Calesita

miércoles, 31 de julio de 2024

Víctor Manuel “Tucho” Fernández y las “Apariciones Marianas”

 

En todo el siglo pasado se dieron un sinnúmero de manifestaciones marianas. Solo un experto puede saber su significado, su certeza y sus fines.

Parece ser que Bergoglio encontró al experto. Se trata de “Tucho” Fernández”, el hombre de Alcira Gigena.

Como vivimos en tiempos de “parresia”, el dúo Bergoglio-Tucho, comenzó a desempolvar la “política” sobre las manifestaciones marianas las cuales dormían plácidamente, dentro del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.

Todo comenzó con detallar la nueva “política” acerca de las “apariciones”, la cual puede leerse desde este documento oficial.

Estas Nuevas Normas reemplazan las que estuvieron en vigencia desde 1978, pues para ellos las mismas son obsoletas:

...las Normas del año 1978 ya no son suficientes y adecuadas para guiar el trabajo tanto de los Obispos como del Dicasterio...

Es indudable, que las Nuevas Normas fueron redactadas por los miembros del Dicasterio encabezados por su Secretario Armando Matteo. En la misma se reflejan las experiencias recibidas desde 1978.

Sobre ellas destaco algunos curiosos cambios. Ya no se afirma taxativamente que el hecho es sobrenatural, sino que se lo etiqueta de “nihil obstat”.

23. A la luz de lo anteriormente expuesto, se reitera que ni el Obispo diocesano, ni las Conferencias Episcopales, ni el Dicasterio, por regla general, declararán que estos fenómenos son de origen sobrenatural, ni siquiera si se concede un Nihil obstat (cfr. n. 11).

Este cambio parece ser motivado por las contradicciones de los mismos obispos, donde unos negaban lo sobrenatural, mientras otros lo afirmaban.

También hay que señalar que llegar a una declaración de “sobrenaturalidad”, por su propia naturaleza, no sólo requiere un tiempo adecuado de análisis, sino que puede dar lugar a la posibilidad de emitir un juicio de “sobrenaturalidad” hoy y otro de “no sobrenaturalidad” años después. Como ha sucedido de hecho.

Por otro lado, el Dicasterio confiesa que durante estos años aprobaba lo sobrenatural, pero pedía expresamente que no se lo mencionara, no vaya a ser que “quedaran pegados” al mismo y tener siempre la ocasión de lavarse las manos en casos de fraude.

Para tratar casos similares, y en particular para redactar un pronunciamiento, la práctica seguida por algunos obispos ha sido la de solicitar previamente al Dicasterio la autorización necesaria. Y cuando se les autorizaba a hacerlo, se pedía a los obispos que no nombraran al Dicasterio en el pronunciamiento.

El líneas generales, el documento no deja de tener un buen olfato de sentido común, si bien existen sucesos que ni se mencionan. Me refiero al “apriete” excesivo por parte de algunos investigadores, donde parece que se cumplen las palabras del Salmo 61:

¿Hasta cuando arremeteréis contra un hombre todos juntos, para derribarlo, como a una pared que cede o a una tapia ruinosa? Sólo piensan en derribarme de mi altura, y se complacen en la mentira.

Con este “apriete” sacaron de circulación una serie de manifestaciones, pues cuantas menos, mejor; o como me decía un exorcista:

No es conveniente tener muchas manifestaciones, porque les quita fieles a los viejos santuarios.

Tampoco existe una crítica a las oscuras prácticas contra videntes, como el caso de Sor Lucía. En una ocasión, una muy consultada página web católica arreciaba una campaña contra una moderna manifestación en Bosnia-Herzegovina. Les escribí diciendo ya que ofrecían tan acerba crítica, por qué no comenzaban por Fátima y se explayaran afirmando si la auténtica Sor Lucía, (no la falsaria), había muerto de muerte natural; o si por el contrario la habían matado los clérigos. Por supuesto, ya vamos para diez años desde esa misiva, y sigo esperando una respuesta, la cual jamás llegará, pues cuando se tiene la conciencia sucia, es mejor callar.

