Calesita

jueves, 10 de mayo de 2018

La resurrección de Heráclito



No me vengan a decir que Bergoglio no es una persona teológicamente precisa. Bergoglio sabe muy bien lo que aplica. Su teología muy bien definida está oculta en sus palabras, es ladina y herética. He aquí el pensamiento de Bergoglio, donde a cada paso nos parece oír a Heráclito.

LA VERDAD
1. Historia del concepto de verdad.
Siguiendo la distinción de Julián Marías, como la de Xavier Zubiri, el significado de Verdad, no ha sido igual en las distintas civilizaciones: mientras que para los hebreos, la verdad, como 'emunah' es mas bien una confianza, para los griegos la alētheia (αληθεια) es una patencia, es decir una cualidad o condición de patente manifiesto, y el verus latino, una veracidad.
De este modo, no es ilógico afirmar, que en el Antiguo Testamento, donde en Dios Padre reside la Verdad absoluta, esta se oculta tras la nube apofática del Sinaí y solo pide confianza; mientras que para la era del Nuevo Testamento, ya es una veracidad patente y manifiesta.
Jesucristo al afirmar que es la Verdad, afirma que es el icono de la Verdad absoluta y apofática del Padre. Por consiguiente sus enseñanzas no son suyas sino de Dios Padre:
Mi doctrina (διδαχὴ) no es mía, sino del que me envió.1
2. ¿Qué es Verdad para Bergoglio?
No existe una verdad absoluta, en cuanto esta es inconexa.
Ante la imposibilidad de alcanzar la Verdad, planteada por el el ufano ateo y relativista Scalfari, afirma Bergoglio:
... me pregunta si el pensamiento según el cual no existe absoluto alguno y por ende tampoco una verdad absoluta, sino solo una serie de verdades relativas y subjetivas, es un error o un pecado.
Para comenzar, yo no hablaría, ni siquiera por lo que respecta a un creyente, de verdad "absoluta", en el sentido que absoluto es aquello que es inconexo, aquello que carece de toda relación. 2
3. El relativismo bergogliano.
Aquí descubrimos, que el adjetivo inconexo, toma el significado de relativo. Bergoglio es a su modo, un relativista.
La Verdad para Bergoglio no es confianza ni patencia manifiesta, sino una una relación:
Ahora bien, la verdad, según la fe cristiana, es el amor de Dios hacia nosotros en Jesucristo. Por lo tanto, ¡la verdad es una relación! 3
Si en la Santa Trinidad el Padre es la Verdad apofática en la tiniebla divina y el Hijo es la Verdad manifiesta, donde Jesucristo es la Verdad Revelada; para Bergoglio, que, según su credo personal, duda de la Trinidad, no es ninguna de las dos cosas.
Si la perijóresis entre las tres personas trinitarias es una relación, para Bergoglio esta sería la única Verdad.
Ergo la verdad bergogliana es una intermisión entre las personas. ¿Pero de qué personas hablamos, si les negamos el hecho patente de ser Verdad?
4. La inversión trinitaria.
Si para algunos teólogos occidentales, el Espíritu Santo es quien une al Padre con el Hijo, para Bergoglio la Verdad no es el Padre, ni tampoco el Hijo, sino el Espíritu Santo.
5. La dinámica bergogliana.
Ergo la verdad bergogliana es una procesión. Por ello la doctrina no puede estar quieta, se tiene que mover.
Aparecida ha propuesto como necesaria la Conversión Pastoral. Esta conversión implica... creer en la asistencia y conducción del Espíritu Santo; creer en la Iglesia, Cuerpo de Cristo y prolongadora del dinamismo de la Encarnación. 4
Con este concepto caemos en la cuenta, que Jesucristo al llamarse Verdad, es tan solo el dinamismo que recibe del Espíritu Santo.
De este modo llegamos a la conclusión que solo existe el movimiento como Verdad, y la estática pasa a ser la falsedad. Lo que se mueve es verídico, lo que aparece estático es falso.
6. El progreso doctrinario.
¿Y cómo se mueve la doctrina si se ha fijado por la Tradición, tanto escrita como oral?
Por el progreso doctrinario. La verdad si no se mueve es una pieza de museo:
Muchas veces, en contra del impulso del Espíritu, la vida de la Iglesia se convierte en una pieza de museo...se suele reducir y encorsetar el Evangelio, quitándole su sencillez cautivante y su sal. ...Esto afecta a grupos, movimientos y comunidades, y es lo que explica por qué tantas veces comienzan con una intensa vida en el Espíritu, pero luego terminan fosilizados... o corruptos. 5
7. El Dios revelado es la Historia.
Si hasta nuestros días, en las distintas teologías coherentes con el catolicismo, Dios era el ser estático, pues no necesita moverse por ser infinito; en la teología bergogliana dios es dinámico y este dinamismo lo hallamos en la Historia:
Dios se ha revelado como historia...". 6
Si Dios se reveló como historia, es que Dios es movimiento y mutación.
Por lo tanto, la Verdad revelada, muta:
La Palabra de Dios no puede ser conservada en naftalina como si se tratase de una vieja manta para protegernos de los parásitos. 7
Esta verdad mutante, no llegó a su meta, así como la Historia no alcanzó su final feliz:
... la novedad del Evangelio de Cristo que, encerrada en la Palabra de Dios, no han venido todavía a la luz. 8
De este modo se cumplió la profecía de Fausto escrita por Göethe al analizar y modificar el inicio del evangelio de San Juan:
En el principio fue la Acción. 9

