Calesita

lunes, 17 de febrero de 2020

El actual surrealismo vaticano


Que la colina vaticana era la cumbre del catolicismo, eso fue en el pasado; hoy se presenta como la cabeza del surrealismo.
Estos son los dos grandes universales creados por Dios en el Bereshit hebreo u Origen:
Al principio creó Dios los cielos y la tierra. (Gén.1,1)
De estos dos universales, el Vaticano eligió solo uno, la tierra; pero la tierra le resultaba muy grande, por lo tanto eligió la Amazonia y discriminó el resto. Por eso leemos en el título: Querida Amazonia. Desde el título, no se puede concebir una actitud más pequeña y mezquina.
El surrealismo es un movimiento que nace al principio del siglo pasado, posee tres manifiestos que lo describen en toda su configuración. Se suele resumir a la ligera esta corriente artística, como una tendencia a concebir no la realidad cotidiana, sino una realidad superior, una superrealidad, o realidad que aflora del inconsciente por medio de los sueños y las alucinaciones.
Su fundador, André Breton (1896-1966) escribía en su Primer Manifiesto:
Con toda justicia, Freud ha centrado su crítica sobre el sueño. Es inadmisible, en efecto, que una parte tan considerable de la actividad psíquica haya retenido tan poco la atención de las gentes hasta ahora, ya que, desde el nacimiento hasta la muerte, no presentando el pensamiento ninguna solución de continuidad, la suma de los momentos de sueño, medidos como tiempo, y no tomando en cuenta sino el sueño puro, en el dormir, no es inferior a la suma de los momentos de realidad, digamos mejor: de los momentos de vigilia. 1
Con esta afirmación, el sueño pasaba a ocupar el mismo nivel de la vigilia, pero esta realidad estaba minada por un problema:
...el hombre, cuando cesa de dormir, se convierte ante todo en juguete de su memoria. 2
Es lo que este Vaticano ha realizado con la Querida Amazonia, no se puede ser un juguete de la memoria, hay que acoplar los sueños.
La memoria, es la Tradición, y veamos lo que dice en uno de sus párrafos, el fatídico 66:
Es la Tradición milenaria que testimonia la acción divina en su Pueblo y tiene la misión de mantener vivo el fuego más que conservar sus cenizas.
Pero acontece, que de las 145 citas de la Querida Amazonia, hallamos solo tres que son anteriores al Vaticano II, dos de Santo Tomás y una de S. Vicente de Lerins. Lo cual nos lleva a dos conclusiones:
1. De la así llamada Tradición, solo nos quedan las cenizas, no el fuego.
2. Existe en el Vaticano un quiebre doctrinal luego del Vaticano II, y las notas así lo indican.
¿Por qué se produce este fenómeno?
Porque así lo indica Breton. Antes del Vaticano II, la Iglesia ha sido un juguete de su memoria. Por eso este comunista se preguntaba:
¿Cuándo habrá lógicos y filósofos durmientes? Quisiera dormir, para poder entregarme a los que duermen, del mismo modo que me entrego a los que me leen, con los ojos bien abiertos; para acabar con el predominio del ritmo consciente de mi pensamiento en este asunto. 3
Por esto, la gran mafia de San Galo, sentó sobre el ocupado solio de Pedro, un Bello Durmiente, relato que llenaría de envidia a Charles Perrault.
De esta manera, Franciscus (a secas), nuestro Bello Durmiente, escribió su sueño, Querida Amazonia y como vulgar sueño, se divide en cuatro secuencias.
Si San Juan Bosco narraba sus sueños, estos tocaban la mística de las visiones; Franciscus (a secas), nada tiene de místico, y solo toca la surrealidad o la superrealidad, compuesta de sueños.
Existe tan solo un paso del sueño a la alucinación y esta se da cuando soñamos despiertos y llegamos a creer que el sueño es una realidad.
Por esto se volvía a preguntar el surrealista Breton:
... ¿por qué no otorgaré al sueño lo que rehúso a veces a la realidad, es decir, ese valor de certidumbre en sí misma, que, en su oportunidad, no esté expuesto a mi repudio? ¿Por qué no he de esperar del indicio del sueño más de lo que espero de un grado de conciencia cada día más elevado? ¿No podría aplicarse también el sueño a la solución de los problemas fundamentales de la vida? 4
De aquí notemos lo que nos dice la Querida Amazonia en su punto 5:
... dirijo esta Exhortación a todo el mundo. Por un lado, lo hago para ayudar a despertar el afecto y la preocupación por esta tierra...
¿Cómo se entiende que una Exhortación sea un sueño y que este sueño sirva para ayudar a despertar? Hemos entrado de lleno en la superrealidad y al entrar en ella hemos abandonado la Verdad.
Vayamos a los cuatro secuencias oníricas de la Querida Amazonia:
Primera alucinación: La lucha por los derechos, para alcanzar el buen vivir.
Sueño con una Amazonia que luche por los derechos de los más pobres, de los pueblos originarios, de los últimos, donde su voz sea escuchada y su dignidad sea promovida. (§7)
Como dijimos, se mira un sector de la tierra, no el cielo; y de ese sector se sueña en luchar y declarar derechos. Esta alucinación nos lleva a generar una iglesia politizada, la cual olvidándose de su misión, solo se empeña en el engaño de los “derechos”, cuando en realidad la caridad cristiana, que todo lo supera, solo se plantea obligaciones.
Nuestro sueño es el de una Amazonia que integre y promueva a todos sus habitantes para que puedan consolidar un “buen vivir”:...(§8)
Antes del Vaticano II, la Iglesia consideraba al hombre como un Peregrino de este mundo; hoy se ocupa de que fije mansión en la tierra para llevarlo al buen vivir.
Segunda alucinación: La Inculturación.
Sueño con una Amazonia que preserve esa riqueza cultural que la destaca, donde brilla de modos tan diversos la belleza humana. (§7)
Antes del Vaticano II, la Iglesia se ocupaba de la Verdad Revelada: hoy se ocupa de los relatos mitológicos, en contradicción evidente contra las enseñanzas de San Pablo:
En cuanto a las fábulas impías y a los cuentos de viejas, deséchalos. (1Tim.4,7)
Antes del Vaticano II, la Iglesia se ocupaba de llevar la resurrección al hombre, sin importarle la “cultura”; hoy se ocupa de la “cultura” importándole la encarnación para poder de esta forma olvidarse de la resurrección.
Tercera alucinación: La Ecología.
Sueño con una Amazonia que custodie celosamente la abrumadora hermosura natural que la engalana, la vida desbordante que llena sus ríos y sus selvas.(§7)
Antes del Vaticano II, la Iglesia se ocupaba de llevar la humanidad toda hacia su patria eterna; hoy se ocupa soñando, de su patria transitoria, olvidando su enseñanza básica:
Los que disfrutan del mundo, [vivan] como si no disfrutasen; porque la apariencia de este mundo es pasajera. (1Cor, 7,31)
¿Qué pasó aquí con el buen vivir? ¿Qué pasó aquí con la Querida Amazonia? Y más aún:
Los cielos y la tierra actuales están reservados por la misma palabra para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los impíos. (2Pedro 3,7)
Los cielos con espantoso estruendo pasarán de una parte a otra, los elementos con el ardor del fuego se disolverán, y la tierra, y las obras que hay en ella serán abrasadas. (2Pedro 3,10)

