Calesita

El Inicio, Arché y Great Reset

Hablar de origen o inicio, es hoy oponerse a toda una teología caída en el descrédito, sobre la cual, nadie pone la mano sobre el fuego. La Revolución Vaticana, tocó el ridículo del pensamiento teológico. Lógicamente, cuando se asume la ideología de las logias, se apunta a preservar el planeta tierra de la corrupción humana. Allí es cuando se instala un nuevo inicio o “reschit”, un nuevo origen, o un nuevo arché (αρχη). Ciertos purpurados por fuera y ferozmente necios por dentro, la encontraron en una idea atávica y prehistórica, que puede remontarse al pleistoceno. Me refiero a los desopilantes ritos de la Pachamama, la Madre Gaia o la estupidez más placentera que combine con ella. Otra cosa muy distinta, es el origen del Génesis, del cual extraemos este comentario, teniendo en cuenta, las opiniones y pensamientos que se despertaron a lo largo del tiempo.

¿Nos quieren llevar a un nuevo reinicio? ¿Buscan reformatear la vida humana? Ya lo había hecho Descartes cuando se generaba la modernidad. Ahora con este nuevo reinicio, iniciamos la ultramodernidad.

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El “reshit” del Génesis

En la estructura de los 10 primeros versículos del Génesis, el relato trabaja con siete trilogías. La primera de ellas trata sobre el Principio (αρχη), el Cielo (τον ουρανον) y la Tierra (την γῆν).

El Génesis se inicia desde el Comienzo, llamado arché (ἀρχῇ) por los griegos. Es la traducción del 'reschit' hebreo. Luego pasa a la causa eficiente que es Dios. De allí surge el objeto directo que viene a ser la causa final: «el cielo y la tierra», es decir, el cosmos, pues en hebreo no existe un término que así lo señale.

El primer término de la escuela mosaica, entra en consonancia con todo el pensamiento de su época, la cual dará una visión del arché, donde Dios está presente. El hebreo be-reshit (בְּרֵאשִׁ֖ית), “en principio”, se traduce al griego por ἐν ἀρχῇ, la cual es la misma expresión que inicia el Evangelio de San Juan; pues el evangelista, remonta el arché no solo al origen del cosmos, sino a la misma divinidad.

¿Qué viene a ser para la escuela mosaica, el ἀρχῇ o reshit?

Tanto para el Génesis como para los pensadores de su época es una categoría lógica que se sitúa mentalmente al comienzo de la obra creativa, cuando las cosas no tenían aún existencia.

La primera novedad que le sigue al arché es el verbo bará (בָּרָ֣א), como la segunda palabra, verbo en singular correspondiente al castellano “creó”. El génesis es afecto a la semejanza de sonidos y juega con ellos dando una analogía en los significados. Las consonantes ברא se dan en sus dos primeras palabras. Este verbo es empleado en la Biblia teniendo por sujeto a Dios, y significa la producción de algo nuevo, será traducido al griego por el genérico ἐποίησεν, hizo.

Le sigue en la tercera palabra otra novedad: Elohim (אֱלֹהִ֑ים). Es el plural de Dios, lo cual lo toman los sacerdotes hebreos que escriben este relato, como un plural de intensidad semítico.

Por último, hallamos la expresión, τον οὐρανον και την γῆν, “el cielo y la tierra”.

Este es el arché del cosmos revelado: Dios y la creación.

La nada se opone a la existencia.

El primer acto de creación es diferenciar la creación de la nada. La nada es la inexistencia, opuesto a la creación, que es la existencia del ser finito hecho por Dios.

Esta finitud quedará enmarcada por la materia de cada ser.

Para poseer una existencia real y finita, los autores del Génesis parten de una materia primera o de un mundo primordial, semejante a la descripción del “agujero negro” de los ultramodernistas, pero sin caer en él.

De esto surge como consecuencia que el ser finito no es simple, sino que es un compuesto. El ser simple es solo Dios. Cuando avanza el relato, el cosmos inicial, es una materialidad, pero considerada como principio básicamente pasivo.

La visión griega

Los griegos toman del pensamiento de los pueblos vecinos y elaboran su propia teoría. i Ellos, como es el caso de Tales de Mileto, (624-546 AC) acuñaron el término arché como el origen del cosmos. Sin embargo para ellos, este origen se hallaba en los elementos materiales, como el agua o el aire.

Para los pitagóricos (mitad del siglo VI AC), el ἀρχῇ se encontraba en el número. No es que busquen la diferencia entre cantidad y cualidad, sino que lo que prima es la cantidad.

