Calesita

miércoles, 23 de agosto de 2023

La crisis católica en los universos paralelos

 

Entrado el siglo XX, la física de Newton entra en en una violenta “crisis”. Las discusiones entre los “cuánticos” son monumentales, sin llegar hasta el presente a ponerse de acuerdo.

Con estos violentos cambios modernos, la cantidad es quien gobierna este mundo, pues cantidad es verdad.

Si antes se observaba y experimentaba para deducir, ahora simplemente se intuye. Con la intuición se lanza la teoría, la cual no pasa de una hipótesis, y los cuánticos esperan sentados en el sofá que la misma se confirme. De este modo, han comenzado a realizar una física de las posibilidades, la cual los puede llevar al ridículo, pero a un ridículo disfrazado de ecuaciones.

El gran problema que se les presenta a estos cuánticos, es la medida. Si se lo mide es real, ¿pero qué pasa cuando uno mide y da un resultado, y aparece otro resultado cuando la mide otro cuántico? ¿Cómo se explica esto?

Entonces se plantean varias disyuntivas: el sistema evoluciona hacia un caos y se hace impredecible, o aparecen objetos que no son físicos, como las “conciencias”, que hacen variar el sistema porque no se someten a las leyes físicas. O tal vez se dan todos los resultados en universos paralelos.

La explicación tradicional de este fenómeno es la interpretación de Copenhague la cual asume el principio de incertidumbre de las ondas corpusculares. Por lo tanto, vivimos en un universo fantasmal donde no hay nada definido.

Ante esta afirmación reacciona Hugh Everett III (1930-1982), planteando un dilema que posteriormente fue retomado por Neil Graham y Bryce De Witt en 1970. O vivimos en un universo fantasmal indefinido, o vivimos en un mundo real donde existen infinidades de universos paralelos.

Que esto se diga del mundo subatómico, es una cosa ridícula, pero que luego se pase a extenderlo en todos los órdenes de la vida, es una locura.

Por lo tanto, ya no se distingue el orden real del orden subatómico, pues como plantea Everett, no es que la realidad sea fantasmal, sino que existen infinitas realidades que constituyen infinitos universos, de allí su teoría del multiverso. Y ya no hablamos del mundo subatómico, ahora hablamos de un mundo fuera del átomo.

Veamos una explicación realmente asombrosa:

«Cuando yo arrojo una moneda, sé que hay un 50 por 100 de probabilidades de que salga cara y un 50 por 100 de probabilidades de que salga cruz. Pero esa conclusión se basa en la hipótesis usual de que una moneda lanzada da un único resultado. Si una moneda lanzada sale cara en un mundo y cruz en otro, y además, si hay una copia de mí en cada mundo que es testigo del resultado, ¿qué sentido podríamos dar a las probabilidades usuales? Habrá alguien que ve lo mismo que yo, tiene mis mismos recuerdos y afirma enfáticamente que es el yo que ve cara, y otro ser, igualmente convencido de que él es yo, que ve cruz. Puesto que suceden ambos resultados —hay un Brian Greene que ve cara y un Brian Green que ve cruz—, la probabilidad familiar de haber una posibilidad igual de que Brian Green vea o cara o cruz no parece encontrarse en ninguna parte.» i

Apliquemos este brillante descubrimiento de los universos paralelos a la historia de la Iglesia desde el el último concilio hasta nuestros días. ¿Qué nos dice la física cuántica?

En 1965 finaliza el Concilio Vaticano II. Los documentos pastorales se transforman por virtud de la obediencia, en dogmas estables y se aplican taxativamente. El universo católico se divide en dos universos paralelos: un universo del 80 % acata el dogma conciliar y otro de un 20 % lo rechaza. ii

Este mismo universo minoritario a su vez se divide en dos universos paralelos. Un 20 % se declara sedevacantista, el otro universo sigue con su obediencia formal al papado. A su vez este último universo se divide en otros dos universos paralelos. Los que son expulsados de la Iglesia (FSSPX) y los que permanecen en ella (FSSP).

Benedicto XVI busca unificar estos universos paralelos, pero la física cuántica es implacable en sus leyes y Ratzinger debe presentar su renuncia. Nuevamente el universo católico se divide en otros muchos universos paralelos. Un 70 % que declara papa a Bergoglio. El resto del 30 % se divide en otros universos paralelos. Un 8 % afirma que Benedicto XVI es Papa pues renunció solo al ministerium no al munus papal. Otro 10 % afirma que Bergoglio es un hereje. Este porcentaje a su vez se divide en otros dos universos. Un 5% dice que un hereje no deja o puede ser papa (como el caso del angelical Schneider). El otro 5 % dice que ya dejó de ser papa. Otro 10 % forma otro universo paralelo donde Francisco es el peor papa de la historia. Por último un 2 % declara que está harto de discutir este tema y prefiere mirar por la ventana.

¿Absurdo? Es la interpretación histórica bajo la física de ciertos cuánticos.

¿En qué universo se encuentran los grandes maestres de las logias masónicas? En todos, y se los ve frotándose las manos.

¿En qué universo se encuentra Jesucristo?

«¿Acaso está dividido Cristo?» iii O acaso hay una copia del mismo en todos los universos paralelos. Lo más probable, es que Francisco fue crucificado para todos los universos pachamámicos, o tal vez, esta generación fue bautizada en el nombre de Bergoglio y sus detestables jesuitas.

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i Robert Green. La Realidad Oculta. Cap. 1. §. Variedades de universos paralelos.

ii Los porcentajes de aquí en más, son todos “al voleo”, pues son "aproximaciones de aproximaciones".

iii 1Cor. 1,13.


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