Calesita

lunes, 30 de enero de 2023

Fumata revolucionaria

por Tony Velázquez Ruiz

El día 30 de enero, a menos de un mes de la eutanasia para con Benedicto XVI, la Revolución Vaticana de Paco I, obtuvo un brillante resultado.

Vanos resultaron los esfuerzos de Fray Bugnolo en llamar a una asamblea electiva para el sucesor del Papa Ratzinguer, alias “el abuelo”. Dejo las palabras del mismo Fray:

«Aquellos que estaban en contra de que los católicos eligieran un sucesor de San Pedro prevalecieron para convencer a muchos de que no fueran a votar,...»

Como primera medida, los seguidores del revolucionario Paco I, intimidaron para que no hubiese quorum. En segunda instancia nos dice Bugnolo:

«Unánime por Jorge Mario Bergoglio, como sucesor de San Pedro y sucesor del Papa Benedicto XVI.»

¿Pero qué te pasa Bugnolo? ¿No era que solo podían ser candidatos los católicos? Por otro lado, ¿eran católicos los que ingresaron a la asamblea?

Sin lugar a dudas, la asamblea electiva fue copada por las fuerzas revolucionarias, y no solo esto, por lo que se ve, le dieron un mandato al mismo Fray Alexis:

«El electorado presente quiere que el mundo sepa que ha elegido el único resultado que podría ser universalmente aceptado y que es volver a poner el orden canónico de la Iglesia en armonía con la voluntad de Cristo.»

¡Pero esto es cómico! ¿Ahora Cristo quiere protestantes e idólatras al frente de su Iglesia para implantar un orden canónico?

¡No me tomen el pelo! Los católicos de Roma, son tan inútiles como sus mismos cardenales. O tal vez, Roma ya es la capital del anticristo.

¿Cuántos miembros componían esta asamblea? Se habla de cinco personas, pues no se dan noticias al respecto. ¿Y esto es una asamblea electiva papal? Esto es una afrenta al catolicismo. ¡Qué pocas luces la del "moderator"! Lo mínimo era aplazar el día y pasar a cuarto intermedio. Muchas leyes y nada de luces políticas. Un fiasco.

Luego de los funerales del “abuelo”, los leguleyos no supieron dar solución al problema papal. Como afirmaba Belloc, no es conveniente otorgarles poder a los abogados.

Todos estos acontecimientos, constituyen sin lugar a dudas, un gran triunfo de la masonería eclesiástica, y una enorme deshonra para los católicos de Roma. La catolicidad occidental, no está preparada para enfrentar las mafias eclesiásticas, que las devoran de un bocado.

Los leguleyos cayeron en su propia trampa. Esto no se resuelve esgrimiendo leyes o cánones. Esto se resuelve expulsando las mafias, tanto la lavanda, como la masónica. La sucesión papal, delante los ojos divinos, es en este momento un problema menor.

Resultado, seguimos en sede vacante.

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domingo, 29 de enero de 2023

Condiciones jurídicamente válidas para una elección papal por Derecho Apostólico

por Fray Alexis Bugnolo

Como se desprende de la historia de la Iglesia Romana, son patentes las condiciones para una elección jurídicamente válida del Romano Pontífice según el ordenamiento apostólico de San Pedro, por el cual toda la Iglesia participa en la elección de su próximo Obispo:

1. Que la Sede Apostólica esté legítimamente vacante;

2. Que los electores sean miembros de la Iglesia Romana;

3. Que todos los electores serán invitados por aviso público;

4. Que los electores se reúnen en asamblea pública;

5. Que los electores elijan a un hombre católico, mayor de edad, no casado y libre de censura eclesiástica.

Pero, ¿y si no vienen todos los miembros de la Iglesia Romana, o si no todos saben acerca de la elección?

Si el derecho dependiera de la participación, entonces sería un derecho de los individuos en lugar de toda la Iglesia. Y por consiguiente, ¿si algún miembro no estuviera presente, la elección sería inválida? Este criterio ni siquiera se acepta en los Cónclaves, porque allí, si un elector no llega, la elección sigue siendo válida.

