Calesita

lunes, 7 de diciembre de 2020

El Consulado Papal

En Stilum Curiae de Marco Tosatti sale publicado una reflexión sobre otro artículo del ateo Scalfari, con quien Bergoglio “se confiesa” cada tanto.

Luego de la oración disyuntiva del título: “¿Aroma de “Alzheimer” o aroma y temor de cisma?1, comienza Pezzo Grosso a decir:

Me refiero al editorial de Eugenio Scalfari en la edición de hoy de Repubblica, que acompaño aquí, y a lo que he llegado a entender entre líneas, para descifrar en su totalidad (Mensaje muy críptico).

Dejemos de lado el tema de la edad tanto del confesor Scalfari, como del confesado Bergoglio y analicemos el encriptado.

En una de mis últimas entradas hablé sobre el enigma de la esfinge de Ratzinger. Si la esfinge lanza un enigma con sus hechos, es menester encontrar la solución. No soy el único que habla de enigmas, también la redacción de Tosatti comparte esta opinión, pues habla de “mensaje críptico”.

Por supuesto esto no es un tema para “la gilada”, sino para los que piensan. Esto es como en la guerra. Cuando el general defecciona en la batalla, las decisiones caen sobre los soldados, pues como decía Napoleón: «Cada uno de mis soldados lleva el bastón de mariscal en su mochila». Hoy algunos sacan a relucir este bastón y otros prefieren que se les diga lo que deben hacer.

Ahora bien, ¿qué se dijo en confesión, entre Bergoglio y Scalfari?

Bergoglio habría confiado a Scalfari este temor (se entiende del cisma) y Scalfari se habría sentido en el deber de escribir, según su estilo, dando un mensaje “de tinte mafioso” a quién sabe (cercano a Ratzinger), del tipo: <…cuidado con lo que hacen si no saben quién apoya a Francisco…>.

Al cotejar la traducción me permito corregir el apuro del traductor, que arreglo en negrita.

¿Se acuerdan cuando el 3 de abril de 2014. hablábamos en otro sitio web, sobre el consulado papal? Decíamos entonces:

Si volvemos a la supuesta teoría conspirativa y revolucionaria, tendríamos con esta imagen de los dos papas, la triste certeza que se procedió calcando como alegoría, la expulsión de los reyes de la vieja Roma, para entregar todo el poder a la aristocracia, representada por el Senado y para que este acepte el mandato temporal de dos cónsules. 2

Y más adelante:

...la aristocracia vaticana, nos proporciona los dos papas, como los dos cónsules de la antigua Roma: el que ostenta el aparato revolucionario y el dimitente, que ostenta el rechazo de dicha estructura revolucionaria. 3

Por ello nos preguntábamos:

¿Cómo puede ser que caminando con dos papas al mismo tiempo, sea justamente esta la fórmula para no caer en el cisma? 4

Que existe una entente entre los dos papas, lo dice Pezzo Grosso, resultado del artículo de Scalfari:

En el artículo, Scalfari continúa hablando con insistencia de un <entendimiento entre los dos Papas>, reconociendo explícitamente que los Papas son dos, lo repite seis veces. ... Pero jamás explica de qué acuerdo y entendimiento está hablando. Mensaje críptico para iniciados,... Luego, de repente, explica que “… las decisiones que (los dos Papas) puedan tomar tendrán que ser consensuadas…”. Epa, ¿decisiones acordadas? Luego prosigue con otros mensajes crípticos: “hoy llegamos a imaginar la presencia de dos Papas que afrontan juntos…”, “…los dos Papas compartirán tareas en el futuro…”.

Los iniciados son los que ahora se percatan de este acuerdo, lo anunciamos el el 3 de abril de 2014. Este acuerdo, es la causa por la cual Benedicto XVI no renunció al munus papal, sino al ministerium. El consulado existe, los dos papas existen. O como decía Georg Gänswein, estamos ante un solo papado, o sea un ministerio extensivo de dos papas, uno activo y el otro pasivo:

Desde la elección de su sucesor, Francisco, el 13 de marzo de 2013, no hay por tanto dos papas, pero de hecho el ministerio se expandió - con un miembro activo y un miembro contemplativo-. Por esto, Benedicto XVI no ha renunciado ni a su nombre, ni a la sotana blanca. Por esto, el apelativo correcto para dirigirse a él es todavía hoy el de “Santidad”5

Ahora no me digan que esto no es un consulado papal...

Y sigue Pezzo Grosso:

...propongo dar peso a otras dos consideraciones de Scalfari:

La primera, cuando al referirse a las decisiones que deberían tomar en común, dice que esto aconteció en la historia solamente “…en tiempos de Bonifacio, Inocencio, Gregorio..”.

