Calesita

lunes, 24 de noviembre de 2025

En el Principio era la Acción

 


Cuando Goethe invertía el evangelio, no respondía a su propia concepción, sino que reflejaba la Reforma del romanticismo. De la sola fides, en tan solo un paso, se había pasado a la sola actio. El pietismo había sido el modelo para este rápido pasaje. Las disputas teológicas eran interminables y no existía una autoridad que las regulara. La libertad implantada por el luteranismo, llevaba a una disputa eterna y sin solución. La reforma era la mismísima torre de Babel. Por lo tanto, mientras en la Deutschland por medio del pietismo se buscaba una acción interior, en Moravia se buscó una acción exterior.

Nicolás Ludwig von Zinzendorf (1700-1760) fue un pietista autodidacta y pragmático. En sus viajes comprende la división dogmática entre los distintos grupos protestantes y se plantea como objetivo la unidad cristiana. ¡Había nacido ya la concepción de Juan XXIII!

Su método activo consistía en dejar de lado las disputas dogmáticas para mantener una actividad común. Acercar la caridad y alejar los dogmas. Es lo que hacen hoy ciertos prelados, invitando en las funciones a los herejes, para destacarlos a su lado. ¡Nada nuevo bajo el sol! Es el método de Zinzendorf que después de casi 300 años, goza de novedad para un catolicismo ignorante y mentecato.

La figura de Zinzendorf es controvertida. Una cosa es lo que se dice de él entre sus seguidores, otra los que han intentado investigar su figura. Todo parte de haber destruido sus escritos, diarios y crónicas. Lo único que se salvaron fueron poemas, himnos, algunas reflexiones y una apología de la iglesia morava. No es la primera vez que se da esta situación dentro del protestantismo. Algo similar ocurrió al narrar la muerte de Lutero.

La comunidad de Zinzendorf se componía de varias sectas bautistas, presbiterianos, luteranos, schwenk feeders y moravos.

De todos ellos, los moravos y anabaptistas, poseían una tradición acerca de formar comunidades aisladas, que de acuerdo con sus planes, vivieran el cristianismo primitivo.

En esto, se coincidía con el luteranismo.

La Unitas Fratrum había tenido su primer ensayo.

El conde de Zinzendorf redactó el Acuerdo Fraternal. Un documento con reglas que los habitantes de la comunidad debían aceptar o irse; y de este modo aplastó los debates y sobre todo, las diferencias.

El acuerdo iba mucho más lejos. Basado en la historia de la protesta morava, que había nacido cien años antes que la protesta del monje rebelde Lutero, el conde Zinzendorf restablece la CB morava.

Aquí no existen votos, tan solo acuerdos. Mirado a la distancia, se podría decir que había nacido la comunidad de Taizé fundada en 1940 por el “hermano” Roger Schütz, protestante reformado y experto en ingeniería religiosa. La diferencia entre ambas comunidades existen, dado que en Taizé se compara con el monacato católico y también admite supuestos “católicos” dentro del mismo. Como comprobamos, Enzo Bianchi al fundar la “Comunidad de Bosé” en 1965, no inventó nada. Fue una vieja copia. En lugar de votos, los “monjes” de Bosé, viven en celibato, en comunión fraterna de bienes y en obediencia del Evangelio. Son los votos del ecumenismo. La pregunta para estos ingenieros religiosos es la siguiente: ¿Cómo se puede permanecer en el Cuerpo Místico de Jesucristo, con aquellos cuya fe es distinta y persiguen falsas verdades? ¿Se puede engañar al prójimo con este método? ¿Realmente es esto caridad? El demonio, siempre es el genio de los híbridos.

Con dicho acuerdo, todos los “hermanos moravos” comenzaban con una oración matutina y terminaban con una hora de canto; los domingos hacían un servicio religioso. Aparecieron las fiestas de amor, el lavatorio de pies, la Liturgia de las Horas y las vigilias nocturnas. ¿Disputas dogmáticas? Ya no existía tiempo ni lugar para ellas.