Lo imposible nunca es un requisito de ninguna ley o derecho, y así también, si alguien no sabe de la elección, cuando hay 4 millones de electores, aunque se haya publicado en Radio y TV durante una semana, y en las redes sociales, en todo el mundo, su falta de conocimiento no invalida la elección.

Asimismo, si todo el clero de la ciudad eligió seguir a un antipapa —como ha sucedido muchas veces en el pasado— o caer en la apostasía o la herejía —como lo hicieron partes del clero romano en el pasado, durante las crisis arriana y novaciana—, no obstante eso no invalida la elección.

En marzo de 251 d.C., el Papa Cornelio I fue elegido por menos de 200 clérigos y unos pocos cientos de laicos. Pero nadie discute la validez de esa elección. En los tiempos modernos de apostasía, herejía y completo control narrativo de los Medios de Comunicación Masiva, sería ridículo y diabólico argumentar que sin que los los Medios de Comunicación Masiva lo publicitaran, la invitación sería inválida, ya que eso equivaldría a pedir la aprobación de las élites gobernantes.

No, la Iglesia de Roma está por institución divina y apostólica totalmente libre de tales restricciones.

Ella tiene este derecho especial, porque Jesús ha decidido atenerse a Su decisión sobre quién es Su obispo, y orar por ese hombre como Su Vicario en la Tierra. Este es un privilegio asombroso y, sin embargo, es el fundamento de la unidad de toda la Iglesia. Cuidado con aquellos que han comenzado a fingir en los últimos días que los católicos nunca creyeron en estas cosas.

Así que mañana, cuando los católicos de la Iglesia Romana se reúnan, estarán haciendo algo que no se ha hecho en casi 1000 años, debido a la extrema necesidad de la apostasía de facto del Colegio Cardenalicio en su deber de prever la elección del próximo Papa.

En cuanto a los enloquecidos por su lívido descontento y las serpientes de la envidia y de los celos que se arremolinan en torno a sus corazones, y que dicen que el pueblo no puede elegir a su Obispo: están jugando a las trincheras, y caracterizando a los fieles de la Iglesia Romana como incrédulos o mera plebe.

Los fieles eligieron a San Ambrosio y San Agustín. Han elegido a todos los papas en los primeros 1000 años en Roma. Los que dicen lo contrario son unos mentirosos atroces.

En la antigüedad, estas elecciones tenían lugar en un día y en plazas, basílicas u otras áreas abiertas. El lugar no es importante. Pero que se encontraran era importante.

Finalmente, si otro(s) grupo(s) llama(n) a la elección del sucesor del Papa Benedicto XVI en otra fecha posterior, es claro que esa elección no será válida, porque no se puede elegir a nadie Obispo, una vez que ese cargo ha sido cubierto.

Los que ya tienen un “papa”, no quieren que los católicos de Roma tengan un verdadero Papa. Esto es parte de la diabólica lógica masónica de los tiempos modernos, que dice que todos tienen derecho a algo, EXCEPTO los católicos.

Mañana se hará historia. Y agradezco a todos los que han contribuido al Fondo Electoral B16, que lo han hecho posible. Ustedes son los más fieles amigos de Jesucristo, y Él nunca los olvidará por esta obra enteramente de acuerdo con Sus más profundos deseos para Su Iglesia.

Mañana, los católicos de Roma recuperarán su Iglesia. Aquellos que rechacen su decisión, se separarán de Cristo Jesús de tal manera que no podrán salvarse, pues como declara el Papa Bonifacio VIII, en Unam Sanctam —documento frecuentemente citado incluso hace apenas unas décadas, pero recientemente olvidado— es imposible salvarse sin someterse al Romano Pontífice.

Fuente

 

domingo, 22 de enero de 2023

El inútil Colegio Cardenalicio

 

por Tony Velázquez Ruiz

Como era de suponer, los cardenales que posee la iglesia católica, cada día nos demuestran que están hechos para la inutilidad. Ahora admiten que la renuncia de Benedicto XVI era dudosa, pero ni siquiera se molestaron para aclararla. Su mejor epopeya fue sentar un hereje en la silla de Pedro, y de este modo forjaron sin escrúpulos un antipapa. Pareciera que solo están para producir olor de azufre. 