Tal como hemos expuesto en este artículo, el Dicasterio y los Obispos se abstendrán de afirmar la sobrenaturalidad de los “fenónemos”, lo cual por un lado deja vía libre al tan mentado “sensus fidelium”, como asimismo es una prueba irrefutable de la incapacidad manifiesta de esta Roma corrupta, para ordenar las cosas. ¿Entonces no sería mejor cerrar esta oficina del Dicasterio?

Un ejemplo de muestra

El 11 de julio de este año, el Cardenal “Tucho” emite un Comunicado de Prensa sobre las manifestaciones marianas de la ciudad de Amsterdam, llamado en el mismo, el “fenómeno OMNES”, que se puede consultar en este sitio.

Dicho fenómeno OMNES” fue protagonizado por Ida Peerdeman en Amsterdam entre el 25 de marzo de 1945 y el 31 de mayo de 1959, donde la Virgen María se le manifestó por cincuenta y seis veces, recibiendo mensajes, que fueron anotados por su hermana. Mensajes que pueden leerse desde este sitio.

¿Cómo siguió la historia? Lo podemos leer en la Notificación de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe:

El 7 de mayo de 1956 el obispo de la diócesis de Haarlem (Holanda), después de un atento examen del caso relativo a las presuntas apariciones y revelaciones de la «Señora de todos los pueblos», declaraba que «no constaba de la sobrenaturalidad de las apariciones» y, consiguientemente, prohibía la veneración pública de la imagen de la «Señora de todos los pueblos», así como la divulgación de escritos que presentaban las susodichas apariciones y revelaciones como de origen sobrenatural.

El 2 de marzo de 1957 el mismo Ordinario confirmaba la mencionada declaración, y el Santo Oficio, con una carta del 13 de marzo del mismo año, alababa la prudencia y la solicitud pastoral del Excmo. Obispo, aprobando sus disposiciones.

Pero aconteció que el sensus fidelium, era superior a toda la estructura eclesiástica de la época, la cual se sumergió en la década del 60 en el nefasto Vaticano II. Por ello en 1996, cambió la situación.

El 31 de Mayo de 1996, el Obispo Hendrik Bomers, C.M. de Haarlem (la Diócesis que incluye a Amsterdam) y su Auxiliar, el Obispo Joseph Punt, hicieron una distinción entre las apariciones junto a los mensajes recibidos y el título “La Señora de Todos los Pueblos”. Por tal motivo se dio vía libre al juicio personal de los fieles.

El 31 de mayo de 2001, el mismo obispo, José María Punt de Haarlem-Amsterdam las aprueba como de "origen sobrenatural".

De acuerdo con mi interpretación (tal vez errónea), entiendo que este es el “fenómeno” del que se habla en la introducción de las Nuevas Normas, pues no menciona el origen.

Vale la pena recordar un caso de supuestas apariciones de los años 50, en el que el Obispo emitió un juicio final de “no sobrenaturalidad” en 1956. Al año siguiente, el entonces Santo Oficio aprobó las medidas de ese Obispo. A partir de entonces, se volvió a solicitar la aprobación de esa veneración. Pero en 1974, la misma Congregación para la Doctrina de la Fe declaró una constat de non supernaturalitate sobre las mismas supuestas apariciones. Posteriormente, en 1996, el Obispo local reconoció esa devoción, y otro Obispo del mismo lugar, en 2002, reconoció el “origen sobrenatural” de las apariciones, y la devoción se extendió a otros países. Finalmente, a petición de la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe, en 2020, un nuevo obispo reiteró “el juicio negativo” emitido anteriormente por la misma Congregación, imponiendo el cese de cualquier difusión sobre las supuestas apariciones y revelaciones. Así pues, se necesitaron unos setenta tortuosos años para llegar a la conclusión de todo el asunto.