Este sistema dio pie al mítico pentecostés romántico. Según el relato de sus seguidores, fue el 10 de agosto mientras el pastor de la iglesia de Berthelsdorf dirigía una reunión alrededor del mediodía en el pueblo de Herrnhut:

Mientras el pastor Rothe dirigía la reunión en Herrnhut, se sintió abrumado por el poder maravilloso e irresistible del Señor, y se hundió en el polvo ante Dios, y con él se hundió toda la congregación reunida, en un éxtasis emocional. En este estado de ánimo continuaron hasta la medianoche, dedicados a la oración, el canto, el llanto y la súplica. (https://romans1015.com/moravian-revival-2/)

¿Es casualidad que se dé un “miércoles 13” de agosto de 1727? 13 es un número esotérico para la masonería, la comunidad se reunió en la iglesia de Berthelsdorf, donde Zinzendorf predicó un sermón sobre la cruz y el cordero de Dios, tal cual lo vemos en su escudo actual. Justo cuando la congregación se disponía a “comulgar”, creyeron ver descender el Espíritu Santo sobre ellos. Muchos lo llamaron un Pentecostés moravo:

Vimos la mano de Dios y sus maravillas, y todos estábamos bajo la nube de nuestros padres bautizados con su Espíritu. El Espíritu Santo vino sobre nosotros y en aquellos días se produjeron grandes señales y prodigios entre nosotros. Desde ese momento, apenas pasó un día sin que contempláramos sus obras todopoderosas entre nosotros. Un gran hambre por la Palabra de Dios se apoderó de nosotros, de modo que teníamos que tener tres servicios cada día, a saber: a las 5:00 y 7:30 am y a las 9:00 pm. Todos deseaban por encima de todo que el Espíritu Santo tuviera pleno control. El amor propio y la propia voluntad, así como toda desobediencia, desaparecieron y un torrente abrumador de gracia nos arrastró a todos al gran océano del Amor Divino. (https://romans1015.com/moravian-revival-2/)

De acuerdo con sus seguidores, Zinzendorf, comentando este momento, dijo:

Un sentimiento de la cercanía de Cristo fue otorgado, en un solo momento, a todos los miembros presentes; y fue tan unánime que dos miembros que estaban trabajando a veinte millas de distancia, sin saber que se estaba celebrando la reunión, se volvieron al mismo tiempo profundamente conscientes de la misma bendición. El Salvador permitió que viniera sobre nosotros un Espíritu del que hasta entonces no habíamos tenido experiencia ni conocimiento. Hasta entonces, habíamos sido los líderes y ayudantes. Ahora, el Espíritu Santo mismo tomó pleno control de todo y de todos. 

(https://romans1015.com/moravian-revival-2/)

De acuerdo con el escrito, Zinzendorf lo reconoce como “espíritu”. Reconoce que no lo conoce y sin conocerlo lo asocia al Espíritu Santo. Cuando no conocemos algo, en vez de investigar de qué se trata adoptamos erróneamente dos caminos. El primero consiste en asociarlo a lo que ya conocemos. El segundo es hilvanar un mito. El conde Zinzendorf usó los dos.

Fuerte debió ser este “espíritu” pues retumbó a “veinte millas”, nada menos. El conde describe una vivencia interna, de origen mítico, calcada del Pentecostés del libro de los Hechos, como una experiencia mística, pues lo es. Todo depende de qué “espíritu” se trate. Al respecto no posee ningún discernimiento. Tan solo redacta una objetividad de dos testigos bastante lejanos, a veinte millas que acuden al evento. La milla alemana (Meile) equivalía a 24.000 pies alemanes, o sea 7,586 km; esto hace un total de 151,72 km. Para ver lo absurdo del relato, por esta distancia yendo al oeste casi llegamos a Leipzig, por el norte estamos en los umbrales de Berlín, por el este llegamos a Częstochowa, Polonia; y por el sur llegamos a Praga. Tal vez quien traduce, se refiera a la milla inglesa, lo cual nos daría 32 km, con lo cual los testigos podrían estar a mitad de camino de Dresde por el oeste, en Niesky por el norte cruzando una geografía muy accidentada, y entraríamos en Polonia por el este. ¿Cómo hicieron para recorrer las 20 millas en tan corto tiempo? El absurdo o el mito, es la respuesta.

Por otra parte, el número dos es lo que se requiere en la ley hebrea para atestiguar algo. Se diría que la mente viaja más rápido que la realidad. Todo un fenómeno. ¿Raya en lo mítico, o tal vez en el fraude impulsado por la emoción?

Sobre esta mitología, se fundará el gran pentecostés romántico, que expandirá la actividad de Goethe por todo el mundo. Los moravos influyeron en el metodismo y se dieron a la actividad misionera. De este modo el activismo romántico, fue exportado por todo el orbe. Este fue el origen del famoso Revival.

¿Cuál fue el motivo para destruir sus escritos?

Es lo que se preguntan algunos autores modernos. Todo parece llevar a que el conde no era un santo varón y como se destruyeron sus diarios, no posee defensa alguna, sobre los rumores que circulan sobre él.