CONCECUENCIAS NEFASTAS DE ESTA TEOLOGÍA.
1. Todo nace de la dinámica.
Bergoglio parte su pensamiento no de la Verdad, sino del dios de la dinámica, y llega a la conclusión que verdad es simplemente una relación dinámica.
Si Heráclito decía: Todas las cosas están en movimiento y nada está fijo, la teología de Bergoglio, el nuevo Heráclito, dirá que Dios es quien se mueve.
2. Todo es reforma y mutación.
Por lo tanto las organizaciones eclesiales son historia, movimiento y mutación.
Esto explica su aversión profunda e inmisericorde con las organizaciones que regresan al pasado. Esta actitud será tildada de pelagianismo.
3. La herejía pelagiana según Bergoglio.
El sentido de pelagianismo en el pensamiento bergogliano, consiste en que el hombre no se ata al dios dinámico, generalmente llamado “Espíritu Santo”, sino al Dios estático, que él interpreta que es a sí mismo, a las propias fuerzas humanas. No da el salto a la dinámica, por lo tanto al no moverse, al no saltar, se corrompe.
4. Mutación lineal hacia el “punto omega” o el “Uno”.
En el catolicismo siempre se ha creído que la Historia humana, no transita en línea recta hacia Dios, si no media la Fe.
Existen dos opciones: se cree y la persona se diviniza; o se rechaza la Fe y la persona se condena. En este ámbito no existe una concordancia evolutiva lineal hacia un punto divino y totalmente único.
Esta ascensión lineal y siempre superadora, la hallamos en las distintas filosofías gnósticas, comenzando por Proclo junto a Plotino quienes se dirigen al “Uno”; y terminando por el jesuita de vanguardia Teilhard de Chardin donde todo el cosmos confluye en el punto omega.
5. La reforma es superior al dogma.
Esta visión construye sin definirlo el dogma de la bondad reformadora; por la cual una reforma siempre será más perfecta y bondadosa que la anterior.
Observemos la consecuencia diaria de este pensamiento: El Vaticano II, quien no aportó dogma alguno al catolicismo, es todo reforma; pero esta reforma es superadora y más perfecta que el catolicismo existente en la década del 50. No existe, ni puede existir una reforma que sea peor que la situación anterior. Más aún, la reforma es superior al dogma, a tal punto, que quien cuestiona o no sigue las reformas, queda en cisma.
De este diabólico pensamiento dinámico surge la obligatoriedad de la reforma, no como algo opinable, sino como verdad absoluta. Es el dogma del cambio.
6. La estática corrupta.
Bergoglio dirá que todas las cosas están en movimiento, pero existe la estática de ciertas cosas, las cuales se descomponen y se pudren.
¡Cáritas si no camina se pudre! 10
Ante esta estática, que conduce a la corrupción, el movimiento debe imprimirle vida.
Como Dios es historia, mutación, todas las organizaciones deben evolucionar. El mecanismo de esta evolución es la reforma.
7. La caducidad del Vaticano II.
Mirando hacia atrás, dirán estos reformistas, que las reformas del Vaticano II fueron una acción del Espíritu que sacudió la Iglesia de su estatismo, le imprimió vida y la hizo caminar en la historia, que al fin y al cabo es Dios mismo por ser dinámico.