Muerto Benedicto XVI, en circunstancias que ninguno pide aclarar, ya que no existe autopsia de ningún tipo, debían llamar antes del 20 de enero a un cónclave. Por supuesto, es mucho trabajo para ellos. Primero admitir que son inútiles, luego aclarar la renuncia de Benedicto XVI, y en consecuencia llamar a Cónclave para extirpar el antipapa. ¡Es mucho trabajo unir la iglesia! Mejor que siga dividida, por la inercia que les impone su mediocridad y la convalidación de los escándalos de Paco I. Parece que les gusta que los llamemos masonería eclesiástica...

Escribe Fray Alexis Bugnolo en su blog:

«El Colegio Cardenalicio está ahora en grave violación de la Ley Papal sobre Cónclaves, al no haberse reunido antes del día 20, han perdido su derecho exclusivo de elegir válidamente al Sucesor del Papa Benedicto XVI en un cónclave.

(Universi Dominici Gregis, n. 37 y n. 76, 77)

»El derecho vuelve ahora mismo por Ordenanza Apostólica a los Fieles de la Iglesia Romana. »

Por este motivo Fray Alexis solicita ayuda para convocar cuatro millones de católicos en la ciudad de Roma.

Fuente

Para profundizar la cuestión, damos otro enlace.

La Sede Vacante, no le sirve a nadie. Es necesaria una cabeza para unir la grey católica. Paco I ha demostrado que es todo lo opuesto. Su olor a lobo lo delata. Busca dividir y enfrentar. Se requiere una cabeza que haga lo opuesto. 

Estamos hartos de globalismo, universalismo, ecologías, evoluciones litúrgicas y vueltas a la prehistoria con las distintas pachamamas. Alguien (que sea católico) debe tomar el timón de la Barca de Pedro.



domingo, 15 de enero de 2023

La nueva etapa de la Revolución Vaticana

por Tony Velázquez Ruiz

La Revolución Vaticana se había estancado. Ya se le pedía la renuncia a Paco I, pero algo lo retenía en su impulso revolucionario, era el abuelo Benedicto XVI, su catejón. ¿Quién moriría primero? ¿Paco o el abuelo?

Ya la reacción antipaquista, había tomado un sendero que señalaba como antipapa a Paco I. El libro de Cionci, El Código Ratzinger, vendió 15.000 ejemplares en Italia. Best seller para todos, excepto para los escasos habitantes de la Isla de Gilligan (llamada Isola di Patmos para los eruditos).

Paco debía decidirse de una vez por todas, o profundizaba su revolución o se iba. Para colmo, el abuelo no se moría nunca. Es entonces cuando Paco se puso la peluca de Robespierre y aceleró su muerte. Todo debía pasar inadvertido. Eligió el 31 de diciembre, cuando todos preparan la festichola de fin de año y cuando el carcelero Gänswein deambula por Alemania. Es que el abuelo “debe morir para que” la iglesia “pueda vivir” la revolución.

Todo resultó a la perfección. Sin autopsias molestas, pues el abuelo estaba lleno de achaques, y así Benedicto XVI se presentó al tribunal divino.

Llega el mes de enero. Los romanos dieron nombre a este mes, por ello está dedicado al dios Jano, quien poseía dos caras, tal como se la vemos a Gänswein.

El carcelero pasa al centro de la escena y dice que salen impresas sus memorias. Nada más que la Verdad (?). Quien se las imprime es la hija de Berlusconi. Con una maniobra de última instancia, el carcelero quiere atajar la venta del libro. Demasiado tarde. ¡Qué casualidad! Otra vez las dos caras. Con una ataja el libro, con la otra lo vende. Sin lugar a dudas, no conocía el plan secreto del Paco–Robespierre, quien lo hecha, y le da plazo hasta el primer día de febrero. ¡Lógico!, junto a Jano se debe ir Gänswein.

Muchos se preguntan, ¿por qué motivo Benedicto XVI no respondía las cartas que le enviaban? Ahora se lo tienen que preguntar al Jano-Gänswein, quien como carcelero, dice que guardará silencio. ¡Otra casualidad! Justo en el momento donde debería hablar, si es que alguien le cree.

