Calesita

lunes, 25 de enero de 2021

La Raíz del Ser Humano

Como lo han entendido muchos, en el ser humano existen “partes” o “categorías” ontológicas que se deben distinguir y solo Dios tiene la facultad de descomponerlas y volver a reponerlas. Posee esa facultad, por su misma omnipotencia. Esta facultad se actúa en Dios, quien sigue un mismo plan desde la creación del mundo.

Dios no es un democráta que cambia sus decisiones por el número de votantes. En Dios co-existen tres personas, y cada una de ellas posee la misma y única naturaleza, es decir, Dios es esencia única en tres personas distintas.

Este no es el “dios no católico”, de la herejía bergogliana, donde entre otras enseñanzas ocultas de este hereje, las tres personas se encierran para pelearse entre ellas y así decidir lo que se hace. Dios no es el resultado de un sistema parlamentario. Dios no dialoga.

Por consiguiente, la acción de Dios se distingue de la del ser humano, en cuanto Dios puede componer, descomponer o reponer distintas categorías del ser, según un plan determinado desde toda la eternidad.

Dios no improvisa, no dialoga, no discute. Por tal motivo, Bergoglio no puede crear un Dios a imagen del hombre.

A todo esto, ¿qué hace el hombre? Le quedan dos caminos, colabora con el proceso divino, tal cual Él lo ha ordenado o se dedica a destruir.

Tanto la colaboración como la destrucción le son al ser humano, tremendamente limitadas. Para recurrir a lo más evidente, dice Jesucristo en Mateo (10,28):

Y no temáis de los que matan el cuerpo (σωμα), y el alma (ψυχην) no pueden matar, pero temed mas bien al que puede así el alma como el cuerpo perder en la gehenna.

La Persona

En la terminología apareció en el mundo latino, el término persona, que era la máscara usada en las representaciones teatrales, y que por extensión se decía del libreto del personaje que llevaba dicha máscara. Para los griegos era el prósopon (πρόσωπον), hasta que en Roma durante el siglo III. apareció Sabelio.

El modalismo

El problema se suscita, cuando se habla de las tres personas de la Santísima Trinidad, si se traduce hypóstasis como una substancia, tenemos en la Trinidad tres dioses y así llegamos al politeísmo, pues no separamos subsistencia de substancia, ergo le damos la razón a los musulmanes, que dicen que somos politeístas.

Sabelio apareció enseñando en Roma durante el siglo III. No se tienen escritos de sus enseñanzas, pero las mismas generaron una herejía que sus discípulos transmitieron.

Como no separaba subsistencia de substancia, Dios era uno en naturaleza y en persona; pero se manifestaba en el Antiguo Testamento como Padre, se encarna como Hijo y aparece en Pentecostés como Espíritu Santo. Era una hypóstasis que según las circunstancias hacía tres papeles distintos. Esta teología, seguida hoy por varias sectas de iconoclastas protestantes, se tilda de modalismo.

No es posible detallar el nombre de estas sectas, dada la feroz división que existe en sus filas y lo poco que valoran las verdades. Bergoglio es su mejor ejemplo, pues los dogmas no son pilares estables, sino lagos llenos de líquido, donde hoy es agua, pero mañana puedo ver otra cosa.

El modalismo se figura un Dios como una sola persona que en el teatro de la historia adopta tres máscaras distintas, haciendo tres papeles ante el teatro de la humanidad.

Por esta razón San Basilio (330-379) prefiere el término de hypóstasis a persona: «hypóstasis es expresión más apropiada que prósopon, pues este término lo empleó Sabelio para expresar distinciones en Dios que eran meramente temporales y externas:...»

En su carta a su hermano, San Gregorio de Nisa (335-390) solucionará el tema afirmando que la hypóstasis es el individuo determinado, existente por sí, que comprende y posee la esencia o ουσία, pero que se opone a ella como lo propio al común, lo particular a lo general. (XXXVIII, 1-4).

Mientras la naturaleza implica la especie, la hypóstasis revela el individuo; aquella tiene los caracteres de lo universal, ésta del común y propio. Por consiguiente la naturaleza está enhypostasiada o es hypostática.

San Juan Damasceno (+ 749) es considerado el sistematizador del mundo griego antiguo y escsribirá los distintos significados de hypóstasis en su obra “Dialéctica”. Ya en el capítulo XXIX marca la diferencia de los distintos significados entre la hypóstasis (Περί ύποστάσεως), enhypostaton (Περί ένυποστάτου) y anhypóstaton (Περί άνυποστάτου).

Hypóstasis, en su “Dialéctica” posee dos significados:

1. Lo que simplemente existe (id quod simpliciter exsistit).

2. El individuo y la persona distinta o separada de las otras (individuum significat ac personam) peculiarem).

Como vemos, no habla de substancia y se abre una división conceptual entre el mundo oriental y el occidental. Peor aún, si el ser personal no es una hypóstasis, la substancia no existe. Por consiguiente, esta substancia estará en una hypóstasis, y de allí aparece el enhyspostasiado, que puede ser tanto la substancia como sus accidentes.

Pedro y Pablo, pertenecen al género humano, pero todo el género humano no es Pedro y Pablo. La substancia del género humano se enhypostasió en Pedro y en Pablo, quienes son totalmente distintos. A Pedro Jesucristo lo llama a dejar las redes y seguirlo, a Pablo debe derribarlo del caballo.

Concretamente, si la substancia del hombre no toma una hypóstasis, esta no existe.

Anhypóstaton

Ahora bien existen cosas que no están en la hypóstasis ni en la substancia o tal vez pueden estarlo. Estos son los accidentes. El color azul, es un accidente, no tiene de por sí una existencia propia, si no se la da la substancia, como tampoco es una hypóstasis. Pedro y Pablo no tienen la piel azul, pero pueden ponerse una túnica azul. El azul es un anhypóstaton y es lo que no está en ninguna parte (quod nusquam omnino est), (ac rursus etiam accidens anhypostaion vocatur, quia accidens propriam ac peculiarem exsistentiam non habet, sed in substantia exsistit).

El accidente (Συμβεβηκός)

El accidente no tiene un ser en sí mismo. No se ve al azul caminar por la calle, ni al rojo hacer su tienda en Marte, ni al amarillo andando en camello por el Zahara. (Id quod in se ipso esse non habet, verum in altero exsistit, hoc est accidens).

Por lo tanto, según San Juan Damasceno, la hypóstasis no manifiesta lο que es o cual es el sujeto, sino quién esυπόστασις οΰδέ το τί εστιν δηλοί, ούδέ 'οποιον τί έστιν, αλλά τις έστιν). Si el significado de hypóstasis lo trasladamos ahora a la persona, esta designa a Pedro o a Pablo, no designa sus substancias.

En el mundo latino, Ricardo de San Víctor (1110-1173), correagirá la definición de persona dada por Boecio y dirá que es la existencia incomunicable de naturaleza intelectual, (IV De Trinitate, c.22), corrección que no seguirá Santo Tomás.

Así llegamos a la raíz misma del ser humano, la persona o hipóstasis; base sobre la cual construirá Dios Padre agregando las distintas partes de la naturaleza humana. Esto constituye a la persona, en el último recurso. Esto da por tierra la herejía de Bergoglio, cuando entre bambalinas, habla de la destrucción de la persona. Imposible y absurdo, pues Dios nunca destruye lo que crea, y lo que hace, lo hace para toda la eternidad.

 

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