Calesita

lunes, 25 de agosto de 2025

El protestantismo como camino hacia un arrianismo rampante

 

En mi juventud me tocó escuchar un experto en catequesis, quien finalizó su disertación con el siguiente planteo:

―¿No será que al hombre de hoy, ya crecido y madurado, nosotros los catequistas, le estemos hablando con un lenguaje para niños?

Este planteo no es del siglo XX, sino el mismo que se hizo la teología romántica en la Deutschland del Siglo XIX. Pensaban que estaban en un eón superior del tiempo y los cristianos, le seguíamos hablando con mitos.

Este es el planteo central de la teología liberal. Desmitificar.

En esta concepción, lo primero es reconocer un mito y diferenciarlo de una narrativa real. Algo que Platón tenía muy claro. Una cosa era la idea, otra cosa el mito para poner esa idea a la comprensión del auditorio. Esto es lo que la teología liberal no tuvo en cuenta.

Una cosa es relatar el inicio del Génesis, otra cosa es relatar los evangelios. Una cosa es la multiplicación de los panes, otra cosa son las parábolas. Reducir todo al mito, fue la mayor estupidez de los románticos.

Reimarus, uno de los monstruos surgidos de la caja de Pandora luterana, había dado el primer paso, ahora le tocaba el turno a Friedrich “Fabricantedevelos” (Schleiermacher para los doctos), a quien se consideró como el Vater der liberalen Theologie, o sea, el Padre de la Teología liberal que campeó en la Deutschland durante todo el siglo XIX, hasta la primera guerra mundial.

La teología liberal es una feroz mutante. A medida que pasan los años, cambia de forma. Con sus mutaciones, podemos decir que llega hasta nuestros días. Esta corriente ingresa en la Iglesia Católica, lo cual motivó a San Pío X que en 1907 publicase su encíclica Pascendi Dominici gregis, para descartarla de cuajo. Esta teología que fue llamada “Modernismo” dentro del catolicismo, era otra mutación propia de la liberalen Theologie luterana.

Esta concepción tuvo que surgir en Alemania, pues es donde reina la Gewissensfreiheit, o sea, la libertad de conciencia que había reclamado Lutero a gritos. Cuando esta Gewissensfreiheit se lleva al extremo, comienzan a cuestionarse los dogmas. Ya no se trata del pietismo donde existen como en un subconsciente. Aquí directamente se niegan y el mejor método para ello es pasarlos a mitos de la Intuición o Anschauung y el Sentimiento o Gefühl de “Fabricantedevelos”.

En Deutschland, el luterano croata Flacio Ilírico fue quien introdujo el nombre de Hermenéutica en su Clavis scripturae sacrae, de 1567. Flacio en Weimar, afirmó que el pecado original formaba parte de la naturaleza humana. La reacción de los luteranos no se hizo esperar y lo acusaron de maniqueísmo. Por tal motivo, la censura luterana lo exilió de Weimar de por vida. Su nombre fue asociado por sus detractores a la palabra “Fläz” que significaba ser un “Patán”.

El aporte de “Fläz” al luteranismo, es una exposición de la Iglesia antigua, donde se afirma que desnaturalizó el contenido cristiano. Idea endémica de todo protestante, pues de negarla, pierde su esencia.

En el romanticismo ciertos luteranos llevan la iniciativa de “Fläz” a sus últimas consecuencias. Los dogmas se incluyen en el mito.

Otra de las esencias de la liberalen Theologie fue no tomar en cuenta la inerrancia de su “Bibel”. También esta iniciativa llevada a sus últimas consecuencias implica negar la Revelación. Si se niega la divinidad de Jesucristo, se debe negar la intervención divina en los géneros literarios humanos. O viceversa. Si se niega la Revelación, Jesucristo muta en el Jesús-Histórico, y todo pasa a ser fruto del hombre.

¿Quiénes fueron los “papas” teóricos de la liberalen Theologie ?

Si consideramos a Friedrich “Fabricantedevelos” como el primer “papado”, le sucede el alemán Albrecht Ritschl (1822-1889), quien regresa a una teología kantiana. En este supuesto papado, se preguntan:

―¿Dónde está el Reino de Dios? ¿Es realmente la patria de los cielos?

Nada de eso, el Reino de Dios está aquí y ahora, hic et nunc. Esto seculariza mucho más todo lo religioso y lo ata de pies y manos a la época existente.

