Calesita

lunes, 18 de agosto de 2025

Nace la Secular Teología Romántica


Con Goethe se había privilegiado la acción, pues fue su Anfang, con Hegel se privilegiaba el Pensamiento, pues se hacía hincapié en la Verdad Absoluta, ahora llegamos al romanticismo propiamente dicho con Schleiermacher. Ni Acción, ni Pensamiento. Solo vale la Intuición y el Sentimiento.

¿Es otra salchicha? Nada de eso, Schleiermacher es sapo de otro pozo. Procede de Moravia, no de Prusia. Su laguna está donde los sapos cantan con sentimiento.

Friedrich Schleiermacher (1768-1834), es el hijo de un clérigo calvinista, con cierta educación dentro del luteranismo e iniciado en un pietismo que toca fondo. Estudió latín, griego y hebreo. Ingresa a la laguna de los sapos de la Kritic kantiana, pero lo hace como discípulo de Friedrich Schlegel del grupo de Jena, quien junto a su esposa Dorothea Veit, se pasará en 1808 al catolicismo. 

Fabricante de velos”, es lo que significa su apellido. Fue así definido por Nietzsche, tal cual lo vemos en la caricatura de 1868. En ella, subido a una escalera, coloca o está por quitar el velo de la ortodoxia a la estatua del luteranismo, mientras un ayudante le está por dar el velo de la Vernunft, la Verdad. Con esta imagen caricaturesca, el diseñador diferenció Verdad de Ortodoxia.

El cantar de nuestro batracio, se inicia en 1799 con sus famosos cinco Discursos 1. Si este era su estilo de predicación, estamos ante una oratoria para insomnes. Después de todo era su croar.

En su primer Discurso plantea una apología sobre la religión, algo que tal como comprobamos en Goethe, Holderlin, Fichte y Hegel, se había dejado totalmente de lado. Era el final del luteranismo ortodoxo. De allí su interpelación a los intelectuales de su época:

Allí donde existe y actúa la religión, ella debe revelarse de forma que conmueva el ánimo de un modo peculiar, mezcle todas las actividades del alma humana o más bien las distancie, y disuelva toda actividad en una intuición asombrada de lo Infinito. ¿Es esto lo que encontráis en estos sistemas teológicos, en estas teorías acerca del origen y el fin del mundo, en estos análisis acerca de la naturaleza de un Ser incomprensible?, ¿en un marco donde todo desemboca en una argumentación fría y sólo puede ser abordado en el tono de una ordinaria disputa académica? En todos estos sistemas, que despreciáis, no habéis encontrado ni habéis podido encontrar, por tanto, la religión, porque ella no se encuentra ahí y, si se os mostrara que ella se halla en otra parte, entonces siempre seríais aún capaces de encontrarla y venerarla. (I-Apología)

¿Pero qué entendía por “religión”? Es lo que hará en su Segundo Discurso, definiendo su naturaleza:

Ella no pretende, como la metafísica, explicar y determinar el Universo de acuerdo con su naturaleza; ella no pretende perfeccionarlo y consumarlo, como la moral, a partir de la fuerza de la libertad y del arbitrio divino del hombre. Su esencia no es pensamiento ni acción, sino intuición y sentimiento. (II-Sobre la Esencia de la Religión)

La intuición (Anschauung) la recibe de Platón, autor que tradujo al alemán. No se trata de una intuición como un conocimiento directo, pues para eso está en cierto modo la Razón. Ella es un elemento metafísico, no capta esencias puras, sino que aprehende existencias. Es lo que Fichte y Schelling opinan. Esta Anschauung se une al Sentimiento (Gefühl) de estar bajo una existencia absoluta, De allí lo religioso. Claramente vemos que toma distancia tanto de Goethe como de Hegel. Luego aclara:

La intuición sin el sentimiento no es nada y no puede tener ni el origen ni la fuerza adecuados; el sentimiento sin intuición tampoco es nada: tanto el uno como el otro sólo son algo cuando, y debido a que, originariamente ellos son una misma cosa y se dan inseparados. (Ibidem)

Con esta propuesta, queda fundada la Teología Romántica.

La Teología Liberal

Friedrich “Fabricantedevelos” fue llamado “El padre de la teología liberal" o sea el Vater der liberalen Theologie. Para él la teología era una disciplina histórica en la que cada época debería enunciar sus creencias. Teología liberal, porque el cristianismo no era un sistema absoluto de creencias, sino una forma de vida en continuo desarrollo. Entonces, en la fe cristiana no se trataba de hablar sobre el Dios de la “Biblia”, sino más bien de la experiencia del hombre con Él.

Por tanto, ni el naturalismo —yo entiendo por ello la intuición del Universo en la pluralidad de sus elementos, sin la representación de la conciencia y voluntad personales de los elementos particulares—, ni el panteísmo, ni el politeísmo, ni el deísmo son religiones particulares y determinadas, tal como las andamos buscando, sino tan sólo especies, en cuyo marco ya se han desarrollado, por cierto, muchos individuos propiamente dichos y todavía se desarrollarán más. (Quinto discurso: Sobre las religiones)

Nuevamente nos parece oír la voz de Bergoglio en este otro pasaje:

...debéis recordar que ninguna religión se ha desarrollado jamás totalmente y que no la llegaréis a conocer hasta que, lejos de buscarla en un espacio limitado, estéis en condiciones vosotros mismos de complementarla y de determinar cómo esto o aquello debiera haberse desarrollado en ella,… (Ibídem)

Estamos ante un relativismo religioso en vías de desarrollo, al que nos lleva este subjetivismo sentimental, el cual pide que cada sujeto lo termine de desarrollar. Bergoglio fue uno de ellos.

