Luego
de su costoso viaje a las periferias de Chile y Perú, nuestro
Narciso vestido de sotana blanca, regresó a Roma.
Mientras
Monseñor Ojea desde Argentina arrojaba alabanzas al viaje de
Bergoglio por Chile, Narciso se dio cuenta que las aguas chilenas no
reflejaban la imagen que él está acostumbrado a observar. A Ojea
hay que comprenderlo, tiene una miopía mental muy avanzada, la cual
le impide ver a un par de metros más allá de su rostro.
Es
que Narciso se ha percatado que su papado se ha estancado. ¿Qué
fue Chile y Perú?, un poco más de lo mismo. ¿Y qué es lo mismo?
Aplicar el peronismo en todas sus tácticas. Una de ellas consiste en
decirle al auditorio lo que desea oír. ¿Querían escuchar una
disculpa por los casos de lepra moral de ciertos mal llamados
prelados? Pues bien, se dijo y allí murió todo. En cuanto le
echaron en cara la falta de obras contra los leprosos y le hicieron
ver que todo era charlatanería, apareció el dogmático desaforado:
– Son
todas calumnias.
Al
pobre Narciso ya no le cree ni la esposa del ex presidente Frei.
Mientras los espacios de la periferia mostraban su vacío
sistemático, el hombre debió meditar que sin apoyo de las masas en
la periferia, toda su paupérrima teología peronista se cae a
pedazos. Dramático.
A
la Argentina no pudo venir, pues no encuentra argumentos para que su
auditorio escuche lo que quiere oír. ¿Qué decir de los
sindicalistas gansters con los cuales se abrazó? ¿Qué de las
estructuras peronistas encarceladas por corrupción, a las cuales
apañó? ¿Qué del mínimo cerebro de cierta anciana atea con la
cual se amigó? ¿Qué del rosario regalado a una indígena que
mostró principios morales de una sociedad en franca decadencia?
¿Acaso cambiaría su cara de “peperoncino all'aceto” si se
encontraría con el gobierno en curso? No pudo venir.
Lo
llamativo, es que los medios tradicionales de prensa comienzan a
cuestionarlo. Es feroz el artículo del periódico La Prensa en
la Argentina sobre la ambigüedad de su lenguaje 1;
mintras tanto Clarín no hizo otra cosa que desprestigiarlo en forma
solapada. A todo esto, Narciso ya cuestiona la prensa oficial porque
no transmite bien su imagen, y Raymond Arroyo, el director de
noticias de EWTN, cuestionó sus afirmaciones. Si algo faltaba, es
que ahora se pelee con los medios de prensa masivos.
A
los obispos peruanos les recomendó aprender el lenguaje digital.
El hombre sabe por donde pierde su batalla, por internet; y es aquí
donde el agua digital no le muestra la imagen que está acostumbrado
a ver en el reflejo acuoso de las masas populares. Para él, asumir
el arte digital ya es demasiado tarde.
Es que
el papado de Narciso hace tiempo ha dado señales de cansancio y
desgaste. En Santa Marta hoy se sirve, como de costumbre, sopa otra
vez; la misma de 2013.
Hoy,
los que se sienten papables, comienzan a tomar distancias de este
papado desastroso, pues nadie quiere quedar pegado. O'Malley es
uno de ellos y Müller el otro. Por supuesto están los no papables,
que siguen haciendo la corte a Narciso, como el pordiosero Maradiaga,
de quien Narciso sufrió una gran decepción, o Coccopalmerio con sus
amiguitos amantes de fiestas negras y tantos otros indeseables.
Mientras
tanto la maquinaria de esta superestructura eclesial se puso en
marcha para abrir espacio a un futuro Papa y la carrera hacia la
silla de Pedro ha comenzado. El hecho que se hable que Narciso
está con una salud precaria, es una señal para empujarlo a que se
vaya de una buena vez. El hombre ha conseguido ser insoportable,
excepto claro está, por Mons. Ojea y su míope corte de adulones.
Muchos
ven recortados sus intereses privados, que los hay y muchos, y este
descrédito papal puede ser motivo para convertirse en algo mucho
peor.
La
fractura del cisma sigue su curso implacable; a lo que habíamos
dicho en entradas anteriores se suma la resistencia de la Iglesia
china leal al magisterio auténtico y desleal al Partido Comunista
chino, partido que cada día es más capitalista que un liberal
occidental. Por supuesto, la política de Narciso en este caso es la
que marca su ideología anclada en la vieja década del 70: Aplicar
el viejo peronismo en todas sus facetas, y como su pensamiento
siempre está fuera de contexto, su lógica lo conduce a lo
implacable de su acción:
“Destruir
todo lo que toca”.
1
http://www.laprensa.com.ar/461381-El-Papa-se-fue-dejando-otra-frase-ambigua.note.aspx
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