Calesita

jueves, 4 de enero de 2018

Una Iglesia neutral



La era Bergoglio no se hizo en un día, se fue preparando lentamente desde el Vaticano II. De este suceso a la fecha, se produjo un ciclo que cierra en nuestros días. Hoy, la Revolución Vaticana impone la tan ansiada era masónica de la neutralidad. Analicemos los sutiles pasos transitados durante este medio siglo transcurrido que dieron paso a esta desolación.
La Tradición
El Catecismo de Pío X afirmaba que el demonio es el más perverso enemigo de Dios y de los hombres. (Art. 366) Este ángel caído por apóstata mantiene un principado en el mundo, como lo expresaba al tentar a Jesucristo en el desierto:
Todo esto te daré si de rodillas me adorares. (Mateo 4, 9)
El mundo es el reinado del demonio, y como el demonio es el enemigo acérrimo de Dios y de su Iglesia, su odio lo transmite a este mundo que niega todo demonio, pero sigue fielmente sus dictámenes.
Así lo presentaba el Catecismo de Pío X (Art. 34):
El demonio, que queriendo contrariar los designios de la Iglesia, hace los mayores esfuerzos para inducir a los cristianos a que vivan según los dictámenes del mundo y de la carne.
Y en su Art. 49:
Jesucristo, antes de su Pasión, quiso entrar triunfante en Jerusalén, como , estaba profetizado ... 2°, para enseñarnos que con su muerte triunfaría del demonio, mundo y carne y nos abriría la entrada del cielo.
El enemigo del alma
En su Art. 366, el Catecismo de Pío X, lo llama enemigo:
Quien recurriese al demonio o lo invocase cometería en pecado enorme, pues el demonio es el más perverso enemigo de Dios y de los hombres.
***
Los pasos hacia la era de Bergoglio
Primer Paso: Amortiguar la Tradición
Lo que presentamos es la doctrina de la Tradición de la Iglesia. Veamos ahora como se socavó sutilmente esta doctrina.
El nuevo catecismo hablará de los ángeles caídos, pero no hablará de ellos como enemigos. La palabra “enemigo” ya no existe. Si la guerra es tener en claro quien es el amigo y quien es el enemigo; este nuevo catecismo prepara un soldado espiritual, el cual no sabe contra quien pelea.
Hemos iniciado la era de la neutralidad. Este fue el primer triunfo del demonio, si bien dirá el art. 395 de este nuevo catecismo:
Sin embargo, el poder de Satán no es infinito. No es más que una criatura, poderosa por el hecho de ser espíritu puro, pero siempre criatura: no puede impedir la edificación del Reino de Dios. Aunque Satán actúe en el mundo por odio contra Dios y su Reino en Jesucristo, y aunque su acción cause graves daños —de naturaleza espiritual e indirectamente incluso de naturaleza física—en cada hombre y en la sociedad, esta acción es permitida por la divina providencia que con fuerza y dulzura dirige la historia del hombre y del mundo. El que Dios permita la actividad diabólica es un gran misterio, pero "nosotros sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman" (Rm 8,28).
Analicemos este artículo:
1. No posee poder infinito, lo cual es real, pero su poder, como en la guerra, puede aumentar o disminuir. Nada se dice de esto.
2. El poder le viene dado por solo ser espíritu puro. Nada se dice de la distinta diversidad y diversa potencia de los ángeles caídos, y mucho menos de su poderosísimo jefe, Lucifer. Por otra parte, su poder aumenta o disminuye de acuerdo a la asociación del hombre, de lo cual aquí se hace nuevamente silencio. Esto es un triunfo para el “Satán”, como lo llama este novedoso catecismo.
3. No se dice que es el príncipe de este mundo, donde gobierna no por sí mismo, sino por el mundo que secunda sus mandatos.
4. Si la divina providencia ...dirige la historia del hombre y del mundo, y lo hace con fuerza y dulzura, ¿qué sucede con las guerras, hambrunas, terremotos, maremotos, epidemias y otros males?
Es indudable que el nuevo catecismo no goza de unidad, se pueden hallar distintos criterios y muchas adiciones. Para responder la pregunta del punto 4to. será necesario recurrir a otro tema, como los males en el mundo.
Resumiendo el segundo paso: Lo que interesa, es ver como en un catecismo se presenta a las fuerzas personales del mal como enemigos, y en el novedoso catecismo se busca minimizar la guerra que la Iglesia viene sosteniendo con los demonios.
De hecho no existe en el nuevo catecismo, la concepción que el demonio, el mundo y la carne son los enemigos del alma y actúan en forma aliada. Como lo demuestra el artículo 395:
Aunque Satán actúe en el mundo por odio contra Dios y su Reino en Jesucristo, y aunque su acción cause graves daños —de naturaleza espiritual e indirectamente incluso de naturaleza física—en cada hombre y en la sociedad, esta acción es permitida por la divina providencia.
