Calesita

lunes, 14 de mayo de 2018

Heráclito en la práctica pastoral

Ante la mirada silenciosa de los que se sienten padres de esta iglesia destrozada, hemos explayado la teología bergogliana inspirada en Heráclito de Éfeso. Aquí vamos ahora al campo práctico, porque un ejemplo vale más que mil palabras. ¿Cómo se emplea esta teología en la práctica? Tomemos el caso de dar la comunión a los iconoclastas protestantes.
Hay que saber hacer tiempo, como hace el futbolista que está ganando y teme perder. No es fácil hacer tiempo, se debe poner la pelota contra el piso, caminar lento, pasarla al de atrás, y éste al arquero, o tal vez tirarla afuera.
En esto consiste el magisterio líquido, parar la doctrina, devolvérsela a otro, tirarla para atrás, o sacarla afuera de la iglesia. Es todo un arte, el arte de Bergoglio.
Es que el magisterio líquido es tan solo una pantalla para ocultar el cambio doctrinario. Es saber hacer tiempo. Se necesita ganar tiempo, porque el tiempo está en guerra con el espacio; pero con la confianza que el tiempo siempre vence al espacio.
Hagamos pasar el tiempo, que los ciegos digan que esto es un magisterio líquido, a la larga todos avalarán esta cláusula que siempre y sin duda es del Espíritu Santo.
Este hacer tiempo exaspera a los que están apurados, pone de mal humor a los teutones. Como dice Marx, Francisco no ejerce su poder. No lo ejerce, una porque no puede ejercerlo en este espacio, y otra porque espera que el tiempo venza el espacio adverso.
Solo se limita a generar un espacio contra el espacio adverso para encontrar soluciones “juntos”.
Veamos lo que sucede cuando no se conoce el manual de la mecánica. Si alguien, como Marx, dice que Bergoglio es un autócrata que tiene poca comprensión de las opiniones diferentes, es porque no leyó el manual de la dinámica de este Heráclito resucitado.
Por supuesto, ningún teutóm da un euro por la dinámica bergogliana. ¿Acaso, qué puede enseñarles un periférico cardenal latino, a ellos, que tácitamente se consideran la raza superior?
La grieta entre los germanos y Bergoglio existe. Y se preguntan estos teutones abriendo la billetera abultada de euros:
¿Acaso lo pusimos en el papado para hacer tiempo o para acelerar el tiempo?
Mientras tanto los pelagianos abren más la grieta y dicen:
Si muchísimos años la Iglesia enseñó una cosa, y me refiero a cuestiones fundamentales y no a apreciaciones temporales, y hoy propone la contraria, parece de cajón que se equivocaba entonces o se equivoca ahora. 1
Bergoglio está solo, o mejor dicho, está con el gigantesco apoyo de Maradiaga y Ojea, que junto a otros son el respaldo a un papado que tambalea día tras día.
Dadas así las condiciones, Bergoglio espera la sorpresa de Dios o que se produzca el milagro: esa cláusula que una la estructura eclesial quebrada, y que permita a los ricachones teutones de brindarles explícitamente la comunión a los iconoclastas protestantes sin las objeciones de los pelagianos.
Bergoglio teme su deposición, y con la deposición se acabó el tiempo que triunfa sobre el espacio. Por consiguiente espera que otros hagan ahora el trabajo sucio, él ya se jugó en el terreno de la herejía. Lógica consecuencia es responder:
Pónganse de acuerdo.
La unidad es superior al conflicto. Se debe montar el poliedro que abarque los polos opuestos. Ya no es la Iglesia católica, apostólica y romana; ahora es el poliedro de la unidad salvífica. Es un simple cambio de paradigma.
La estructura eclesial siempre es superior a la doctrina, la cual surge de la bruma de una Revelación, que “aún no vio la luz”. Este surgimiento se basa en la pastoral, es decir, en la necesidad activa. Mantener la doctrina es pecado de autorreferencia o pelagianismo puro. Decía Bergoglio al CELAM:
La Misión ..., sea programática, sea paradigmática, exige generar la conciencia de una Iglesia que se organiza para servir a todos los bautizados y hombres de buena voluntad. 2
Aquí está la respuesta al planteo del Tío Patilludo teutón, para dar la comunión a todos los bautizados, aunque sean los iconoclastas protestantes. Respuesta que Marx espera que dé Bergoglio explícitamente, quien hace tiempo...
Esta hipocresía se pone de manifiesto en los resultados.
Si la necesidad pastoral modifica la doctrina, como es darle la comunión a los iconoclastas protestantes, o a los católicos que rompieron sus votos matrimoniales; estos hipócritas lo llamarán progreso doctrinario.
Si en cambio un obispo que mantiene disputas con la estructura eclesial porque entiende que las reformas son desastrosas para la pastoral, y por dicha necesidad consagra obispos; estos hipócritas lo excomulgarán.
Esta es la vara con la que se miden los hechos.
¡Ay quien toca la estructura! ¡Bienvenido quien modifica la doctrina!


1 https://infovaticana.com/blogs/cigona/magister-sigue-campana/
2 Palabras dirigidas al Comité de Coordinación del CELAM, en Río de Janeiro, el 28 de julio de 2013,

No hay comentarios:

Publicar un comentario