¿Se refiere a los Papas teocráticos del cisma de Occidente? ¿Curiosa referencia, no?

Luego aparece el texto encriptado de Scalfari, que dice:

...“este es el futuro, no nos olvidemos de las partículas elementales que giran alrededor del príncipe de Salina”.

Acto seguido se intenta desencriptar el enigma:

¡Guauu! ¿Y ¿qué tiene que ver Salina con eso? Las partículas elementales en física son las indivisibles, no compuestas por otras más simples, es decir, son partículas de -poder propio-.

Así llegamos a la conclusión, texto que retoco de una traducción hecha a la ligera por José Quarracino:

El príncipe de Salina (en la novela de Tomás de Lampedusa) es el símbolo del tranformismo dispuesto a cambiar para que todo siga igual. ¿Qué querrá entonces decir Scalfari? ¿No será que el mensaje de tinte mafioso (dado quien sabe a quién) es que para tomar o mantener el poder se debe conocer de qué está hecha la materia y cuáles fuerzas tienen en conjunto los componentes? Simplificando: los Papas serán también dos, pero para poner afuera a uno de los dos se debe primero entender quién lo inventó y sostuvo, por lo tanto, estén atentos muchachos a lo que hagan, olvídense del cisma

Dejando de lado ciertas consideraciones del artículo, cierra Pezzo Grosso de este modo, dando a entender el miedo por el cual transita el “gran Paco I”, y que lógicamente se lo transfirió a su confesor, el ateo Scalfari:

...podría tratarse también del miedo de Scalfari (que le sugirieron desde el interior de Santa Marta) a una reacción del papa Benedicto XVI (como reconoce seis veces en el artículo).

Con lo cual la conclusión es simple: existe y existió un papado extensivo de dos cónsules romanos, basados en una entente; pero todo da a entender, que el cónsul pasivo, no está muy dispuesto a sobrellevar las papanatadas de Paco I, el Grande.

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1 https://www.marcotosatti.com/2020/12/05/pezzo-grosso-scalfari-y-los-dos-papas-que-anuncio-olor-de-cisma/

2 https://drive.google.com/file/d/15GlOIRJge9T8Os-JelZutrcmClZgrl3r/view?usp=sharing

3 Ibídem.

4 Ibídem.

5 http://www.benedictogaenswein.com/vernoticia.php?Id=2731

 

