Hoy se habla de “estar en comunión con…”. Entiendo que no todos conocen el alcance de este misterio.
El término si bien es latino (communio), tiene su correspondiente griego, koinonía (κοινωνια). En su significado original, se trataba de una “comunicación” (Hechos 2,42). Comunicación del católico con la Trinidad por medio de Jesucristo a quien la Iglesia se conecta por ser su Cuerpo Místico. Esto lleva a una “comunicación” con el resto de los católicos, pues son hermanos en Jesucristo.
Dicha “comunicación” tiene distintos matices y significados.
No es lo mismo la “comunicación” dentro de una familia, que la que reina en un cenobio. El misterio es el mismo, pero las formas son distintas, si bien todas se unen absolutamente dentro de su variedad.
Hoy se acostumbra hablar de “estar en comunión con Bergoglio”. Al respecto existen también matices que varían en quienes afirman estar en comunicación con él.
Este antipapa masón, se inició como católico, hizo retiros con los pentecostales, se asoció con los hebreos, besó a los musulmanes y comparó a su “Jesús” con Buda. Como se puede deducir, es un profeta donde el engaño es su principal fuente, para llevar a los incautos a su religión universal. Con toda seguridad, que algún tonto caerá en su trampa.
Pero como se trata de una persona que juega con las cartas tapadas, muchos no han visto el final de la partida, de allí que se puede hablar de una “comunión con Bergoglio” absoluta o relativa.
Desde ya que una “comunión absoluta con Bergoglio” nos deja fuera del Cuerpo Místico de Jesucristo, pues adherimos a la idolatría de la Pachamama, negamos a Jesucristo y lo cambiamos por el “Jesús” arriano, buscando una unión en la Religión Universal de los masones. Todo esto, sin tocar el descalabro moral, al que se llegó en la actualidad.
La “comunión relativa con Bergoglio” adquiere muchos matices. Demos algunos ejemplos:
Existe una “comunicación” nominal, tal como la hacen los sacerdotes de la FSPX. Dicen estar en comunicación con Francisco, pero de hecho esta no existe, pues hacen lo que hicieron siempre. Existe en los papeles, pero no existe en la realidad, más aún, en privado el antipapa está totalmente desacreditado. A ningún fiel se le pregunta si está en comunión con él. Puede ocurrir que lo mencionen en la liturgia, pero de allí no pasa la cosa. Como las misas de dicha comunidad son tradicionales, el canon se recita en silencio y todo pasa desapercibido. Bergoglio en la FSPX no existe.
Puede ocurrir, que muchos atacan a los que no lo reconocen como papa, pero no siguen sus enseñanzas paganizantes. Es otra modalidad. A veces pensamos si los que hacen esto, lo hacen para convencernos de ingresar en sus filas, si tratan de justificarse a sí mismos, o si en realidad buscan que no se les vayan los fieles. Mientras en la FSPX existe un silencio despectivo, estos gritan pero no acatan sus mandatos. No tienen una real comunicación con él.
Estas son las tres posiciones más sobresalientes sobre este tema.
Todo nace muchas veces de una visión hacia el futuro. Creen los francisquistas nominales que vendrá otro Papa, que solucionará las cosas, y todo será como se cura una gripe del cuerpo humano. De ilusiones también vive el hombre.
Dejo de lado los hipócritas y cobardes, pues está demostrado que no llegan a ninguna parte.
Lo más preocupante de esto es el problema moral. Creen algunos que asistir a los sacros misterios con prelados que dicen “estar en comunión con Bergoglio”, es pecaminoso. La cosa no es tan así. Si se trata de una “comunicación” relativa, el católico puede asistir a los sagrados misterios, siempre y cuando no deba hacer profesión de adhesión a Bergoglio y siempre y cuando no tome parte en los sacrilegios oficiados.
También en este ámbito se pueden dar dos actitudes. Echar en cara los sacrilegios de los prelados o retirarse en busca de otros más piadosos. Se debe recordar que la “desolación” siempre le sigue a la “abominación”. Los prelados abominables, deben quedar solos.
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Como dice el antipapa Bergoglio, todo es cuestión de discernimiento.
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