El tercer “papado” responde al luterano Wilhelm Herrmann (1846-1922) quien sigue desarrollando la visión de Ritschl, para quien el Jesús era un caso ejemplar de moralidad.

A su vez el “papado”del luterano Adolf von Harnack (1851-1930), dogmatizará “ex cathedra” definiendo que el dogma ortodoxo de la antigüedad es una manifestación de la helenización del cristianismo. Por lo tanto, siguiendo la ilustre “inspiración” de “Fläz”, el dogma de la encarnación del Verbo, es mítico. Es decir, afirmar que Jesucristo es una hipóstasis con dos naturalezas, es un mito helénico. 

¡Al fin regresamos al siglo IV! ¡Cuánto lo extrañaban los románticos! Arrio tenía razón, y basándonos en “Fläz”, la Iglesia ortodoxa cometió uno de los más graves errores de la Historie. Como se comprueba, la liberalen Theologie era otra vuelta de tuerca del arrianismo, y en este caso, un arrianismo rampante

¿No era que la Historia se superaba a sí misma en franco progreso? ¿Cómo diablos volvemos al siglo IV? ¿No existirá aquí otra lógica oculta que no se quiere afirmar?

Después de todo, la Tradición no era nada confiable. “Fabricantedevelos” siguiendo la línea de “Fläz” la había pulverizado por completo.

No se podía hablar de milagros ni de endemoniados en esta era “superior" de la Historia alcanzada por el romanticismo. ¿Multiplicación de los panes? A otro con este mito. Tal como hizo Bergoglio en su pseudo-papado o como hace Prevost en la actualidad.

¿Resurrección de Lázaro? Un hermoso cuentito. ¿Resurrección de Jesús? Otra narración que pide a gritos ser reinterpretada o “aggiornata” de acuerdo con la época. Lo que sucedió, es que la doctrina del Jesús-Histórico, resucitó los corazones de los discípulos. ¿Dónde dice la Historie que resucitó? La tumba estaba vacía… Y el evangelio de (San) Marcos terminaba allí, con la tumba hueca. Luego vinieron los “creyentes” y agregaron un texto espurio.

¿La anunciación del Ángel a María para la encarnación del Logos? Otro hermoso mito para explicar la Anschauung y el Gefühl de la María luterana. Esta explicación mítica, llegará hasta nuestros días nada menos que con el teólogo y futuro Papa Ratzinger; quien inicialmente la sostuvo. O como se enseña en ciertos seminarios católicos, seminarios para los cuales no llegó la Primera Guerra mundial, donde implosionó toda esta Teologie. Lugar donde se me insinuó en mis jóvenes años.

La liberalen Theologie se basa en una historia humana en franco progreso. Una cosa es el progreso científico o técnico, otra cosa es el progreso moral y otra cosa el progreso de la fe. El problema es que se había atado la fe al progreso científico y técnico. Esta alianza generaba un optimismo exuberante. Pero llegó la Primera Guerra Mundial, donde la Deutschland fue derrotada y ferozmente humillada por la insaciable “codicia” inglesa. El optimismo fue insostenible y la liberalen Theologie implosionó. San Pío X tenía razón.


lunes, 18 de agosto de 2025

Nace la Secular Teología Romántica


Con Goethe se había privilegiado la acción, pues fue su Anfang, con Hegel se privilegiaba el Pensamiento, pues se hacía hincapié en la Verdad Absoluta, ahora llegamos al romanticismo propiamente dicho con Schleiermacher. Ni Acción, ni Pensamiento. Solo vale la Intuición y el Sentimiento.

¿Es otra salchicha? Nada de eso, Schleiermacher es sapo de otro pozo. Procede de Moravia, no de Prusia. Su laguna está donde los sapos cantan con sentimiento.

Friedrich Schleiermacher (1768-1834), es el hijo de un clérigo calvinista, con cierta educación dentro del luteranismo e iniciado en un pietismo que toca fondo. Estudió latín, griego y hebreo. Ingresa a la laguna de los sapos de la Kritic kantiana, pero lo hace como discípulo de Friedrich Schlegel del grupo de Jena, quien junto a su esposa Dorothea Veit, se pasará en 1808 al catolicismo. 

