Calesita

viernes, 28 de diciembre de 2018

Fracaso revolucionario

Marco Tosatti en Stilum Curiæ, trae comentarios de quien firma como “Super ex”. En una de sus reflexiones acerca del discurso de Bergoglio, sobre la curia romana, se inicia afirmando:
Curiosamente, no ha insultado ni maltratado a nadie, como sucedió en ediciones anteriores.
Esto es ya un gran avance sobre la vípera y doble lengua bergogliana. Como lo afirma “Super ex”, atacó los pedófilos de este clericalismo, pero ni una palabra sobre los pederastas y mucho menos sobre los amancebados. Nada. Esto para el planteo de la teología peronista, no existe. 
¿Cuál es la causa?
Para “Super ex” el peronista Bergoglio aplica la estrategia de Lenin, quién buscó firmar una paz con los enemigos de Rusia, para iniciar la guerra civil dentro de su territorio, contra los zaristas, mencheviques, burgueses y el resto de los creyentes.
Esto lo ve desde 2013 cuando firma la paz con los intelectuales anticatólicos. Sin embargo, el tratado de paz, y es necesario decirlo, es mucho más amplio. Bergoglio firmó la paz con los enemigos que hacen de la carne, o como dice San Pablo, hacen su dios de lo que se encuentra bajo el vientre. Lo da el hecho que su vípera lengua calle los pederastas y amancebados, los cuales de acuerdo a las apreciaciones, llegan a un 30 por ciento del clericalismo en cuestión. Como se aprecia, no son pocos sino muchos.
No hablemos de la paz con el demonio, pues el pobre hombre requiere urgentemente de un exorcismo.
De este modo, el espectro pacífico se amplia enormemente, lo cual produjo el fenómeno del que venimos hablando, la Iglesia neutral. Otros lo llamaron el irenismo, el cual se origina de Irene (Ἐιρήνη), la diosa griega de la paz.
Pero esta iglesia neutral, esta iglesia de la diosa Irene, tiene enemigos, son los que militan en el catolicismo ortodoxo, son los que militan en la doctrina de Juan Pablo II hasta Pío X, son los que practican la liturgia tridentina.
Sin embargo, a pesar de su visión reducida, “Super ex” hace un valioso aporte:
...hoy Bergoglio lamenta el caos y la confusión en la iglesia, escribe que está "golpeada por tormentas y huracanes" y esto significa que está perdiendo, que la normalización no ha sobrevenido.
También en este caso, Bergoglio imita a Lenin: no existe una autocrítica, ni siquiera mínima, sino la acusación contra predecesores y contemporáneos que no están en línea con él, inventando y señalando a nuevos "enemigos", nuevos traidores. Las revoluciones siempre necesitan enemigos, Judas, heterodoxos para señalar ... porque si todo no va bien, como se prometió, ¡alguien debe ser culpable!
Si la nueva Iglesia no despega, si el efecto Bergoglio es ahora un recuerdo lejano, se debe buscar al chivo expiatorio, a costa de parecer ridículo al identificar a un monseñor honesto (Viganò) que habló ¡con el mismo diablo!
Como vemos, también “Super ex” olfatea el demonio en la piel de Bergoglio. Sí, yo no soy el único.
Y sobretodo, a los dichos de Bergoglio ya nadie hace caso. Como dice “Super ex”, sus palabras caen en el vacío. Nosotros mismo dejamos de comentar sus tonterías, lo hacemos por hastío. Bergoglio cansa, satura y se repite en forma alarmante. Todos probaron su amarga sopa de modernidad, y nadie la quiere tomar, es un plato que nadie pide en el restaurant. Lo dice el hecho del vacío de la Plaza San Pedro en estas navidades. Su figura está acabada. Y termina “Super ex” con otro valioso aporte:
La paz con el mundo está hecha, pero no se ganó la guerra civil. Sobre todo, gracias a la oposición de los laicos, decisiva y determinante.
Bergoglio doblegó al clericalismo, del cual es su torpe cabeza, pero no puede doblegar al laicado. Él lo sabe, y sabe que su guerra civil, está perdida. Y concluye Tosatti con una exclamación:
Che rabbia!
Expresión que traduciré en el lenguaje ordinario del porteño, o sea, el habitante de Buenos Aires:
¡Pero qué bronca!

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