Hoy
es muy usual confundir las cosas. Es el relativismo contemporáneo,
con su lógica del todo vale para simplificar las cosas, para
anestesiar las incomodidades, para sumar y nunca restar; es la
cuaresma de todos y de la forma más accesible y menos molesta
posible.
LA
ERA DE LA ASPIRINA. – Ortega
y Gasset calificó al siglo XX como el siglo de la aspirina,
pues igual que muchos de los modernistas, creen que el hombre cambia
de acuerdo a los medios que utiliza. Por ello se dio el nombre de
edad de piedra, o edad de bronce a ciertas períodos de tiempo, pues
deducen que el medio usado configura un tipo de sociedad. Al
modernismo le tocó la edad de la imprenta, la pólvora y la brújula.
Por su parte, Ortega y Gasset suscribe al siglo XX en el invento de
la aspirina,
entre otras cosas, junto a los ferrocarriles y telégrafos.
LA
CUARESMA DE LA ASPIRINA. – Si muchos católicos querían hacer
las paces con el mundo del Siglo XX, era necesario que en la cuaresma
entrara la aspirina. Mientras Jesucristo, su fundador eludió
beber la mezcla de vino con mirra, muchos modernos católicos
occidentales eluden deliberadamente el rigor de la cuaresma. Los
hechos, que siempre hablan y nunca mienten, nos dicen que la reforma
litúrgica posterior al Vaticano II, se propició la aspirina
en la cuaresma, o.. ¿fue la anestesia?
Acontece
que es una tendencia humana, mitigar los rigores y buscar las
comodidades, por eso muchos de nosotros adscribimos en alguna época
de nuestra vida, a la cuaresma de la aspirina.
CUANDO
LA CUARESMA ERA CUARESMA. – Mario Righetti dice al hacer la
historia del ayuno en cuaresma:
Como
en estos países, y Milán se contaba entre éstos en Occidente el
sábado no era considerado día de ayuno, así muchos deseaban
compensar los seis sábados de la Cuaresma añadiendo una séptima
semana. Después, en algunos lugares en que durante la Cuaresma no se
ayunaba ni el sábado ni el jueves, o bien se consideraba la Semana
Santa fuera de la cuarentena, eran dos o tres las semanas a
compensar; de aquí todavía una Sexagésima y una Septuagésima.
Como
se puede deducir, tradicionalmente solo existían tres días donde no
existía el ayuno: jueves, sábado y domingo; por consiguiente, los
más celosos, agregaron más semanas para ayunar y que de este modo,
los sorprendiese la pascua habiendo ayunado cuarenta días. ¡Qué
tiempos aquellos! ¿Fruto del obscurantismo y la barbarie? De aquí
se desprende el nombre de cuaresma, cuya raíz indica cuarenta días
de ayuno.
ESA
CRUZ INSOPORTABLE. – Recuerdo, que anterior al Vaticano II,
y yendo más atrás, cuando se hacía un ayuno para comulgar, hoy
tildado por el neomoderno Obispo de Roma como cruz insoportable,
se ayunaba en los viernes de cuaresma, en las cuatro témporas
y en algunas vigilias.
EL
AYUNO MARICÓN. – Tal
como corrían esos tiempos, si alguno hubiese dicho que el ayuno
eucarístico era una cruz insoportable no faltaría quien lo
hubiera calificado de maricón 1.
Pero hoy estamos en la era plena de la aspirina y con su
efecto se consiguió que las tres semanas anteriores de cuaresma,
fuesen solamente un tiempo ordinario y que solo se ayunase
obligatoriamente el miércoles de ceniza y el viernes santo. ¡Qué
gran invento para la humanidad, ha sido la aspirina! Pensar
que este producto del sauce blanco lo teníamos siempre a mano, y una
tradición atrasada nunca lo usó.
EL
SILENCIOSO AYUNO SECULAR. – Pero si para el católico
neomoderno, la aspirina puede ser la mordaza de su conciencia,
observamos algo muy distinto en el hombre contemporáneo. ¿Cuántos
profesionales se ajustan a un régimen estricto de comidas por la
actividad física que deben desarrollar? ¿Cuántos se someten a un
fuerte sistema de selección de alimentos para solucionar problemas
con su cuerpo? ¿Cuántos se someten a un ayuno obligatorio, pues no
tienen los medios para comer lo necesario? Si por el cuerpo y ciertas
circunstancias los hombres de nuestro siglo se someten a regímenes y
duros ayunos; los que pregonan la regeneración del alma, y pretenden
moldearla con el ayuno, ¡toman la aspirina! ¿A quién se
pretende convencer con este tipo de actitudes? ¿Qué clase de fe es
la que substanciamos con este tipo de cuaresma, donde para colmo
decimos: Conviértete y cree en el Evangelio?