Fabricante de velos”, es lo que significa su apellido. Fue así definido por Nietzsche, tal cual lo vemos en la caricatura de 1868. En ella, subido a una escalera, coloca o está por quitar el velo de la ortodoxia a la estatua del luteranismo, mientras un ayudante le está por dar el velo de la Vernunft, la Verdad. Con esta imagen caricaturesca, el diseñador diferenció Verdad de Ortodoxia.

El cantar de nuestro batracio, se inicia en 1799 con sus famosos cinco Discursos 1. Si este era su estilo de predicación, estamos ante una oratoria para insomnes. Después de todo era su croar.

En su primer Discurso plantea una apología sobre la religión, algo que tal como comprobamos en Goethe, Holderlin, Fichte y Hegel, se había dejado totalmente de lado. Era el final del luteranismo ortodoxo. De allí su interpelación a los intelectuales de su época:

Allí donde existe y actúa la religión, ella debe revelarse de forma que conmueva el ánimo de un modo peculiar, mezcle todas las actividades del alma humana o más bien las distancie, y disuelva toda actividad en una intuición asombrada de lo Infinito. ¿Es esto lo que encontráis en estos sistemas teológicos, en estas teorías acerca del origen y el fin del mundo, en estos análisis acerca de la naturaleza de un Ser incomprensible?, ¿en un marco donde todo desemboca en una argumentación fría y sólo puede ser abordado en el tono de una ordinaria disputa académica? En todos estos sistemas, que despreciáis, no habéis encontrado ni habéis podido encontrar, por tanto, la religión, porque ella no se encuentra ahí y, si se os mostrara que ella se halla en otra parte, entonces siempre seríais aún capaces de encontrarla y venerarla. (I-Apología)

¿Pero qué entendía por “religión”? Es lo que hará en su Segundo Discurso, definiendo su naturaleza:

Ella no pretende, como la metafísica, explicar y determinar el Universo de acuerdo con su naturaleza; ella no pretende perfeccionarlo y consumarlo, como la moral, a partir de la fuerza de la libertad y del arbitrio divino del hombre. Su esencia no es pensamiento ni acción, sino intuición y sentimiento. (II-Sobre la Esencia de la Religión)

La intuición (Anschauung) la recibe de Platón, autor que tradujo al alemán. No se trata de una intuición como un conocimiento directo, pues para eso está en cierto modo la Razón. Ella es un elemento metafísico, no capta esencias puras, sino que aprehende existencias. Es lo que Fichte y Schelling opinan. Esta Anschauung se une al Sentimiento (Gefühl) de estar bajo una existencia absoluta, De allí lo religioso. Claramente vemos que toma distancia tanto de Goethe como de Hegel. Luego aclara:

La intuición sin el sentimiento no es nada y no puede tener ni el origen ni la fuerza adecuados; el sentimiento sin intuición tampoco es nada: tanto el uno como el otro sólo son algo cuando, y debido a que, originariamente ellos son una misma cosa y se dan inseparados. (Ibidem)

Con esta propuesta, queda fundada la Teología Romántica.

La Teología Liberal

Friedrich “Fabricantedevelos” fue llamado “El padre de la teología liberal" o sea el Vater der liberalen Theologie. Para él la teología era una disciplina histórica en la que cada época debería enunciar sus creencias. Teología liberal, porque el cristianismo no era un sistema absoluto de creencias, sino una forma de vida en continuo desarrollo. Entonces, en la fe cristiana no se trataba de hablar sobre el Dios de la “Biblia”, sino más bien de la experiencia del hombre con Él.

Por tanto, ni el naturalismo —yo entiendo por ello la intuición del Universo en la pluralidad de sus elementos, sin la representación de la conciencia y voluntad personales de los elementos particulares—, ni el panteísmo, ni el politeísmo, ni el deísmo son religiones particulares y determinadas, tal como las andamos buscando, sino tan sólo especies, en cuyo marco ya se han desarrollado, por cierto, muchos individuos propiamente dichos y todavía se desarrollarán más. (Quinto discurso: Sobre las religiones)

Nuevamente nos parece oír la voz de Bergoglio en este otro pasaje:

...debéis recordar que ninguna religión se ha desarrollado jamás totalmente y que no la llegaréis a conocer hasta que, lejos de buscarla en un espacio limitado, estéis en condiciones vosotros mismos de complementarla y de determinar cómo esto o aquello debiera haberse desarrollado en ella,… (Ibídem)

Estamos ante un relativismo religioso en vías de desarrollo, al que nos lleva este subjetivismo sentimental, el cual pide que cada sujeto lo termine de desarrollar. Bergoglio fue uno de ellos.