Pongamos en claro lo que hoy sucede. Tanto Ratzinger como Bergoglio, se percataron que las reformas postconciliares han sido una receta, primero de Juan XXIII y luego de Paulo VI. Esta receta postconciliar no ha curado la enfermedad de la Iglesia, tanto más, en algunos aspectos la ha empeorado. Ambos papados coinciden en este punto.
Esto lo vemos claramente en Ojea, presidente de la Conferencia episcopal argentina, a quien una muy leída página de Argentina, tildó como “la burra de Balaam”. Ojea critica las estructura caducas emanadas del Vaticano II, ¿pero con qué objetivo?
8. La reforma irreversible.
Los dos papados dan por sentado que el Vaticano II es una antigualla, la diferencia entre los dos radica en que mientras Benedicto XVI regresa gradualmente a la década del 50, Bergoglio da el salto al futurismo dinámico de novedosas e impensadas reformas. Es la posición del bergogliano Ojea en Argentina.
Bergoglio y Ojea
En este contexto, cuando se da una reforma, ya no se puede ir hacia atrás.
La propuesta pelagiana. Aparece fundamentalmente bajo la forma de restauracionismo. Ante los males de la Iglesia se busca una solución sólo en la disciplina, en la restauración de conductas y formas superadas que, incluso culturalmente, no tienen capacidad significativa. En América Latina suele darse en pequeños grupos, en algunas nuevas Congregaciones Religiosas, en tendencias exageradas a la “seguridad” doctrinal o disciplinaria. Fundamentalmente es estática, si bien puede prometerse una dinámica hacia adentro: involuciona. Busca “recuperar” el pasado perdido. 11
9. Por ahora, solo movimiento.
La diferencia entre las reformas del Vaticano II y las de este falso papado de Bergoglio, la hallamos en que el Vaticano II tenía claras en su mente las reformas y las puso por escrito; mientras Bergoglio no puede escribir ni decir hacia donde va sin ser acusado de hereje. Lo poco que ha escrito ha sido ferozmente cuestionado. Por ello lo único que puede hacer es imprimir movimiento.
Como dicen sus seguidores, Bergoglio vino a poner la Iglesia en movimiento. Sí, el movimiento de Heráclito.
Tratemos que no se aplique en nuestros tiempos la profecía del Apocalipsis:
Vi luego una de sus cabezas que parecía como herida de muerte; y su llaga mortal fue curada. Con lo que toda la tierra pasmada se fue en pos de la bestia. (13,3)


1– Juan 7,16.
2 Carta de Bergoglio a Scalfari. https://w2.vatican.va/content/francesco/es/letters/2013/documents/papa-francesco_20130911_eugenio-scalfari.html
3 Ibídem.
4 Palabras dirigidas al Comité de Coordinación del CELAM, en Río de Janeiro, el 28 de julio de 2013,
5 Gaudete et exsultate. Nº 58.
6 Declaraciones en Civiltá Cattolica. Tomado de www.chiesa.espressonline.it con traducción de José Arturo Quarracino.
7 Discurso de Bergoglio a los participantes del Encuentro promovido por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, realizado, este miércoles 11 de octubre.
8 Ibídem.
9 Johann Wolfgang von Goethe. – Fausto; Gabinete de Estudio.
10 Mensaje a los agentes de pastoral de Cáritas Argentina, que participaron del XV Encuentro Nacional y XIX Asamblea Federal desarrollado en Tanti, Córdoba.
11 Palabras dirigidas al Comité de Coordinación del CELAM, en Río de Janeiro, el 28 de julio de 2013,

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