Su nombre figura en el luterano Calendario de Santos. Andreas Tasche, estudioso de Zinzendorf y pastor de una pequeña iglesia, escribió el libro Zinzendorf und Amerika: Wie aus der Brüdergemeine eine Kirche wurde, (Zinzendorf y América: Cómo la comunidad morava se convirtió en una iglesia). Freddy Dutz comentando dicho libro afirma:

...el propio Zinzendorf, diligente cronista y prolífico escritor, destruyó sus propios escritos. Sus diarios verdes, en los que confiaba sus pensamientos más íntimos, fueron destruidos poco después de su muerte, lo que sugiere que debieron resultar muy perturbadores para quienes lo rodeaban. Y las generaciones posteriores han suprimido repetidamente sus textos y documentos, o mejor dicho, los han destruido. (https://mission.de/lese-tipps/zinzendorf-und-amerika.html)

Su figura es enigmática, pero su obra, si es que así lo quiso, no lo es. Fue expulsado de Sajonia, su patria. Dió refugio a los perseguidos en una localidad limítrofe entre Alemania, Polonia y Moravia. Se propuso misionar por donde el cristianismo no existía. Pésimo administrador, emprendió numerosos viajes y exportó la Unitas Fratrum por el mundo. Su vida familiar tampoco es muy clara. Su matrimonio con Erdmuthe Dorothea, la condesa Reuß zu Ebersdorf, en 1722 le dio hasta 1740 doce hijos, de los cuales cuatro llegaron a la edad adulta. En 1732, dejó el castillo de Berthelsdorf a su esposa como su residencia. Su último hijo nace en 1740. En 1747 regresa de sus viajes, pero no para una vida ordinaria familiar, puesto que la relación de Zinzendorf con Anna Nitschmann puso mucha “tensión” en su esposa Erdmuthe Dorothea, quien en 1756 fallece. Al año siguiente, Zinzendorf se casa con Anna, una compañera de viajes. Boda secreta, pues Anna permaneció viviendo en la casa de las Hermanas Solteras. No anunciaron oficialmente su matrimonio hasta noviembre de 1758. Todo da señales de un amor secreto antes del fallecimiento de su primera esposa.

El mejor elogio que recibió Zinzendorf, fue el de Karl Barth quien lo llamó el "primer verdadero... ecumenista".

Anna Nitschmann (1715-1760) merece un capítulo especial, quien a los catorce años, llamaba a Zinzendorf, “papá”; por supuesto a los 42 fue su esposo oculto y en 1758 ambos anunciaron oficialmente su matrimonio.

En 1740, viajó con su padre y su primo a las Colonias de América del Norte preparando el terreno para que al año siguiente llegara Zinzendorf con su hija.

En 1743 regresa a la Deutschland y viaja por Europa. En Riga, fue encarcelada. ¿Por qué motivo?

Acontece que en su vida, Anna había acumulado varios títulos y recibido órdenes, llegando al grado de “obispa”.

Que el anglicanismo ahora se quiebra por la actual “papisa” de Canterbury, no es ninguna novedad; ya lo habían hecho los moravos. Parece que los anglicanos muy poco aprendieron de ellos.

Que un catolicismo mentecato los imite, tampoco es novedad, y puede ser el quiebre definitivo entre la actual iglesia marica y la del Cuerpo Místico.

Más aún, Anna recibió el título de “Madre de la Iglesia”. Su retrato pendía en las paredes de estos iconoclastas y las damiselas celebraban su cumpleaños. Cuando el antipapa Francisco negaba el título de Madre de la Iglesia a la Virgen María, es porque se lo usurpaba a otra, tal vez a la lesbiana Lucía Caram.

De este modo se comenta que Anna, la pastora y obispa, dirigió la primera consagración oficialmente documentada de mujeres para su ministerio. Por tanto en 1757 se casaba el obispo Zinzendorf con la obispa Anna. Con mucha razón se debía mantener oculto para preparar el terreno.

Como aconteció con la primera experiencia morava, la Unitas Fratrum tiende inevitablemente al luteranismo, quien veía con malos ojos estas ordenaciones femeninas y por lógica, las suprimieron.

Ahora podemos entender mejor, cuáles fueron las causas para destruir escritos, tanto del obispo Zinzendorf como de la obispa Anna.


lunes, 17 de noviembre de 2025

Orígenes de la Ingeniería Religiosa

 

Moravia fue una región que había recibido influencias ya desde el mundo latino, ya desde el mundo ortodoxo oriental. La Chequia es hoy una nación mayoritariamente sin religión. Es el secularismo casi absoluto. En un principio, mientras los pueblos que los rodeaban eran mayoritariamente latinos, ellos se volcaron con los orientales, siendo Cirilo y Metodio quienes tradujeron la liturgia al eslavo. De allí la pregunta, ¿el moravo es europeo u oriental?