Con esta fe en sí mismo, quién puede admirarse de que Él (Jesucristo) estuviera seguro no sólo de ser mediador para muchos, sino también de dejar tras sí una gran escuela que derivaría su religión, de iguales características, de la que Él profesó; tan seguro que estableció símbolos para ella, antes de que ésta existiera, con la convicción de que esto sería suficiente para hacerla existir, y que Él ya con anterioridad habló, con un entusiasmo profético, de la inmortalización de los hechos memorables de su vida en el seno de esa religión. Pero nunca ha afirmado que Él constituyera el único objeto de la aplicación de su idea, que Él fuera el único mediador, y nunca ha confundido su escuela con su religión —por más que haya podido tolerar que se dejase en suspenso su dignidad de mediador, con tal que no se profanara el espíritu, el principio a partir del que se desarrolló su religión en Él y en otros—, y también sus discípulos estuvieron lejos de esta confusión. ...

Y todavía ahora debiera ser así: quien pone esta misma intuición como base de su religión es un cristiano, sin que se tome en consideración la escuela, bien haga derivar históricamente (historisch) su religión de sí mismo o bien de cualquier otro. (Ibídem)

Como él mismo dice, no existen sacramentos que bajen la Gracia, tan sólo “símbolos”. Jesucristo es el Jesús de Bergoglio, un hombre cualquiera que funda una escuela, no una religión, la cual es obra de cada uno.

¡Atención seguidores del Vaticano II! Aquí estamos en presencia de uno de los primeros antecedentes “ecuménicos”. ¿Qué esperan para colocar su estatua en el Vaticano al lado de Lutero? Calvinismo, luteranismo, o catolicismo, ¡qué más da!, solo son escuelas. Lo que vale es la Intuición y ella las unifica a todas.

Pues ¿por qué la Iglesia interior, verdadera, habría de ser una? Para que cada uno pudiera intuir y dejarse comunicar la religión de los otros, que él no puede intuir como la suya propia, y que, por consiguiente, fue concebida como completamente diferente de ésta. ¿Por qué debería también la Iglesia exterior, impropiamente llamada así, ser una? Para que cada uno pudiera buscar la religión bajo la forma afín al germen que dormita en él —y éste debería, por tanto, ser de una especie determinada, porque sólo puede ser fecundado y despertado por esta misma especie determinada—. (Ibídem)

¿Cómo pasó a la Historia “Fabricantedevelos”?

Él no pasó a la Historia, como dicen los seguidores de la Sinagoga de Epicuro, sino que hizo Historia. ¿Y qué Historia hizo? Lo dirá el luterano y sociólogo Peter Berger en “El Dosel Sagrado”:

Su influencia se hizo sentir en todos los campos del pensamiento teológico: los estudios bíblicos, la historia eclesiástica, la ética y la teología sistemática. En los dos primeros campos, sobre todo en Alemania, el liberalismo protestante alcanzó algunos de los más impresionantes logros de la erudición histórica moderna. Aunque con herramientas conceptuales muy diferentes, el liberalismo protestante llegó a una síntesis teórica que bien puede ser comparada con la tomista. El «padre» de esta síntesis liberal fue Friedrich Schleiermacher y ya pueden verse claramente en su pensamiento los caracteres principales de la teología liberal posterior.

Se otorga importancia fundamental a la experiencia religiosa, entendida como un «sentimiento de lo infinito», y luego como un «sentimiento de dependencia absoluta». Sobre esta base, se relativizan todas las formulaciones dogmáticas. Se resta importancia a todos los elementos «sobrenaturales» de la tradición cristiana para favorecer una religión «natural», en la cual serán satisfechas la razón y las emociones. Se contempla la historia religiosa en términos evolucionistas, y se interpreta el cristianismo como la «religión superior» por sus caracteres supuestamente únicos. Hay una fascinación romántica (y de raíces pietistas) por la figura humana de Jesús. Surge una concepción optimista de la ética cristiana como proveedora de un conjunto de valores positivos para el individuo y para la cultura, aspecto este último que sirvió de base a lo que fue apropiadamente llamado Kulturprotestantismus, unión del liberalismo protestante con la cultura liberal de la burguesía que ya indica las raíces infraestructurales del fenómeno teológico. (Pág. 191)

Strauss y Dilthey dirán que “Fabricantedevelos” fue el Kant de la teología protestante. Si Kant logró destruir la metafísica en boga, “Fabricantedevelos” deshizo la teología que se impartía en los seminarios luteranos, haciéndola más simpática con el mundo liberal del Siglo XIX. Proceso que fue llamado Kulturprotestantismus.

