Calesita

viernes, 13 de octubre de 2023

Kiss me, kiss me, kiss me...


 por Tony Velázquez Ruiz

Kiss me down by the broken tree house...

Oh, kiss me beneath the milky twilight...

So kiss me.

¿Qué son los elogios sino demostraciones de valor sobre una persona?

Hace unos años, decir que tal sacerdote era un santo varón, un hombre piadoso, un buen confesor, era todo un elogio.

Hoy los elogios cambiaron. La monja Caram dice que Tucho es homosexual. Todo un elogio.

¿Qué te pasó Caram para lanzar tal elogio? ¿Bésametucho no te besó?

Si en mi trabajo me lanzaran este elogio, no sabría donde esconderme, sobre todo cuando un compañero me espetara:

¿Así que sos puto? ¡Y yo que te creía distinto!

O tempora! ¿Son los tiempos que cambiaron? O mores! ¿Son las costumbres que cambiaron? Nada de eso, son hombres y mujeres que se degeneraron en lacras. Pero para ellos, esta lacra sepulcral es una virtud, un elogio, un paradigma.

Mientras tanto, Bésametucho, inició su oficio de “inteletual dotrinario”. ¡Hasta respondió los dubia!

¿Y qué dijo?

Bla, bla, bla, bla...

¿Y no se lo retrucaron?

Por eso respondió, ble, ble, ble, ble...

Es la gran verdad del esperpento. Dialogante, chispeante, cambiante, subjetivante… El Novus Ordo de la feroz Inquisición.

Esta es la verdadera iglesia de Paco I, una Canoa que navega por el Amazonas, entrando en la selva de su Octubre Rosa, con su proceso bien definido y revolucionario. Abrir la puerta para que entre la inmoralidad y al paredón liso y llano para los virtuosos que contestan.

Es que mi “Santo Padre” homosexual lleva la Canoa hacia los cantos de Sirena. Las Sirenas rebozan de alegría triunfante, cantando:

Bésame bajo la rota casa del árbol,

Oh, bésame bajo el crepúsculo lechoso,

Vamos, bésame.