Dos eran las necesidades de fines del siglo XII. Por un lado el regreso a una vida de pobreza y por otro la predicación cristiana sobre un pueblo altamente ignorante. Por este motivo la Providencia suscitó dos grandes santos, San Francisco de Asís con sus “poverelli” y Santo Domingo de Guzmán que formó la Orden de Predicadores. Era la respuesta a lo que los neomodernistas llaman hoy, “los signos de los tiempos”.

Por su parte el poder de las tinieblas, actuó de la misma forma, volver a la sencillez evangélica y solicitar el poder de predicar, para divulgar errores. Esta misión desventurada estuvo a cargo del comerciante Pedro Valdo con sus “pobres de Lyon”. Junto con su colaborador Vivet, solicitó permiso para predicar. La iglesia los tomó como lo que eran, cristianos voluntariosos, pero ignorantes como el resto, por lo tanto dicho permiso nunca fue concedido. Por supuesto, como hacen todos los heresiarcas, no obedecieron y propagaron sus errores por donde iban, motivo por el cual se los expulsó. ¿Hacia dónde dirigió sus pasos Pedro Valdo? A Moravia, donde muere en 1218.

El detonante más grave de finales del siglo XIV y principio del siguiente, fue que la iglesia católica pasaba por uno de sus peores momentos sumergida en un agudo cisma, que había desembocado en tres papas distintos.

Dentro de dicho cisma, los moravos recibieron la predicación de Jan Huss (1369-1415), quien se basó en las ideas de Juan Wiclef. Este heresiarca había estudiado teología en Oxford. Fue un enemigo declarado de todo lo que tuviera que ver con la Eucaristía y la sujeción a Roma. Buscaba romper el puente imaginario que cruzaba el Canal de la Mancha. Era un claro antecedente del anglicanismo, y la profecía de un futuro próximo.

El concilio de Constanza (1414-1418) puso fin al cisma, pero quedaba pendiente una reforma en las costumbres y del clero en general. Era el ambiente propicio para la rebeldía y Huss la predicó. El concilio de Constanza comprobó sus errores, de los cuales no quiso retractarse y fue ejecutado en la hoguera.

Sus seguidores, los husitas, fueron el alerta que algo grave podía acaecer. Alerta que pedía una clarificación de una iglesia acostumbrada a las divisiones y a las discusiones entre teólogos.

Pedro Chelčický, un agricultor pacifista, era un reformador husita. Al igual que Pedro Valdo, no poseía la preparación cultural que se requería para la época, pero igual se dio a escribir. San Antonio en Egipto y los primeros monjes, tampoco sabían leer y escribir, justamente por esto dictaban a escritores y sobre todo poseían traductores, pues sólo conocían el copto.

Sobre Pedro Chelčický dice Miguel Atnip en su libro The Birth, Life, and Death of the Bohemian Revival:

Pedro escribió como un hombre común. En gran parte fue autodidacta, su ortografía no siempre fue correcta, y cuando usaba la palabra kopytopezuña» en bohemio), en lugar de kapitola (capítulo), sus enemigos no perdieron su oportunidad de mofarse de Pedro. Lo llamaban «Doctor Kopytarum» (Doctor Pezuña) y se burlaron de su obra más grande y significativa: La red de la fe verdadera, escrita entre 1440 y 1443. Esta fue quizás la culminación de su exposición del ‘Anticristo’ y el caos resultante que siguió a la boda entre la iglesia y el estado. (Pág. 48-49)

Sin embargo…

Su estilo era vívido y pintoresco, su lenguaje cortante y claro. (Pág. 54)

Jan Rokycana, teólogo husita del Reino de Bohemia, tenía contactos con Roma. El Papa era Nicolás V, hábil en las negociaciones diplomáticas. Rokycana no pudo verse con él, por lo tanto hizo lo de todo buen moravo, mirar hacia oriente. Era la política checa, donde se buscaba establecer una vía con Roma o con el oriente. De este modo entabló conversaciones diplomáticas con Bizancio. Rokycana planteaba una cooperación entre las iglesias husita y griega. No olvidemos que Jan Huss figuraba entre los santos de la ortodoxia griega. Toda la negociación quedó trunca cuando Constantinopla cayó en manos de los turcos otomanos en 1452. Rokycana quedó con las manos vacías.

Gregorio, sobrino de Rokycana, a quienes los husitas apodaron “El Patriarca”, decidió poner por obra los escritos de Pedro Chelčický, alias Doctor Kopytarum.

