Calesita

domingo, 5 de febrero de 2023

Respuesta a los ataques de Alexis Bugnolo

por Santiago Grasso

Después de la farsa puesta en escena en el Hotel Mariott Park, el actor principal de la misma, se dirige a los seguidores que le quedaron, abriendo su corazón contra los que lo abandonaron, entre los cuales nos incluimos, y vean ustedes el tono que emplea:

«Es un horrible pecado de soberbia y de robo arrogarse el derecho de juzgar jurídicamente a los demás en la Iglesia. Es en una palabra diabólica. Porque en la Iglesia de Dios toda autoridad viene de Dios, y NINGÚN hombre puede pretender tenerla, si no le es dada por Dios o Su Iglesia.»

Sin duda Fray Alexis Bugnolo quiere condenarse a sí mismo, pues se arrogó el derecho de elegir un Papa. No sé quien pudo hacer “juicios jurídicos”. Aquí no los hicimos, y yo no los hago, porque de cánones no sé un ápice, nunca me gustó el derecho, ni pienso estudiarlo. Soy un neófito en leyes, solo me manejo con el sentido común de las cosas. Si el derecho lleva a lo grotesco, como es el caso de Bugnolo, no puedo dejar de reconocerlo en honor a la verdad. Lo que hizo fue un anacronismo. Al decir esto no le robo a nadie. Por sus palabras, se ve claramente que exagera, dolido por su soledad, dentro de la cual su persona cayó en el ridículo. Profundizando, el tema del robo, es indudable que lo cometió él mismo, pues se apoderó de una autoridad divina, que nadie le concedió. A no ser que alguien se la hubiese dado, cosa que ignoro.

Etienne Gilson, al hablar de la Filosofía de San Buenaventura dice:

«De ahí procede la triple verdad de que habla Salomón: la verdad de las costumbres, regla de una vida que se acomoda a las normas del derecho establecidas por la razón;... »

Por este razonamiento, se desprende, que el grotesco, el anacronismo y tomar al prójimo como estúpido dentro de una farsa, no forma parte del derecho, pues es contrario a la razón.

Dice el “fraile”:

«...toda autoridad viene de Dios, y NINGÚN hombre puede pretender tenerla, si no le es dada por Dios o Su Iglesia.»

Es lo que venimos diciendo de una u otra manera, Paco I es un fraude, y para confirmar a Paco I, Bugnolo hizo otro fraude más grotesco y risueño que el realizado por este inútil cardenalato, al que la mayoría aprueba como caído del cielo.

Por tanto, ¿quién le otorgó autoridad a Bugnolo para convocar al “pueblo romano”. ¿Cuántos miembros respondieron a esa convocatoria?

Unos dicen que fueron cinco, y otros nueve. ¿Alguno vio el acta donde cuatro millones de católicos eligen Papa? Por alguna razón Bugnolo no suelta el número. Porque un puñado de gatos locos, como los que se reunieron en el Hotel Mariott Park, no pueden nunca ser el “pueblo romano”. ¿Quién les dio autoridad a este puñado de delirantes, para elegir un idólatra como Papa? ¿Dónde están sus señales divinas? ¿Acaso esto no es un robo?

Aún tenemos más datos del fraudulento hermano:

«Por esta razón, aunque fui uno de los primeros en informar y seguir las noticias sobre el Team Bergoglio, cuando llegó la evidencia canónica, estuve de acuerdo con el Cardenal Burke y Mons. Nicola Bux, que sería difícil probar con el rigor necesario para un juicio. Y así dejé de decir que la elección no era válida

El panqueque Bugnolo, acaba de darse vuelta en la sartén. Decía el cardenal Mazarino al futuro Luis XIV:

«Así, si uno de carácter sosegado habla con más ardor del habitual, no está hablando por él mismo. Y, si cambia bruscamente de opinión y la defiende con fervor, será señal de que ha sido comprado.» 1

Con su nueva teoría, pues anteriormente nunca la expuso, aprueba el mentado “ermitaño” que hubo dos papas. Pues siempre sostuvo que Ratzinger era Papa y si la elección de Paco I fue válida, estamos en lo que llamamos aquí, “El Consulado Papal”. Un papa activo y otro pasivo. Es decir, que la substancia, en este caso papal, de acuerdo al pensamiento de San Buenaventura, fue dividida en una persona que es la forma activa, y otra persona que posee la materia pasiva. Un absurdo lógico.