lunes, 30 de noviembre de 2020

Vox clara ecce intonat

Se hace realmente imposible reconocer el autor de este himno. Se calcula su origen en el siglo V o VI. Como es costumbre, los reformadores del barroco, cambiaron en 1632 ciertas partes del himno, conservando el tema original. En este caso, la reforma no aporta precisiones nuevas, pareciera que busca eliminar el latín medieval y adscribirlo al clasicismo surgido en el renacimiento, corrigiendo de paso errores de versificación. Esto lo podemos deducir del verso tercero, donde “eminus” pierde la “i” en la entonación musical, pues a dicho verso le sobra una sílaba.
Los versos son los usuales en la poesía cristiana de la época; son un dimetro, es decir, dos metros, que lleva en total ocho sílabas, y sigue el acento yámbico, donde una sílaba acentuada le sigue a una átona:
Vox cla/ra ec/ce in/tonat
Las dos versiones del himno
Texto monacal
Texto reformado por Urbano VIII en 1632
Vox clara ecce intonat
obscura quæque increpat:
pellantur eminus somnia:
ab æthre Christus promicat.
En clara vox redarguit
obscura quæque, personans:
procul fugentur somnia:
ab alto Iesus promicat.
Mens iam resurgat torpida
quae sorde exstat saucia;
sidus refulget jam novum,
ut tollat omne noxium.
Mens iam resurgat, torpida
non amplius iacens humi:
sidus refulget iam novum,
ut tollat omne noxium.
E sursum Agnus mittitur
laxare gratis debitum;
omnes pro indulgentia
vocem demus cum lacrimis.
En Agnus ad nos mittitur
laxare gratis debitum:
omnes simul cum lacrimis
precemur indulgentiam.
Secundo ut cum fulserit
mundumque horror cinxerit,
non pro reatu puniat,
sed nos pius tunc protegat.
Ut, cum secundo fulserit,
metuque mundum cinxerit,
non pro reatu puniat,
sed nos pius tunc protegat.
Laus, honor, virtus, gloria
Deo Patri, et Filio,
Sancto simul Paraclito,
in sæculorum sæcula.
Amen
Virtus, honor, laus, glória
Deo Patri cum Fílio,
Sancto simul Paráclito,
In sæculórum sæcula.
Amen
Análisis del himno
Primera estrofa
Presenta esta estrofa el inicio de la nueva creación, en la cual la naturaleza humana sale del reino de las sombras o del ζοφον griego, tal como lo relata la carta de Judas, que exponemos más adelante. (v.6)
Se inicia como las profecías, de allí la presencia del adverbio ecce. Cfr. Jer 23,5 o Isaías 7,14.
He aquí (ecce) que una voz luminosa (vox clara) resuena (intonat) y la cual (quæque) condena (increpat) la oscuridad (obscura).
Es indudable la antítesis entre clara y obscura, como los verbos marcan las primeras acciones de la noche antigua: una resuena (intonat) y la otra reprende (increpat).
El mundo antiguo está hecho dentro de la oscuridad por culpa del pecado, donde el hombre se asoció a Lucifer, príncipe de la oscuridad. Dice la carta de Judas:
Y a los ángeles, que no conservaron su primera dignidad, sino que desampararon su morada, los reservó para el juicio del gran día, en el abismo tenebroso, con cadenas eternales. (Judas 6)
En esta calígine (ζοφον) o abismo tenebroso donde también yacía la humanidad, resuena la claridad de una Voz.
La reforma del texto hecha por Urbano VIII, cambia los verbos. El primero es redarguit, como un volver a la argumentación, con el significado de contestación victoriosa a la infamia del pecado. El segundo verbo es personans, un participio presente, con el significado de retumbar con estrépito. Tal como se ve, en este caso la reforma busca intensificar el significado de los verbos.
El tercer verso los sueños (somnia) de esta humanidad caída son lejanamente (eminus) agitados (pellantur).
Para la reforma, los sueños (somnia) son a lo lejos (procul) puestos en fuga (fugentur).
El sueño alude a la Epístola de San Pablo que se lee en el primer domingo de adviento:
Hermanos: Es hora de levantarnos del sueño, pues nuestra salud está ahora más cercana que cuando creímos. La noche va muy avanzada y se acerca ya el día. (Rom. 13,11 y 12)
Por tal motivo la voz o dicha vox del primer verso, tiene múltiples sujetos. Puede tomarse como la de San Pablo en esta Carta a los Romanos, o la de San Juan Bautista en la profecía del texto de Isaías:
Ya oigo la voz del que clama en el desierto. Aparejad el camino del Señor, enderezad en la soledad la senda de nuestro Dios. (Is. 40,3)
También puede tomarse como la vox del Apocalipsis. La primera surge de las aguas primordiales presentadas en el Génesis 1,2.
Su voz era como el ruido de muchas aguas. (Ap. 1,15)
La última vox, es aquella que sale del trono en las bodas del Cordero:
Y del solio salió una voz, que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, pequeños y grandes, Oí también una voz como de gran gentío, y como el ruido de muchas aguas, y como el estampido de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya!, porque tomó ya posesión del reino del Señor, Dios nuestro Todopoderoso. (Ap. 19, 5 y 6)
En el último verso dicha voz se hace realidad. Cristo (Christus) se muestra (promicat) desde el cielo (ab æthre). Para la reforma será Jesús (Iesus) que se muestra (promicat) desde las alturas (ab alto)
Segunda estrofa
Con la Nueva Creación, la naturaleza humana retorna a su primitivo estado, aquel que era anterior a la defección de nuestros primeros padres.
Con esta claridad de la voz, ya (iam) la mente (mens) como imagen del espíritu, se levanta (resurgat) de su inmovildad o torpeza (torpida), a su estado primitivo; la cual (quae) deteriorada (saucia) y sucia (sorde) sale de ese estado (exstat).
Para la reforma, este espíritu no yace (non iacens) más (amplius) sobre la tierra (humi).
Ya (iam) resplandece (refulget) la estrella nueva (sidus novum), para (ut) quitar (tollat) toda (omne) culpa (noxium).
El sidus novum es la señal del nacimiento de un gran rey, tal como lo concebían los antiguos. Así lo hace Virgilio (70-19 AC), Eclog. 9, 47-50:
Daphni, quid antiquos signorum suspicis ortus?
Ecce Dionaei processit Caesaris astrum,
astrum, quo segetes gauderent frugibus et quo
duceret apricis in collibus uva colorem.
Dafne, ¿por qué analizas las alturas huertos de antiguos astros? He aquí en cambio como el astro de Dione sale airoso, astro de César, que brinda a los campos de mieses ricas y que en las colinas los viñedos expuestos al sol enrojece.
Lo mismo hace Horacio (65-8 AC), quien nos habla de la claridad de la estrella:
Dicam et Alciden puerosque Ledae,
hunc equis, illum superare pugnis
nobilem; quorum simul alba nautis
stella refulsit,
Cantaré también a Alcides y a los hijos de Leda, célebres uno por las victorias de sus caballos y el otro por la fuerza de sus puños. Su estrella clara, (alba stella) tan pronto como se ofrece resplandeciente a los marineros. (Oda 12, 25-28 )
En el vaticinio de Balaam aparece la estrella nueva, la misma que será seguida por los magos en epifanía:
Le veo, pero no como presente,
le contemplo, mas no de cerca:
una estrella sale de Jacob. (Núm. 24,17)
Tercera estrofa
Bajo la figura del Cordero, Jesucristo, tan usada en el Apocalipsis, esta estrofa se adentra en el misterio de la redención. El himno no solo habla del perdón, sino también de la actitud para obtenerlo.
Un Cordero (Agnus) fue enviado (mittitur) desde las alturas (e sursum).
Para los reformadores, dice el inicio del verso: He ahí que (en), un Cordero (Agnus) fue enviado (mittitur) para nosotros (ad nos).
Este envío del Cordero es para desatar (laxare) la deuda (debitum) gratuitamente (gratis); por cuyo motivo todos (omnes) para alcanzar perdón (pro indulgentia) demos (demus) una voz (vocem) con lágrimas (cum lacrimis). Se destaca en este verso, que de la voz inicial sobre la calígine, surgen ahora voces que desean salir de dicha tiniebla.
Mientras que para los reformadores, todos (omnes) junto (simul) con las lágrimas (cum lacrimis) pidamos (precemur) el perdón (indulgentiam).
Cuarta estrofa
En esta esta estrofa, el himno mira la segunda venida de Jesucristo, de la cual habla el evangelio de este primer domingo de Adviento.
Para que (ut) cuando (cum) relampaguee (fulserit) su segunda venida (secundo) y (-que) ciña (cinxerit) de pavor (horror) al mundo (mundum), no (non) nos (nos ) castigue (puniat) por (pro) la condición de reo (reatu), sino que (sed) entonces (tunc) piamente (pius) nos proteja (protegat).
El verbo fulserit que proviene de fulgere, recuerda la segunda venida, la cual será como un relámpago o el fulgur latino. (Cfr.Mateo 24,27)
La reforma barroca ordena el hipérbaton del texto monacal, separando la proposición final que encabeza el ut (para que) de la proposición temporal ecabezada por el cum (cuando); asimismo cambia el sustantivo horror (pavor como una encrespadura del cabello) por metu (temor). Es indudable que con metu mejora la musicalidad del verso segundo; pero podríamos decir que estamos ante un atisbo de modernidad, la cual consiste en dejar el sentido, pero vaciarlo un poco de contenido.
Quinta estrofa
Como es habitual en los himnos, la última estrofa es una doxología, que toma una versión propia en el texto monacal y otra para la versión reformada.
Aquí damos la versión cantada en vivo por los monjes de Barroux. El texto se toma del Antiphonale Monasticum de 1934, página 782.