***

Para que el lector me entienda, estamos en un proceso similar al que siguió al Vaticano II, donde el occidente católico deshizo su Liturgia, y con ella arrastró al basurero su teología, haciéndose más complaciente con un mundo que viajaba hacia la Luna. Proceso que fue cacareado como un catolicismo “aggiornato”.

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1 Über die Religion: Reden an die Gebildeten unter ihren Verächtern (Sobre la religión: discursos a sus menospreciadores cultivados).


 

lunes, 11 de agosto de 2025

Del luteranismo surge el Minotauro


La máquina de picar carne en Alemania, o sea la Kritic, funcionaba sin parar. Teniendo a Lutero como padre con los genes de Libertad y Subjetividad; y la Kritic como madre con los genes del racionalismo kantiano, todo está listo para engendrar un monstruo nuevo.

Ahora le tocó el turno a los evangelios. La unión del cristianismo con la libertad luterana, es idéntica a la unión entre Pasífae con el toro de Creta. El hijo de ambos, no puede ser más que el Minotauro. Carne apta para la futura salchicha.

En el siglo IV surge en la cristiandad, la virulenta herejía del arrianismo. En su punto extremo, tal herejía tenía por objetivo negar la divinidad de Jesucristo. Cuando esto sucede, la figura de Jesús pasa a ser “histórica”. Es el Jesús “Histórico” que desarrollaron los románticos alemanes. Otra vuelta de tuerca del viejo arrianismo del siglo IV. Un arrianismo que con Bergoglio vimos llegar en nuestros días, sobre la cima de Roma, la Nueva Troya, ahora destruida por los “griegos del romanticismo”.

Esto se da, cuando se pierde la fe de la ortodoxia. Un ejemplo lo expusimos con Reimarus, pero no fue el único porque toda una corriente de luteranos impregnados de racionalismo, se mueve en la Alemania bajo la misma censura protestante.

El luteranismo, cuya fe tocaba fondo con el pietismo, produjo una serie de racionalismos oriundos de la Kritic, cuestionando el Nuevo Testamento. Todos ellos se resumieron en David Friedrich Strauss (1808-1874), quien se basará en ellos para demostrar que su opinión no es aislada sino que proviene de una progenie de monstruos semejantes a él.

Aparición del arrianismo romántico

La puerta de entrada al arrianismo germano del siglo XIX la hallamos en el pietismo, donde el hombre se salva por la moral, no por la fe. Quien dará una base filosófica a esta visión contradictoria a Lutero es precisamente el revolucionario Kant. Es lo que Strauss expone en sus conclusiones:

Tomando como base este principio, Kant procede a interpretar las doctrinas de la Biblia y de la iglesia como símbolos de lo ideal. Es la humanidad, o la parte racional de este sistema de cosas, en toda su perfección moral, la que podría hacer del mundo el objeto de la Providencia divina y el fin de la creación. (CONCLUDING DISSERTATION. § I49)

¿Quién fue el Minotauro?

David Strauss fue un luterano que en 1825 estudió teología en el Seminario de Tubinga. Vicario en 1830 y profesor en 1831 del Seminario de Maulbronn. Todo esto es solo el piso, lo cual no es garantía de ningún tipo, pues falta la estructura mental, y esta procede del idealismo absoluto de Hegel y Schleiermacher en Berlín.

Strauss se maneja con la poesía que genera el “Espíritu”, aporte de Herder; con la Historia que se mueve de acuerdo a la Razón, aporte de Hegel; con el amor por lo griego, que aporta la mitología pagana; y con la libre interpretación de Lutero, alias llamada, Libertad. Con estos genes, se pare al Minotauro Strauss.

Entre 1935-1936 Strauss publica La vida de Jesús críticamente revisada 1. La obra de nuestro Minotauro consta de dos tomos, bien “críticos”. En una Alemania luterana, esta obra produjo un revuelo monumental. Nadie podía creer que uno de sus mejores hijos publicara esta interpretación de los evangelios. La caja de Pandora se había abierto hace rato con Lutero y sus hijos no pueden dar crédito al monstruo que ellos mismos habían parido.