Luego pasa al siguiente sermón de advertencias:

«Así que ahora están en una gran crisis de fe. Y lo que les espera es muy, muy oscuro.»

Hablo por mí mismo. No poseo ninguna crisis de fe. Eso que se lo pregunte a Paco I, su “santo padre” canónico, y que indague cómo se conjuga Nuestra Señora con la Pachamama, la sodomía con la castidad, y el latrocinio con la pobreza. Esto sí que es crisis de fe.

Luego viene lo que todo modernista hace, ponerle una etiqueta al oponente:

«Los llamo sedevacantistas antibergoglianos.»

Muy bien, esta vez ha acertado. Y explica su etiqueta:

«A diferencia del sedevacantismo normal, que se da en aquellos que dudan sin razón de la validez de una elección papal en Cónclave, éstos están inventando dudas sobre algo en lo que todos pudieron haber estado personalmente presentes, ya que ocurrió en nuestros días.»

Corrijo. No son dudas, son certezas. Las dudas en todo caso las puede tener él.

¿Y cuántos eran los presentes? No puede decirlo, pues no llegaban ni a diez personas. Si Dios no perdonó a Sodoma porque no encontró diez justos (Génesis 18), el gran elector Bugnolo con dicha ausencia consumó su asamblea para elegir un Vicario de Cristo, el cual permanentemente niega serlo en los documentos oficiales.

«Y a diferencia de los sedevacantistas antironcallianos, casi todos coincidieron en que la forma de elegir era válida, antes de que se llevara a cabo la elección.»

La forma era válida, pero ¿existió dicha forma? Lo que decimos es que tal forma no existió, pues conlleva elementos que la hicieron imposible, por eso fue un anacronismo fraudulento.

«Pero fue el resultado lo que les molestó. (Si alguno de ellos fuera elegido, lo más probable es que aceptara la elección como válida en proporción a la ventaja que pudiera obtener personalmente de ella).»

El resultado fue concorde con la falencia de la forma. La forma estuvo en la cabeza de Bugnolo, como suele estar en la cabeza de los idealistas, al mejor estilo de Hegel. Dicha forma no existió en la realidad. ¿Cree por ventura este delirante, que alguien aceptaría ser Papa siendo elegido por cinco gatos locos, de cuya procedencia nadie conoce? Se dieron de baja mucho antes, porque vieron que la forma era una farsa y no quisieron prestarse al ridículo. Eran gente sensata.

Ahora salta a relucir su bergoglianismo oculto:

«Pero para todos estos sedevacantistas antibergoglianos, hay un futuro oscuro. Por la fuerza de la lógica de su posición, tienen que confrontar que la Iglesia tal como la ven, ya no tiene el munus petrino, y por lo tanto ya no es la Iglesia de Cristo.»

Con la sede impedida de Benedicto XVI y las herejías de Paco I, ya teníamos una sede vacante “de facto”. ¿Acaso no éramos Iglesia de Cristo en estos diez años de sedevacantismo? Un olvido al que nuestro leguleyo no presta atención alguna. La Iglesia de Cristo pasó hasta 34 meses sin una elección papal. ¿Cuál es el motivo de tanta urgencia?

Continúan las generalizaciones:

«Como ninguno de ellos sabe leer latín ni ha estudiado Derecho Canónico, no encontrarán solución canónica y terminarán rechazando toda elección papal en el Futuro.»

Esto es propio de su “delirium tremens”. Este leguleyo que camina todo el día con el código bajo el brazo y de noche lo usa de almohada, ¿qué sabe del futuro? ¿Acaso ahora también se siente profeta? Acuérdese que profetizó en su oportunidad, que Bergoglio moriría antes que Benedicto. Deje de decir tonterías, yo fui profesor de latín, y cuando analizo las escrituras me baso en el griego. ¿De dónde saca que ninguno sabe leer latín? Peor, ¿sabe el “hermano” leer griego?

En cuanto al derecho, ya me expresé con toda claridad.

«Y como ellos mismos inventarán de la nada sus propias condiciones para una elección jurídicamente válida, incluso si logran realizar alguna elección en Roma, será nula y sin efecto, y nunca reconocida por la Iglesia de Cristo, porque tal elección nunca puede volver a suceder, ya que solo la Primera Asamblea, convocada después de la Muerte de un Verdadero Papa, tiene derecho a elegir al Papa. Como prueba toda la historia papal.»