sábado, 14 de noviembre de 2020

¡Ay Jalisco, no te rajes!


 

Presentamos este monumento a la imbecilidad. ¿Qué es? ¿Credo u oración? No lo sabemos, o mejor dicho es un credo que se muta en anatema y concluye como oración.

El cura enmascarado, cual otro Zorro “mejicano”, desde la ciudad de Jalisco, invita a rezar al fin de la misa una oración. Misa del Novus Ordo, donde se da la espalda al Santísimo.

¡Qué lindo sería si hubiese elevado una oración por la pobre alma de Bergoglio! Pero no, es un Credo hacia una persona, porque dicha persona es la reencarnación del Espíritu Santo.


Los 6 primeros puntos se basan en la fe. Como esto procede del infierno, tenemos 6 puntos a creer, es decir, 6 nunca 7. Con lo fácil que era agregar: Creo en la Pachamama.

Leamos los 6 artículos de fe:

1. Creo en el Papa Francisco como sucesor legítimo del apóstol Pedro.

2. Creo que el Espíritu Santo habla a la Iglesia a través de él.

3. Creo que guía la Iglesia Católica como verdadero pastor.

4. Creo que diligentemente se preocupa por toda la humanidad, porque todos somos hermanos e hijos de Dios.

5. Creo en su magisterio, que está en perfecta sintonía con la fe y la moral de la Iglesia.

6. Creo que sus opiniones personales reflejan la actitud evangélica de los creyentes en Cristo.

Analicemos esta fe, o este credo de 6 dogmas.