EL
CRISTIANO, UN ATLETA ESPIRITUAL. – En el domingo de
Septuagésima del rito romano extraordinario, la epístola de
San Pablo hablaba del atleta que corre en el estadio y del luchador
del circo:
¿No
saben que los que corren en el estadio, si bien todos corren, uno
solo se lleva el premio? Corran, pues, hermanos míos, de tal manera
que lo ganen.
Ello es que todos los que han
de luchar en la palestra, guardan en todo una exacta continencia; y
no es sino para alcanzar una corona perecedera; al paso que nosotros
la esperamos eterna. 2
LA
FUENTE DE LA FE. – Es la Fe, una fuente de procesiones, que
marcan una actividad permanente, un competir constante con la carne,
una guerra total contra Lucifer y sus seguidores de este mundo, por
eso: carpe diem.
LA
PURIFICACIÓN. – En Cuaresma
se propone una purificación, ya sea del católico en particular o de
la iglesia en general, tal como lo expresa la oración colecta del
Domingo I de cuaresma, en el rito tridentino:
Oh
Dios, que purificas tu Iglesia por la observancia anual de la
Cuaresma: concede a tu familia cristiana que lo que por la
abstinencia desea obtener de Ti, lo consiga con las buenas obras.
EN
LA LITURGIA MUTANTE. – Esta
oración contrasta con la indefinida del Novus Ordo:
Padre
Justo, concédenos por nuestra conversión cuaresmal conocer más y
más a Jesucristo y servirlo fielmente.
O
con esta actualización, pues como esta liturgia es un mutante, algo
debe variar:
Dios
todopoderoso, concédenos que por la práctica anual de la Cuaresma,
progresemos en el conocimiento del misterio de Cristo y vivamos en
conformidad con él.
Lo
curioso es que desde el Miércoles de Ceniza hasta este domingo, no
se hable de purificación en la liturgia mutante. ¿Ilógico? En
absoluto, si se enseña comulgar en pecado grave, ¿a qué viene esta
purificación? Como vemos, todo el edificio mutante cierra su
estructura a la perfección, dándonos de este modo otra cuaresma,
esa que vemos en el segundo grabado, la cuaresma del abstracto crecer
en el amor.
LA
CUARESMA PSICOLÓGICA. – Destaco
el término crecer,
pues es el que utiliza la psicología moderna, donde el ser humano
siempre debe crecer.
Crecimiento, sin autocrítica ni purificación y mucho menos
penitencia, pues no existe culpa, ya que todo tiene una explicación
en el subconsciente, que es el ídolo a quien se adora.
LA
CUARESMA DE SIEMPRE. – Dice
la antífona de Tertia del Divinum Officium en la
primera semana de cuaresma:
Advenerunt
nobis * dies pœnitentiæ ad redimenda peccata, ad salvandas animas.
Traduciendo:
Nos
han llegado * los días de penitencia, para redimir los pecados y
salvar las almas.
El
ayuno está ligado a la confesión, de acuerdo con la tradición, tal
como lo leemos en el Pastor de Hermas:
Este
ayuno,...si se guardan los mandamientos del Señor, es bueno. Esta
es, pues, la manera en que has de guardar este ayuno. Ante todo,
guárdate de toda mala palabra y de todo mal deseo, y purifica tu
corazón de todas las vanidades de este mundo. Si guardas estas
cosas, este ayuno será perfecto para ti.
