Calesita

miércoles, 13 de febrero de 2019

Estado de pánico


Son llamativas las intervenciones periodísticas del teutón Kasper.
Este anciano prelado del idealismo relativista ha pasado en estos días, del silencio a los gritos.
En Il fatto quotidiano, expresó que existía un complot contra Bergoglio.
Luego se desdijo, afirmando que nunca mencionó la palabra complot. ¿Acaso chochea?
Seguramente, no imaginó el alcance de sus declaraciones y algo de lucidez en su ancianidad le debe quedar, por lo tanto, torpemente trató de dar marcha atrás, puesto que ahora afirma taxativamente que nunca habló de complot.
¿Y En qué consiste el no complot? En pedir la renuncia de Bergoglio a su papado y ahora ya no es un complot, sino una posición de sitios de la web que piden su dimisión.
Favor que nos hace este adinerado teutón. Hace tiempo dije que Bergoglio debe al menos dimitir, puesto que está acabado, pero nunca pensé que estas miserables páginas y la de tantos otros, fuesen tan significativas. Pero ahora que Kasper lo menciona, sería bueno que Bergoglio renuncie, si es que en su revuelto cerebro todavía existe algo de sentido común, cosa que dudo, porque este porteño siempre adoleció del sentido de ubicuidad. El pobre pretendiente a papa, siempre actúa a destiempo.
Por esto estoy seguro que ni dimitirá ni renunciará. Además el porteño es más terco que una mula empacada. Es aquí donde yo me pregunto, ¿a qué vienen estas declaraciones? Tanto Kasper, hombre de logias secretas y clubes, como los “complotistas” de la web sabemos que el porteño ni por asomo piensa renunciar. ¿Por qué abre Kasper su paraguas antes de tiempo, si todavía no llueve? Todo me dice que el teutón sin decirlo, abre un espacio para que alguno se cargue un papa que no quiere renunciar o que sería inválido si dimitiese. ¿Quién? ¿Acaso son ellos, los de la Mafia de San Galo?
Pero tal vez Kasper chochea más de la cuenta, sobretodo cuando analiza el manifiesto de Muller, afirmando que es otro Lutero. Al pobre anciano se le han cruzado todos los cables en su mente, produciendo un gran cortocircuito. A esto nos lleva el idealismo teutón calcado de Hegel.
Por supuesto que el manifiesto que Muller clavó en la web, se parece a la acción de Lutero al clavar las 95 tesis en la puerta de la iglesia de Todos los Santos de Wittenberg. Pero el manifiesto nada tiene que ver con las tesis del monje rebelde. Es aquí donde las neuronas de Kasper entran en cortocircuito. Sin embargo no es el único, ¿acaso no está la estatua de Lutero en el Vaticano? ¿No era Lutero un buen hombre, incomprendido por los papas? Significa que comparar a Muller con Lutero es elevarlo a su excelsa categoría; pero no, Kasper lo afirma para denigrarlo, he aquí el cortocircuito mayor.
Todo esto puede ser, pero existe algo que es: Kasper está nervioso y ha entrado en estado de pánico. Por primera vez notan que todo este gigantesco esfuerzo de años en este santo y “milagroso” club de San Galo, puede derrumbarse en un momento como un hermoso castillo de naipes.



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