopalmerio con las fiestas negras del Vaticano?
¿Quién cree en Marx? ¿Quién cree en Bergoglio? ¿Quién cree en
Mongo Aurelio?
El
centro de gravedad de este nido de arañas está en el Vaticano.
Esto es lo que se percataron las autoridades políticas chilenas. Por
este motivo solicitan se les remita la información requerida, algo
que no harán, pues el lobby gay opera desde el Vaticano al
amparo del papa negro Bergoglio. Irlanda piensa seguir los mismos
pasos de los políticos chilenos, y este nido de arañas comienza a
ser asediado políticamente y debe retroceder lentamente mostrando solo las telarañas, sin que las
autoridades sensatas de esta Iglesia hagan algo al respecto.
¡Que
sigan soplando los vientos y que las aguas sigan bajando!
Muestren
toda la podredumbre generada por el gran espíritu del Vaticano II.
Ahora no me vengan a decir que este era el soplo del Espíritu Santo
que renovaría la Iglesia. ¡Tan bien la cambiaron!
Las
autoridades eclesiales que deseen conservar su autoridad, limpien
esta putrefacción infesta, tal como se hace en ciertos lugares
cuando se da la bajamarea. Y si les queda coraje, pues hace tiempo
lo perdieron, excomulguen esta lacra de pervertidos, y sobretodo, a
sus propagadores como la “monja” Forcades. Es necesario limpiar
la Iglesia y eliminar todos los peces podridos, y darlo en alimento a
las gaviotas. Esta no es ni quiere ser, la Iglesia de la diversidad.
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