3
LA
CUARESMA TRADICIONAL. – El viejo grabado que ilustra este
comentario, expone sintéticamente el contenido de la vivencia
cuaresmal antes del ingreso en la era de la aspirina. Todo
nace de la oración, pero la oración requiere el ayuno, como lo
afirma el Pseudo-Crisóstomo:
Como
la oración es fuerte cuando se hace con un espíritu humilde y con
un corazón contrito, y como no puede decirse que el que disfruta de
las delicias de esta vida tenga un corazón humilde y un corazón
contrito – bien sabido es que la oración sin el ayuno es flaca y
enferma – por lo tanto, todos aquellos que han querido rogar por
alguna necesidad, han juntado siempre el ayuno con la oración,
porque el ayuno es el apoyo de la oración. 4
AYUNO
Y LIMOSNA. – A su vez el ayuno está ligado a la limosna, pues
aquello que no se come, se distribuye a los pobres, como lo enseña
el Pastor de Hermas:
Y
así harás. Habiendo cumplido lo que está escrito, en el día en
que ayunes no probarás sino pan y agua; y contarás el importe de lo
que habrías gastado en la comida aquel día, y lo darás a una viuda
o a un huérfano, o a uno que tenga necesidad, y así pondrás en
humildad tu alma, para que el que ha recibido de tu humildad pueda
satisfacer su propia alma, y pueda orar por ti al Señor. Así pues,
si cumples así tu ayuno, según te ha mandado, tu sacrificio será
aceptable a la vista de Dios, y este ayuno será registrado; y el
servicio realizado así es hermoso y gozoso y aceptable al Señor.
Estas cosas observarás, tú y tus hijos y toda tu casa; y,
observándolas, serás bendecido; sí, y todos los que lo oigan y lo
vean serán bendecidos, y todas las cosas que pidan al Señor las
recibirán." 5
Muchas
son las formas del ayuno, si el Pastor de Hermas, escrito del Siglo
II, plantea un ayuno a pan y agua; el Catecismo de Pío X sintetiza
la práctica tradicional de este modo:
El
ayuno consiste en no hacer más que una sola comida fuerte al día,
permitiéndose la colación por la noche y la parvedad por la
mañana... 6
Es
así, no existe el ayuno sin la limosna, ambas cosas deben ir unidas.
El Pseudo-Crisóstomo al comentar el pasaje del Evangelio de San
Mateo 7,
aquel que se leía en la Misa de Rito Gregoriano durante el miércoles
de ceniza, dice:
Aquí,
en primer lugar, da consejo para que se haga limosna; en segundo
lugar manifiesta cuál sea la utilidad de la limosna; y en tercero,
exhorta a que el temor de la pobreza que pueda sobrevenir, no impida
a la voluntad dar limosna. 8
AYUNO
Y ABSTINENCIA. – Por su parte, todo ayuno implica una
abstinencia, si se ayuna de algo debemos abstenernos. En este caso,
la tradición pide la abstinencia de carne, y derivados de su
procesamiento.
LA
FLAGELLATIO. – ¿Qué puede ser la
flagellatio para un católico, sino su unidad mística con la
pasión de Cristo?
LOS
MÉDICOS DE LA CAJA DE PANDORA. – Siguiendo el grabado antiguo,
sobre la cuaresma, nos encontramos con la cuarta acción:
Flagellatio, es decir
flagelación, penitencia estricta. Esta actitud en la era de la
aspirina es inconcebible, más aún existiendo la anestesia.
La sola mención de la palabra irrita al hombre contemporáneo, ya
sea para la risa, como para internar al que lo piense. Estamos en la
era, donde el hombre actual se confiesa cliente de un psiquiatra,
quien no puede devolver la paz a nadie, ni puede limpiar el alma;
pero hace fortuna tratando de abrir la caja de Pandora oculta en el
subconsciente, de aquellos que son conscientes que han perdido su
paz. Para estos gnósticos, la flagellatio, no es sino una
enfermedad del subconsciente, llamada masoquismo. Por lo tanto
opinaré, tal vez como un posible masoquista y me pregunto si era
masoquista quien escribió esto:
...el
ímpetu de las cosas adversas no subvierte el ánimo del varón
fuerte: éste permanece en su estado y todo cuanto sucede lo tiñe
con su propio color, pues es más poderoso que todas las realidades
externas.
Y
no digo que no las siente, sino que las supera. Calmo y tranquilo,
enfrenta sus embates. Todas las adversidades son para él
ejercitaciones. ¿Qué hombre verdadero y ansioso de la virtud no
desea, por otra parte, los trabajos propios del justo y no está
dispuesto a cumplir sus deberes exponiéndose al peligro? 9
O
cuando escribía:
La
prosperidad llega también a la plebe y a los temperamentos vulgares,
pero someter al yugo las calamidades y terrores de los mortales es
propio de un hombre grande. En cambio, ser siempre feliz y pasar por
la vida sin ninguna punzada en el alma, equivale a ignorar la mitad
de la naturaleza. 10
Si
para este estoico pagano del Siglo I era la adversidad un ejercicio
para la virtud, ¿qué puede ser la flagellatio para un
católico, sino su unidad mística con la pasión de Cristo?