Él ya era un hombre de mediana edad. Era hijo de un caballero bohemio, y aunque era un noble, era tan pobre que se veía obligado a trabajar como sastre para a mantenerse a sí mismo. Y era sobrino del mismo Rokycana. (Pág. 57)

El Patriarca”, encontró en Silesia, un pueblo casi abandonado, llamado Kunvald. Allí se propuso poner en práctica lo que se predicaba. El principio es el mismo que algunos practican hoy, no importa lo que pienses, solo importa lo que vives. Consistía en dejar de lado las ideas y centrarse en la vida. De la absoluta ignorancia, había nacido la ingeniería religiosa. La misma que se aplica en Taizé y en Bosé.

Gregorio y Pedro recibieron husitas, adamitas y valdenses con esposas e hijos. Fue la Unitas Fratum.

Todo consiste en hacer un pueblo aislado con los creyentes. Entre los seguidores de la reforma, lo aplicaron los anabaptistas hasta nuestros días.

En el catolicismo actual esta experiencia la llaman CEB (Comunidad Eclesial de Base). Comparando los moravos con nuestra época, podemos decir que aquella fue la primera Comunidad de Base (CB).

Hoy se dice erróneamente, que esta experiencia avalada por el catolicismo neomoderno, nació luego del Vaticano II en Brasil y se propagó por América y otros sitios. Esto revela dos cosas. O quien lo afirma es un ignorante, o es un manipulador. La CB nace de los heresiarcas y fue el fabuloso invento de la ingeniería religiosa.

Regresando a Moravia, el transcurso de los años y de los sucesos históricos, iniciaron la decadencia del CB moravo. Todo este tipo de experiencias, no son más que un híbrido, que el tiempo difícilmente consolide, sobre todo si no están sujetos a la obediencia de una autoridad común. Y si así fuera, siempre están los rebeldes, los cuales instalados con sus posesiones, difícilmente pueden abandonar dicha “comunidad”. Otro peligro y muy actual dentro del catolicismo, es que se enfrentan al capricho de ciertos prelados, quienes manipulan en vez de ejercer un servicio. Así es como se infiltró dentro de los CEB católicos, la híbrida Teología de la Liberación, donde por momentos no sabemos qué hay de teología y de qué tiene que liberar. Todas son experiencias que enfrentan peligros. Solo una absoluta separación con el mundo circundante puede darle cierta continuidad, aún así muchos miembros se retiran para conocer lo que está “afuera”. Les sucede hasta a los judíos tildados por ellos mismos de ultra ortodoxos. Muchos miembros se van, algunos regresan y otros no.

Según Miguel Atnip en su libro ya mencionado, alerta sobre los peligros de los mismos y los expone como “avisos”:

Aviso 1. La desviación. Todo movimiento, aunque Dios lo inicie, sufre decadencia y corrupción con el tiempo, debido a la influencia de la malicia del enemigo. Eso le ocurrió a Unidad de Hermanos. Quienes observan pueden ver, comparando la Unidad con lo que era, lo que empezó en el Espíritu, terminó en la carne. (Pág. 155)

Aviso 2. Aplicaciones de los principios. La Unidad de hermanos tenía reglas y normas basadas en los principios del reino de Dios. No sé hasta qué punto fueron escritos realmente, pero la conclusión es que había requisitos que uno tenía que someterse si quería unirse y permanecer en la Unitas Fratrum. … Si la persona comienza con sólo las reglas y trata de orientarse a ellas aparte de cualquier otro principio, son tantas reglas que la gente buscará a todos lados para evadirlas. (Pág. 157)


Aviso 3. El protestantismo. ¿Ayudó la reforma protestante al avivamiento bohemio, o lo frenó aún más? La respuesta es bastante lúcida: los protestantes fueron más un obstáculo que un apoyo; aunque, no se les puede culpar por la decadencia que hubo en el fuego del avivamiento (revival) bohemio. Los mismos bohemios apagaron el Espíritu al alejarse poco a poco de las enseñanzas de Jesús. Pero, en vez de amonestarlos, los protestantes los alejaron aún más del evangelio. …

En la historia de la iglesia cristiana, nadie había creído en la justificación tal y cómo Lutero la enseñó —sólo por la fe y sin obras. Repito que nadie creyera así —ni siquiera los escritores prenicenos de la iglesia primitiva— antes de que Lutero llegara a escena. «Las Escrituras están contra ti», había escrito el obispo Lucas a Lutero. Sin embargo, no muchos años después, el gran grupo estaba firmando una declaración de fe que contenía esa contorsionada doctrina de Lutero. Cuando se separan la fe y las obras, la muerte espiritual ya está a la puerta. (Págs. 159-160)

