por Tony Velázquez Ruiz
Georg Gänswein, secretario particular del Papa Benedetto XVI y Prefecto de la Casa Pontificia dijo unas palabras al inicio de la presentación del libro de Piergiorgio Odifreddi, titulado “In cammino alla ricerca della Verità. Lettere e colloqui con Benedetto XVI” (Rizzoli, 2022). Traducido al español sería: “En camino a la búsqueda de la Verdad. Cartas y Coloquios con Benedicto XVI”. Cabe destacar, que Piergiorgio Odifreddi es un matemático ateo.
El encuentro se celebró en la Universidad LUMSA, con presencias del rector de la misma, y del jesuita Lombardi, viejo vocero del antipapa Bergoglio, de infeliz memoria.
Georg Ganswein, vestido a la moderna y con un italiano poco fluido, ya que su idioma natal es el teutón, afirma que rezó vísperas con Benedicto XVI, a quien tildó de Papa, agregando que así lo hace todo sacerdote católico.
¿Alude Georg a los sacerdotes que hasta hace poco tildó de locos?
Que me perdone Georg y su atuendo, pero no estamos acostumbrados a ver sacerdotes católicos con su breviario, y mucho menos rezando las vísperas. No sé si algunos saben de qué se trata. Los únicos que rezan Vísperas son los que tildó de “locos”. Es indudable que Georg vive en su burbuja vaticana.
Relata Georg que le comentó a Benedicto XVI el evento y éste le respondió:
– No hagas un saludo oficial, salúdalos personalmente en mi nombre y diles a todos: “No he merecido esta ilustre lista de presentadores”.
Como es de suponer, ninguno de los presentadores es “ilustre”, son académicos de cuarta categoría o de otras yerbas, por lo que Georg replica:
– Santo Padre, si digo esto no me creerán, pero obedeceré.
– O crees o no crees –continuó Benedicto–. Si no crees lee, ya sea Jeremías o Isaías. No diré en qué versículo ni en qué capítulo, pero ahí está la respuesta.
Realmente un pensamiento encriptado hasta la médula.
Andrea Cionci, experto en des-encriptar afirma que no tiene ningún sentido afirmar que “terminó de rezar las Vísperas con el Papa Benedicto XVI, como hacen todos los sacerdotes católicos”; a menos que todos los sacerdotes católicos consideren al Papa Benedicto XVI como el verdadero y único Romano Pontífice, ya que todos los sacerdotes deben orar en comunión con el Vicario de Cristo, no con un papa emérito.
Luego pasa a descifrar el saludo a las “personas ilustres”. Para él, esto es un disparate, ya que son de muy mala reputación moral o académica; como asimismo algunos son personas que han insultado al Papa Benedicto XVI en el pasado.
Y sigue Cionci. El Arzobispo objeta que nadie le creerá si comunica tal mensaje. Es decir, nadie que esté siguiendo de cerca los asuntos del Vaticano.
Por último, viene su alusión más oscura, hablando de Jeremías o Isaías, y que allí se “encuentra la respuesta”, donde Cionci la ve en este pasaje de Jeremías, capítulo 36,5 y 6:
«Y mandó Jeremías a Baruc, diciendo: «Yo estoy custodiado (φυλασσομαι); no podré, no, entrar en casa del Señor. Y leerás en este papiro a los oídos del pueblo en casa del Señor, en día de ayuno; y les leerás en los oídos de todo Judá de los que vienen de su ciudad.»
Tal como lo explaya el Hno. Bugnolo, es un paralelismo idéntico entre Gänswein y Baruc, su secretario; entre Jeremías y Benedicto.
Y como dijo el Papa auténtico:
«O crees o no crees».
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