Los funerales del Papa, conmocionaron demasiado y señalaron a Paco I como el gran mezquino. El dios Jano, con sus dos caras. La expuesta que habla las bondades del abuelo, y la oculta que se ve en la expresión de su rostro. El entierro del abuelo con las dos caras: ropaje de papa mientras vivía y ropaje de obispo en su defunción.

Con la muerte del abuelo, era necesario acallar los que podían hablar. Uno era su traductor, Giulio Colombi, quien poseía todos sus escritos y se dice que muere el día siguiente al Papa. Una gran casualidad. Mientras todos miran la salma, nadie mira a Colombi.

El Paco–Robespierre debía dar un golpe más. Estaba el escrito de Demos que le había revolcado el alma. La ocasión se presentó sola. El cardenal Pell, cuya cara era también la de Demos, se interna en Salvator Mundi, un hospital privado de Roma, para una operación de cadera, la cual se desarrolla sin complicaciones, pero ¡oh casualidad!, Pell fallece de un paro cardíaco en el mes del dios Jano. Nuevamente las dos caras, operación exitosa, y paro cardíaco. Esta es la causa por la cual Paco I no se interna, pues sabe que sale del nosocomio en un ataúd.

Todo a pedir de boca para Paco–Robespierre, quien ya sueña con la aceleración de su Revolución personal. Los delantales abren sus botellas de champaña por tan felices sucesos, sobre todo cuando más se habla de la prohibición tajante del rito tridentino. Tal como se lo puede leer en la Isla de Gilligan.

 

viernes, 6 de enero de 2023

Sede papal vacante

 

por José Alberto Villasana Munguía

Benedicto XVI fue el último Papa de esta era de la Iglesia. Ahora, un grupo de obispos fieles al Evangelio, al Magisterio auténtico y a la Tradición, tendrá que elegir a su sucesor, a un verdadero Papa, sin la necesidad de recurrir a un cónclave con los cardenales inválidos nombrados por Jorge Mario Bergoglio.

...

... la ilicitud de la "renuncia" del Papa BXVI y las transgresiones a la Constitución Universi Dominici Gregis, que en 2013 produjeron un antipapa, Jorge Mario Bergoglio, y llevaron a algunos canonistas a hablar de Sede “vacante” (es decir, Iglesia sin cabeza), como ya ha sucedido varias veces en la historia. En realidad, lo que nos dijo el Papa Benedicto XVI es que estábamos, más bien, no ante una Sede vacante, sino ante una Sede impedida o, para ser más precisos, una Sede auto-impedida pues una situación externa lo obligó a abandonar el ejercicio activo del ministerio petrino.

Por ello estableció claramente en el Decreto de su Renuncia, el 27 de febrero de 2013, que no renunciaba al ministerio petrino, el cargo de ser el Vicario de Cristo y sucesor de San Pedro, sino solamente al ministerio activo del obispo de Roma. No puede haber dos Papas con el munus petrinum.

Dice así en el texto de la renuncia de Benedicto XVI (párrafo 11): “Permitidme aquí volver de nuevo al 19 de abril de 2005. La seriedad de la decisión reside precisamente también en el hecho de que a partir de aquel momento me comprometía siempre y para siempre con el Señor. Siempre: quien asume el ministerio petrino (munus petrinum) ya no tiene ninguna privacidad (…). El “siempre” es también un “para siempre” –ya no existe una vuelta a lo privado. Mi decisión de renunciar al ejercicio activo del ministerio no revoca esto".

Así de sencillo. ¿Por qué fue inválida la renuncia del Papa Benedicto XVI al cargo petrino? Simplemente PORQUE NO QUISO RENUNCIAR A ÉL, SOLO QUISO RENUNCIAR AL EJERCICIO ACTIVO DE ÉSTE QUE, SEGÚN SU DECRETO, DERIVA DEL OBISPADO DE ROMA. Es la primera vez en la historia en que un Papa hizo una distinción entre ambos ministerios. Algo parecido a lo que sucede en España y en otros países donde existe un rey, que lleva el cargo del soberano, y el primer ministro, que lleva el cargo de la administración del Estado.