¿Pero qué hacemos con las estampitas vendidas y la difusión hecha, la cual llegó hasta el oriente? Lo aclara el Obispo de Haarlem‐Ámsterdam en 2020:

Con respecto al mero título de «Señora», «Madonna» o «Madre de todos los Pueblos», la Congregación, en general, no se opone a su uso, siempre y cuando se haga claramente de manera separada a algún modo de reconocimiento de las supuestas apariciones. Siempre que se invoque a la Virgen María con este título, los pastores y fieles deben asegurarse de que todas las formas de esta devoción se abstengan de cualquier referencia, incluso implícita, a las supuestas apariciones o revelaciones.

La gran herejía

El Cardenal “Tucho” en su Comunicado de Prensa del 11 de julio, con un hacha en la mano, decapita ipso facto, esta manifestación:

1 En cuanto a la resolución doctrinal: OMNES: “constat de non supernaturalitate”.

2. En cuanto a investigar ulteriormente el fenómeno: OMNES: “negative”.

Ahora bien, ¿cuál es la causa por la cual no existe supernaturalitate en esta manifestación y la misma no goza ni de un mísero hihil obstat? ¿Dónde está el error doctrinario? No lo dice, pero si leemos los mensajes, se ve que arrojan dentro de la Iglesia, un pedido para que se apruebe a Nuestra Señora, como la Corredentora y Mediadora. Esto es lo que el hereje Bergoglio, no está dispuesto aceptar. Este título mariano, es una piedra dentro de su sucio y negro zapato, que lo confina en sillas de rueda. Para su mentalidad herética, tal como la fue explicando a lo largo de estos años, María no es Corredentora, sino discípula; no la hizo Dios libre del pecado original, sino que “se hizo a sí misma santa”; y para colmo, al pie de la cruz de su Hijo, ella se percata que fue engañada por el Ángel en la Anunciación.

Como dice el Cardenal “Tucho”, el experto de Alcira Gigena, en su Comunicado de Prensa del 11 de julio:

Lo dicho se comunica para que el santo Pueblo de Dios y sus Pastores puedan sacar las debidas consecuencias.


lunes, 15 de julio de 2024

Solo para eremitas o ermitaños urbanos


Los que por la Gracia de Dios, hemos roto los vínculos con este mundo sumergido en lo que ha elegido, o sea, el caos, hemos determinado para nuestra vida un nuevo rumbo.

El eremitismo urbano es una salida, no sin tropiezos ni dificultades, para ir hacia el Padre junto a Nuestra Señora por el Camino trazado por Jesús, el Cristo, con la fuerza del Espíritu Santo.

La Iglesia, esa que sigue la tradición de sus apóstoles, dio uno de los mejores frutos con el eremitismo, como paso previo al monacato.

El monacato no nace de la cultura. Los primeros monjes no sabían leer ni escribir, pero llevaban en el alma el espíritu para unirse al Dios Padre.

La contemplación, es un camino peculiar, donde por medio de la oración, se ejercita el ágape o la caridad hacia el prójimo.

El silencio

El mundo vive en el ruido, el eremita en el silencio.

Para el eremita urbano, la ciudad es su desierto.

Para el mundo el silencio es vacío, para el eremita es plenitud infinita, porque es cuando habla Dios.

El mundo moderno vive con un barullo de fondo, ya sea musical u oyendo conversaciones con elementos técnicos. El eremita vive oyendo el silencio de la soledad.

El silencio lleva a la oración y esta se desgrana distribuyéndose en distintos momentos del día:

Siete veces al día te alabo por tus juicios de justicia. Mucha paz tienen los que aman tu ley; no existe para ellos escándalo. (Ps. 118 164-165)

El mundo

Dónde está el desierto está la soledad, donde está la soledad está el silencio, donde está el silencio, se encuentra Dios. 

La soledad es el ámbito del silencio. Estar solo significa estar acompañado de todos los santos que oran junto a nosotros. El eremita busca la soledad y se incomoda cuando la pierde. Mientras la urbe pulula de seres humanos, el eremita encuentra el lugar para aislarse en soledad. No huimos del mundo, sino que lo ponemos en su sitio.

Si el mundo no está acompañado, se deprime; si el eremita no está acompañado, alegre alaba a Dios.

El eremita mas que huir del mundo, busca a Dios.