Con esta fe en sí mismo, quién puede admirarse de que Él (Jesucristo) estuviera seguro no sólo de ser mediador para muchos, sino también de dejar tras sí una gran escuela que derivaría su religión, de iguales características, de la que Él profesó; tan seguro que estableció símbolos para ella, antes de que ésta existiera, con la convicción de que esto sería suficiente para hacerla existir, y que Él ya con anterioridad habló, con un entusiasmo profético, de la inmortalización de los hechos memorables de su vida en el seno de esa religión. Pero nunca ha afirmado que Él constituyera el único objeto de la aplicación de su idea, que Él fuera el único mediador, y nunca ha confundido su escuela con su religión —por más que haya podido tolerar que se dejase en suspenso su dignidad de mediador, con tal que no se profanara el espíritu, el principio a partir del que se desarrolló su religión en Él y en otros—, y también sus discípulos estuvieron lejos de esta confusión. ...

Y todavía ahora debiera ser así: quien pone esta misma intuición como base de su religión es un cristiano, sin que se tome en consideración la escuela, bien haga derivar históricamente (historisch) su religión de sí mismo o bien de cualquier otro. (Ibídem)

Como él mismo dice, no existen sacramentos que bajen la Gracia, tan sólo “símbolos”. Jesucristo es el Jesús de Bergoglio, un hombre cualquiera que funda una escuela, no una religión, la cual es obra de cada uno.

¡Atención seguidores del Vaticano II! Aquí estamos en presencia de uno de los primeros antecedentes “ecuménicos”. ¿Qué esperan para colocar su estatua en el Vaticano al lado de Lutero? Calvinismo, luteranismo, o catolicismo, ¡qué más da!, solo son escuelas. Lo que vale es la Intuición y ella las unifica a todas.

Pues ¿por qué la Iglesia interior, verdadera, habría de ser una? Para que cada uno pudiera intuir y dejarse comunicar la religión de los otros, que él no puede intuir como la suya propia, y que, por consiguiente, fue concebida como completamente diferente de ésta. ¿Por qué debería también la Iglesia exterior, impropiamente llamada así, ser una? Para que cada uno pudiera buscar la religión bajo la forma afín al germen que dormita en él —y éste debería, por tanto, ser de una especie determinada, porque sólo puede ser fecundado y despertado por esta misma especie determinada—. (Ibídem)

¿Cómo pasó a la Historia “Fabricantedevelos”?

Él no pasó a la Historia, como dicen los seguidores de la Sinagoga de Epicuro, sino que hizo Historia. ¿Y qué Historia hizo? Lo dirá el luterano y sociólogo Peter Berger en “El Dosel Sagrado”:

Su influencia se hizo sentir en todos los campos del pensamiento teológico: los estudios bíblicos, la historia eclesiástica, la ética y la teología sistemática. En los dos primeros campos, sobre todo en Alemania, el liberalismo protestante alcanzó algunos de los más impresionantes logros de la erudición histórica moderna. Aunque con herramientas conceptuales muy diferentes, el liberalismo protestante llegó a una síntesis teórica que bien puede ser comparada con la tomista. El «padre» de esta síntesis liberal fue Friedrich Schleiermacher y ya pueden verse claramente en su pensamiento los caracteres principales de la teología liberal posterior.

Se otorga importancia fundamental a la experiencia religiosa, entendida como un «sentimiento de lo infinito», y luego como un «sentimiento de dependencia absoluta». Sobre esta base, se relativizan todas las formulaciones dogmáticas. Se resta importancia a todos los elementos «sobrenaturales» de la tradición cristiana para favorecer una religión «natural», en la cual serán satisfechas la razón y las emociones. Se contempla la historia religiosa en términos evolucionistas, y se interpreta el cristianismo como la «religión superior» por sus caracteres supuestamente únicos. Hay una fascinación romántica (y de raíces pietistas) por la figura humana de Jesús. Surge una concepción optimista de la ética cristiana como proveedora de un conjunto de valores positivos para el individuo y para la cultura, aspecto este último que sirvió de base a lo que fue apropiadamente llamado Kulturprotestantismus, unión del liberalismo protestante con la cultura liberal de la burguesía que ya indica las raíces infraestructurales del fenómeno teológico. (Pág. 191)

Strauss y Dilthey dirán que “Fabricantedevelos” fue el Kant de la teología protestante. Si Kant logró destruir la metafísica en boga, “Fabricantedevelos” deshizo la teología que se impartía en los seminarios luteranos, haciéndola más simpática con el mundo liberal del Siglo XIX. Proceso que fue llamado Kulturprotestantismus.

***

Para que el lector me entienda, estamos en un proceso similar al que siguió al Vaticano II, donde el occidente católico deshizo su Liturgia, y con ella arrastró al basurero su teología, haciéndose más complaciente con un mundo que viajaba hacia la Luna. Proceso que fue cacareado como un catolicismo “aggiornato”.

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1 Über die Religion: Reden an die Gebildeten unter ihren Verächtern (Sobre la religión: discursos a sus menospreciadores cultivados).


 

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