por Tony Velázquez Ruiz
Las conclusiones de los últimos capítulos de este Culebrón, son bastante evidentes.
Como sabemos, el grupo de sacerdotes que se han percatado de la maniobra de la Mafia de San Galo, apuran al arzobispo Georg Gänswein para que se defina, ya que no gustaron las afirmaciones que habían trascendido sobre ellos.
El arzobispo no contesta en absoluto. Su silencio es coherente con la situación que debe enfrentar dentro de este Vaticano, al que…
«Milone, el primer auditor, que ahora entra en batalla, pone al descubierto, y muy documentado, el lodazal Vaticano y los pocos deseos de solucionar los problemas.
»...la gente en el Vaticano “no solo es corrupta e incompetente: es cruel, maligna y vengativa”» (Ver link)
Ocurre que otros, y es el caso de los miembros activos de esta mafia, están molestos, puesto que el arzobispo hace un silencio muy llamativo y esto los ha sacado de quicio. Por lo tanto, no tuvieron mejor idea, que inventar una carta suya dando una respuesta apuntalando a Paco I.
La conclusión era evidente. Si Georg Gänswein se callaba, afirmaba de hecho lo que la carta decía; por el contrario, si salía para opinar, se echaba la mafia en contra. En síntesis, estos nuevos “fariseos y doctores de la ley”, pedían a gritos una definición favorable del arzobispo.
¿Quién redactó la carta?
Aquí se deben distinguir dos autores, uno fue el redactor, pero otro dio la orden. Es como se mueven los religiosos, donde la mentira los metamorfosea en demonios mafiosos.
¿Quién dio la orden? Ese es el que permanece oculto.
¿Quién la redactó? Este no puede quedar oculto. Esta vez, la trama no proviene de Andrea Cionci, el Sherlock Holmes del culebrón, sino de algunos “hackers” anónimos, quienes envían sus indagaciones, junto con un vídeo, donde se demuestra que dicha carta falsa proviene de un “Word”, con la licencia de un “sacerdote y teólogo”. En síntesis, un “erudito” de la Isola di Patmos.
La pesquisa puede verse desde el minuto 46 y el vídeo enviado a Cionci, a partir del minuto 54. (Ver link)
Andrea Cionci no acusa al “erudito”, sino que afirma, que alguien con la licencia del mismo, redactó la carta.
Al día siguiente, el erudito, podía haberse defendido, pero prefirió borrar el artículo (o le dieron la orden de eliminarlo).
Si alguno desea por alguna razón recurrir a la carta inexistente en dicha “Isola”, puede recurrir a Internet Archive, donde se realizan todas las capturas de archivos y los mismos son aceptados como pruebas por la justicia. Aquí se encuentra el artículo eliminado.
Algunas palabras sobre “el erudito”.
Cabe destacarse, que en dicha “isola” o reducto, se ataca abiertamente el rito tridentino y se pide a gritos la abolición del Summorum Potificum de Benedicto XVI. Lo cual es una brillante carta de presentación del “erudito” amanuense. Y para reforzar esta impresión, observen lo que escribe sobre el Código Ratzinger:
«EL AUTOR DEL LOCO «CÓDIGO RATZINGER» ES UN CLARO EMISARIO DEL MÁS PEQUEÑO Y DESVIADO ESOTERISMO MASÓNICO DE UNA MATRIZ ANTICATÓLICA. Este personaje en busca de autor es totalmente ajeno al mundo y la cultura católica. Nosotros, los eruditos en camino a la vejez, no estamos obligados...»
¿Brillante, no es cierto? Por favor, sean comprensivos con él. Tan solo busca provocar. Es un chico aún. No se lo puede “retar a duelo” golpeando su carita con un guante. Le falta tomar mucha sopa.
Más consecuencias.
Hoy desde Italia, no se puede ingresar a From Rome, se percibe que la mafia bergogliana, engrosada desde hace tiempo con la mafia lavanda, está furibunda y da manotazos de ahogado.
Por último, alguien cercano al arzobispo Georg Gänswein, redactó el tuit que nos ilustra, con el cual, sale a relucir la situación del arzobispo, en comunión con el Papa, Benedicto XVI. Entendemos su apremiante situación dentro de ese lodazal bergogliano, el cual dice:
«En las redes sociales circula una carta que dice ser el rechazo total del arzobispo Ganswein con respecto al emérito. El tono claro de su respuesta permite concluir que Ganswein está decididamente molesto por la falsificación deliberada de tal carta.»
Cerramos con un comentario de Fray Bugnolo sobre el tuit:
«Pero la palabra utilizada para referirse al Papa Benedicto, “el emérito”, se elige con mucho cuidado. NO está en mayúsculas. Por lo tanto, se está utilizando con la significación latina, como “el que merece ser llamado” el Papa. Asimismo, al usar las palabras “rechazo total”, está afirmando la negación de todas las alegaciones hechas en la Carta.»
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