Las cosas son números y por ellos se expresan relaciones y proporciones. El universo es proporción y orden. El número es la razón de los caracteres de cada cosa. De este modo, investigar el número, es investigar la realidad. El número es causa material y causa formal. En otros términos, la cantidad engullía la cualidad. Lo bello y bueno del alma griega, quedaba reducido a un número, de allí que los números no son solo cantidades, sino que también expresan cualidades.

El libro de la Sabiduría, por momentos ingresa en el pitagorismo sobretodo cuando afirma: «Tú ordenas todas las cosas con medida (μετρω), número (αριθμω) y peso (σταθμω)» (Sab. 11, 21). Las tres cosas se reducen a números, o sea que estamos en el αρχη pitagórico.

La Cábala y su error fundamental

Los rabinos hebreos por su parte, no se pudieron escapar de la concepción pitagórica. ¿Pues qué eran los números sino letras? Por lo tanto la razón había que buscarla en lo que significaban las letras hebreas. El alfabeto hebreo comenzó a ser un molde esotérico. Pues si Dios hablaba, no lo hacía en griego, sino en el lenguaje de su pueblo. Por tanto, Dios hablaba o escribía en hebreo. Tal vez aquí se encuentre una explicación, de uno de los tantos motivos por los cuales, lo que no está escrito en hebreo, no pertenece a las Sagradas Escrituras. Puede ser esta una de las tantas causas por las que los hebreos descartaron todos los escritos originales en griego. La lógica de los masoretas es matemática, Dios no habla griego. A partir de aquí, el idioma hebreo, ya no es una forma de comunicación, sino que es un dogma divino de transmisión. A todo esto, dan un paso más osado. Dios piensa en hebreo. Las letras hebreas, no son diseños creados por el hombre, sino que son esencialmente una matriz divina, y para colmo, una matriz de la creación.

Esto da pie al origen de los libros deuterocanónicos. Los iconoclastas protestantes, con graves falencias históricas, no pudieron sustraerse a esta tendencia, y tontamente excluyeron como los judíos, estos libros de su llamadaBiblia”.

Por este camino, los rabinos cayeron estrepitosamente en el pitagorismo hebreo, del cual no pudieron desprenderse, ni aún en nuestros días. ii

Si cada letra tiene una significación oculta, todo se potencia al unirse entre sí formando una palabra. Esto se lleva a la combinación de las letras, y cada palabra adquiere una significación oculta que solo los iniciados pueden leer. Con este paso, los rabinos tomaron el pitagorismo, lo evolucionaron mediante su alfabeto y llegaron a la gnosis mística hebrea, que llaman Cábala.

En el midrash del Génesis Rabbah I, aparece esta mística incrustada en las letras. Por lo tanto se preguntaron los rabinos, ¿por qué el mundo fue creado usando bet como primera letra, si la primera del alfabeto es alef?

A esto había que buscarle una interpretación, por lo cual dijeron que bet es la primera letra de berakah que significa bendición, mienras que alef es la primera letra de 'arirah que es la maldición. De este modo razonan que el mundo debía ser creado con bet. iii

Este curioso afán esotérico por dar significados a las letras llega hasta la forma de su figura. iv

El Zohar hará lo propio, pues toma al reschit como un punto desde donde «más allá de ese punto nada es cognoscible.» Idea que desmentirá la introducción del Evangelio de San Juan, pues si nada es cognoscible, sí puede ser revelado para que lo sea.

Que Dios es como la Luz, lo explican ya los rabinos hablando del “Más Misterioso”, como un resplandor, es decir, un Zohar.

Otro tema, es como traducen el B-reschit. Aquí se abren dos versiones. Para algunos es “en el principio”, pero para otros es “mediante el principio”, pues la preposición bet da para las dos interpretaciones. Los LXX la tradujeron por “en el principio” (ἐν ἀρχῇ), pero el “Gran Misterioso” no habla griego, por lo cual esta traducción queda descartada. Entonces se abre paso el traducir por medio del Principio.

Y continúa la misma en el Zohar: «Por medio de un principio creó a Elohim”.»

