Calesita

viernes, 3 de mayo de 2019

Episcopado con ataque de esquizofrenia

El último capricho y berrinche de Bergoglio, es subir al difunto obispo Angelelli a los altares. Cuando este porteño peronista se decide por una cosa, nada ni nadie lo hace retroceder.
Nada pudo contra este disparate, la investigación sensata y seria.
Nada pudo contra este disparate, la falta de pruebas que admitan estos martirios.
Nada pudo contra este disparate, el pedido de muchos católicos para que abandone este dislate.
La única respuesta a todas la voces que se interpusieron, es capricho y berrinche, o si lo prefieren, berrinche y capricho. No existe otra respuesta.
La iglesia soy yo, – se dice Bergoglio para sus adentros – y hago lo que se me ocurre.
Y para que Colombo, Ojea y su pandilla, no digan que soy un oligarca que ve con malos ojos esta acción que afecta mis intereses, les respondo a este superestrato de obispos esquizofrénicos:
Tuve dos sacerdotes que fueron mis buenos amigos, quienes en la era del 70 fueron muertos por la represión de esos tristísismos años; pero ni por asomo se me ocurrió en algún momento, pensar que eran mártires. Cada uno murió en lo suyo. Se hicieron un camino, peligroso y controvertido, caminaron por él y murieron cada uno en lo suyo. No pienso levantar una bandera por cada uno de ellos, allá ellos con la misericordia divina.
Este estrato nefasto de obispos, no sintió el zumbido de las balas en los años 70, como lo sentí yo; no respiraron la atmósfera de los años 70, como la respiré yo. Estos son los que ahora nos dicen, no solo políticamente, sino religiosamente, como se termina esta historia.
Política y catolicismo, son dos polos que pueden congeniar o excluirse. Mientras en una época se buscaba colocar la política al servicio de la catolicidad. Hoy esto se ha invertido, a tal punto que podemos decir que la religión se ha atado al carro inútil de la política.
¿Qué saben estos obispos de Historia? ¿Qué saben quien es santo? El único que santifica es el Padre eterno, y ni Colombo, ni Ojea, ni Bergoglio se le parecen.
¿Se imaginan un paraíso montado por Colombo, Ojea, y Bergoglio? Esto es lo que quieren hacer, después de todo, se creen los dioses eternos.
Sabíamos que el episcopado argentino es uno de los peores del mundo, ¿pero dónde radica su incapacidad?
Aquí no estamos ante un problema teológico, tampoco estamos ante una presión de cierto grupo de católicos que intentan imponer un personaje, nada de eso, estamos ante la versión más cruda y cruel de un clericalismo en todo su esplendor, bien al estilo jesuita, que se ha alejado tanto de la realidad que solo respira su propio mundo.
El episcopado argentino, entendiendo siempre los inútiles que lo encabezan, está metido en un agudo ataque de esquizofrenia. Los supuestos mártires riojanos, son la puebla palpable y contundente que su ideología radica en su total alejamiento con la realidad.
Estos son los obispos que afirman que no se deben difundir manifestaciones marianas, porque en ellas la gente pierde la Fe. Y yo les pregunto: 
¿Quién puede creer en estos martirios sin perder la Fe?
***
Hoy, viernes 3 de mayo, sabemos con precisión en qué consistió esa "multitud" que según AICA asistió a este desatino. Esperaban cien mil personas, solo asistieron doce mil, en su mayoría ajenos a la provincia de La Rioja. ¡Cuánta multitud!, cuando para la beatificación del cura Brochero se superaron los cien mil.
Tampoco podemos cargar esto sobre todos los obispos argentinos, cuando solo asistieron a la ceremonia el 25 % de ellos, en fin, otra "multitud".
Es el porcentaje de obispos argentinos presentes, que no son buenos, tampoco son malos, simplemente son esquizofrénicos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario