En mi juventud me tocó escuchar un experto en catequesis, quien finalizó su disertación con el siguiente planteo:
―¿No será que al hombre de hoy, ya crecido y madurado, nosotros los catequistas, le estemos hablando con un lenguaje para niños?
Este planteo no es del siglo XX, sino el mismo que se hizo la teología romántica en la Deutschland del Siglo XIX. Pensaban que estaban en un eón superior del tiempo y los cristianos, le seguíamos hablando con mitos.
Este es el planteo central de la teología liberal. Desmitificar.
En esta concepción, lo primero es reconocer un mito y diferenciarlo de una narrativa real. Algo que Platón tenía muy claro. Una cosa era la idea, otra cosa el mito para poner esa idea a la comprensión del auditorio. Esto es lo que la teología liberal no tuvo en cuenta.
Una cosa es relatar el inicio del Génesis, otra cosa es relatar los evangelios. Una cosa es la multiplicación de los panes, otra cosa son las parábolas. Reducir todo al mito, fue la mayor estupidez de los románticos.
Reimarus, uno de los monstruos surgidos de la caja de Pandora luterana, había dado el primer paso, ahora le tocaba el turno a Friedrich “Fabricantedevelos” (Schleiermacher para los doctos), a quien se consideró como el Vater der liberalen Theologie, o sea, el Padre de la Teología liberal que campeó en la Deutschland durante todo el siglo XIX, hasta la primera guerra mundial.
La teología liberal es una feroz mutante. A medida que pasan los años, cambia de forma. Con sus mutaciones, podemos decir que llega hasta nuestros días. Esta corriente ingresa en la Iglesia Católica, lo cual motivó a San Pío X que en 1907 publicase su encíclica Pascendi Dominici gregis, para descartarla de cuajo. Esta teología que fue llamada “Modernismo” dentro del catolicismo, era otra mutación propia de la liberalen Theologie luterana.
Esta concepción tuvo que surgir en Alemania, pues es donde reina la Gewissensfreiheit, o sea, la libertad de conciencia que había reclamado Lutero a gritos. Cuando esta Gewissensfreiheit se lleva al extremo, comienzan a cuestionarse los dogmas. Ya no se trata del pietismo donde existen como en un subconsciente. Aquí directamente se niegan y el mejor método para ello es pasarlos a mitos de la Intuición o Anschauung y el Sentimiento o Gefühl de “Fabricantedevelos”.
En Deutschland, el luterano croata Flacio Ilírico fue quien introdujo el nombre de Hermenéutica en su Clavis scripturae sacrae, de 1567. Flacio en Weimar, afirmó que el pecado original formaba parte de la naturaleza humana. La reacción de los luteranos no se hizo esperar y lo acusaron de maniqueísmo. Por tal motivo, la censura luterana lo exilió de Weimar de por vida. Su nombre fue asociado por sus detractores a la palabra “Fläz” que significaba ser un “Patán”.
El aporte de “Fläz” al luteranismo, es una exposición de la Iglesia antigua, donde se afirma que desnaturalizó el contenido cristiano. Idea endémica de todo protestante, pues de negarla, pierde su esencia.
En el romanticismo ciertos luteranos llevan la iniciativa de “Fläz” a sus últimas consecuencias. Los dogmas se incluyen en el mito.
Otra de las esencias de la liberalen Theologie fue no tomar en cuenta la inerrancia de su “Bibel”. También esta iniciativa llevada a sus últimas consecuencias implica negar la Revelación. Si se niega la divinidad de Jesucristo, se debe negar la intervención divina en los géneros literarios humanos. O viceversa. Si se niega la Revelación, Jesucristo muta en el Jesús-Histórico, y todo pasa a ser fruto del hombre.
¿Quiénes fueron los “papas” teóricos de la liberalen Theologie ?
Si consideramos a Friedrich “Fabricantedevelos” como el primer “papado”, le sucede el alemán Albrecht Ritschl (1822-1889), quien regresa a una teología kantiana. En este supuesto papado, se preguntan:
―¿Dónde está el Reino de Dios? ¿Es realmente la patria de los cielos?
Nada de eso, el Reino de Dios está aquí y ahora, hic et nunc. Esto seculariza mucho más todo lo religioso y lo ata de pies y manos a la época existente.
El tercer “papado” responde al luterano Wilhelm Herrmann (1846-1922) quien sigue desarrollando la visión de Ritschl, para quien el Jesús era un caso ejemplar de moralidad.
A su vez el “papado”del luterano Adolf von Harnack (1851-1930), dogmatizará “ex cathedra” definiendo que el dogma ortodoxo de la antigüedad es una manifestación de la helenización del cristianismo. Por lo tanto, siguiendo la ilustre “inspiración” de “Fläz”, el dogma de la encarnación del Verbo, es mítico. Es decir, afirmar que Jesucristo es una hipóstasis con dos naturalezas, es un mito helénico.
¡Al fin regresamos al siglo IV! ¡Cuánto lo extrañaban los románticos! Arrio tenía razón, y basándonos en “Fläz”, la Iglesia ortodoxa cometió uno de los más graves errores de la Historie. Como se comprueba, la liberalen Theologie era otra vuelta de tuerca del arrianismo, y en este caso, un arrianismo rampante.
¿No era que la Historia se superaba a sí misma en franco progreso? ¿Cómo diablos volvemos al siglo IV? ¿No existirá aquí otra lógica oculta que no se quiere afirmar?
Después de todo, la Tradición no era nada confiable. “Fabricantedevelos” siguiendo la línea de “Fläz” la había pulverizado por completo.
No se podía hablar de milagros ni de endemoniados en esta era “superior" de la Historia alcanzada por el romanticismo. ¿Multiplicación de los panes? A otro con este mito. Tal como hizo Bergoglio en su pseudo-papado o como hace Prevost en la actualidad.
¿Resurrección de Lázaro? Un hermoso cuentito. ¿Resurrección de Jesús? Otra narración que pide a gritos ser reinterpretada o “aggiornata” de acuerdo con la época. Lo que sucedió, es que la doctrina del Jesús-Histórico, resucitó los corazones de los discípulos. ¿Dónde dice la Historie que resucitó? La tumba estaba vacía… Y el evangelio de (San) Marcos terminaba allí, con la tumba hueca. Luego vinieron los “creyentes” y agregaron un texto espurio.
¿La anunciación del Ángel a María para la encarnación del Logos? Otro hermoso mito para explicar la Anschauung y el Gefühl de la María luterana. Esta explicación mítica, llegará hasta nuestros días nada menos que con el teólogo y futuro Papa Ratzinger; quien inicialmente la sostuvo. O como se enseña en ciertos seminarios católicos, seminarios para los cuales no llegó la Primera Guerra mundial, donde implosionó toda esta Teologie. Lugar donde se me insinuó en mis jóvenes años.
La liberalen Theologie se basa en una historia humana en franco progreso. Una cosa es el progreso científico o técnico, otra cosa es el progreso moral y otra cosa el progreso de la fe. El problema es que se había atado la fe al progreso científico y técnico. Esta alianza generaba un optimismo exuberante. Pero llegó la Primera Guerra Mundial, donde la Deutschland fue derrotada y ferozmente humillada por la insaciable “codicia” inglesa. El optimismo fue insostenible y la liberalen Theologie implosionó. San Pío X tenía razón.