De este modo traducen diciendo que el “Gran Misterioso” creó el Elohim, o así Dios creó el Elohim. ¿Y qué es este Elohim? Si dijeran que engendró al Elohim, habrían llegado a la revelación cristiana, pero sucede que Elohim está en plural y para colmo fue creado, por lo tanto, concluirá el Zohar que Elohim no es Dios. v

Pero no satisfechos con esto, dan un paso más esotérico, anclado ya en los albores del inicio de la escritura. Dijimos que los números eran letras, pero las letras son glifos, es decir, son dibujos. Así se originó el primer alfabeto. Si alef es la cabeza de un buey, bet es el diseño rudimentario de una casa. Cuando esto se lleva a la interpretación esotérica de estas tres palabras, «Bereschit bará Elohim», se dirá que Elohim, ya no es la divinidad en un plural mayestático, sino un palacio, pues bet significa casa. vi

Este esoterismo por la mística del alfabeto llega mitigado hasta el Nuevo Testamento. Es el inicio del Apocalipsis que cierra el ciclo de la creación, y por ende dice en su introducción: «Yo soy el alfa (αλφα) y la omega (το ω), dice el Señor, el Dios, el que es (ο ων), el que era...» (Ap. 1,8)

Si hasta ayer Dios solo se expresaba en hebreo, ahora Jesucristo se expresa en griego, pues alfa es la primera letra del alfabeto griego y omega, la última. Estamos ya en los tiempos mesiánicos. El alfa es el ἀρχῇ, la omega es el que es (ο ων), como se definió en el Sinaí. Tanto es así, que nos hallamos ante la zarza ardiente de Moisés, pero ahora expresada por Dios en griego, y tanto el soy (ειμι), el que es (ο ων) y el que era (ο ην), reemplazan al Tetragramma (YHWH) de la divinidad.

El alef (א) es la primera letra hebrea y taw (ת) es la última. En el alfabeto inicial, el cual estaba constituido por glifos, la taw corresponde por su orden a la tau (τ) griega. Esta es la letra que San Francisco de Asís tomó como símbolo de la redención. El significado de dicha taw en los glifos hebreos, era la de una marca, una señal o un pacto. Siguiendo su lógica, se puede decir que la etapa mesiánica del judaísmo, se concluye con taw, puesto que es un nuevo pacto o alianza sellada con sangre, la cual debe serles de señal de lo que sus antepasados hicieron, pues ha quedado a lo largo de las generaciones como una marca de sangre indeleble.

En otras palabras, si lo peor del judaísmo se inició con el alef de la maldición, terminó con la taw de la cruz en la crucifixión de Jesucristo.

Del ἀρχῇ, de los Proverbios al Evangelio de San Juan

Para el libro de los Proverbios el ἀρχῇ es la Sabiduría. Las traducciones, como de costumbre, a veces varían unas de otras. Así traducen algunos esta perícopa:

«El Señor me creó principio de sus caminos para sus obras» (8,22)

Estamos ante una personificación de la Sabiduría, la cual habla de sí misma. Un simple recurso literario. Teológicamente, no puede concebirse que la Sabiduría fuese una creación divina vii, pues las ideas divinas, no son distintas de Él. En cambio el alfabeto, es una construcción hecha por el hombre como un medio para transmitir el lenguaje. El alfabeto no puede concebirse como una esencia divina, cuando se cae en esto, se cae en la idolatría de las letras.

Por su parte, el Génesis Rabá toma la Sabiduría como una personificación. viii

El problema de si Dios crea o no la Sabiduría, se centra sobre la traducción del verbo hebreo Ka’na’ni (קָ֭נָנִי). Los LXX lo traducen por hacer (εκτισεν με), pero la traducción de San Jerónimo, ve en la Sabiduría no una figura literaria, sino una hipóstasis divina, la segunda persona de la Trinidad, por ello la traduce por poseer (Dominus possedit me), de modo que la traducción cristiana sería, «Dios me poseyó desde el principio». Esto ya da pie al inicio del Evangelio de San Juan, donde la Sabiduría pasa a ser el Logos. ix

El ἀρχῇ como el Logos

El ἀρχῇ para San Agustín será el Logos, ya que “en el principio era la Palabra”. De aquí se pasa a distinguir. Una cosa es el tiempo y otra cosa es el ἀρχῇ. Por eso Orígenes, Crisóstomo, Agustín dirán que Dios hizo el cielo y la tierra en el principio, pero no en el principio de los tiempos, sino en Cristo y con esto el ἀρχῇ se identifica con el Logos (λογος), tal como lo expone el Apocalipsis:

«Yo soy el alfa y la omega, [principio y fin], dice el Señor Dios.» (1,8)

De aquí cobra sentido el midrash, que traduce, no “en el principio”, sino “por el principio” Dios creó el cosmos.

Por este motivo tanto Orígenes x como San Pablo xi dirán que la creación fue hecha por el Principio, que es el Logos.