Concepción histórica

La visión que la Historia pasó de una etapa infantil en la antigüedad, a una etapa adulta en la era romántica, pone la base para considerar una literatura mítica dentro del Antiguo Testamento, la cual se extiende hasta el Nuevo.

La mente duda en hacer una admisión tan universal: primero, por los errores no infrecuentes que se encuentran en las religiones que afirman haber sido comunicadas divinamente; en segundo lugar, debido a la dificultad de explicar la transición de la raza humana de un estado de tutela divina a uno de autosuficiencia; y por último, porque en la medida en que la inteligencia aumenta y la autenticidad de los registros puede ser cada vez más confiablemente considerada, en la misma proporción estas influencias divinas inmediatas desaparecen invariablemente. (Introducción, §6.)

Por supuesto, muy distinto sería escribir esas historias con la precisión del avance cultural del romanticismo:

Según Eichhorn, una visión tan pervertida solo podría surgir en una mente que se negaba a interpretar los registros antiguos en el espíritu de su época. En verdad, si hubieran sido compuestos con toda la precisión filosófica de los escritores de la actualidad, nos habríamos visto obligados a encontrar en ellos o intervenciones divinas reales, o una pretensión fraudulenta. (§ 6)

El compendio de su Kritic

La visión del “teólogo” Strauss sobre el origen del cristianismo, la hallamos compendiada al final de su Kritic:

...si queremos ser sinceros con nosotros mismos, lo que alguna vez fue historia sagrada para el creyente cristiano es, para la parte ilustrada de nuestros contemporáneos, solo una fábula: las narrativas del nacimiento sobrenatural de Cristo, de sus milagros, de su resurrección y ascensión, deben ser rechazadas por nosotros como incompatibles con las inducciones de nuestra intelecto. (CONCLUDING DISSERTATION. § 149)

Una cosa es el intelecto y otra muy distinta el sentimiento romántico, el cual es movido por un espíritu divino:

Sin embargo, permítanles que ya no sean interpretados meramente por la razón como historia, sino por los sentimientos y la imaginación, como poesía; y se descubrirá que en estas narrativas nada se inventa arbitrariamente, sino que todo brota de las profundidades y los impulsos divinos de la mente humana. (§ 149)

Como la base es el sentimiento romántico, lo que se produce es poesía. Es llamativa esta conclusión en un alemán. Ellos fueron quienes mejor escribieron sobre la Formgeschichte o la historia de los géneros literarios. Como vemos, la Hermenéutica estaba en pañales. Esto explica que siendo Strauss alumno de Schleiermacher, quien hablaba de la Hermenéutica, fuese tan ilógico en sus opiniones. Este planteo de Strauss fue con el tiempo dejado en la banquina de esta ruta romántica, como su genérico concepto de adjudicar todo el Nuevo Testamento al género poético:

Esa historia es un hermoso y sagrado poema de la raza humana— un poema en el que están encarnados todos los anhelos de nuestro instinto religioso; y este es el mayor honor del cristianismo y la prueba más contundente de su aplicabilidad universal. (§ 149)

A todo esto no puede faltar el idealismo hegeliano:

La historia del evangelio es de hecho la historia de la naturaleza humana concebida idealmente, y nos exhibe en la vida de un individuo, lo que el hombre debería ser y, unido a él al seguir su doctrina y ejemplo, puede realmente llegar a ser. (§ 149)

Se está en el romanticismo, que constituye una nueva era intelectual, que al fin otorga la posibilidad de superar a Pablo y los primeros apóstoles:

No se niega que lo que para nosotros puede parecer solo poesía sagrada, fue para Pablo, Juan, Mateo y Lucas, hechos y cierta historia. Pero fue la misma causa interna la que convirtió las narrativas del evangelio en un hecho sagrado y una historia para ellos, que convierte esas narrativas en un mito sagrado y poesía para nosotros. (§ 149)

No es que la naturaleza de los escritos difiera, sino que la diferencia es tan solo “un punto de vista”. Por lo tanto Pablo, Juan, Mateo y Lucas murieron dando testimonio de un estúpido “punto de vista” “obsoleto”, pues en esta era superior, se vio con claridad, que el núcleo no eran las historias, sino las ideas:

