Calesita

domingo, 25 de junio de 2023

Un telegrama de despido


por Tony Velázquez Ruiz

Luego de varias peripecias, Paco I dio un puntapié en el trasero de Gänswein . Así lo relata Leonardo Lugaresi:

«Leo el comunicado con el que la oficina de prensa del Vaticano anunció la destitución de Mons. Georg Gänswein . Sé que no sería del todo correcto llamarlo así, pero el contenido de la brevísima notificación publicada en el boletín me suena, al menos a mí que soy un "hombre de la calle", muy similar a la escueta nota de prensa corporativa con que una empresa anuncia la expulsión de un empleado infiel o incompetente.»

Comparto dicha observación, sobre todo luego de leer la nota:

«El 28 de febrero de 2023, S. E. Monseñor Georg Gänswein concluyó su cargo como Prefecto de la Casa Pontificia. El Santo Padre ha ordenado que el arzobispo Gänswein regrese, por el momento, a su diócesis de origen.»

Punto.”

¡Pobre George Gänswein!

¿Fue Secretario de Benedicto XVI? A muchos les dio la impresión que mas bien fue su carcelero, pues para serlo se requiere tener poca capacidad intelectual. Caso contrario Paco I lo hubiera expulsado, como hizo ahora.

¿Qué esperaba el arzobispo?

Era costumbre que se le diera un cardenalato por los servicios prestados, pero el demonio no paga favores, y mucho menos Paco I.

Toda mala evidencia cae sobre su cabeza.

¿Aplicaron la eutanasia a Benedicto XVI? ¿Quién lo hizo? Nunca Gänswein lo podrá contar, tampoco lo podrá negar, pues si lo hace, Paco I puede abrir una investigación en su contra. Paco estaría deseoso que alguien lo acuse. ¿Escribió un libro fuera de tiempo? Nada mejor para tapar la muerte de Benedicto XVI, quien de una mejoría, cayó en un funeral. ¿Alguien conoce la autopsia? Nunca se hará para mejor cubrir las suciedades de esta mafia masónica.

Tal vez sea este el motivo real, para mandarlo al destierro en su propia diócesis de Friburgo, sin cargos, sin honores, y sin un gracias.

Gänswein quemó los archivos que Benedicto XVI le confió. Vayan los historiadores ahora a buscarlos entre las cenizas. Todo obra de Gänswein. No entregó las cartas que Benedicto puso en sus manos, esas que nunca llegaron a destino porque fueron combustible para las llamas invernales. ¿A quién puede convencer que Benedicto le pidió que quemara todo? Una carta se escribe para ponerla en el correo, no para calentarse en invierno. ¿Qué historiador alabará tanta cortedad de mente? En el fuego, se perdió el verdadero pensamiento de Benedicto XVI, ese pensamiento de sus últimos días. Todo se lo debemos a Gänswein.

Paco hizo lo de siempre, primero lo usó y luego lo echó. 

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