De este modo, el mundo no nos puede dominar para llevarnos a las Tinieblas.

El demonio

Los antiguos eremitas se probaban en la lucha contra el demonio, de allí que vivían en las tumbas de los paganos, para enfrentarse a ellos y a sus fantasmas nocturnos.

Los modernos eremitas urbanos, vivimos en medio de la masa moderna, plagada de demonios encarnados, cuyos gritos debemos comenzar a distinguir entre la masa urbana.

La concupiscencia

El eremita no castiga su cuerpo, sino que lo ordena. Sabe que nada de este mundo puede llenar el vacío existencial que se experimenta en su espíritu.

Su ideal es la apatía, o sea, una naturaleza sin pasiones. El combate para llegar a la apatía, se basa en la frugalidad y el ayuno. De este modo, el eremita es la contracara de aquellos que buscan satisfacer inútilmente sus pasiones, pues estas siempre le exigirán algo más.

La apatía debe llevarlo al ethos, a la costumbre, mediante la cual el eremita reconstruyó la naturaleza primigenia, antes de caer en la falta de Adán.

Obediencia

Para el eremita, la obediencia se manifiesta, en la aceptación de la voluntad divina, la cual se da de distintos modos. Nada de lo que suceda es casual. En los acontecimientos se muestra la voluntad de Dios Padre. Por lo tanto es indispensable saber aceptar lo que nos sucede.

¿No se venden dos pajaritos por un as? Sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin la voluntad de vuestro Padre. Cuanto a vosotros, aun los cabellos todos de vuestra cabeza están contados. No temáis, pues. ¿No aventajáis vosotros a los pajaritos? (Mat 10,29-31)

Saber distinguir

Tan solo es necesario distinguir el mal del bien, lo material de lo espiritual, la voz del demonio de la voz del ángel, el consejo del buen pastor al consejo del lobo revestido con piel de oveja.

Por sus frutos los conoceréis. ¿Por ventura se cogen racimos de los espinos o higos de los abrojos? Todo árbol bueno da buenos frutos, y todo árbol malo da frutos malos. No puede árbol bueno dar malos frutos, ni árbol malo frutos buenos. El árbol Que no da buenos frutos es cortado y arrojado al fuego. Por los frutos, pues, los conoceréis. (Mat. 7,16-20)

La Sinergia

Todo esto se hará posible por medio de la Gracia Divina, que desciende de los apóstoles y se adhiere como Espíritu en nosotros.

La soberbia nos manda actuar solos, la humildad nos hace pedir la ayuda divina.

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y Yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mí nada podéis hacer.(Jn,15-5)

La kénosis

El eremita se inicia vaciándose a sí mismo, para llenarse de divinidad, la cual se manifiesta con el ágape hacia el prójimo. La apatía prosigue el vaciamiento de la personalidad, hasta llegar a la estabilidad, el ethos.

Ora et labora

El trabajo forma parte de cada profesión y estado. Se trabaja para los demás y se tienen en cuenta las normas evangélicas:

No sea tu mano abierta para recibir
y cerrada para dar. (Eclco., 4,36)
Buscad, pues, primero el reino y su justicia, y todo eso se os dará por añadidura. No os inquietéis, pues, por el mañana; porque el día de mañana ya tendrá sus propias inquietudes; bástale a cada día su afán. (Mat, 6,33-34)
Aunque crezcan vuestras riquezas, no les deis el corazón. (Sal. 61,11)

Para los que misionan:

No llevéis oro, ni plata, ni cobre en vuestro cinto, ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero es acreedor a su sustento. (Mat,10, 9-10)


A continuación, una regla genérica para eremitas urbanos.

lunes, 8 de julio de 2024

Firma en apoyo a Monseñor Viganó

 


Tomado de Religión La Voz Libre

LifeSiteNews ha lanzado una petición para rezar por el Arzobispo Carlo Maria Viganò tras el anuncio del Dicasterio Vaticano para la Doctrina de la Fe declarando que Su Excelencia es culpable de 'cisma' y ha sido automáticamente excomulgado.

