El modernismo es un movimiento religioso que abarca todo el ámbito occidental del cristianismo. Es un aceite que impregna todo lo que toca. No se salvaron del modernismo, ni los católicos ni los protestantes.
Para las sectas que abrazan la reforma del siglo XVI, la cosa es simple. Forman una nueva secta, y se distancian del resto; para los católicos la cosa se complica, pues no pueden distanciarse de su autoridad.
Este aceite modernista se filtra en la Iglesia católica y produce dos etapas, la del modernismo propiamente dicho, censurado drásticamente por San Pío X, y la etapa del neomodernismo surgido al calor del Vaticano II.
Ante este fenómeno del modernismo en todas sus formas, la primera pregunta que un observador debe hacerse, es la siguiente, ¿es el modernismo una idea o es en realidad una actitud?
Si la herejía modernista fuese tan solo una idea, tal como lo fue el arrianismo, se la debería ver formulada. Sin embargo esto no es así. No existe una formulación modernista ni neomoderna.
Analicemos algunas actitudes que manifiestan los modernistas:
1. La primera es vivir oculto:
...hoy no es menester ya ir a buscar los fabricantes de errores entre los enemigos declarados: se ocultan, y ello es objeto de grandísimo dolor y angustia, en el seno y gremio mismo de la Iglesia, siendo enemigos tanto más perjudiciales cuanto lo son menos declarados. (Pascendi, 1)
Podemos hallar modernistas y neomodernos en un noviciado, en parroquias, dentro del episcopado, y hoy por un plan diabólico, en el mismo papado. Ya Ratzinger en sus primera época fue un neomoderno declarado, de donde trató de desprenderse, hablando de sus pecados de juventud. Este neomoderno convertido produjo un hecho relevante e inaudito: creó el papado emérito, contra la tradición, contra la lógica sensata, y contra el derecho canónico.
Mucho más modernista es el jesuita que dice reemplazarlo, su modernismo es inconfesable y llega al panteísmo moderno.
2. Ignoran la filosofía y teología, a la que reemplazan por la ciencias positivas.
...faltos en absoluto de conocimientos serios en filosofía y teología, e impregnados, por lo contrario, hasta la médula de los huesos, con venenosos errores bebidos en los escritos de los adversarios del catolicismo,... (Pascendi, 1)
Hoy todo se ha reemplazado por las ciencias positivas, pero por sobre todo, el ejercicio efectivo del poder. Sin el poder, no son nada, pues viven huecos de todo. El poliedro universal que se pretende construir, nada tiene por dentro, sino un esquema hueco que solo abrazarán los afiliados a la masonería.
3. Son los que reinventan la Iglesia, al estilo Martini, Kasper y una pléyade de jesuitas:
...se presentan, con desprecio de toda modestia, como restauradores de la Iglesia... (Pascendi, 1)
4. Son desacralizadores:
...asaltan con audacia todo cuanto hay de más sagrado en la obra de Jesucristo... (Pascendi, 1)
Es el resultado nefasto de la New Theology, donde el epicentro es el hombre mismo. De allí que es una teología antropocéntrica. Como dicen los orientales, no existe theántrica en esta iglesia manchada de modernidad.
5. Son arrianos: esta es la causa fundamental de la falta de theántrica y en general de toda desacralización.
...sin respetar ni aun la propia persona del divino Redentor, que con sacrílega temeridad rebajan a la categoría de puro y simple hombre. (Pascendi, 1)
6. Son conspiradores, al estilo de la Mafia de San Galo:
...ellos traman la ruina de la Iglesia, no desde fuera, sino desde dentro:... (Pascendi, 2)
7. Viven en la misma jerarquía eclesiástica y hoy desde un falso papado:
...el peligro está casi en las entrañas mismas de la Iglesia y en sus mismas venas... (Pascendi, 2)
8. Es un ataque a la raíz de la misma fe:
...no hay parte alguna de la fe católica donde no pongan su mano, ninguna que no se esfuercen por corromper... (Pascendi, 2)
9. Muestran orgullosos sus títulos y hacen alarde de misericordia, junto a una caridad plagada de mera solidaridad:
Juntan a esto, y es lo más a propósito para engañar, una vida llena de actividad, constancia y ardor singulares hacia todo género de estudios, aspirando a granjearse la estimación pública por sus costumbres, con frecuencia intachables. (Pascendi, 2)
Hoy las costumbres intachables les juega una mala pasada: la homosexualidad tan extendida en el clero, junto a la pedofilia, muestra el verdadero fruto, que este árbol es capaz de dar.
10. Son díscolos:
...desprecian toda autoridad y no soportan corrección alguna... (Pascendi, 2)
A esto se suma hoy, que son la autoridad, por lo tanto imponen sus errores con todo su peso, de allí las tontas correcciones y los dubia que se les quiso mostrar. Se ríen de nosotros, pues o somos pelagianos, o somos rígidos, o somos gnósticos. Ellos son los superhombres soñadores de una iglesia en salida, ingresando en el poliedro masónico.
11. Viven en la trinchera del orgullo, el padre de todos los vicios:
...atrincherándose en una conciencia mentirosa, nada omiten para que se atribuya a celo sincero de la verdad lo que sólo es obra de la tenacidad y del orgullo. (Pascendi, 2)
***
Como es fácil observar, el modernismo o el neomodernismo de nuestros días es fundamentalmente una actitud, la cual no deja de emitir ideas, como la de una tierra mal tratada, o la de la fe que no se ata a ideas abstractas, o la de una santidad a lo santurrón, o la del Fratelli Tutti, que es un tutti frutti.
Mi primera lección de neomodernismo la tuve a los 17 años, cuando un catedrádico de catequesis dijo aproximadamente estas palabras:
–El mundo ha crecido con la ciencia y la técnica, ¿no le estaremos hablando con lenguaje de niños?
Esta es la actitud neomoderna, la de una iglesia en salida, en salida para navegar en un retorno a la nada.
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