Muchos vieron en esta perícopa inicial del Génesis, la creación de dos mundos. El cielo pasaba a ser el mundo espiritual y la tierra, el mundo sensible o material. Así lo suponía San Basilio. xii

El arché creador

El misterio del αρχη es más profundo, tal como lo relata San Juan en el inicio de su Evangelio. xiii

El αρχη se presenta en primer lugar, como el Principio divino. Dios separado del Verbo o Logos, pero este Logos separado de Dios es Dios. De un lado está la hipóstasis o persona divina del Padre, y del otro la hipóstasis del Logos, formando una única naturaleza divina. Es el Dios Padre que engendró al Dios Hijo que es el Logos, tal como lo afirma el Salmo 109. xiv

El Logos, no es un glifo, no es una letra, no es una lengua, el Logos es una hipóstasis, una persona. Los iconoclastas protestantes, también se vieron arrastrados en cierto modo, a la concepción cabalística, pues la Verdad, si no está escrita con letras, no fue revelada. Planteo algo más sofisticado que el de los cabalistas, pero siempre es una rama del mismo tronco. Dios siempre habla con letras, y estas ahora están en la “Biblia”. Por tanto, así como están planteadas las cosas para ellos, si no existe imprenta, no existe revelación.

En segundo lugar, el Logos realiza todas las cosas finitas (παντα δι αυτου εγενετο). El Logos es el medio del hacer, el intermediario entre el pensamiento del Dios Padre y la realización de la totalidad del cosmos.

The Great Reset”

Los oligarcas mundiales, han buscado, como los antiguos un nuevo gran “arché”, el cual ya no estaría anclado en la Cábala, eso era para los románticos rabinos. Tampoco estaría anclado en la fisis (φυσις) griega. La “Biblia” luterana no tiene nada que hacer en este campo. El Gran Reset (o “reschit”), es ahora la nueva economía. Este “reset” o “reshit” fue presentado en la sede del Foro de Davos en Suiza durante mayo de 2020. Sus presentadores fueron el oligarca príncipe Carlos de Gales, hoy Carlos III, y el director del WEF, el economista alemán Klaus Schwab. Esta propuesta fue alineada con la Agenda 2030, la hoja de ruta de la ONU para el desarrollo económico.

¿Cuál es el arché para esta vetusta generación? La economía. Con este planteo, se retrocede hacia el siglo XIX, el siglo que Carl Schmitt tildaba de económico, o de una transición romántica entre la economía y la técnica. xv

Todo parece indicar, que la ultramodernidad, se ha quedado sin recursos, pues comienza a repetir la viejas recetas. Tan solo cambia las etiquetas, pero el contenido es siempre el mismo.

Mientras tanto, resuena la trompeta del Apocalipsis:

«Yo soy el alfa y la omega, el que es, y que era y que viene.»

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i GUILLERMO FRAILE, O. P. Historia de la Filosofía I. Pág. 119: «Aunque haya que descartar la tesis estricta del origen oriental de la Filosofía, no obstante es indudable que los griegos se aprovecharon de numerosos elementos culturales del Oriente Próximo. De hecho, las primeras manifestaciones de la Filosofía griega brotan en las colonias jónicas del Asia Menor, las cuales estaban en contacto más o menos directo con Fenicia, Egipto y los pueblos mesopotámicos. Exactamente hace observar R. Mondolfo que “el no poder explicar el origen de la Filosofía solamente con ese influjo no significa que pueda explicarse sin él”»

ii «El mundo, dicen los doctores de la Cábala, ha sido formado sobre un plan místico del alfabeto hebreo, y la armonía de las creaturas es semejante a las de las letras de que Dios se ha servido para componer el libro de la vida. Es cierta disposición de las letras lo que hace la belleza y la excelencia del universo; y ya que el mundo ha sido hecho según los dictados del alfabeto, existen necesariamente ciertas cosas adheridas a cada letra, de la cual cada una es el símbolo y emblema. Esto lo descubren fácilmente los iniciados.… Así las letras tienen ordinariamente un admirable poder, no sólo porque ayudan a descubrir las analogías del mundo y ciertas armonías del universo, es decir, de las cosas terrestres y celestes que los ignorantes no sabrían ver, sino sobre todo porque ellas son otros tantos canales por los cuales la acción de Dios opera sobre las inteligencias.» Julio Meinvielle, De la Cábala al Progresismo. Pág. 21.

iii «...Para no dar a los herejes ocasión de argüir: “¿Cómo podrá durar el mundo, si ha sido creado con una expresión de maldición?” Al contrario, el Santo, bendito sea, dijo: «He aquí que Yo lo creo con una expresión de bendición, ¡y ojalá que dure!» Génesis Rabbah I. § 10.

iv «¿Por qué el mundo fue creado con bet? Como la bet está cerrada por los lados y abierta por delante, de igual modo no se te permite indagar lo que hay arriba y lo que hay debajo, lo que está delante y lo que está detrás.» Génesis Rabbah I. § 10.

