Calesita

viernes, 20 de julio de 2018

La profecía de San Francisco

Giotto. San Francisco recibe los estigmas.

Muchos se han hecho eco de una profecía de San Francisco de Asís, la cual podemos hallar en los Opuscoli del serafico patriarca S. Francesco d'Assisi, traducidos del latín al italiano, impreso en Florencia durante 1880.
Como es natural, y no se podía esperar otra cosa, el texto de dicha profecía ha dividido las aguas. Aquellos que navegan viendo en ella la crisis presente de la Iglesia y aquellos que nadan desesperadamente para negar absolutamente todo.
Por tal motivo, presentaré el texto de la misma en castellano, y luego haré algunas consideraciones al respecto, y puesto que la crisis de la Iglesia existe, cada uno se juzgará a sí mismo dentro de ella.

Dice el texto:
Poco antes de morir, San Francisco de Asís reunió a sus seguidores y les advirtió de los problemas venideros, diciendo:
Sean fuertes, mis hermanos, tomen fuerza y crean en el Señor. Se acerca rápidamente el tiempo en el que habrá grandes pruebas y tribulaciones; abundarán perplejidades y disensiones, tanto espirituales como temporales; la caridad de muchos se enfriará, y la malicia de los impíos se incrementará.
Los demonios tendrá un poder inusual; la pureza inmaculada de nuestra Orden y de otras, se oscurecerá en demasía, ya que habrá muy pocos cristianos que obedecerán al verdadero Sumo Pontífice y a la Iglesia Romana con corazones leales y caridad perfecta. En el momento de esta tribulación un hombre, elegido no canónicamente, se elevará al Pontificado, y con su astucia se esforzará por llevar a muchos al error y a la muerte.
Entonces, los escándalos se multiplicarán, nuestra Orden se dividirá, y muchas otras serán destruidas por completo, porque se aceptará el error en lugar de oponerse a él.
Habrá tal diversidad de opiniones y cismas entre la gente, entre los religiosos y entre el clero, que, si esos días no se acortaren, según las palabras del Evangelio, aun los escogidos serían inducidos a error, si no fuere que serán especialmente guiados, en medio de tan grande confusión, por la inmensa misericordia de Dios.
Entonces, nuestra Regla y nuestra forma de vida serán violentamente combatidas por algunos, y vendrán terribles pruebas sobre nosotros. Los que sean hallados fieles recibirán la corona de la vida, pero ¡ay de aquellos que, confiando únicamente en su Orden, se dejen caer en la tibieza!, porque no serán capaces de soportar las tentaciones permitidas para prueba de los elegidos.
Aquellos que preserven su fervor y se adhieran a la virtud con amor y celo por la verdad, han de sufrir injurias y persecuciones; serán considerados como rebeldes y cismáticos, porque sus perseguidores, empujados por los malos espíritus, dirán que están prestando un gran servicio a Dios mediante la destrucción de hombres tan pestilentes de la faz de la tierra. Pero el Señor ha de ser el refugio de los afligidos, y salvará a todos los que confían en Él. Y para ser como su Cabeza, estos, los elegidos, actuarán con esperanza, y por su muerte comprarán para ellos mismos la vida eterna; eligiendo obedecer a Dios antes que a los hombres, ellos no temerán nada, y han de preferir perecer antes que consentir en la falsedad y la perfidia.
Algunos predicadores mantendrán silencio sobre la verdad, y otros la hollarán bajo sus pies y la negarán. La santidad de vida se llevará a cabo en medio de burlas, proferidas incluso por aquellos que la profesarán hacia el exterior, pues en aquellos días Nuestro Señor Jesucristo no les enviará a éstos un verdadero Pastor, sino un destructor.
El texto original puede leerse desde este link, tanto en italiano como en latín, figura en la Profecía XIV, página 434 (421) y siguientes.
Consideraciones sobre el texto:
1. En sí mismo, el texto no difiere de lo que se afirma en la Tradición católica, acerca de las tribulaciones por las cuales debe pasar la Iglesia, exceptuando estos puntos concretos:
a. ...la pureza inmaculada de nuestra Orden y de otras, se oscurecerá en demasía...
b. En el momento de esta tribulación un hombre, elegido no canónicamente, se elevará al Pontificado...
c. ...nuestra Orden se dividirá, y muchas otras serán destruidas por completo...
d. Entonces, nuestra Regla y nuestra forma de vida serán violentamente combatidas por algunos...
e. ...en aquellos días Nuestro Señor Jesucristo no les enviará a éstos un verdadero Pastor, sino un destructor.
Como se puede inferir, principalmente se hace una aplicación apocalíptica al pensamiento tradicional católico de la apostasía, en lo que atañe a la orden franciscana.
