Ha
pasado una semana para el pretendido “obispo de Roma”,
semana plena de sobresaltos. El estrés debe serle ya un condimento
familiar, sobretodo cuando se halla entre la espada y la pared,
estrés sin el cual Bergoglio no concilia el sueño. Morfeo es para
él un héroe en plena acción.
En
la Argentina se hizo famoso Mister Chasman (Ricardo Gamero), un
ventríloco que llevaba sobre su rodilla al muñeco Chirolita,
tanto es así, que el término de chirolita quedó estampado
en el habla porteña como sinónimo de quien repite lo que su jefe le
ordena decir.
Scalfari,
director de la Repubblica, terminó siendo el chirolita
de Bergoglio, tan bien lo manipuló este astuto y deplorable
obispo, que habla cuando Bergoglio quiere y calla cuando Bergoglio
debe hacer silencio.
Chirolita
comenzó anunciando por decreto el fin del infierno, pues el
“chasman” Bergoglio se lo dijo. Pero ya
no caben más heréticas empanadas en el horno caldeado de la
Iglesia, algo que “chasman”, como político novato no se
ha percatado y fuerza la realidad hasta lo indecible.
Las
entrevistas anteriores entre el chasman Bergoglio y chirolita
fueron un éxito, pero en política una táctica que dio
resultado en un momento, puede llevar a la derrota en su reiteración.
Ninguna táctica es eterna. Se debe tener olfato estratégico para
saber cuando emplear una táctica, olfato que distinguió a los
grandes capitanes de la historia, olfato que Bergoglio no tiene, pues
siempre lo envuelve el azufre.
Esta
vez un grupo de cardenales se sublevó y anunció al Vaticano, que el
supuesto “Vicario de Cristo” podía ser depuesto por sustentar herejías manifiestas. Gigantesca corrida en
Santa Marta y maratón del chasman, pues el susto no fue para
menos. Santa Marta podía ser tomada. Tal como lo dijimos en entradas anteriores, nada lo daña más
a Bergoglio que un motín en la Iglesia. Las medidas fueron
drásticas. Se relativizó la entrevista hasta su negación, después
de todo Chasman y Chirolita entretienen a la gente. Pero sucede que
el fin del infierno ya había sido anunciado por el chirolita en otra
entrevista, la cual dormía con olor a naftalina en los documentos
oficiales del Vaticano, y acto seguido se quemaron sus “sabias”
páginas.
Chirolita,
que es ateo, comprende bien la situación delicada del chasman
papal y su periódico, como buen muñeco de masas ateas, después
del aplauso hizo mutis por el foro.
Es
que el infierno, bien vale un papado. Lo importante para el
chasman, es mantener su poder, sin el cual es la nada
existencial. Hoy puede hasta hablar del feroz fuego del infierno y de
su olor pleno de azufre, siempre y cuando no le quiten el papado.
Chasman es un enfermo de poder y como no lee las críticas, no puede
curarse de su demencia aguda.
En
todo este entretenimiento para católicos aburridos, hizo su
aparición en la escena del mundo otro muñeco, una chirolita:
la hermana Pelloni, famosa en la Argentina por su neomodernismo. La
pobre mujer encasilló su escasa inteligencia y responde al chasman
Bergoglio. A ella también le gusta el público y los aplausos.
Sin
embargo las actividades revolucionarias no se deben detener, se
debe romper de algún modo el sitio de Santa Marta.
Ahora
aparece para este lunes una nueva “exhortación papal”.
Adivine, ¿con qué término se inicia? Acertó. “Gaudete et
Exsultate”. No podía llevar otro nombre. El pobre chasman
repite siempre el mismo sketch. ¡Qué aburrida falta de
originalidad! Podía al menos sorprender con otros términos.
Y
para que algunos se entretengan, aparece el sínodo de la juventud,
donde el tufo a manipulación se hace cada día más insoportable.
¿Qué es lo que no se manipula en Santa Marta?
A
todo esto sigue partiéndose la Iglesia. Los obispos alemanes se
han enfrentado severamente, con el tema de una abominación:
la comunión a protestantes. Si esto no vale un cisma, ¿el cisma
dónde está?
Y
volvemos a preguntarnos. ¿A qué esperan cardenales para deponer a
este hereje? ¿Qué otra barbaridad debe decir?
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