Calesita

miércoles, 30 de enero de 2019

Revolución y Evangelio (III)


Comentaba un pensador :
Si robas gallinas serás un ladrón, si robas un reino serás un rey.
En esto consiste la toma del poder revolucionario, no en asaltar la diligencia tapándose la cara con un pañuelo, sino en asaltar el estado. Tal como hacen en nuestro país ciertos piqueteros, quienes hasta se cubren la cara. Lógico, si están en pleno asalto.
La toma del poder
La tentación de la toma del poder, es tan vieja como el Génesis. Fue lo que realizó la mujer al tomar el fruto prohibido y dárselo al hombre. Lo que se buscaba era el poder total para ser igual a Dios, en alianza con el Dragón, quien deseaba erigirse en dios.
Decía San Pablo:
Todos habéis de estar sometidos a las autoridades superiores, que no hay autoridad sino por Dios, y las que hay, por Dios han sido ordenadas, de suerte que quien resiste a la autoridad resiste a la disposición de Dios, y los que la resisten se atraen sobre sí la condenación.  (Rom. 13, 1 y 2)
Como lo afirma el apóstol la autoridad civil proviene de Dios. Pero dentro de la Revolución Neutral, donde la divinidad fue desplazada por el hombre, transformándose en un mero concepto abstracto, la legitimidad del poder sufre cambios severos en el espíritu de este mundo. 
La toma del poder, consiste en caer en la primera tentación de la humanidad, y abre interrogantes sobre la legitimidad del poder.
Quien sintetizará magistralmente el cambio producido dentro del orden político, será Maquiavelo, quien ya en su primer capítulo del Príncipe, describe los detalles del fruto tomado por la Mujer en el Edén, y enumera las distintas formas para que el hombre se haga del poder:
Todos los Estados, todas las dominaciones que han ejercido y ejercen soberanía sobre los hombres, han sido y son repúblicas o principados. Los principados son, o hereditarios, cuando una misma familia ha reinado en ellos largo tiempo, o nuevos. Los nuevos, o lo son del todo, como lo fue Milán bajo Francisco Sforza, o son como miembros agregados al Estado hereditario del príncipe que los adquiere, como es el reino de Nápoles para el rey de España. Los dominios así adquiridos están acostumbrados a vivir bajo un príncipe o a ser libres; y se adquieren por las armas propias o por las ajenas, por la suerte o por la virtud.
Lo que en esta reseña nos ocupa, es el concepto de revolución, dentro del cual se desarrolla la toma del poder, como asalto al estado, o como decía Maquiavelo, por las armas propias o por las ajenas.
Sin embargo este planteo de Maquiavelo es anterior al Sturm und Drang, al que hoy se deben añadir las distintas insurrecciones, con o sin apoyo de las masas.
Dentro del catolicismo la forma por la cual se da la legitimidad del poder que viene de Dios, presentó distintas teorías, no las expondré aquí porque no deseo abrumar al lector en esta ligera exposición.
Fuera del catolicismo, a mi criterio, todo estaría sintetizado en una máxima que Mussolini le dio a un político conservador argentino, cuando este le pidió un consejo:
Suba como pueda, – le dijo – pero haga buen gobierno.
Suba como pueda, es la toma del poder; pero este poder no es legítimo, por ello debe buscarse legitimarlo de alguna forma, y la legitimidad se obtiene con los resultados positivos de un buen gobierno. En última instancia, quien otorga legitimidad en la era moderna, ajena a Dios, es el resultado del gobierno, de allí el terreno propicio para las distintas revueltas que presenta la política.
La toma del poder papal
Si robas gallinas, eres un ladrón; si robas un reino serás rey; por lo tanto, si robas un papado, serás papa. En el 2013 asistimos no al asalto de la diligencia, sino al asalto del Vaticano.
La forma como se realizó el asalto al poder papal, está escrito en parte en la biografía de Godfried Maria Jules Danneels, cardenal belga, arzobispo metropolitano de Malinas-Bruselas y presidente de la conferencia episcopal de su país natal desde 1979 hasta 2010. Este fue quien según la televisión flamenca, trató de convencer al Rey Balduino para que firmase la ley de aborto.
En esta biografía se exponen los conciliábulos que mantuvo para “ascender” un Papa “progresista” a la sede de san Pedro.
El Papa Sol, San Juan Pablo II, había traído para el belga un período de tinieblas. Por ello, algunos buscaron reunirse, para ayudarse “espiritualmente” en este feroz período, y así conspirar sobre el papado; de esta forma formaron el grupo “San Galo” en Suiza.
El problema consistía en evitar que Ratzinger llegase a Papa.
Luego el problema consistió en ver como se salía del “desastroso” papado de Benedicto XVI.
"Sin dudas la elección de Bergoglio fue preparada en San Galo. Y los contornos de su programa son aquellos sobre los cuales Danneels y sus colegas discutían desde hace más de diez años" 1