La petición apoya al arzobispo Viganò y sus numerosas "valientes declaraciones públicas", al tiempo que señalaba que ha habido un "flagrante doble rasero" del Vaticano hacia él con este decreto injusto en comparación con clérigos verdaderamente disidentes y laicos prominentes de todo el mundo. 
"El anuncio del Dicasterio se produce mientras el sacerdote esloveno caído en desgracia Marko Rupnik sigue en buena relación con el Vaticano", reza la petición. "Rupnik fue expulsado de los jesuitas en 2023 y ha sido ampliamente acusado de abusar sexual y espiritualmente de numerosas personas, tanto monjas como hombres. Según el testimonio de una de sus presuntas víctimas, en la década de 1990 abusó de al menos 21 de los 40 miembros del Centro Aletti al que pertenece, y en el que sigue residiendo asombrosamente en Roma." 
Mientras Rupnik fue automáticamente excomulgado por el Vaticano en 2020 después de que el DDF dictaminara por unanimidad que era culpable de absolver a uno de sus cómplices sexuales, esa pena fue rápidamente revocada, lo que provocó que especulación sobre si el Papa Francisco personalmente intervino sobre el asunto.
La petición también recuerda que sacerdotes y obispos prominentes, así como cardenales y figuras públicas, gozan de amplia libertad para promover enseñanzas heréticas. También observa que el propio Francisco les da su apoyo implícito y explícito para hacerlo.  
El famoso cardenal argentino pro-LGBT Víctor "Tucho" Fernández, por ejemplo, dirige el Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Fernández es el autor intelectual de Fiducia Supplicans, un documento que aprueba las bendiciones para "parejas" homosexuales. También atacó la antigua enseñanza de la Iglesia de que la atracción hacia el mismo sexo es "intrínsecamente desordenada". En 1995, Fernández publicó un libro erótico en el beso titulado Cúrame con tu boca. 
Entre los católicos estadounidenses que todavía están en "buena posición" con el Vaticano se encuentran el presidente de EE.UU. pro-aborto Joe Biden, la ex presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, y el jesuita pro-LGBT P. James Martin. Martin anima repetidamente a las personas que tienen tendencias homosexuales y de confusión de género a llevar a cabo sus impulsos pecaminosos. 
La petición de LifeSite señala además que el cardenal luxemburgués Jean-Claude Hollerich, que es un confidente cercano de Francisco, ha hecho un llamamiento similar a la ordenación de mujeres y hombres casados al sagrado sacerdocio. El cardenal alemán Reinhard Marx, que impulsa la herética "vía sinodal alemana", tampoco ha sido excomulgado. Él celebró una misa para la "Munich Queer Community" en 2022 y ha expresado apoyo a la ordenación sacerdotal de hombres homosexuales. 
Obispo Athanasius Schneider dijo la semana pasada que para que el Papa Francisco excomulgue al arzobispo Viganò sólo "aumentaría las divisiones" en la Iglesia. "Creo que el Papa sería sabio y prudente si no excomulgara al arzobispo Viganò", Su Excelencia comentó. "Creo que hoy la Iglesia tiene tanta división interna que sería imprudente, aunque haya alguna base canónica, juzgar al arzobispo Viganò". 
El arzobispo Viganó expresado su opinión de que ser "excomulgado" de la "Iglesia conciliar" sería un gran "honor", haciendo referencia al hecho de que el arzobispo francés Marcel Lefebvre (1905-1991), fundador de la Sociedad de San Pío X, corrió la misma suerte en 1988. 
La petición de LifeSite da las gracias al Arzobispo Viganò por sus numerosas "valientes declaraciones públicas". También reza por él y para que "la crisis en la Iglesia" llegue a un rápido final. "Tenga la seguridad de que rezamos por usted y por los dirigentes del Vaticano, para que vuelvan a la fe que la Iglesia siempre ha defendido", se lee. 

Para firmar, dirigirse a ...

https://lifepetitions.com/petition/vigano

lunes, 1 de julio de 2024

La traición de los modernos jesuitas

 

En febrero de 1988, Malachi Martin, publica un libro, que obtendrá récord de ventas (best seller), con su título original The Jesuits. En castellano se lo conoce como, Los Jesuitas, La Compañía de Jesús y la traición a la Iglesia Católica.

