Calesita

sábado, 20 de febrero de 2016

Catena plumbea in Matthaeum 23, 41-43

Miguel Ángel. Juicio Final, detalle.

¿Qué es esto? La frescura evangélica de Bergoglio, Obispo Energúmeno de Roma.


Y dirá a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo y para sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;" fui peregrino, y no me alojasteis; estuve desnudo, y no me vestísteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis."

San Agustín, de Civitate Dei, 20,1
Aquí, pues, se trata del último juicio, cuando Jesucristo ha de venir del cielo con el fin de juzgar a los vivos y a los muertos. Llamamos último a este día del juicio divino, esto es, último tiempo, pues es incierto por cuántos días se alargará dicho juicio; según costumbre de las Escrituras Santas, el día suele ponerse en lugar del período. Por lo mismo, pues, decimos el último juicio o novísimo, porque juzga ahora, y juzgó desde el principio del género humano, separando a los primeros hombres del árbol de la vida (Gén 3:24) y no perdonando a los ángeles que pecaron (2Pe 2:4). Y en aquel juicio final serán juzgados a un mismo tiempo los hombres y los ángeles, porque por el poder divino se hará que a cada uno se le representen en su memoria todas sus obras (ya buenas, ya malas); y que sean vistas con admirable celeridad por la vista de la mente, a fin de que el entendimiento acuse o excuse a la conciencia.
Orígenes, homilia 34 in Matthæum
Los que se apartan de Jesús, caen en el fuego eterno, el cual es de distinta naturaleza del fuego de que hacemos uso: pues ningún fuego es eterno entre los hombres, y ni siquiera de mucha duración. Y ten presente que no dice que el reino está preparado, en verdad, para los ángeles, mas sí que el fuego eterno lo está para el diablo y para sus ángeles. Porque por lo que a El toca, no ha creado a los hombres para que se pierdan, pero los que pecan son los que se unen con el diablo, para que así como los que se salvan son comparados a los ángeles santos, de la misma manera sean comparados a los ángeles del diablo los que perecen.
San Agustín, de Civiate Dei, 21,10
Y aquel fuego será corporal, y atormentará a los cuerpos de los hombres juntamente con sus espíritus...
Orígenes, in Matthæum, 34
O tal vez aquel fuego tenga tal sustancia, que siendo invisible queme las cosas invisibles; a esto se refiere lo que dice el Apóstol: "Las cosas que se ven son temporales; mas las que no se ven son eternas" (2Co 4:18). No te admires, pues, cuando oigas que el fuego es invisible y castigador, y cuando veas que el calor se aproxima y atormenta no poco interiormente a los cuerpos.
Bergoglio, Epistulæ ad Scalfarum
Si el egoísmo sobrepasa y sofoca su amor por los demás, ofusca la chispa divina dentro de sí y se auto condena. ¿Qué pasa con esa alma apagada? ¿Será castigada? ¿Cómo? La respuesta de Francisco es exacta y clara: no hay castigo, sino la aniquilación de esa alma. Todos los demás participarán de la bienaventuranza de vivir en la presencia del Padre. Las almas aniquiladas no serán parte de este banquete; con la muerte del cuerpo su viaje se acaba y esta es la motivación de la Iglesia misionaria: salvar a las almas perdidas. 1

1 Entrevista con Eugenio Scalfari, La Repubblica, 15 de marzo de 2015. Estos dichos no fueron desmentidos.

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