Dice la carta a los Hebreos (11,1):

La fe (πιστις) es la substancia (υποστασις) de las cosas (πραγματων) que se esperan; demostración (ελεγχος) de las cosas (πραγματων) que no se ven (ου βλεπομενων).

1. Para ser fe (πιστις) se requiere que las cosas (πραγματων) no se vean. ¡Pero aquí se ve todo! Y es por lo que se ve que se opina de un falso papado.

2. Pero la realidad, las cosas (πραγματων) que se quieren ver, no se ven; entonces se recurre a la substancia (υποστασις) de la fe.

3. Para que sea fe (πιστις) se requiere una demostración (ελεγχος) de las cosas que no se ven. ¿Dónde está la demostración de la legítima sucesión del papado? ¿Dónde el magisterio con asistencia divina? ¿Dónde la sintonía con la tradición evangélica? No existe. Nada de todo esto existe. Y como no existe, se apela a la fe. ¡Brillante Satanás, eres un genio!

¡Ay, Jalisco!

Luego de la fe como substancia en la inexistencia de las cosas que se ven, se pasa a dos (nunca tres) anatemas:

1. Rechazo toda ofensa a su persona, descréditos e insultos.

2. Así como los que rechazan su autoridad, afirmo que están en un error tanto eclesiástico como de comunión.

A partir de aquí este sector de Jalisco, (pues no todos son tan estúpidos), pasa a militar en el cisma. ¿Qué falta hace echarlos de la Iglesia, ellos mismos ya se fueron.

¡Ay Jalisco, te rajaste de México y te fuiste a “Méjico”!

Por último llegamos al final, de lo que se titula:

Oración por el papa.

¿Dónde está la oración, si hasta aquí no existe ninguna oración? Y termina este obsecuente, pues es evidente que para ser obsecuente se debe ser un ignorante supino:

Todo esto te lo pedimos, Señor, por Jesucristo nuestro Señor. (Y, por favor, que valga la redundancia)

Fuente: https://www.facebook.com/pastoralparroquial/videos/387510635963346/

martes, 6 de octubre de 2020

Nuestra Señora del Rosario


7 de octubre de 1571, la agresiva flota turca sucumbe ante las naves de la liga católica, impidiendo el avance musulmán sobre Europa.
Por tal motivo, Pío V agradecerá a la intervención de la Virgen, el resultado de esta resonante victoria contra el imperio otomano y su Corán.
7 de octubre fiesta de Nuestra Señora del Santísimo Rosario.



Oración
DEUS, cujus Unigénitus per vitam,mortem, et resurrectiónem suamnobis salútis ætérnæ præmiacomparávit: concéde, quæsumus; ut,hæc mystéria sacratíssimo beátæMaríæ Vírginis Rosário recoléntes, et imitémur quod cóntinent, et quodpromíttunt, assequámur. Per Dóminum...
OH DIOS, cuyo Hijo Unigénito, con suvida, muerte y resurrección, nos hamerecido el premio de la salvacióneterna: danos a los que meditamos estosmisterios en el santísimo rosario de labienaventurada Virgen María, imitar loque contienen y alcanzar lo queprometen. Por Nuestro Señor...




jueves, 10 de septiembre de 2020

Un cisma autorreferente


 El tiempo que pasa, logra en algunos casos decantar las cosas y en otros casos acelera los errores. Es una máxima que el tiempo pone las cosas en su lugar. En el caso del cisma actual de la iglesia, es lo que sucede. 

Estamos en un cisma movible, al gusto del pensamiento de Bergoglio, donde lo que no se mueve, no existe. Si el cisma eclesial se mueve, es porque existe. 

Se mueve de adentro hacia afuera, y en este caso es Bergoglio su mejor motor. Es el así llamado movimiento hacia las periferias. 

Como asimismo, se mueve de afuera  hacia adentro, es la llamada “autorreferencia”, la cual para Bergoglio es una mundanidad. 

Luego de casi ocho años del insufrible falso papado de Bergoglio, ya se dan ejemplos de este movimiento cismático y autorreferente. 

Fray Bugnolo escribe en su artículo del 5 de septiembre desde Roma, titulado “At Rome, The dam is Breaking For Pope Benedict XVI!” (En Roma, el dique se Rompe para El Papa Benedicto XVI!):

«Mientras hace 9 meses el clero de la ciudad negaba los sacramentos a cualquier católico que dijera que creía o sostenía que Bergoglio era un antipapa o usurpador, y que Benedicto era el verdadero Papa, FromRome.Info ha recibido múltiples informes la semana pasada, que eso ha cambiado.

