por Tony Velázquez Ruiz
En más de una ocasión, a través de estos artículos, el editor, afirmó que vivíamos dentro de una Revolución Vaticana, cuyo golpe se produjo en 2013 por manos de los cardenales de la Mafia de San Galo, obligando a Benedicto XVI a una supuesta renuncia, para abrir paso al gran impostor Bergoglio, alias Paco I.
Cuando se empuña el arma de la obediencia debida, no se requieren otros elementos para imponerse, tan solo con un mínimo de astucia, se imponen con regularidad, las decisiones revolucionarias.
Para todo esto se necesitaban dos concepciones, una autoridad dictatorial en quien se presentaba como Papa, y una liberalidad extrema en la base para implantar los cambios que desesperadamente se buscaban.
“La cabra tira al monte”, y por consiguiente el homosexual “tira a la cama”. El penado Zanchetta, afirmó que había estado en la cama con Bergoglio, lo cual no deja de ser una confesión de parte, cualquiera sea la circunstancia en la que se diga. Paco I es homosexual, y tira a “la cama” dentro del Vaticano. ¿Quién puede negar que esto no sea revolucionario? Por eso va una alerta:
¡Sálvese quien pueda!
Lo más espectacular para Paco I, fue el bochorno pasado por intervenir políticamente con todos los idiotas útiles que los siguen. Así lo vimos en las últimas elecciones argentinas, desesperado por el candidato peronista, (si es que esta “Massa” metamorfoseada, es peronista, pues hasta el presente no queda claro lo que es; tan solo se sabe que es un mentiroso patógeno.)
La iglesia argentina, pasó a ser en la actualidad un partido político, gracias a Paco I. De este modo salió para hacer campaña por su candidato peronista, desde la peregrinación a pie a Luján hasta los mismos dichos del Gran Paco I.
¡Qué decepción!
El partido de Paco I, aliado al peronismo fue arrasado en elecciones abiertas por el flautista de Hamelin. De este modo hemos podido comprobar cual es el poder político de una iglesia llena de idiotas útiles, un poder que raya en la nada.
¡Cuál no sería la rabieta de Paco al enterarse de los resultados adversos!
—¡Me traicionaron! Mis propios obispos me traicionaron. Ya van a ver ahora, van a rodar cabezas. Lo van a lamentar...
Es que la misericordia de Paco impide olvidar. Es una parresia en rabieta cíclica.
Dicen los conspiradores, que Paco I es masón. Pero en las elecciones el partido eclesial jugó fuera de la masonería, o si se quiere como una parte de ella. En esto sigo las declaraciones del jefe de la Logia de Buenos Aires, quien afirmó que le daba lo mismo quien ganaba, pues tenía afiliados masones dentro de ambos bandos. La masonería, se infiltra y pone su gente en todas las instituciones, sin faltar una. No así Paco I que jugó de un solo lado, seguro que sus obispos harían el trabajo de obediencia partidaria por el candidato del peronismo.
Decía San Juan Bosco que su política era el «Padre nuestro que estás en los cielos...» La política de Paco I en Argentina es «Massa nuestro que vas a La Rosada...»
Y así les va a este partido político de obispos y curas villeros.
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