Luego de su publicación, muchas acusaciones cayeron sobre su cabeza. Supongo, que fue algo normal para desacreditar lo que sus páginas relatan.

Robert Blair Kaiser, ex corresponsal de la revista Time en el Vaticano, un ex jesuita, lo acusó de haber mantenido una relación extramatrimonial con su esposa durante 1964 en Roma. Eran las acusaciones del siglo pasado, hoy sería más creíble acusarlo de pedofilia, tal como se hizo con el Cardenal Pell.

Ricardo de la Cierva, en su libro Oscura Rebelión en la Iglesia, lo acusa de “ultramontano”. Personalmente estoy cansado de adjetivos usados en nuestra era contemporánea. Calificativos que dicen y no dicen, con el fin de arrojar una lata de pintura al oponente. Lo veo como un recurso barato.

En el libro, Malachi narra la trayectoria de la Compañía de Jesús, desde Pío XII, hasta Juan Pablo II. Lo hace con su estilo altamente descriptivo, casi romántico, donde se se le hace imposible una síntesis formal.

Al presentar la Compañía, se basa en un escrito de Novalis (1772-1801), de origen luterano, e integrante del romanticismo alemán:

«Nunca había surgido colectividad parecida en el curso de la historia universal. Ni siquiera el antiguo senado romano había establecido planes para la dominación del mundo con mayor certeza de éxito. Jamás había sido considerada con más amplio entendimiento la realización de una grandiosa idea. En todos los tiempos, esta Compañía será un ejemplo para cualquier colectividad que sienta una apetencia entrañable de extensión infinita y duración eterna.» (Pág. 22)

Fines de la década del 50, Pío XII, alertó a los jesuitas, que dentro de sus filas, algo sucedía:

Se levantó quejosa la voz del Papa Pío XII, lamentándose de los peligros que amenazaban al jesuitismo, de los errores acaecidos en la Compañía, del pecado más grave de cualquier jesuita, el rechazo al voto de obediencia. Pareció una anomalía tan grande en aquella época, que el jesuita común de filas la desechó como una aberración del Pontífice. El inquietante suceso ocurrió en 1957, cuando los ciento ochenta y cinco delegados en la XXX Congregación General fueron convocados a reunirse en setiembre y noviembre. (Pág. 228)

Pío XII era conocido como autoritario y adverso a todo lo recalcitrante. Al parecer, se hallaba muy bien informado del torbellino interno de los recalcitrantes en la Compañía. (Pág. 233)

Por otra parte, esta advertencia cayó mal entre algunos miembros de la Compañía, pues pensaban modernamente:

Pío parecía estar proponiendo un concepto de obediencia, de vida religiosa y de «papismo» que estaban anticuados, … la alocución del Papa parecían inaceptables, indigeribles en el mundo de hoy. El Pontífice y los jesuitas diferían en lo que consideraban debía ser el jesuitismo. (pág. 231-232)

¿Cuándo apareció esta nueva mentalidad?

Esa transformación debía haber estado fraguándose durante largo tiempo. Más de un siglo antes de los años sesenta, una corriente nueva y revolucionaria había entrado en las arterias del cuerpo católico romano, afectando, en particular a la intelectualidad de la Compañía de Jesús. Esa corriente estaba caracterizada por un deseo de tener libertad sin control; libertad de experimentar, de adaptarse a la modernidad, de salir de la exclusividad católica y unirse a la gran masa de hombres y mujeres. En una palabra: Liberación. (Pág. 245)

Esta nueva mentalidad, es lo que se llamará como la corriente modernista, condenada por San Pío X. Este modernismo se infiltró dentro de la Iglesia y en especial dentro de los jesuitas.

De todos modos, aunque estuviese en la clandestinidad, el modernismo hizo sus infiltraciones en la Iglesia. (Pág. 256)

Estas infiltraciones permanecieron ocultas.