Por otro lado, es evidente que la Sede vacante no se da sino hasta ahora que el Papa Benedicto XVI ha muerto, pues el Código de Derecho Canónico No. 412 señala que solo existe cuando un obispo sufre "cautiverio, relegación, destierro o incapacidad". Ninguna de esas causas fueron las que obligaron a BXVI a auto exiliarse. Adicionalmente, en una carta personal enviada al cardenal Walter Brandmüller, el Papa BXVI aceptó que el status de Papa "Emérito" no existe en el Derecho Canónico: según los Decretos papales anteriores debió haber vuelto a ser cardenal (como en el caso de la renuncia del Papa Gregorio XII quien volvió a ser cardenal Angelo Correr, o la renuncia del Papa Celestino V, quien volvió a ser el monje Pietro Murone).

Benedicto XVI dijo que inventó el status de “Emérito” y no observó lo establecido en los decretos establecidos por los anteriores Papas renunciantes (Gregorio XII y Celestino V) que establecen cómo debe ser la renuncia: haciendo a un lado todas las prerrogativas papales (seguir vestido de blanco, llamándose Papa, con el apelativo Su Santidad, con el nombre Benedicto XVI, con el anillo del pescador y permaneciendo en El Vaticano). Él no observó esas prescripciones, explica en su carta al cardenal Brandmüller, pues era "la única manera de mantenerme absolutamente inaccesible a los medios de comunicación".

Pero el Decretal de Bonifacio VIII es claro (in 6°, 1.1, T.7, cap. 1) De Renunciatione se lee: «renunciare valeat Papatui, eiusque oneri, et honori...". Es decir, se establece que debe renunciar explícitamente a su cargo y a todos sus honores.

Benedicto XVI tampoco usó la fórmula empleada para renunciar usada por el Papa Celestino V: «cedo Papatui, et expresse renuncio loco, et dignitati, oneri, et honori» («me retiro del Papado y, expresamente, renuncio al lugar y a sus dignidades, cargas y honores»).

Ahora que el Santo Padre Benedicto XVI ha muerto, entonces sí hay sede vacante, la Iglesia no tiene cabeza. Un pequeño grupo de obispos fieles al Evangelio, a la Tradición y al Magisterio auténtico tendrán que elegir a un Papa verdadero, un sucesor de Benedicto XVI, a fin de poner fin a la Sede vacante que hoy tenemos. Ya no volverá a haber otro cónclave como ahora lo conocemos. Hoy día, en varios idiomas y países se están llevando a cabo congresos de teólogos y canonistas acerca de esta cuestión, y todos coinciden en lo mismo: la renuncia del Papa Benedicto XVI fue inválida, y basta que un pequeño grupo de obispos pertenecientes a la verdadera Iglesia se reúnan para elegir un nuevo Vicario de Cristo.

En sí mismos, como lo vemos en la historia de la Iglesia, los cardenales no son necesarios para una elección. La figura de cardenal se creó en el siglo IV para que los obispos y sacerdotes que vivían en Roma ayudaran al Papa en sus distintas labores. Pero al inicio del cristianismo no eran los “electores”. Bastaba que se reuniera un grupo de obispos, incluso a veces solo un triunvirato de un arzobispo, un obispo y un sacerdote de prestigio doctrinal y moral, y entre esos tres elegían al Papa.

Y durante los dos mil años de la Iglesia se han elegido diversos Papas sin el consenso de todos los obispos o cardenales. Destaca el caso del Papa Honorio II. Se rodeó de un grupo de ocho obispos de prestigio doctrinal y moral a quienes nombró electores. Cuándo Honorio falleció, los obispos eligieron a Inocencio II. La facción contraria, que era mayoría, eligió al cardenal Pierleoni como Anacleto II, quien resultó ser, a pesar de eso, un antipapa. El cisma requirió varios años para resolverse.

...La inmensa mayoría consideran en este momento a Jorge Mario Bergoglio como un Papa válido, se reza por él en la Misa, si bien pocos lo leen. Pero la fe no es cuestión de estadísticas, de números o de mayoría democrática.