2. La pregunta crucial es si estamos ante una profecía o una advertencia general, y nos parece que ante ambas cosas, pues la profecía advierte un peligro en el cual muchos ingenuos caerán.
3. Las profecías no son los titulares de los diarios de mañana. En esto han caído ciertas sectas protestantes y no pocos católicos; dado que el profeta no ve los titulares de los periódicos futuros, sino el pensamiento del Padre, que prevé los sucesos y de quien proceden todos los dones.
Esta es la doctrina del futurismo protestante. Hace unos años recibí un correo de un futurista católico, publicitando un libro sobre como sería el papado de Bergoglio, quien había sido recientemente elegido. Por lo que pude entender, nuestro buen hombre pretendía escribir una semblanza histórica, no después de los acontecimientos, sino anticipándose a ellos.
4. Las profecías no son los títulos de los capítulos de los libros de historia. Por dar un ejemplo, en el protestantismo, donde hallamos diseminados todos los errores, nos encontramos con la doctrina del preterismo, así la han llamado ellos. Por mencionar un autor, damos el de James Stuart Russell, quien afirma que todo lo anunciado en los libros sagrados ya se ha cumplido y no se debe esperar otro acontecimiento.
5. Para no caer en estas trampas, tanto del preterismo como del futurismo de los iconoclastas protestantes, debemos considerar este tipo de profecías como códigos. Dicho en el lenguaje de San Buenaventura, son un exemplar del Dios Padre en cuanto prevé los sucesos. Podemos graficarlas como un vestido estándar, el cual puede caer bien o mal en distintas situaciones históricas.
Es San Juan, el teólogo, quien abre las puertas a esta consideración:
Habéis oído que está para llegar el anticristo, os digo ahora que muchos se han hecho anticristos. (1 Juan 2,18)
6. Podemos incluir este escrito franciscano como perteneciente a un opus omnia de recopilación de toda la tradición franciscana, que fue la finalidad de Joan De La Hayle (1593-1661).
7. Por último acontece que todo escrito tradicional pasa en nuestros días por la técnica de la crítica textual. La Tradición no es ciencia, como tampoco es una técnica, sino una certeza de que el tiempo no miente en aquellos que han vivido y transmitido la auténtica Fe recibida. Usar la crítica textual para demoler la Tradición, ha sido el recurso del modernismo. El hombre de las luces no existe por medio de la crítica textual, sino por la Luz que procede del Padre:
Toda dádiva preciosa y todo don perfecto de arriba viene, como que desciende del Padre de las luces, en quien no cabe mudanza, ni sombra de variación. (Santiago 1,17)
Esta pésima utilización de la crítica textual para demoler la Tradición, trae aparejados distintas consecuencias, la vemos reflejada al criticar este escrito franciscano. Pietro Messa es quien realizó esta tarea como director de estudios medievales franciscanos y afirma este crítico:
No faltaron, quienes le (San Francisco) presentaron como un profeta en el sentido de predecir acontecimientos futuros; ¡pero cuando se pusieron en la boca del Santo, o ya habían sucedido o estaban a la vista de todos! Y así se cuenta que predijo la división de la Orden franciscana, la tribulación debida a la disputa sobre la pobreza, el cisma de Occidente en el que al papa de Roma se le contrapuso el de Aviñón, y durante algunos años, incluso un tercer papa en Pisa.1
Messa demuele todo el escrito.
Niega que su autor sea San Francisco, usando una ironía: se cuenta.
Niega la profecía: cuando (los hechos), ...ya habían sucedido o estaban a la vista de todos; cayendo de este modo en el preterismo protestante y tacha a sus antiguos hermanos de verdaderos mentirosos: se pusieron en la boca del Santo.
Es curioso ver como los franciscanos se demuelen a sí mismos. Si esto lo hiciera un jesuita sería comprensible, pero al estar en manos de un franciscano cuesta creerlo. Así les va.
Sin embargo, este escrito se difundió en forma alarmante para estos oficialistas bergoglianos, y se difundió porque este escrito perteneciente a la tradición franciscana, y como un exemplar del Padre, cuadra perfectamente a la presente crisis que vive la Iglesia, sea San Francisco quien la predijo, o según Messa, el mentiroso que la armó. Esto es algo que estos modernistas, no pueden negar y mucho menos entender.
Pero existe algo más, a todo esto cuando se les habla a estos neomodernos de crisis, estos oficialistas nos dicen:
Crisis, ¿qué crisis? Aquí no hay ninguna crisis.
Y por dentro se dicen a sí mismos:
Y si hay crisis, por favor, que no se note, que todos durmamos tranquilos.


1 https://es.aleteia.org/2017/10/04/hizo-realmente-san-francisco-de-asis-una-profecia-sobre-dos-papas/

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