»El clero ahora está dando los sacramentos a tales católicos sin ni siquiera una corrección o reproche. Ahora lo consideran una opinión legítima, como mínimo.

»Estos informes son limitados, pero marcan un cambio radical, como decimos en inglés, un cambio fundamental de perspectiva.

»Se debe tomar en cuenta que esto no se refiere a los católicos que ocultan sus opiniones, sino a aquellos que las expresan abiertamente antes de recibir los sacramentos. Esto también marca un cambio importante entre los laicos. El miedo se ha ido y se han convertido en apóstoles de la verdad.»

Como cualquiera puede apreciar, el cisma está en movimiento y un movimiento autorreferencial, opuesto a Bergoglio, ergo, un movimiento mundano. Bergoglio se autotitula “el santo padre”; por tal motivo, nosotros somos los mundanos.

Esta procesión en el clero de Roma, marca un cambio significativo de rumbo, dentro de la grey que se siente realmente católica, ante la cual de nada sirven las imposiciones cuando las mismas no son acompañadas por la razón.

Mientras esto sucede en algunos, otros hacen lo que dice un observador del artículo en su comentario:

«Ahora voy a misa los viernes, es mi nuevo domingo. Las dos últimas misas a las que he estado, cuando dicen las oraciones por el Papa Francisco y nuestro obispo, ahora dicen "Por nuestro Papa y nuestros obispos".»

Dejando de lado su discutible motivo subjetivo o no, de cambiar el viernes por el domingo, vayamos al movimiento del clero. El hecho de obviar el nombre “Francisco”, es no solo significativo, sino cismático. Un cisma silencioso y en movimiento. Un cisma que nace en la herejía de la cabeza y se siente en la base, y desde las profundidades clama en silencio hacia sus siempre inmóviles dirigentes. 

miércoles, 12 de agosto de 2020

O Gloriosa Domina

 Este himno surgido en el Siglo VI se lo atribuyen a Venantius Fortunatus (530-609), el obispo de Poitiers; por tal motivo figura entre sus escritos espurios.
La composición poética se titula In laudem sanctæ Mariæ y posee nueve estrofas. El oficio nocturno de Lecturas toma las cinco primeras, salteando la tercera, iniciándose en Quem terra pontus æthera; mientras el oficio de Laudes toma las tres restantes que analizaremos aquí. Estamos ante un himno popular, asumido por la liturgia latina. 
Este fue el himno favorito de San Antonio de Padua, quien, según la tradición, lo aprendió de su madre y lo cantó ante su próxima muerte.
Como ya es costumbre en nuestro análisis de los himnos, el Papa Urbano VIII en 1632, modificó con su reforma el texto transmitido por tradición.

1ra. Estrofa

Texto tradicional

Texto reformado por Urbano VIII

O gloriosa domina

excelsa super sidera,

qui te creavit, provide

lactasti sacro ubere.

O gloriosa virginum

sublimis inter sidera;

qui te creavit, parvulum

lactente nutris ubere.


¡Oh gloriosa Señora (domina)! La reforma desea dar un golpe de gracia al luteranismo, de allí su cambio de Señora por Virgen (virginum).
El segundo verso mantiene el sentido en ambos textos: Excelsa sobre... o sublime entre… (sublimis inter) los cielos.
En el tercer verso la reforma busca clarificar el provide del texto original, mutándolo en parvulum. Por tanto, en vez de quien (qui) con previsión (provide) te creó (te creavit)”, dirá que alimentó con sus sagrados pechos al párvulo. 

2da. Estrofa

Texto tradicional

Texto reformado por Urbano VIII

Quod Eva tristis abstulit,

tu reddis almo germine;

intrent ut astra flebiles,

cæli fenestra facta es.

--

--

--

cæli recludis cardines.



Lo que (quod) la infeliz (tristis) Eva impidió (abstulit), tú lo devuelves (reddis) con el santo (almo) vástago (germine); para que (ut) los llorosos (flebiles) entren (intrent) por la ventana (fenestra) que has hecho (facta es) en el cielo (cæli). Al texto reformado no agrada el tema de la ventana estelar y lo cambia por entrada (cardines); de modo que nos queda: abres (recludis, que lleva significado de abrir lo que está cerrado) la entrada al cielo.

3ra. Estrofa

Texto tradicional

Texto reformado por Urbano VIII

Tu regis alti ianua

et porta lucis fulgida;

vitam datam per Virginem,

gentes redemptæ, plaudite..

