Hoy
tenemos dos papas, dos sellados de la idea divina del
papado (exemplar), dos imágenes que pretenden reflejar el sello de la idea
eterna de Dios Padre sobre el Vicario de Jesucristo.
Como
vivimos en tiempos de enorme confusión, algunos pensaron que la
renuncia de Benedicto XVI producida el 11 de febrero se motivaba en
honor a la Virgen de Lourdes. De ilusiones viven algunos. Como lo analicé el 24 de enero de 2017, la renuncia, entre muchos conceptos, parece redactada a la ligera con poco tiempo de corrección, y no
creo que haya pensado en Nuestra Señora. Ella es la gran ausente en
la redacción de esta revolucionaria renuncia.
EL
CONOCIMIENTO EN DIOS. – Dios
no conoce como los hombres, ni su acto de conocer se parece al
desarrollado en la deficiente humanidad, destrozada por su falta
original.
El
conocimiento de Dios es eterno y estable, no muda, no se desarrolla
ni evoluciona; es total e infinito, por ello es Verdad.
Solo
los panteístas de la modernidad creen llegar al conocimiento divino,
evolucionando a lo Darwin. O tal vez, a lo Telar Chardón 1.
Estos evolucionistas se han propuesto ejecutar metódicamente el
conocimiento “del bien y del mal”, por el cual evolucionando
llegarán a ser dioses, y de dioses se metamorfosearán en un dios. Es
el mono humano cuyo conocimiento nace de la animalidad más torpe,
hasta morir por escalar el cielo, como un absurdo Titán que desafía
la escala de las altas montañas con todos los ocultos peligros de la
Historia.
La
distancia entre Dios y el absurdo Titán humano es abismal, es la
distancia entre el simple eterno infinito y lo compuesto finito al
borde de la muerte.
Dios
conoce el papado, no por leer los periódicos, tampoco por leer la
Biblia. Es que Dios no es luterano ni musulmán. Dios Padre conoce el
papado por su idea eterna, es decir inmutable y absoluta.
EL
SELLO DEL PAPADO. – Su
idea es un sello dorado con el cual se producen los múltiples papas,
quienes son las hechuras de su sello. Estas imágenes selladas
reflejan la eternidad del sello de la concepción divina.
¿Acaso
reflejan estas dos imágenes que vemos en la ilustración el sello
dorado del Padre eterno?
Para
responder esta pregunta debemos preguntarnos si las imágenes fluyen
puras a la caída del sello divino; o si en cambio el hombre, quien
adquirió “la ciencia del bien y del mal”, se ha colado por
medio, arruinando la idea divina, pues se siente un mono en camino a
transformarse en divinidad.
EL
PRIMER SELLADO. – Benedicto
XVI es la primera imagen sellada, respondía a la idea del Padre
eterno hasta su renuncia de ese fatídico 11 de febrero. Y para
contrarrestar a los ilusos, observen que la suma de las cifras de
“11” da dos, al igual que el mes dos de febrero de 2013, es decir, en el milenio dos, y del año 13, número este básico para la
masonería. En fin, todos números diabólicos.
A
partir de esta fatídica fecha ha entrado el hombre para desdibujar
el exemplar divino del papado, con su ridículo argumento de
subdividir el munus papal en activo y pasivo.
LA
“HAZAÑA” DE RATZINGER. – El
hilemorfismo escolástico afirma que un ser se compone de una materia
indeterminada y pasiva con una forma determinante activa. El papado
es un ser social, que participa de los principios de los seres
reales. En este ser social, Ratzinger separó el papado activo del
pasivo. Logró lo que a muchos filósofos jamás se les hubiese
ocurrido pensar: separó en el papado la materia de su propia forma.
De este modo, en su laboratorio mental, destruyó el hilemorfismo
papal y tontamente se reservó el papado pasivo material indeterminado, para arrojar al
basurero el acto formal del papado, diciendo eufemísticamente:
Soy
muy consciente de que este “munus”, por su naturaleza espiritual,
debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino
también y en no menor grado sufriendo y rezando.
RATZINGER, EL
TITÁN. – Benedicto
XVI, es el gran reformador de nuestros días, Bergoglio no es otra
cosa que la consecuencia de esta gigantesca reforma. Con Ratzinger ha
mutado la idea del papado en el tiempo.
Como
la idea es descabellada y propia del hombre en su vano conocimiento,
la misma renuncia es evidentemente inválida. El Papa no es un Titán,
y quien pretende serlo se aparta de la idea eterna de Dios Padre.
EL SELLADO
NÚMERO DOS. – La
segunda imagen tampoco responde al sello divino. No responde en
legitimidad, así como tampoco responde en doctrina, pues el hombre
es un pentecostal encubierto, y como no responde en legitimidad ni en
doctrina, tampoco responde en las procesiones que son el fruto de
ambas.
PAPADO
CARNAVALESCO. – Bergoglio
como era de esperar, aplaudió la titánica idea de Ratzinger y
ejecutó otra vuelta de tuerca edificando sobre la mutación
producida. Bergoglio le adosó a su falso papado, un irracionalismo
doctrinario ejecutado en la ley de la casuística.
El
misericordismo y el caritativismo son un sutil disfraz para cubrir
las serias falencias de doctrina que expresa todos los días, disfraz
que tampoco puede cubrir las falencias de legitimidad. He aquí que
el sellado es falso. Su figura no responde al sello de Dios Padre y
como no responde, no posee autoridad de ninguna índole, de allí su
abuso de poder, pues sabe que adolece de autoridad legítima para
hacerse obedecer.
SELLADOS
NO RECONOCIDOS POR DIOS. – Dios
conoce las cosas por sus ideas y en esta forma existen en Dios, de
allí que estos dos absurdos papales no son reconocidos por Dios, a
quienes parece que abandonó a su propia suerte. El Papa no es más
que una mera semejanza de la Verdad revelada por Jesucristo, y en
este caso, ninguno de los dos papas refleja esta Verdad.
Este
conocimiento divino acerca del papado, produce una semejanza que son
los distintos papas, donde el hombre no es anulado, de allí que los
hombres cometen errores en el uso de su libertad mal ejecutada.
En
cambio el conocimiento del hombre es radicalmente distinto al
conocimiento divino, pues por la semejanzas de los distintos papas
basados en la revelación divina, podemos reconocer la idea divina
sobre el mismo.
Hoy
vivimos un sedevacantismo no de jure, sino de facto. La
sede papal está ocupada por un Papa que pretendió modificar la idea
divina del papado, y por otro que lo secunda; pero ninguno de los DOS
papas posee autoridad dentro de esta Iglesia perdida en las
tinieblas. Uno porque no responde a la doctrina y el otro porque no
quiso ejercer su autoridad, cayendo en la inercia luego de mal renunciando a ella.
1
Apreciación jocosa del Padre Castellani sobre Teilhard de Chardin.
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