...

P.S. Por cierto, el principio de derecho canónico "pacifica universalis ecclesiae adahesio", que algunos pretenden traducir en que, si la mayoría de la Iglesia aceptó a Bergoglio como verdadero Papa entonces sí lo es, no aplica en este caso, pues ese principio, aprobado por la Bula "Inter cultos" del Papa Martín V, presupone claramente que la elección del Papa haya sido válida, sin ninguna irregularidad canónica, cosa que en el caso de Francisco no se dio.

Pidamos mucho discernimiento al Espíritu Santo, pues la confusión y el cisma que se viene serán mayúsculos.

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jueves, 5 de enero de 2023

Una multitud muestra su fe con Benedicto XVI

por Tony Velázquez Ruiz

¿Cómo hacer para que los fieles regresen al Vaticano?

He aquí la gran pregunta. Su respuesta fue concreta, eliminando a Benedicto XVI, con una factible eutanasia. 1

De este modo, quien vació de fieles el Vaticano, logró llenarlo con los funerales de su rival, a quien siempre desobedeció.

Y para humillarlo, lo vistió como un simple obispo. Paradoja del hombre. Quien no es Papa, y debe vestir de obispo, quitó sus vestiduras al Papa para hacerlo obispo.


Paco I jamás pensó en la multitud que se acercaría hasta los restos de Benedicto XVI. Para disimular, los hizo entrar por la puerta lateral de la Basílica, acumulando la multitud en una interminable fila. Esto dice Silere non Possum de este otro bochorno inventado por el gran Paco:

«A los fieles, en la Basílica, en estas horas se les hace fluir como si estuvieran frente al escenario de un accidente y tuvieran que mantener el tránsito. No hay oportunidad de orar, reunirse, hacer una señal de la cruz. Nada. Desde el primer momento pedimos dos entradas: una reservada para clérigos y otra para laicos. A los sacerdotes no se les permitía entrar en el espacio reservado para la oración. O mejor dicho, si eras amigo de un amigo sí, de lo contrario arréglate como puedas.»

La rabieta de nuestro Paco I, sigue muy mal disimulada. La muestra este ligero episodio protocolar, como lo señala la fuente indicada anteriormente:

«El gobierno de la República Italiana ha ordenado izar banderas a media asta en memoria de Benedicto XVI. El Sumo Pontífice Francisco no dio esta orden en el Estado de la Ciudad del Vaticano.»

Es que los católicos están fuera del Vaticano, dentro solo quedaron los que se volcaron hacia Lutero para peregrinar hacia la idolatría pachamámica.

__________________________

1Hasta tanto no se efectúe una autopsia sobre Benedicto XVI y señalen la causa de su muerte, seguiré con la afirmación de su eutanasia. Los asesinos nunca hacen autopsia, pues conocen muy bien la causa de la muerte de su víctima.

 

lunes, 2 de enero de 2023

Sospechas sobre la muerte de Benedicto XVI

por Scienza Moderna e Teologia Cattolica

Justo cuando la noticia de que Benedicto XVI se estaba muriendo, difundida por Jorge Mario Bergoglio, había sido archivada por los medios de comunicación como prácticamente falsa (de hecho ya no se hablaba de ellos de grave peligro para la vida del Papa Ratzinger) llegó la noticia de la muerte de Benedicto XVI.

¿Cuál fue la causa de su muerte? ¡Misterio! ¡De hecho, no se ha dado oficialmente ninguna causa de su muerte! Ni siquiera se han mencionado las autopsias no invasivas.

Ya hemos señalado que Bergoglio quiso que se considerara moribundo a Benedicto XVI, aunque no lo fuera, para sacarlo de escena como opositor de su propia legitimidad como Sumo Pontífice: cf. en este sitio. 

Sin embargo, esta modalidad había resultado ilusoria cuando los medios ya no hablaban del Papa Ratzinger como moribundo.

Poco después, sin embargo, Benedicto XVI murió repentinamente, sin que se indicara una causa precisa de su muerte. ¿Quién se beneficia de esta muerte (cui prodest)? Aparentemente a Bergoglio.