La primera experiencia del revival bohemio o de la CB morava, fue desapareciendo lentamente. El detonante fue el luteranismo, que destruye todo lo que toca. Fue la búsqueda de instaurar una ciudad apocalíptica, o sea una ciudad, fuera del mundo y en algunos casos fuera del tiempo, como la de los amish o menonitas conservadores, o los judíos “ultra ortodoxos”, cuyo atuendo y costumbres viven ancladas en otro tiempo. Pero para los moravos, no todo terminó aquí. En nuestra próxima entrada, analizaremos su resurgimiento.



lunes, 10 de noviembre de 2025

Strickland responde a una Teología rastrera sobre María Santísima

 

Introducción de Tony Velázquez Ruiz

En una carta pastoral sobre la Santísima Virgen María, Monseñor Strickland, “misericordiado” por el antipapa Francisco, responde a la diplomacia desafortunada y rastrera contra La Madre de la Iglesia, formulada por Tucho, el experto en mística erótica. (Fuente). El texto expone con claridad la problemática de una iglesia decadente y clarifica las verdades eternas:

***

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

El 4 de noviembre de 2025, la Santa Sede publicó una Nota Doctrinal a través del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) titulada Mater Populi Fidelis, firmada por el Prefecto DDF, el Cardenal Víctor Manuel Fernández. En el documento, el cardenal Fernández declara que "no sería apropiado usar el título de 'Corredentora' para definir la cooperación de María". La razón declarada es que tal título "corre el riesgo de oscurecer la mediación salvífica única de Cristo y, por lo tanto, puede crear confusión y un desequilibrio en la armonía de las verdades de la fe cristiana..." (Párrafo 22).

Debido a que muchos de los fieles están inquietos por estas palabras, y debido a que el amor a la Santísima Virgen es el latido del corazón de la auténtica fe católica, me siento obligado como sucesor de los Apóstoles a reafirmar la enseñanza perenne de la Iglesia sobre la cooperación singular de Nuestra Señora en la Redención.

Llama la atención que la justificación dada -para evitar la "confusión" y por razones ecuménicas- se haga eco del mismo lenguaje que durante más de medio siglo se ha utilizado para suavizar y oscurecer la verdad católica. Tal razonamiento ha embotado el filo de la doctrina hasta que solo queda un sentimiento vago. Pero la verdad no puede ser sacrificada en el altar de la diplomacia. El ecumenismo que silencia la verdad deja de ser la verdadera unidad. El camino a seguir no es desdibujar lo que distingue a la Fe, sino proclamarla con claridad y caridad, confiando en la luz de la revelación para disipar la confusión, no para ocultarla.

En los últimos años, este patrón se ha repetido en muchos frentes de la vida de la Iglesia. Bajo el pretexto de ser "acogedora" e "inclusiva", la identidad sobrenatural de la Iglesia se está cambiando lentamente por una sociológica. Lo que una vez se definió por la gracia y la conversión ahora se está reformulando en el lenguaje de la acomodación y la afirmación. El llamado al arrepentimiento es reemplazado por el llamado a la pertenencia. Se le dice al mundo que no necesita cambiar; solo la Iglesia debe cambiar para adaptarse a ella. Y así la fe se diluye, la cruz se suaviza y el Evangelio se vuelve sentimental en lugar de salvífico. Pero el amor sin verdad no es misericordia, es engaño.

Este nuevo documento debe considerarse en ese contexto. Descartar el título de Corredentora no es simplemente una preocupación lingüística. Es parte de un esfuerzo continuo para despojar a la fe de sus afirmaciones sobrenaturales, para hacer que la Iglesia parezca inofensiva para un mundo que odia la cruz. La Santísima Virgen es el reflejo humano más perfecto de la verdad divina. Disminuir su papel es disminuir la realidad de la gracia misma. Cuando sus títulos exaltados son declarados "inapropiados", no es ella la que se ve disminuida, es nuestra comprensión de Cristo la que disminuye, porque cada verdad mariana protege una verdad cristológica.

La cooperación de María en la Redención es una doctrina perenne, como lo atestiguan los Padres. San Ireneo enseñó que "el nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María", y San Efrén la llamó "el rescate de los cautivos". Desde los albores de la Iglesia, la obediencia de la Virgen ha sido vista como la ruina de la rebelión de Eva y el comienzo de la restauración de la humanidad.

La confusión que rodea al término Corredentora surge en gran medida de un malentendido del prefijo "co-". En latín, es "cum", que no significa "igual a", sino "con". María no es una redentora rival, sino la que sufrió con el Redentor. Toda su participación fue dependiente, derivada y subordinada, pero profundamente real. Así como la primera Eva cooperó en el otoño, la Nueva Eva cooperó en la restauración. Su fiat en la Anunciación y su posición al pie de la Cruz son dos polos de esa cooperación divina. María participó en la obra redentora de su Hijo, que era el único que podía reconciliar a la humanidad.

Desde el principio, la Iglesia ha profesado que el fiat de María, su consentimiento total y libre al plan de Dios, no era un momento pasivo, sino una cooperación verdadera y activa en la obra salvífica de su Hijo. La palabra Corredentora aparece por primera vez por medio de un pronunciamiento oficial durante el reinado del Papa San Pío X. En 1908, la Congregación de Ritos del Vaticano pidió que aumentara la devoción a la Madre Dolorosa y que se intensificara la gratitud de los fieles hacia la "Corredentora misericordiosa del género humano".

El 22 de enero de 1914, la Sagrada Congregación del Santo Oficio (ahora llamado Dicasterio para la Doctrina de la Fe) concedió una indulgencia parcial de 100 días para el rezo de una oración reparadora a Nuestra Señora de la siguiente manera:

"Bendigo tu santo Nombre, alabo tu exaltado privilegio de ser verdaderamente Madre de Dios, siempre Virgen, concebida sin mancha de pecado, Corredentora de la raza humana".

Cuando la Santa Sede, y de hecho la misma oficina que acaba de emitir este documento, pudo adjuntar indulgencias a tal oración, ahora no puede fingir que la doctrina detrás de ella es "inapropiada". El lenguaje puede requerir una explicación pastoral, pero la verdad no puede ser retractada.

El Papa San Pío X en su encíclica Ad Diem Illum Laetissimum (2 de febrero de 1904) enseñó:

"Ahora bien, la Santísima Virgen no concibió al Hijo Eterno de Dios simplemente para que se hiciera hombre tomando de ella su naturaleza humana, sino también para que, por medio de la naturaleza asumida de ella, pudiera ser el Redentor de los hombres. Por lo cual el ángel dijo a los pastores: "Hoy les ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor".

Continuó:

María "ya que fue la primera de todos en santidad y unión con Cristo, y fue llevada por Cristo a la obra de la salvación humana; mereció congruentemente, como dicen, lo que Cristo mereció condignamente, y es la ministra principal de la dispensación de gracias".

Esto no es poesía sino enseñanza papal. Esto define lo que la Iglesia siempre ha sabido: la maternidad de María no es solo física sino redentora, espiritual y universal.

El Papa Benedicto XV, en Inter Sodalicia (22 de marzo de 1918) escribió:

"Hasta tal punto María sufrió y casi muere con su Hijo sufriente y moribundo; hasta tal punto renunció a sus derechos maternales sobre su Hijo para la salvación del hombre, ... para que podamos decir con razón que ella redimió a la raza humana junto con Cristo".

El Papa Pío XI, en su mensaje a Lourdes el 28 de abril de 1935, oró:

"Oh Madre de piedad y misericordia, que como Corredentora estuviste al lado de tu dulcísimo Hijo sufriendo con Él cuando consumó la redención de la raza humana en el altar de la Cruz... preserva en nosotros, suplicamos, día a día, los preciosos frutos de la Redención y de tu compasión".

El Papa Pío XII, en su mensaje de radio a Fátima el 13 de mayo de 1946, declaró:

"Ella fue quien, como la Nueva Eva, libre de toda mancha de pecado original o personal, siempre más estrechamente unida a su Hijo, lo ofreció al Padre Eterno junto con el holocausto de sus derechos maternos y de su amor materno, por todos los hijos de Adán, contaminados por su miserable caída".

El 31 de marzo de 1985, Domingo de Ramos y Jornada Mundial de la Juventud, el Papa San Juan Pablo II habló sobre la inmersión de María en el misterio de la Pasión de Cristo:

"María acompañó a su divino Hijo en el más discreto ocultamiento, meditando todo en lo más profundo de su corazón. En el Calvario, al pie de la Cruz, en la inmensidad y en la profundidad de su sacrificio materno, tenía a su lado a Juan, el apóstol más joven... Que María, nuestra Protectora, la Corredentora, a quien ofrecemos nuestra oración con gran efusión, haga que nuestro deseo corresponda generosamente al deseo del Redentor".

El Papa San Juan Pablo II declaró el 6 de octubre de 1991, hablando de Santa Brígida de Suecia:

"Habló enérgicamente sobre el privilegio divino de la Inmaculada Concepción de María. Contempló su asombrosa misión como Madre del Salvador. La invocó como la Inmaculada Concepción, Nuestra Señora de los Dolores y Corredentora, exaltando el papel singular de María en la historia de la salvación y la vida del pueblo cristiano".