El modernismo nunca fue enseñado abiertamente durante aquel período intermedio, los primeros cincuenta años del siglo XX. (Pág. 257)

Sin embargo, algunos jesuitas estuvieron penetrados de esta corriente.

Un grupo de jóvenes jesuitas franceses que se llamaban a si mismos La Pensée (pensamiento) floreció en los años veinte. (Pág. 258)

Quien defendía este grupo, fue precisamente Chardin, quien dará una vuelta de campana en la concepción católica, al aceptar la teoría darwiniana, como un hecho cierto.

Pierre Teilhard de Chardin, el cual estaba arrebatado por lo que los científicos pretendían establecer como prehistoria, aquel período larguísimo en el cual nuestro cosmos presente se hallaba en gestación geofísica. Para él, la hipótesis de la evolución propuesta por Darwin era un hecho probado, y procedió a adaptar el catolicismo a este «hecho». (Pág. 260)

Sin embargo, Chardin no fue el único. Fue precedido por George Tyrrell y la Teología de la Liberación, le sucedió en saga.

Hablando propiamente, la Teología de la Liberación fue una creación jesuítica y ha dominado las decisiones prácticas de la Compañía en el curso de las tres últimas Congregaciones Generales. (Pág. 260 y 261)

Jacques Maritain (1882-1973), fue uno de los pensadores católicos, pero estuvo influenciado por la época. Su teoría influyó sobre la jerarquía eclesiástica.

Maritain adoptó una especie de teología de la Historia, como podría llamársele, construida sobre la filosofía marxista: …

Aunque, muchos años después, Maritain se retractó del desafío del Humanismo integral, en su tiempo fue asumido con gran rapidez e imitado abiertamente incluso dentro de la jerarquía de la Iglesia. Nada menos que una figura como el arzobispo Giovanni Battista Montini, el futuro Papa Pablo VI, que tenia que llegar a tanta pesadumbre en sus enfrentamientos con los jesuitas, escribió graciosamente el prefacio para la edición italiana del Humanismo integral. Montini siguió siendo un admirador ardiente de Maritain durante toda su vida, hecho que un día tendría consecuencias mucho más allá de la Compañía de Jesús. (Pág. 295)

Con la llegada del Vaticano II, la brecha se hizo mayor. En el libro se describen los cambios aportados por dicho Concilio, como tormentas huracanadas, donde el viento se lleva todo lo que encuentra a su paso. Todo este vendaval, procedía del Espíritu que soplaba en la Iglesia.

Lo que parecía un desastre, representaba, en realidad, una vasta renovación pentecostal en camino.(Pág. 240)

¿Qué consecuencias acarreó este huracán?

Una consecuencia inmediata fue la demanda insistente de democratización para remplazar la autoridad central y (Pág. 240)

El arrupismo

Decía un dicho que la Compañía de Jesús la había fundado un vasco, y que solo un vasco era capaz de destruirla. El vasco apareció, fue Pedro Arrupe, y con este vasco surgió lo que Malachi Martin llama “el arrupismo”.

El error básico del arrupismo consiste en que dirigió las poderosas energías de la Compañía de Ignacio para lograr el ideal del hombre nuevo hacia un marco terrestre, dejando pendiente para una etapa posterior el ideal sobrenatural una vez estuviese establecido en condiciones ideales al «aquí y ahora». Todas las demás faltas de Arrupe, su desdén por las advertencias papales, su desobediencia a los deseos de tres Pontífices, su aprobación de los excesos de sus jesuitas violando las leyes de Dios y las reglas tradicionales de conducta religiosa, procedían de este solo error. El proceso histórico de su búsqueda de este ideal erróneo es lo que ha sido llamado «apocalipsis de Arrupe». (Pág. 463)

Arrupe fue quien impuso como Provincial de los jesuitas argentinos, a Bergoglio, quien solo tenía 37 años, y estaba bien empapado en la Teología de la Liberación de origen jesuita. El vasco le encomendó imponer el arrupismo.

El final de Arrupe

Conocedor de las desviaciones del vasco, Juan Pablo II decide apartarlo del cargo.