Hasta ahora nadie inventó nada, peor aún, el único inventor fue Bugnolo que transformó una farsa en ley canónica. Lógicamente, si hacemos su misma farsa y reunimos como él cinco gatos locos, y proclamamos un Papa, la elección no es válida, como tampoco lo fue la suya. Sin lugar a dudas, el “moderator” del fraude tiene miedo que realmente, alguien más sensato, logre poner en pie el tal mentado “pueblo romano”, cosa que él no supo hacer, por total incapacidad manifiesta.

«De modo que su descontento los está llevando a la perdición, porque como quieren juzgar quién es y quién no es Iglesia, y quién es y no es candidato válido al Papado, echando el Derecho Canónico a las hogueras de su demoníaca soberbia, han puesto su rostro contra Dios y se han declarado sus enemigos.»

Si esto no es un juicio temerario es porque perdí la noción de juicio. ¿Pero quién manifiesta descontento? Bugnolo ve una película que solo existe en su imaginación.

Es iglesia quien se une místicamente a Jesucristo, y procede con toda Verdad. No tengo esa lupa para saber quien pertenece o quien está afuera de la Iglesia. Solo miro el árbol. Si da malos frutos, es árbol malo; si da buenos frutos es árbol bueno. Si da Pachamama y sodomía, es árbol pésimo y quien lo propone como bueno es un demente.

Continúa su delirium:

«Todos ellos morirán desesperados o con falsas esperanzas, si no se arrepienten, y sus sacramentos y rosarios no obtendrán nada más para ellos. En su hábito mental que sólo critica a los demás, no verán que su orgullo crece como un bosque, sus vicios como un fuego furioso, y su oscuridad como la que experimentan los que son arrastrados al abismo infernal.»

Amén. Fiat, fiat.

Sus frases, lo colocan en un desequilibrio mental llamativo. Luego, sangra por la herida:

«Pero cuando llegó la crisis, NINGUNO de ellos pidió mi consejo, y TODOS procedieron a discrepar públicamente conmigo, algunos incluso insultándome y maldiciéndome.»

¿Quién es Bugnolo para dar consejos? ¿Quién le dio esa autoridad? En ningún momento se lo maldijo desde estas páginas, al contrario, dijimos qué hermoso sería si se callara la boca, no quedaría su herida en evidencia, ni saldría a la superficie su “delirium” actual.

«Hasta que todo les fue bien, me alabaron hasta los cielos. Pero cuando tuvieron que arrepentirse de su odio personal por el hombre, Bergoglio, ese fue el punto más allá del cual no pudieron ir. Porque a diferencia de mí, que odiaba solo sus pecados, no al hombre, ellos odiaban a ambos.»

Se equivoca totalmente. No le enrostramos sus pecados, sino sus herejías, sus enseñanzas idólatras, su sodomía aceptada. No odiamos al hombre, odiamos el pecado. Para el juez Bugnolo, pues no repara en nada, le dejo el enlace de la oración de nuestro blog: Oratio pro Bergoli conversione. Obsérvese que está en latín. Esto desmiente todo su enorme delirio.

«Pero ahora todo su trabajo y fiebre de mente será sembrar división en el rebaño de Cristo. Negar las obras de Dios en Su Iglesia y oponerse a la verdadera reforma y renovación, ofendiendo sin cesar a los católicos. Alimentarán su descontento con más pecados, y se convertirán en “Collaboratores in Mendacio”, colaboradores en la mentira.»

No sé si leo bien. Habla de oponerse a la reforma y renovación (oppose true reform and renewal). En fin, habla sin lugar a dudas, de oponerse a la Revolución Vaticana de Paco I. Como dije, ahora el panqueque ya está cocinado del otro lado de la sartén.

No seguiré con su artículo, pues tengo la impresión que no está ya en sus cabales. No se puede escribir con “tanta sangre en el ojo”.

Tan solo me queda una duda. ¿Se hizo esta farsa para llevarnos a todos a un abrazo con Paco I y su Pachamama?

Fray Alexis Bugnolo, Paz y Bien. Que Dios te bendiga y sane tu pobre juicio.

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1Card. Mazarino. Breviario de los políticos.

 

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