Además de "Corredentora", el documento Mater Populi Fidelis también abordó el título mariano de "Mediadora" y "Mediadora de todas las gracias", afirmando que tales títulos no contribuyen a una comprensión correcta del papel de María como intercesora.

Sin embargo, el Papa León XIII enseñó en Adiutricem Populi (5 de septiembre de 1895):

“ … Es justo decir que nada en absoluto de ese gran tesoro de toda gracia que el Señor nos trajo -porque "la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo"- nada nos es impartido sino a través de María, ya que Dios así lo quiere...".

De su participación en la Redención brota su mediación materna. Toda gracia que viene del Corazón de Cristo pasa por las manos de su Madre, no por necesidad de la naturaleza, sino por la voluntad divina que la asocia en el orden de la gracia.

El Papa San Pío X en Ad Diem Illum (2 de febrero de 1904) declaró:

“ … Ella se convirtió muy dignamente en la reparatrix del mundo perdido, y así en la dispensadora de todos los dones que fueron ganados para nosotros por la muerte y la sangre de Jesús... y ella es la ministra principal de la dispensación de la gracia".

Mis queridos hermanos y hermanas, este ataque a la doctrina mariana debe entenderse como parte de un desentrañamiento más amplio. El espíritu moderno busca una Iglesia que ya no ofenda, que ya no advierta, que ya no llame al pecado por su nombre. Quiere una Iglesia sin sacrificio, una Cruz sin sangre, un cielo sin conversión. Tal visión no es una renovación, es un reemplazo.

Muchos santos previeron una estructura falsa que imitaría a la verdadera Iglesia mientras la vaciaba desde adentro. Este mono de la Iglesia mantendría la forma externa (liturgia, jerarquía, lenguaje) pero la vaciaría de contenido sobrenatural. Cuando la Madre es silenciada, la Cruz pronto sigue; Cuando la gracia es reemplazada por la psicología, los sacramentos se convierten en símbolos y la fe se convierte en terapia.

Por eso el sueño de San Juan Bosco de los dos pilares resuena hoy con tanta urgencia. Vio la Barca de Pedro azotada por tormentas, asaltada por todos lados, hasta que quedó anclada entre dos grandes pilares que se elevaban desde el mar: la Eucaristía y la Santísima Virgen María. El intento actual de disminuir los títulos de María es un asalto a un pilar, y podemos estar seguros de que el otro pronto será atacado con más fiereza. Ya vemos confusión sobre la Presencia Real, indiferencia al sacrilegio e innovaciones que oscurecen la naturaleza sacrificial de la Misa.

Golpear a María es golpear a la Eucaristía, porque ambos están inseparablemente unidos en el misterio de la Encarnación. Ella le dio a Cristo Su Cuerpo; ese Cuerpo se convierte en nuestro Alimento Eterno. Negar su papel como Corredentora y Mediadora es cortar el signo visible del corazón maternal que lo dio.

Por lo tanto, debemos mantenernos firmes. No nos quedemos callados cuando la verdad está siendo desmantelada bajo el pretexto de la prudencia. Los fieles tienen el derecho y el deber de hablar el lenguaje de la fe transmitido por los santos. Llamar a María Corredentora y Mediadora de Todas las Gracias no es agregar a la revelación, sino honrar lo que la revelación ya contiene.

Que los sacerdotes, religiosos y laicos digan sus títulos con confianza y enseñen su significado. Que nuestros hogares, nuestros apostolados y nuestros dolores se consagren de nuevo a su Inmaculado Corazón. En tiempos en que los pastores vacilan y la confusión se extiende, Nuestra Señora sigue siendo el signo seguro de la ortodoxia, el espejo de la Iglesia, el que aplasta la cabeza de la serpiente. A ella le confiamos la renovación de la fe, la purificación del clero y el triunfo de su Inmaculado Corazón prometido en Fátima.

Es profundamente lamentable que el documento del Cardenal Fernández pretenda suprimir los venerables títulos de Corredentora y Mediadora con el argumento de que podrían confundir a los fieles. La confusión no surge de la verdad, sino de su ocultamiento. Generaciones de santos y fieles fueron iluminadas, no engañadas, por estos títulos.

No temamos decir la verdad:

María es la Madre de Dios.

María es Corredentora.

María es Mediadora de Todas las Gracias.

Estas verdades no glorifican a María aparte de Cristo, sino a Cristo a través de María, porque toda su grandeza fluye de Él y conduce de regreso a Él.

Que la Virgen Inmaculada interceda por la Iglesia en esta hora de prueba. Que nos obtenga el valor de decir la verdad en el amor, la pureza para vivirla y la perseverancia para defenderla hasta el final.

Con afecto paternal en Cristo,

Obispo Joseph E. Strickland

Obispo Emérito