Por lo tanto, le pedimos a Jorge Mario Bergoglio que aclare la muerte del Papa Benedicto XVI para evitar incluso la sombra de una sospecha sobre sí mismo: ¿Cuál fue la causa precisa de su muerte? ¿Por qué no organizar al menos una autopsia no invasiva?

Además, se puede señalar que a Benedicto XVI se lo vistió después de su muerte como un simple obispo, mientras que hasta ahora Bergoglio había tolerado que Benedicto XVI vistiera de blanco y usara el escudo de armas del Sumo Pontífice y tuviera otros honores como Papa: esto significa que ahora (incluso de muerto) lo considera como un oponente a su propia legitimidad como Sumo Pontífice. Le señalamos a Bergoglio que esto también puede alimentar las sospechas sobre él, y sería bueno actuar en consecuencia también.

Fuente

 

domingo, 1 de enero de 2023

Eutanasia para Benedicto XVI

por Tony Velázquez Ruiz

A la muerte de Benedicto XVI, no pienso elaborar su panegírico, ya son muchos los que lo hacen. Tan solo mostraré lo que nadie muestra, pues Dios ve las cosas muy distintas a la que lo ven los hombres, sobre todo para aquellos que firmaron un pacto con este mundo. No pienso afirmar con esto que mi pensamiento es divino, tan solo mostraré una opinión, la cual rema contra toda la corriente de este mundo.

Dijo el gran Paco I sobre Benedicto XVI:

«Sentimos en nuestro corazón gratitud a Dios por haberlo regalado a la Iglesia y al mundo.»

¡Pero qué hipócrita! Si era un regalo de Dios, ¿por qué motivo su mafia conspiró contra él? ¿Dónde está la gratitud? ¿En tenerlo vivo o en tenerlo muerto?

Estar en el Vaticano, es en cierto modo, sentarse en la silla eléctrica, más aún si se es Papa. Se lo pueden preguntar a Juan Pablo I, muerto al mes de sentarse en dicha sede, con la diferencia que a los ejecutados con esta pena de muerte se les hace una autopsia. Para Juan Pablo I no hubo autopsia, motivo por el cual se dispararon los rumores de su ejecución.

Pregúnteselo a Juan Pablo II, ejecutado de varios disparos y por Gracia de Dios, salvado de la muerte, con un verdugo, cuyas ramificaciones se pierden en los poderes de este mundo, fuera y dentro del Vaticano.

Ahora pregúntenselo a Benedicto XVI, el prisionero de Paco I que hoy lo elogia como enviado divino, al cual, como masón obediente, hizo guerra toda su vida.

Desde que se entronizó en el Vaticano la embarazada Pachamama, la nueva religión, abortó todos los escándalos posibles e imaginables. Desde la desaparición de personas, como la Orlandi, a la festichola homosexual de Coccopalmerio; desde el juicio de Becciu y la Marogna hasta el homosexual Paglia en consonancia con el aborto. No falta nada de malo, tan solo no se ve nada de bueno.

Pues si tenemos homosexualidad rampante, corrupción económica donde no se pueden precisar los límites, divorcio “a la vaticana”, idolatría sobre el mismo altar de San Pedro, no sería raro ver una eutanasia en el momento más crítico para las hordas de Paco I, cuando su título al papado peligraba porque un resto de católicos buscaba restaurar al prisionero Ratzinger.

¿Qué curioso? Benedicto había superado una crisis de salud, y luego de una breve agonía “fallece”. Lógicamente, todo puede darse, también la eutanasia. Por tal motivo, es imprescindible una autopsia, cosa que no harán; ya sea por tradición, ya sea para que podamos escribir este artículo, ya sea para mantener la hipocresía que tanto los caracteriza, pues ellos siempre son impolutos.

Todo esto trae un agravante, cualquier día pueden aplicar dicha eutanasia al gran Paco I, sin autopsia de ningún tipo, cuyo supuesto papado, ya es como la sombra del ocaso, la cual se alarga para perderse en el horizonte.

Que descanse en Paz.