Cuarta alucinación: El rito amazónico.
Sueño con comunidades cristianas capaces de entregarse y de encarnarse en la Amazonia, hasta el punto de regalar a la Iglesia nuevos rostros con rasgos amazónicos. (§7)
Antes del Vaticano II, la Iglesia se ocupaba de llevar bien sus ritos porque reflejaban la oración hacia el eterno Padre dentro de los misterios; hoy se ocupa soñando, de fabricar nuevos ritos con total desconocimiento de los misterios.
Solo existe un rito, es el que se practica en la Liturgia eterna dentro de la Jerusalén celestial, en donde...
Templo no vi en ella, pues el Señor, Dios todopoderoso, con el Cordero, era su templo. A su luz caminarán las naciones, y los reyes de la tierra llevarán a ella su gloria. (Ap. 21,22 y 24)
¿Dónde ubicamos la Querida Amazonia en la Jerusalén celestial?
Existe una semejanza entre la pintura de Salvador Dalí titulada La Persistencia de la Memoria y la Querida Amazonia. Se dice que pintó los relojes luego de comer queso camembert. Los relojes que marcan distintos tiempos, señalan la relatividad de la memoria, diríamos nosotros, la relatividad de la Tradición. Tradición que como el reloj, se derrite ante la fugacidad del tiempo. Uno de los relojes está invertido y lo cubren las hormigas: es la Tradición descompuesta y roída por los insectos. Nada queda de la memoria, tan solo queda el paisaje, la Querida Amazonia. Si el tiempo era superior al espacio, aquí en la pintura surrealista, el espacio es superior al tiempo.
No estoy dispuesto a morir, ni por la tierra, ni por la Querida llamada Amazonia, ni por la lucha social, ni por la inculturación, ni por la ecología, ni por un nuevo rito, llámese Amazonia o Islas Kiwi.
Mi buen clericalismo vaticano, búsquense otro perro, para ponerle este collar surrealista.
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1 André Breton Manifiestos del Surrealismo. Traducción, prólogo y notas de Aldo Pellegrini. EDITORIAL ARGONAUTA . Pág. 27 y 28.
2 Ibídem. Pág, 28.
3 Ibídem. Pág, 29.
4 Ibídem. Pág, 29.

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