por Tony Velázquez Ruiz
Kevin Farrell anunció al mundo la muerte del gran Paco Iº con estos términos:
Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor tengo que anunciar la muerte de nuestro Santo Padre Francisco...
No entiendo el “hermanos y hermanas”. Este inicio del comunicado cae bajo tres errores:
Primero el vicio de la redundancia al hablar, con decir simplemente el colectivo “hermanos” era suficiente.
Segundo, esto implica una inclusión a la ideología Woke, en la cual dicho cuarteto se siente orgulloso de pertenecer.
Tercero, no sé si soy su hermano, dado que mi fe es muy distinta a la suya.
Cuestiono lo de “Santo Padre”. Paco, ni fue santo, ni fue Padre, sino un lobo que se puso sotana blanca.
Y sigue el Kevin:
Esta mañana, a las 7:35 (05:35 GMT), el obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre.
¿Voló a la casa del Padre? ¿Cómo lo sabe? Lo vio acaso como San Benito vio volar el alma de su hermana? Vaya forma implícita de declararlo “santo en los altares”.
Tal vez me equivoque. Sí.
Tal vez el Kevin tenga razón.
Paco voló, pero de los agujeros negros pudieron salier espíritus que le frenaron el vuelo diciendo:
―¡Hola amigo! ¿Adónde quieres volar? Adonde te diriges no tienes amigos. Tus amigos, esos que abrazaste en la Tierra, están con nosotros, vamos.
Sí Kevin, tapemos sus herejías con un manto de olvido y gritemos junto a las logias de los masones:
¡Santo súbito!
No hay comentarios:
Publicar un comentario