v «Bereschit bará Elohim. Bereschit representa al misterio primordial; Bará representa la fuente misteriosa de la cual se expandió todo. Elohim representa la fuerza que sostiene todo abajo.» Sefer Ja Zohar. Génesis I. 1 – VI, 8.

vi «Así, por medio de este “comienzo” el Misterioso Desconocido hizo su palacio. Este palacio es llamado Elohim, y esta doctrina se halla contenida en las palabras “por medio de un principio creó a Elohim”.» Sefer Ja Zohar. Génesis I. 1 – VI, 8.

vii En este terreno es bueno leer en San Buenaventura, como se producen las ideas en Dios, si es que con un poco de inteligencia podemos llegar hasta las orillas de su Luz. Por ello se expresa San Buenaventura: «El entendimiento divino es suma luz, verdad plena y acto puro y como la virtud divina, cuando causa, es suficiente para producir por sí sola todas las cosas, así la luz y verdad divina lo es para expresarlas todas; y siendo el expresar un acto intrínseco, es también eterno; y por ser la expresión una especie de asimilación, el entendimiento divino, que expresa en su suma verdad eternamente todas las cosas, tiene en sí eternamente las semejanzas de todas las cuales, lejos de ser diferentes, son esencialmente idénticas a Él.» Etienne Gilson, hace notar de esta concepción: «Éste es precisamente el conocimiento que Dios tiene de todo en las ideas. Puesto que Él se expresa a sí mismo, y su expresión implica la semejanza, es preciso que el entendimiento divino que expresa eternamente todas las cosas en su verdad suprema, posea eternamente en sí las semejanzas ejemplares de todas las cosas sin que estos ejemplares puedan venirle de fuera ni distinguirse de Él. Y estos ejemplares son las ideas, ideas divinas que no son distintas de Él, pero son lo que Él es, y esencialmente. » Por ello dice Gilson: «Toda creatura, ..., es por naturaleza imagen y semejanza del Creador:… Y en otra parte, y más vigorosamente todavía, que el ser imagen o vestigio de Dios, no puede ser algo accidental, sino sólo propiedad substancial de toda creatura: … »La única semejanza substancial del Padre es el Verbo; todo lo demás no podría serlo sin ser Dios.» La Fil. de San Buen. Pág. 208.

viii «En este pasaje de Proverbios quien habla es la Sabiduría personificada. Teniendo en cuenta que la preposición “b” de la palabra inicial de la Biblia (be-Reschit) puede tener los sentidos de «en, con, por», aquí el autor del Midrásh no sigue el sentido literal bíblico «en», sino el instrumental «con», dando a la frase el sentido «con ( = por medio de) el principio ( = la Torah) creó Dios». GnR § 1 (BeReschit).

ix «En el principio (b-reshit/αρχη) era el Verbo (ο λογος); y el Verbo era ante Dios; y Dios era el Verbo. Este era en el principio (reshit/αρχη) ante Dios.» Juan, 1,1-2.

x «La Escritura no está hablando aquí de cualquier comienzo temporal, pero dice que los cielos y la tierra y todas las cosas que se hicieron fueron hechas “en el ἀρχῇ”, es decir, en el Salvador.» Homilías sobre el Génesis 1.1. [FC 71:47.]

xi «Porque en él fueron creadas todas las cosas que están en el cielo y que están en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos o dominios o poderes o autoridades» Col_1: 16.

xii «A este mundo en el pasado fue necesario añadir un nuevo mundo, tanto en la escuela y el lugar de entrenamiento donde se les debe enseñar a las almas de los hombres y un hogar para seres destinados a nacer y el morir.... Lo único que nos quiere decir que, después de que el mundo invisible e intelectual, el mundo visible, el mundo de los sentidos, comenzó a existir.» Hexaemeron 1.5.

xiii «En el principio (αρχη) era el Verbo (λογος); y el Verbo era ante Dios; y Dios era el Verbo. Este era en el principio ante Dios. Todo (παντα), o sea la creación, por medio de él fue hecho (εγενετο) y, sin él no ha sido hecho nada, que ha sido hecho (γεγονεν).»(Jn. 1,1-3)

xiv «Contigo (μετά σοῦ) es el Principio (ἡ ἀρχη)... te engendré (ἐξεγέννησά σε)»

xv Carl Schmitt. El proceso de neutralización de la cultura. «Luego sigue con el siglo XIX un siglo de conciliación— aparentemente híbrida e imposible — , de tendencias estético -románticas y económico -técnicas.» Revista de Occidente. Tomo XXVII.

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