---

et aula lucis fulgida:

---

---



Tú reinas (regis) en el elevado (alti) acceso (janua) y reluces como puerta llena de luz (lucis fulgida). Como los reformadores cambiaron ventana por entrada en la estrofa anterior, aquí no pueden repetir el tema de la puerta, que ya lleva dos sustantivos sinónimos (cardines y janua), por lo tanto cambian puerta (porta) por sala de un palacio (aula).
Por último se ordena aplaudir (plaudite)  a los pueblos redimidos (gentes redemptæ), por la vida (vitam) otorgada (datam) por la Virgen (per Virginem).
La última estrofa es la doxología apropiada a cada orden, la cual cierra la composición, como en todos los himnos.

Doxología final

Texto tradicional

Texto reformado por Urbano VIII

Patri sit Paraclito

tuoque Nato gloria,

qui veste te mirabili

circumdederunt gratiæ.

Amen..

Jesu, tibi sit gloria,

qui natus es de Virgine,

cum Patre, et almo Spiritu,

en sempiterna sæcula.

Amen.



Gloria (gloria) sea (sit) al Padre (Patri), al Paráclito (Paraclito) y a tu nacido (tuoque Nato), quienes (qui) te rodearon (te circumdederunt) admirablemente (mirabili) con un vestido (veste) de gracia (gratiæ).
Esta estrofa para los reformadores, conlleva olor de luteranismo, pues habla de un vestido de gracia. Para el luteranismo, la gracia es tan solo una prenda que recubre la maldad del hombre; por tanto cambian radicalmente la doxología, no mencionando dicho vestido. Estamos en los tiempos, donde se buscaba evitar todo lenguaje ambiguo, por suerte no eran los tiempos del Vaticano II donde señorea la ambigüedad y la duda.
Los monjes del Monasterio de Santa Magdalena en Barroux, donde pueden seguirse sus horas desde este enlace, cantan este himno. El texto se toma del Antiphonale Monasticum de 1934, página 709.

 



miércoles, 5 de agosto de 2020

La iluminación del ser



El día 6 de agosto es la fiesta de la Transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre esto nos dice Xavier Zubiri en el Ser Sobrenatural, que esta figura de Jesucristo transfigurado...
"...hubiera sido la figura normal del cuerpo de Cristo si el hombre no hubiera pecado. Por el pecado renunció a esta figura, y adoptó la figura posible del hombre histórico."
Luego de su caída, la naturaleza humana perdió esta luminosidad, que podemos contemplar en la Transfiguración de Jesucristo en el Tabor. Es la mandorla que vemos en el icono, donde… 
"...se le describe resplandeciente: es la idea de phos (φς), de la luz como expresión de la gloria de Dios, de su doxa (δόξα) ." (Zubiri en el Ser Sobrenatural)
Esta festividad nos recuerda que se trata entonces de huir del hombre histórico, para adentrarse en el hombre glorioso y volver a tener esa figura luminosa.
Aquí nos topamos con el esquema de la política anticristiana, que busca hacer historia; nosotros en contradicción pura, evitamos el hombre histórico. En esta tentación cayeron los modernistas, queriendo hacer ver, que Jesucristo vino a hacer historia, cuando en realidad vino a sacar al hombre de la Historia.
Por esto nos llamaron “el opio del pueblo”, un “opio” que nos llevó a tirar a la basura por los anacoretas, las comodidades por las cuales se baten a muerte los hombres históricos. Un “opio” donde se formaron los monasterios donde reina una sola alma y un solo espíritu, que contrasta con las cámaras democráticas que viven en perpetuo estado de guerra virtual. 