El jefe del grupo San Galo, era el Cardenal de Milán Carlo Maria Martini, un buen jesuita de vanguardia, para quien Bergoglio fue siempre su pupilo y candidato al papado. Danneels riendo, definió al grupo como "un club mafia y llevaba el nombre de San Galo".
Desde un comienzo, la Mafia de San Galo se movió como una logia secreta, una iglesia dentro de la Iglesia. Fue el “club revolucionario”, que tomó decisiones secretas, tal como lo acostumbran hacer las logias. Sus miembros parecen estar familiarizados con estas prácticas. No es casual, que al grupo San Galo, Danneels lo haya tildado de “club”.
La logia secreta de San Galo, revolucionaria y conspiradora, fue el “club” para la toma del poder, en este caso el poder papal, se movió con este mecanismo, tal como lo describe Agustín Cochin en su análisis de la Revolución Francesa:
1. El lazo de unión obligatoria entre los adeptos, después entre las sociedades, presionando sobre los vacilantes.
2. El secreto sobre los manejos de orden interior, que aseguran el funcionamiento de cada grupo, después de las federaciones de sociedades.
3. La eliminación de los recalcitrantes o de aquellos que son superados por los acontecimientos. Es lo que en el lenguaje social se llama la clásica depuración.
Unión, secreto, depuración; tales son los medios constantemente puestos en práctica en las sociedades, en las logias, en los clubs. 2
Existen dentro de la Iglesia muchos miembros que sospechan maniobras fraudulentas por las cuales esta logia secreta de San Galo se hizo del papado, entre ellos como observador, me incluyo. Todos sentimos olor a gato encerrado. Es lo que Antonio Socci trató de explicitar en sus últimos libros. El olor del fruto arrancado del árbol prohibido, es nauseabundo.
El Vaticano fue asaltado en el consistorio de 2015, pues esta iglesia era como una diligencia en marcha, dentro de la cual sus viajeros venían dormitando plácidamente, el sueño de los angelitos. Con el asalto se privó a Beneldicto XVI del papado, donde muy pocos constataron que la renuncia llevaba señales de perfecta invalidez. Bergoglio al sentarse en la silla del poder, se sacó el pañuelo que le cubría el rostro y se vio su sonrisa, aquella que nunca mostró en Buenos Aires y despertó a los ocupantes de la diligencia saludándolos, como saludan los sacerdotes al comenzar la Misa vespertina en Buenos Aires:
Hermanos y hermanas, buenas tardes.
Entonces se produjeron los acontecimientos revolucionarios, como afirma Carl Schmitt en la Época de la Neutralidad:
El más audaz siempre impone sus concepciones a su semejante, se erige en su carcelero y le obliga a realizar su propio parecer. 
Es lo que estamos viviendo hoy en esta Revolución Vaticana, un líder al que llaman “papa”, se ha erigido en carcelero de los miembros de la iglesia y por todos los medios, les impone un nuevo paradigma. Ya no se habla de doctrina, ni de teología, esto es lo abstracto y forma parte de un pasado teológico anterior a la Revolución Neutral, forma parte de otra época; ahora lo importante es la acción y dentro de ella la nueva forma que tomará la iglesia, llamada vulgarmente un paradigma. Hemos llegado a la “teología adecuada” de mis viejos apuntes de 1969.
Dentro del catolicismo, es la doctrina tradicional la que da legitimidad al papado, no su simple elección, puesto que este posee como misión fundamental su enseñanza. Si el papa no sigue la doctrina tradicional, pierde su autoridad.
Siguiendo en parte el consejo de Mussolini, Bergoglio subió como pudo; pero su papado fue desastroso.
Hoy quienes todavía dormitan en esta diligencia asaltada por el “club” de San Galo, no despertaron a toda la realidad que los rodea. Me refiero al nuevo paradigma, o a la nueva imposición del “carcelero” Bergoglio, a quien todavía llaman “papa” y los más dormidos lo tildan de “santo padre”.
¿Dónde está la sacralidad en el nuevo paradigma? Si se profana la eucaristía, se debe forzosamente profanar la iglesia, la cual es usada para conciertos, actos públicos o simplemente para algún banquete. El nuevo paradigma, no tiene casas para comer 3, por ello la casa de Dios es un restaurante.
Por último, si el βδέλυγμα 4 ingresa en la Casa de Dios como fruto de la toma del poder papal, es lógico que aparezca la ἐρήμωσις 5, y cada día notemos como lentamente se vacía la plaza San Pedro. Es el triste fruto, no ya del árbol que comió la Mujer, sino de la nueva toma del poder.


1 Jürgen Mettepenningen en Karim Schelkens, Godfried Danneels - Biografie, Polis, 558 blz., 39,50 euro.
2 Antoine de Meaux. Génesis de las Revoluciones. Cap.III.
3 Cfr. 1 Cor. 11,22.
4 Monstruo, idolatría.
5 Desolación.

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