SÉNECA
Y SAN PABLO. – Y qué comparación podía encontrar este
estoico que no logró entender el cristianismo, sino la misma que usó
San Pablo:
Vemos
que los atletas que se preocupan por su fuerza luchan con los más
fuertes rivales y exigen a quienes los preparan para el certamen que
empleen todas sus fuerzas contra ellos; toleran que se los golpee y
maltrate y si no encuentran contendientes parejos se enfrentan con
varios al mismo tiempo. 11
LA
FLAGELLATIO COMO COMBATE. – Además, la
flagellatio significa un entrenamiento del alma en el dolor
del cuerpo, para vencer todo aquello que la enfrenta. De este modo,
cuando llegue la tentación, el alma con la ayuda de la Gracia, pueda
aplicar también la expresión de Séneca:
Se
marchita la virtud sin adversario. Sólo se ve cuan grande es y
cuánto vale, cuando demuestra qué es lo que puede sobrellevar.
Sábete que esto mismo es lo que los hombres buenos deben hacer: no
temer las cosas duras y difíciles, no quejarse del destino, tomar
cuanto sucede como un bien y dirigirlo hacia el bien. No interesa lo
que sobrellevas, sino cómo lo sobrellevas. 12
LA
CUARESMA RELATIVA. – No
se debe confundir una relación entre ayuno, abstinencia, limosna y
flagellatio con una igualdad esencial que las unifique o
reemplace.
Hoy
es muy usual confundir las cosas. Es el relativismo moderno y
neomoderno, con su lógica del todo vale, para simplificar las cosas,
para anestesiar las incomodidades, para sumar y nunca restar; es la
cuaresma de todos y de la forma más accesible y menos molesta
posible. En este relativismo, el ayuno puede ser flagellatio,
o una flagellatio puede pasar por abstinencia, o una limosna
puede comprar un ayuno. Para romper esta trampa del demonio, es
necesario comprender que tanto ayuno y abstinencia, como lismona y
flagellatio son cuatro esencias distintas, donde cada una
muestra su propia procesión. No se debe confundir una relación
entre ayuno, abstinencia, limosna y flagellatio con una
igualdad esencial que las unifique o reemplace entre sí. Quien no
ayuna, no ayuna y no corresponde dar limosna para acallar la
conciencia. Quien hace flagellatio, hace penitencia, pero si
no ayuna, no ayuna y analice si lo hace por una necesidad muy
atendible o por simple aspirina.
LA
FE DE LA ASPIRINA. – Haciendo un examen, hoy nos podemos
encontrar con una fe afecta a la aspirina en los tiempos de
esta novedosa cuaresma, y como el evangelio que se leía
antiguamente, en la destruida tradición del Domingo de Quincuagésima
13,
luego del anuncio de la muerte y resurrección de Jesucristo, el
neomoderno, como los apóstoles, no entiende nada. También sucede,
muchas veces, que nosotros mismos no entendemos nada, pues hombres
somos, y al barro volveremos; esto hace que nos reconozcamos ciegos,
y deseemos alcanzar un poco más de Luz, y así como el ciego del
evangelio gritemos:
¡Jesús
, hijo de David, ten misericordia de mí!
14
Entonces,
ante la pregunta de Jesucristo, para lo que desearía que nos
hiciera, respondamos:
Señor,
que te vea.15
1En
el lenguaje porteño, afeminado, incapaz de todo esfuerzo.
2I
Corintios 9,24 y 25.
3Pastor
de Hermas. Parábola V, III [56].
4Pseudo-Crisóstomo.
Opus imperfectum in Matthaeum, hom. 15.
5Pastor
de Hermas. Parábola V, III [56].
6Catecismo
de Pío X, Art. 496.
7Cfr.
San Mateo 6,16-21.
8Pseudo-Crisóstomo.
Opus imperfectum in Matthaeum, hom. 15.
9Séneca.
La Providencia, II, 1 y 2.
10Séneca.
La Providencia, IV. 1.
11Séneca.
La Providencia, II. 3.
12Séneca.
La Providencia, II. 4.
13Cfr.
San Lucas 18,31-43.
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