Calesita

jueves, 30 de marzo de 2017

El líder con su masa


El fin de semana transcurrido, nos han dado una muestra acabada de las reales dimensiones de esta revolución vaticana, la cual podemos ya llamar, revolución bergogliana, pues el peso que ejerce el idealismo de Tubinga con Kasper, su exponente ideológico, parece intrascendente. Dato al que no se puede dejar de tomar en cuenta.
Veintisiete dirigentes europeos se reunieron en Roma para conmemorar un aniversario de los tratados que paulatinamente generaron la Unión Europea. En su momento era una forma de tomar entidad frente las potencias que se hacían la famosa guerra fría, hoy es un grisáceo y deslucido exponente de fuerzas ocultas, que pretenden dirigir el universo. Fuerzas que deben enfrentar el éxodo de las masas disconformes, junto a componentes nihilistas y antisistemas. De allí la importancia del acontecimiento.
¿Qué papel jugaría Bergoglio en todo esto? Políticamente, es para los líderes europeos una figura acabada. Esta marginación dejaba al pobre pseudopapa totalmente fuera de escena.
La “síndaco” de Roma, oriunda de los sectores nihilistas y antisistemas italianos, se dio el lujo de dar su mano a la teutona Merkel.
¿Y Bergoglio?
Había que dar una respuesta contundente a estos líderes de su hegemonía personal; mostrar que su figura política no está acabada, que tiene cuerda para seguir con la revolución vaticana, cada día más suya. Mostrar a la cara de Kásper y de todos los teutones de lo que es capaz.
Corriere della Sera. Caricatura irónica de Gianelli: "Todos los jefes de estado europeas están aquí en Roma". "Su santidad los vio ayer y hoy se escapó para Milán.
Acto seguido salió “de viaje” hacia Milán, diócesis de su manager, el fallecido cardenal Martini, hoy conducida por quien fuera candidato a Papa del gran reformador del papado, Benedicto XVI: hablamos de Angelo Scola. Este cardenal es hijo de un socialista, y en su juventud ingresa en el partido comunista. El grupo cristiano Comunión y Liberación lo rescata, llegando con el tiempo a cardenal.
Como era de esperarse, una multitud recibió a “su” Bergoglio. Los periodistas que dicen ser católicos, hablan de un millón de personas. Si tomamos en cuenta que la Arquidiócesis de Milán tiene tan solo cinco millones de almas, notamos lo absurdo de la agencia católica argentina, donde una quinta parte salió hacia su Francisco. Así es como “informan”.
El hecho no solo es político, sino que alcanza el éxtasis en los niveles del peronismo. El líder Bergoglio hizo contacto con su masa. Este rito peronista es fundamental en la Argentina, que cree ser una democracia; pero en la Iglesia es intrascendente, pues la masa vale poco o nada. Perón lo usaba como método para fortalecer su figura ante los caudillejos que sacudían su liderazgo; Bergoglio lo usa como cachetada a los líderes europeos que lo ignoran, ante la mirada de Kasper, y ante los dubia de quienes lo cuestionan.
Me siento como en casa – dijo el gran líder de la revolución vaticana. La frase tiene muchas lecturas. ¿Dónde está su casa? ¿Las trincheras de Santa Marta, o acaso es Buenos Aires? De todos modos su segura casa, es el peronismo, con su rito esencial pleno de éxtasis, donde líder y masa se unen en una sola voluntad de impulso activo, para demostrar la vigencia de su verdad.
Sin embargo, sabe perfectamente que una espada de Damocles pende sobre su cabeza. Así leemos en Church Militant:
Los días 30 y 31 de marzo, 2017, en París tendrá lugar un encuentro de teólogos y abogados canónicos para discutir un tema muy controvertido: la deposición de un Papa herético. 1
El negro “papado” de Bergoglio sufre ante estas noticias, pretende cubrirlo con la masa; pero es inútil, su deterioro político y religioso, van en aumento.
El asunto es engorroso. ¿Dónde está el límite definitivo entre error y herejía? Todos perciben que en el fondo es herético; pero su persona se cuida de un acto abierto y definido hacia ese sentido. En este aspecto, el Vaticano II ha dejado abiertas muchas puertas, gracias a ellas se hace fácil tapar la herejía. El ecumenismo cubre como un manto todas sus falencias y deserciones de la Verdad. Es el nominalismo eclesiástico. Ecumenismo, colegialidad, inculturación,... todos nombres que siempre tapan los pecados de una jerarquía decadente y en estado de una alarmante descomposición moral.


1 Traducción de Adelante la Fe.

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