Calesita

jueves, 10 de septiembre de 2020

Un cisma autorreferente


 El tiempo que pasa, logra en algunos casos decantar las cosas y en otros casos acelera los errores. Es una máxima que el tiempo pone las cosas en su lugar. En el caso del cisma actual de la iglesia, es lo que sucede. 

Estamos en un cisma movible, al gusto del pensamiento de Bergoglio, donde lo que no se mueve, no existe. Si el cisma eclesial se mueve, es porque existe. 

Se mueve de adentro hacia afuera, y en este caso es Bergoglio su mejor motor. Es el así llamado movimiento hacia las periferias. 

Como asimismo, se mueve de afuera  hacia adentro, es la llamada “autorreferencia”, la cual para Bergoglio es una mundanidad. 

Luego de casi ocho años del insufrible falso papado de Bergoglio, ya se dan ejemplos de este movimiento cismático y autorreferente. 

Fray Bugnolo escribe en su artículo del 5 de septiembre desde Roma, titulado “At Rome, The dam is Breaking For Pope Benedict XVI!” (En Roma, el dique se Rompe para El Papa Benedicto XVI!):

«Mientras hace 9 meses el clero de la ciudad negaba los sacramentos a cualquier católico que dijera que creía o sostenía que Bergoglio era un antipapa o usurpador, y que Benedicto era el verdadero Papa, FromRome.Info ha recibido múltiples informes la semana pasada, que eso ha cambiado.

»El clero ahora está dando los sacramentos a tales católicos sin ni siquiera una corrección o reproche. Ahora lo consideran una opinión legítima, como mínimo.

»Estos informes son limitados, pero marcan un cambio radical, como decimos en inglés, un cambio fundamental de perspectiva.

»Se debe tomar en cuenta que esto no se refiere a los católicos que ocultan sus opiniones, sino a aquellos que las expresan abiertamente antes de recibir los sacramentos. Esto también marca un cambio importante entre los laicos. El miedo se ha ido y se han convertido en apóstoles de la verdad.»

Como cualquiera puede apreciar, el cisma está en movimiento y un movimiento autorreferencial, opuesto a Bergoglio, ergo, un movimiento mundano. Bergoglio se autotitula “el santo padre”; por tal motivo, nosotros somos los mundanos.

Esta procesión en el clero de Roma, marca un cambio significativo de rumbo, dentro de la grey que se siente realmente católica, ante la cual de nada sirven las imposiciones cuando las mismas no son acompañadas por la razón.

Mientras esto sucede en algunos, otros hacen lo que dice un observador del artículo en su comentario:

«Ahora voy a misa los viernes, es mi nuevo domingo. Las dos últimas misas a las que he estado, cuando dicen las oraciones por el Papa Francisco y nuestro obispo, ahora dicen "Por nuestro Papa y nuestros obispos".»

Dejando de lado su discutible motivo subjetivo o no, de cambiar el viernes por el domingo, vayamos al movimiento del clero. El hecho de obviar el nombre “Francisco”, es no solo significativo, sino cismático. Un cisma silencioso y en movimiento. Un cisma que nace en la herejía de la cabeza y se siente en la base, y desde las profundidades clama en silencio hacia sus siempre inmóviles dirigentes.