La estrategia papal de Juan Pablo de reafirmar las prerrogativas del Papado y establecer una alternativa al capitalismo y al marxismo no tenía ninguna posibilidad de triunfar mientras el poder y la influencia de la Compañía estuviesen dirigidos por el arrupismo. Esto estaba muy claro. Cuando, el día 5 de octubre de 1981, Juan Pablo, de forma directa y autoritaria, intervino en los asuntos supremos de la Compañía apartando del timón a los dos hombres a quienes tenía por principales responsables de lo que él consideraba el desastre de la Orden, y los sustituyó por dos figuras de su propia elección, Paolo Dezza y Giuseppe Pittau, el Papa dio el banderazo al comienzo de catorce meses críticos. (Pág. 465)

***

Malachi Martin fallece en 1999. Se rumorea que leyó el famoso tercer secreto de Fátima, secreto que todo católico adherido a una manifestación mariana conoce, pues no se dijo solo en Fátima, sino también en otros sitios. De modo, que si bien fue testigo de la traición hecha a la Iglesia por parte de la Compañía, no imaginó que esta se pusiera al frente para dar el golpe al papado, al cual debían obediencia.

La enfermiza personalidad de Bergoglio, enloqueció la compañía en Argentina, y fue apartado del cargo en 1979. Antonio Quarracino, quien era cardenal primado de Argentina, propuso a este astuto enfermo mental como obispo auxiliar de Buenos Aires en1992.

Mientras tanto, otro jesuita, Carlo Martini, reunió un grupo de cardenales y se puso al hombro la famosa “Mafia de San Galo” para impedir que Joseph Ratzinger ascienda al papado.

Martini, había sido uno de los siete conferencistas que intentaron implantar en 1975 la visión arrupiana dentro de la Iglesia.

El plan trazado por los Superiores jesuitas consistía en que dieran en Roma una serie de conferencias algunas voces de mucho peso. Los temas que tenían que tratarse entre los puntos cardinales de los Decretos de la XXXII Congregación General, los llamados temas de prioridad: el sistema de grados, la identidad jesuítica en el día de hoy, la pobreza, la vida de comunidad, la inculturación, la formación de los jesuitas, y la promoción de la justicia. En consecuencia, fueron planificadas siete conferencias públicas para finales de mayo de 1975, apenas tres meses después de la sesión final de la treinta y dos. (Pág. 448)

Los jesuitas tenían el deseo no solamente de asegurarse de que las otras órdenes y congregaciones religiosas conocían su punto de vista, manteniendo así el orgullo jesuítico de destacar entre todos … (Pág. 448)

Sin embargo Malachi Martin, no siempre supo ver bien la realidad, dado lo que afirma en dicho libro.

Carlo G. Martini, de Italia, era rector del poderoso Instituto Bíblico Pontificio de Roma, disfrutaba de un justo prestigio por su ortodoxia y estaba designado como futuro cardenal. (Pág. 449)

Tal como otro dicho afirma, es imposible saber qué piensa un jesuita, pues tanto Bergoglio, como Martini, engañaron media iglesia.

Durante el cónclave de 2005 el jesuita Bergoglio era el candidato al papado de su jefe, el jesuita Martini, y de toda la Mafia de San Galo.

Martini fallece en 2012, pero con su muerte no se disipa la estructura martiniana para dar el Golpe a la Iglesia y colocar, ahora sí, un jesuita arrupiano y liberador en el papado.

De este modo el ciclo de la traición de los jesuitas quedó completo. De la obediencia pasaron a la desobediencia papal. De la desobediencia a la conspiración para implantar el arrupismo en el Vaticano. De la conspiración al golpe de 2013.

Hoy los jesuitas son los sostenedores de este implacable enfermo mental, autotitulado Francisco. Como Compañía no muestran señales de arrepentimiento ni de ortodoxia. Toparse con los jesuitas, es como entrar en la caja de Pandora, y esto sin perjuicio, de los pocos jesuitas, que aún siguen los ideales ignacianos.

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Para las citas del libro, sigo a Plaza & Janes Editores, S. A