5. Como surge de la lectura del art. 395, nada se dice de las acciones directamente físicas que el Satán puede producir, como castigar ferozmente a los santos. ¿Qué decir de San Antonio del desierto? ¿Qué del Santo Padre Pío? ¿Qué de las almas místicas que cruelmente lo padecen? Silencio absoluto del novedoso catecismo.
Tan solo se concede que su acción cause graves daños —... indirectamente incluso de naturaleza física—en cada hombre y en la sociedad,...
Tampoco habla de ciertos daños causados a la naturaleza física, cuando el hombre en su impiedad, le otorga derecho y fuerza para hacerlo, pues su objetivo es destruir todo lo creado.
Tercer Paso: Los frutos del nuevo catecismo
Este nuevo catecismo, producirá sus frutos, son los que vemos hoy en la era Bergoglio.
Los pentecostales creen en el demonio, ergo Bergoglio también lo menciona, pero dentro de un contexto que se puede definir con las expresiones genéricas que se le escuchó a una endemoniada:
La mitad de los sacerdotes no cree en mí, y la otra mitad me tiene miedo.
Eclipsada y contenida por miedo la Serpiente antigua de la enseñanza oficial de la Iglesia y de la mente de sus representantes, su aliados como el mundo y la carne, perderán lentamente su carácter de enemigos del alma humana.
Es lo que vemos en la era Bergoglio, quien realizó un pacto amistoso con este mundo. De la carne, ya se ocupará en los Amores de Leticia 1, de fantasear que ciertas almas, las cuales son incapaces de cambiar, con una Gracia que le es siempre ineficiente, aceptando situaciones donde el alma no guerrea, pues el enemigo ya no existe; sino que se entrega atada de pies y manos, al inexistente e inofensivo demonio, al mundo amigo y a la carne, en la cual nada hay de malo.
Aparecerán las luminarias de la era Bergoglio, como Cupich, el impresentable; o el cardenal Marx, el obeso y rico teutón, afirmando que nada hay de malo en la homosexualidad.
Ahora la carne, no es enemiga, sino amiga.
Si el capítulo XII del Apocalipsis presenta una guerra cósmica, que se inicia entre San Miguel y el Dragón, y dicha guerra se traslada entre los hombres; nuestros jerarcas, ya con sobrados síntomas de cansancio en la batalla, se han rendido y han firmado la paz, la paz de la neutralidad.
Concluyó la guerra contra el Dragón, contra el mundo y contra la carne. En la era Bergoglio, el Satán se muestra vencedor de esta batalla.
Ahora el mundo es nuestro amigo y toda sal (la cual ha dejado de darse en el bautismo), puede tirarse a la basura, pues daña el corazón de la paz masónica. Como afirmaba Carl Schmitt:
Con la técnica, la neutralidad espiritual llega a su expresión más simple: la nada. Tras de haber reducido a abstracciones la religión y la teología, y, más tarde, la metafísica y el Estado, nuestro patrimonio intelectual y moral parece haberse convertido enteramente en una abstracción, y la neutralidad absoluta fue por último, el anuncio de su completa dilapidación.
La Iglesia de la nada
Esta es la nueva era de la Iglesia, transitada por Bergoglio. El demonio es un mito, el mundo un amigo y la carne un complemento para aceptar en cualquiera de sus formas o justificar en sus depravaciones.
A todo este enfoque, el idealismo no solo dará el sustento filosófico, sino que esta actitud de ineptitud total, será sublimada en aras de la Historia y de la Evolución.
Si la Historia hegeliana es la que posee un Espíritu que la dirige evolutivamente de menor a mayor, entonces, el nuevo catecismo dirá que la divina providencia ...dirige la historia del hombre y del mundo, estando de este modo, la Iglesia atada a la evolución del mundo. Posición esta de la Escuela de Tubinga, con Kasper a la cabeza.
Si la idea del hombre es la que construye la realidad, por consecuencia, la idea del sexo es la que construye el sexo, de allí emanará la ideología de género. El sexo ahora viene creado por la mente humana.
La nada para esta iglesia, es llamada en las Escrituras, la desolación (ερημωσις), y esta es consecuencia directa de la abominación (το βδελυγμα) hacia el Satán, el mundo y la carne. ¿Acaso vamos a preguntarnos el motivo de la disminución de las vocaciones, el vacío de las iglesias y las masas que aplauden la transformación de esta iglesia en la nada?
Estamos ante una iglesia que suscribe lo que decía la esotérica película muda de Metrópolis:
¡Qué grande es el hombre!



1 Amoris Lætitia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario