Calesita

lunes, 19 de febrero de 2024

Audi benigne Conditor


Este himno se atribuye al Papa San Gregorio Magno (540-604) y su empleo se inicia en dicha época. Se usa en las Vísperas desde el primer domingo de Cuaresma hasta el viernes anterior al Domingo de Pasión, tanto en domingo como días feriales.
Texto original
Modificaciones de Urbano VIII en 1632
Audi, benigne Conditor,
Nostras preces cum fletibus
In hoc sacro jejunio
Fusas quadragenario.

Scrutator alme cordium,
Infirma tu scis virium;
Ad te reversis exhibe
Remissionis gratiam.

Multum quidem peccavimus:
Sed parce confitentibus;
Ad nominis laudem tui
(Ad laudem tui nominis ) *
Confer medelam languidis.



Sic corpus extra conteri
Dona per abstinentiam,
Jejunet ut mens sobria
A labe prorsus criminum.
Concede nostrum conteri
corpus per abstinentiam
culpae ut relinquant pabulum
ieiuna corda criminum.
Præsta, beata Trinitas,
Concede, simplex Unitas,
Ut fructuosa sint tuis
Jejuniorum munera. Amen

* Según la versión monástica.
Comentario del Himno
Primera estrofa:
Audi, benigne Conditor,
Nostras preces cum fletibus
In hoc sacro jejunio
Fusas quadragenario.
Oye, bondadoso Creador:
nuestras súplicas con llanto
que en este sacro ayuno
derramamos en cuaresma.
La cuaresma se dirige al Dios Padre Creador y se realiza hasta aquí con tres elementos: el llanto del arrepentimiento, con las súplicas de nuestras oraciones y un riguroso ayuno. Por supuesto esto para la cuaresma neomoderna no encaja, dado que prácticamente no se ayuna y mucho menos se llora.
Segunda estrofa:
Scrutator alme cordium,
Infirma tu scis virium;
Ad te reversis exhibe
Remissionis gratiam.
Venerable examinador de corazones
que conoces las flaquezas de los fuertes
nos dirigimos para suplicarte
la gracia de la indulgencia.
La cuaresma es una súplica que solicita Gracia de indulgencia al Señor, que conoce absolutamente todo. Como decía San Buenaventura, mejor me vería yo en Dios, que en mí mismo 1.
Tercera estrofa:
Multum quidem peccavimus:
Sed parce confitentibus;
Ad nominis laudem tui
Confer medelam languidis.
Mucho en verdad pecamos,
pero al fin lo confesamos,
por tu excelso nombre,
trae la medicina para los débiles.
La tercera estrofa expone el primer paso del arrepentimiento, el cual consiste en confesar o reconocer el mal realizado. Como consecuencia de este reconocimiento se pide la curación de esta herida del alma, producida por la debilidad de la humana naturaleza.
Existe en el tercer verso una variante dentro de los textos monacales, sin modificar el significado en absoluto, tan solo ordena el hipérbaton poético del original.
Cuarta estrofa:
Dice el original:
Sic corpus extra conteri
Dona per abstinentiam,
Jejunet ut mens sobria
A labe prorsus criminum.
Así dominaremos por fuera el cuerpo
por la gracia de la abstinencia
ayunando para una mente sobria
de la total mancha de los pecados.
Por su parte la versión reformada de Urbano VIII dice:
Concede nostrum conteri
corpus per abstinentiam
culpae ut relinquant pabulum
ieiuna corda criminum.
Concede controlar nuestro
cuerpo por la abstinencia
y dejando el sustento de la culpa
los corazones ayunen el pecado.
Las reformas no comenzaron con el masón Bugnini, sino que tienen larga data. La era del así llamado “renacimiento” fue una de ellas. Tan solo baste recordar la reforma del calendario juliano, suplantado por el calendario gregoriano, que sumió el año 1582 y los años siguientes en una confusión generalizada. Todavía en la actualidad, muchos siguen usando el calendario juliano. Sucede que tanto Bugnini como Pablo VI, sabían poco o nada de reformas, y de las consecuencias que estas traen inevitablemente. Fue la ingenuidad de esos años, donde se pensaba por comodidad, que solo era cuestión de obedecer.
Como lógica consecuencia, hoy fuera de los monasterios se emplean los himnos reformados por este supuesto “renacimiento” al que no escapó la sociedad, y dentro de ella, la iglesia occidental; y como es el caso de los monjes, tenemos por oposición los himnos anteriores a esta reforma.
Como se puede ver, ambas estrofas afirman el mismo tema. El ayuno es un ejercicio para controlar el cuerpo y dar camino libre al alma. Muy bien lo enseñaba San Pablo en su carta a los Romanos (7,21-24):
Por consiguiente, tengo en mí esta ley, que, queriendo hacer el bien, es el mal el que se me apega; porque me deleito en la Ley de Dios, según el hombre interior; pero siento otra ley en mis miembros, que lucha contra la ley de mi razón y me encadena a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Desdichado de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?.
Quinta estrofa:
Præsta, beata Trinitas,
Concede, simplex Unitas,
Ut fructuosa sint tuis
Jejuniorum munera.
Amen.
Atiende, Santa Trinidad
concédenos, simple Unidad
que te sean fructuosos
las ofrendas de los ayunos.
Amen.
La última estrofa siempre es una doxología, dirigida a la Santa Trinidad, cuya unidad no es complicada al estilo de los humanos, sino absolutamente simple. Esta es la diferencia entre el ser infinito y los seres finitos. A dicha Trinidad se ofrecen las ofrendas de los ayunos.
Si lo que se va a hacer, es el ayuno de la iglesia de Bugnini y Pablo VI, consistente en dos días, personalmente cambiaría la quinta estrofa, pues puede tomarse como una afrenta a la Trinidad. Así leemos en una traducción de texto reformado en la era Bugnini esta doxología:
Oh Trinidad Santísima concédenos
oh simplísima Unidad, otórganos
que los efectos de la penitencia
de estos días nos sean provechosos.
Como se observa, no tienen coraje para hablar de “ayunos” y lo reemplazaron por la vaga “penitencia”.
Más curiosa es esta otra traducción:
A ti, Dios, santa Trinidad suprema,
todo ser te alabe, Dios bendito,
y a quienes salvas por la cruz gloriosa
acompaña y dirige por los siglos.
Realmente, los neomodernos no tienen vergüenza.
Los monjes del Monasterio de Santa Magdalena en Barroux, quienes siguen el Rito Romano antiquor con toda su belleza, hoy destruida por los neomodernos, cantan este himno.
https://www.barroux.org/en/liturgie/listen-to-our-offices.html

El texto se toma del Antifonale Monasticum de 1934.


1 Hexaemeron, coll. 12, t. v, 385 ss.

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