Los puntos de vista sólo son diferentes: la naturaleza humana, y en ella el impulso religioso, permanece siempre igual. Esos primeros cristianos necesitaban en su mundo, para animar las disposiciones religiosas y morales en los hombres de su tiempo, historia y hechos, de los cuales, sin embargo, el núcleo más profundo consistía en ideas: para nosotros, los hechos se han vuelto obsoletos y dudosos, y solo por el valor de las ideas fundamentales, las narrativas de esos hechos son objeto de reverencia. (§ 149)

Y así sale a relucir el infraconsciente luterano, la culpa de todo esto la tiene la Iglesia. Parece ser, que tanto Pablo, Juan, Mateo y Lucas no eran “Iglesia”:

Esta visión fue recibida de inmediato por parte de la iglesia con el reproche de que, en lugar de las riquezas de la realidad divina que la fe descubre en la historia de Cristo, nos impuso una colección de ideas e ideales vacíos; en lugar de una obra consoladora realizada, una abrumadora obligación. Para la certeza de que Dios una vez se unió realmente con la naturaleza humana, la admonición de que el hombre debe obtener disposiciones divinas ofrece una pobre compensación: pues la paz que la redención completada por Cristo trae al creyente, no es equivalente a poner ante él el deber de liberarse del pecado. (§ 149)

Ahora, nos parece estar oyendo la voz de Bergoglio en lo que sigue:

Por este sistema, el hombre es arrojado fuera del mundo reconciliado en el que el cristianismo lo coloca, hacia un mundo no reconciliado, fuera de un mundo de felicidad hacia un mundo de miseria; porque donde aún no se ha llevado a cabo la reconciliación, donde aún no se ha alcanzado la felicidad, hay en presente enemistad y desdicha. Y, en verdad, la esperanza de una liberación total de estas condiciones, es, de acuerdo con los principios de este sistema, que solo admite una aproximación infinita hacia la idea, una ilusión; porque aquello que solo puede alcanzarse en una progresión interminable, de hecho es inalcanzable. (§ 149)

Por lo tanto, ya no basta la fe y la ciencia no encuentra satisfacción en este sistema eclesial. Lógicamente se refiere al luteranismo y lo que el luteranismo rescató del cristianismo:

Pero no solo la fe, la ciencia también en su desarrollo más reciente, ha encontrado este sistema como insatisfactorio. (§ 149)

Donde realmente Strauss toca fondo, es en su visión del demonio. Strauss no fue exorcista, cosa que escasos luteranos hacen, como también lo practicaban algunos hebreos. El pietismo fue calificado por Marx como un “opio”, y viéndolo desde fuera se le puede dar la razón. No servía para otra cosa. Dentro de este “opio” el demonio es una simple imagen fantasmagórica de los persas:

Si debe admitirse que los hebreos debían su doctrina de demonios a Persia, sabemos que los Deves de la mitología Zend eran originalmente y esencialmente seres malvados, existentes antes de la raza humana; de estas dos características, el hebraísmo como tal podría inducirse a eliminar la primera, que se refería al dualismo, pero no podría tener razón para rechazar la segunda. (MIRACLES OF JESUS— DEMONIACS.)

El Jesús Histórico

A partir de esta corriente de románticos, el luteranismo había quedado atrapado en su propio laberinto.

Muchos comenzarán a hablar del Jesús Histórico. Este apodo de “Histórico” se puede entender de dos modos. No se trata tan solo de la historia de los manuales, sino del Espíritu Histórico que mueve el mundo.

Una cosa es El Jesús de Nazaret que describe Werner Keller en su Historia del pueblo judío, cuya historia ocupa una escuálida página, y otra muy distinta la visión que un hegeliano tiene de su Historia.

Todo depende de qué hegeliano se trate. Hegel no renegó del cristianismo, tan solo le dio otro punto de vista. En este utópico punto de vista las religiones positivas eran solo distintos momentos donde la razón se hacía acto. Esta razón era ese Espíritu que dirigía el mundo y que unificaba todos los espíritus herderianos.

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Hoy, este pietismo impregnado de Kritic, ingresó en el catolicismo y luego del Caballo de Troya introducido por el “Espíritu hegeliano” del Vaticano II, acabó destruyendo la nueva Troya, el Vaticano Católico.

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1 Das Leben Jesu, kritisch bearbeitet.