Calesita

viernes, 30 de noviembre de 2018

Adviento

En su Historia de la Liturgia, Mario Righetti escribe:
En la organización actual de la liturgia romana, el tiempo llamado de Adviento está a la cabeza de todo el ciclo festivo cristiano, que se llama “año eclesiástico o litúrgico.” 1
Rastreando la historia busca su origen:
Ya desde el siglo III, por consideraciones astronómicas simbólicas, estaba universalmente difundida la opinión de que el 25 de marzo, día del equinoccio de primavera, hubiese sido creado el mundo, María Virgen hubiese concebido al Verbo y que éste hubiese muerto en la cruz.
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El Génesis se comienza a leer en esta época, y el más antiguo leccionario conocido supone un ciclo de lecturas que comienza la noche de Pascua y acaba con el Sábado Santo.
Pero con la introducción de la fiesta de Navidad y a causa del traslado de la fiesta de la Anunciación al período de Adviento, operado en muchas iglesias (porque la Cuaresma antigua excluía rigurosamente toda solemnidad), se corrió sensiblemente el principio del año litúrgico, fijándolo en el período navideño.
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...los libros litúrgicos de los siglos VI-VII llegados hasta nosotros comienzan con la vigilia Natalis Domini...
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Más tarde, hacia los siglos VIII-IX, cuando el Adviento, entendido como período de preparación para Navidad, tuvo casi en todas partes una ordenación estable y uniforme, los libros litúrgicos anticipan el anni circulum, como se llamaba a la primera dominica de Adviento, …2
Hasta aquí nuestro historiador presenta el ciclo de adviento como el inicio del año litúrgico, pero a este inicio formal se le adjunta el contenido. La liturgia romana tradicional, no es hueca como hallamos en partes del Novus Ordo, por eso afirma Righetti:
El término latino adventus (venida) fue en un principio aplicado a significar un período preparatorio no tanto para el nacimiento de Jesús como para su segunda venida sobre la tierra, la parusía.3
Afirmar que Navidad es tan solo el cumpleaños de Jesucristo, es afirmar el vacío ineludible que nos deja la liturgia reformada por el inventor Bugnini.
¿Cómo se construyó este tiempo?
Un texto, sin embargo, dudoso de San Hilario (+ 388), apoyado por un canon del concilio de Zaragoza (381), hace mención de un período de tres semanas, como preparación a la fiesta de Epifanía, pero con probable referencia al solemne bautismo de los neófitos, que en las iglesias hispanogalicanas, según una costumbre oriental, se conmemoraba en aquel día.
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Un siglo más tarde, San Gregorio de Tours señala la tendencia a conformar la preparación natalicia con la de la Pascua, haciendo del Adviento una especie de segunda Cuaresma.4
Aquí llegamos al tercer punto. Si el tiempo de adviento es la preparación a la Segunda Venida de Jesucristo, esta preparación implica un tiempo similar al de cuaresma.
Para que se comprenda mejor este tema, los escasos monjes que siguen el rito anterior a Bugnini, iniciaron la cuaresma el 14 de septiembre, día de la Exaltación de la Santa Cruz, y se lo llama, cuaresma monacal, el cual finaliza en Pascua.
La invención de Bugnini, mal llamada reforma, eliminó casi todos los ayunos, algo que los monjes comienzan a hacer en septiembre. Por ende, en el Novus Ordo, no existe ayuno en Adviento, como por lógica, tampoco existe un tiempo similar a cuaresma. Ergo sentimos el sabor insípido del vacío y de la destrucción operada, junto a un facilismo en la vida católica occidental, buscando por todos los medios que no incomode mucho.
Por lo tanto, ¿qué fue lo que se destruyó?
...en Roma y en las iglesias más directamente sometidas a ella, ya el Adviento en el siglo VI había sido fijado en cuatro semanas. El ayuno, que en los países galicanos en un principio había sido más bien un uso monástico y restringido al lunes, miércoles y viernes, adquirió más tarde la severidad de la Cuaresma y carácter obligatorio para todos.5
A continuación, dejamos el final de la Víspera del Primer Domingo de Adviento, con su antífona preparatoria a la parusía. Y será Righetti quien la comente:
El oficio de la primera dominica de Adviento, llamada en el lenguaje popular antiguo Dominica ad te levavi, del incipit del introito de la misa, se encuentra en seguida dominado por el pensamiento fundamental de este tiempo: la espera de la venida de Cristo.
Ecce nomen Domini venit de longinquo et dantas eius replet orbem terrarum, (He aquí que el nombre del Señor viene de muy lejos y su gloria llena el orbe de la tierra), dice la antífona ad Magníficat de las primeras vísperas. La primera parte de este texto está tomada de Isaías, del cual se toman todas las lecciones de la Escritura hasta Navidad; porque, observa Durando, de adventu loquitur apertius quam aliquis alius propheta. De él se toma también el texto de buena parte de las antífonas y de los responsorios de este tiempo, muy numerosos y de los más elaborados de todo el breviario. 6
Caminando hacia Janucá.
Como el ciclo de adviento destruido por Bugnini resultó algo vacío, se debía buscar algo que lo enriqueciera, la solución llegó de nuestros genios elaboradores, introducir Hanukkah en la liturgia occidental.
Hanukkah o Fiesta de las luminarias, es una festividad judía que comienza el 2 de diciembre y se extiende por ocho días y se conmemora la derrota de los seléucidas a manos de los macabeos con la posterior purificación del Segundo Templo de Jerusalén.
Esta costumbre judía se introduce en adviento encendiendo las luminarias compuestas de cuatro o cinco velas de colores. ¿Qué tiene que ver Janucá con la cuaresma de adviento y la segunda venida de Jesucristro?, pregúnteselo a un novusordoísta, y sobretodo que explique por qué causa se transgrede el Vaticano II cuando dice:
...no se introduzcan innovaciones si no lo exige una utilidad verdadera y cierta de la Iglesia, y sólo después de haber tenido la precaución de que las nuevas formas se desarrollen, por decirlo así, orgánicamente a partir de las ya existentes. (Constitución Sacrosanctum Concilium,23)
Caso contrario, solo me resta contemplar la imagen siguiente de Bergoglio, gran filojudío caminando en Hanukkah.



1 Mario Righetti, Historia de la Liturgia. Tomo I, 3. El Ciclo Litúrgico de Navidad.
2 Ibídem.
3 Ibídem.
4 Ibídem.
5 Ibídem.
6 Ibídem.

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