lunes, 20 de julio de 2020

Cuando la iglesia es la diosa



Hace tiempo expuse la soberbia de ciertos prelados, en constituirse como equipo, dioses infalibles, a quienes nadie les puede mostrar los feroces errores que algunos cometen. Veamos ahora como Fray Alexis Bugnolo, en su artículo, The God Of The Club expone este cáncer dentro de los prelados de esta lamentable iglesia:
«A medida que los católicos de todo el mundo escriben a sus obispos y sacerdotes con respecto a la renuncia fallida del Papa Benedicto XVI, cada vez es más obvio que hay una crisis mucho más grave que la pedofilia u homosexualidad en el clero católico.
Una y otra vez, los católicos están compartiendo conmigo las bizarras e incluso incoherentes respuestas que reciben de los miembros del clero: argumentos que van desde la pura petulancia infantil a la cháchara, llegando a los ataques absolutamente diabólicos contra Dios.
Es un tema constante que subyace en todos. El club eclesiástico es el árbitro de la verdad, no Dios, ni Cristo, ni el derecho canónico, ni la filosofía de Aquino o Aristóteles, ni la razón, ni los hechos, ni la historia, y sobretodo, tampoco las palabras.
Como antropólogo, resumiría las respuestas como evidencias de fe en el “Dios del club”: el concepto de que uno debe hacer todo para mantener a flote el club del clero (en cualquier decisión que tome por sí mismo), no importa lo que tengas que negar o lo que tengas que afirmar.
Al no ser joven, tengo experiencia personal con miembros del club durante más de 40 años. Esta mentalidad no es accidental, no se infiltró en la Iglesia. Fue cultivada, invitada y requerida. Si los hombres jóvenes creían en la verdad divina absoluta, eterna e inmutable, simplemente no eran aceptados en el club, o eran acosados, atacados y destruidos, o expulsados progresivamente. El club funciona de esta manera, ya sea que adoren en latín o en vernáculo.
Conozco sacerdotes que fueron expulsados de su diócesis simplemente porque predicaron que el aborto era malo. Conozco sacerdotes que fueron expulsados de su asociación de misa tradicional latina simplemente porque colgaron una cortina en el confesionario. Podría seguir y seguir sobre casos absurdos. Castigar a los sacerdotes por razones absurdamente injustas se convirtió en un sello distintivo de la era posterior al Vaticano II.
Se fundaron cientos de nuevas comunidades y sociedades. Pero una gran mayoría tenía un solo principio unificador: la anormalidad. Quiero decir a-norma: es decir, una sociedad no fundada alrededor de la observancia de la Ley de Dios (nomos en griego) sino alrededor de alguna otra ley humana: ya sea la voluntad del superior, la voluntad del obispo, la voluntad de fundadores: ya sea si se conformaba o no a Dios o a la enseñanza de la Iglesia. Viola la "voluntad" y estarás fuera. Defiende la Voluntad de Dios contra la "voluntad" y estarás fuera. No importaba si te expulsaban por robar o por arrodillarte en la comunión, ambos eran igualmente graves.
El resultado final es que más del 60% del clero de hoy simplemente en la práctica no adoran a Jesucristo. Adoran al dios del club.
El problema con este error moral, además de que es explícitamente demoníaco e idólatra, es que cuando aceptas como Jefe de tu club a un masón o satanista, entonces tu club no tiene ningún problema con eso.
El silencio del resto del clero, es así, y por lo tanto es probable que no sea tanto una señal de desacuerdo, como muchos de nosotros esperamos.
Un sacerdote que calla debe ser interrogado. Creo que se tiene el derecho a la salvación eterna, y que se tiene el derecho a saber a qué dios adora tu sacerdote local.
Y una discusión sobre la renuncia inválida del Papa Benedicto XVI, está demostrando ser el mejor revelador del dios que adora tu sacerdote. Es absolutamente impresionante ver las respuestas del clero sobre este tema. Estrictamente hablando. La verdad los asusta. 
Yo mismo vi eso ayer, cuando, después de pedir reunirme con el Jefe de una sección importante de la Curia romana, noté la cabeza que corría por las escaleras para evitar que yo lo vea. Supongo que después de leer mi pregunta escolar sobre la Renuncia, una copia de la cual le envié por correo hace unas semanas, eligió evadir el diálogo.»
Por último Fray Bugnolo agrega un imperdible apéndice actualizando sus opiniones en la actualidad:
«Los eventos desde el 4 de diciembre de 2019 han demostrado mi observación en un 10.000%. El club realmente tiene otro dios. Abolieron los sacramentos para protegerse de una gripe invernal y ahora insisten en que blasfemen a Dios en su rostro usando una máscara en la Iglesia mientras celebran la resurrección de Cristo, nuestro Dios, de entre los muertos.
Y menos que el 1% del 1% de todos los sacerdotes se han negado a adorar al dios del Club.
Nada puede ser más claro. Esta es la religión del Anticristo. Y se necesitó, una suposición previa sin fundamento, donde se diga que Benedicto no es el papa, que renunciar al ministerio significa que perdió el cargo.
Sin embargo, ellos mismos, los miembros del club, han renunciado a sus ministerios sagrados y, sin embargo, todavía exigen de USTED una obediencia mayor que la que cualquier criatura le debe a Dios mismo, porque a Dios se le debe obediencia racional, pero ellos quieren que usted obedezca a un falso dios construido por una creencia política.»
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Cierro el artículo de Fray Alexis Bugnolo afirmando, que da en el centro del problema planteado. El eje de toda esta situación, no es ni el Vaticano II, ni la misa tridentina, ni las execrables lacras de cierta parte del clero, sino una feroz falta de Fe.