Calesita

martes, 26 de marzo de 2019

Tres tácticas para apurar la noche

Bergoglio ha iniciado su séptimo año de un pontificado, que jamás ni el mismo hubiese imaginado en su contradictoria vida. Ya nadie ignora el descalabro al que ha sumido la Iglesia, a él mal confiada. A tal descalabro, se lo llama suavemente como crisis.
Séptimo año de un falso papado carente de todo tipo de autoridad, al que se escucha, solo para ver que nueva ingeniosidad es capaz de aducir para ocultar la verdad de los hechos; que nuevo razonamiento retorcido es capaz de proferir para desarmar la Verdad; que nuevo pecado es capaz de justificar en su insana mente; que nuevo argumento esgrime para manotear los capitales que apetece; que nuevo desorden administrativo sale a rodar por las redes del mundo; que astucia esgrimirán sus fanáticos seguidores para mostrarnos lo hermoso de la decadencia emprendida.
Inmiscuido en las capas más ocultas del vicio al que no se detesta, un cómplice cardenalato es copartícipe ineludible de esta decadencia manifiesta, en la que el mundo ha puesto su impaciente esperanza, para contemplar la pronta destrucción de la iglesia.
El estudio de este falso papado, cada día nos revela nuevas tácticas puestas en práctica. Hoy mostramos tres:
1. La Escritura como pretexto
Esta táctica consiste en poner la Sagrada Escritura como fundamento del error. Es lo que hace el demonio con Jesucristo en el desierto después de ayunar durante cuarenta días. Cada tentación se justifica con una cita.
Hoy, el gran profeta de la decadencia, sale a proclamar que no se juzgue.
Por supuesto, el único juicio que interesa es el suyo, no el de los otros, ni el de su corrupta corte de pederastas, ni el de los obsecuentes jesuitas que tienen siempre vía libre para enjuiciar e insultar a quien les place.
Dice el evangelista San Lucas (6,37):
Y no juzguéis (κρινετε), y no se os juzgará. Y no condenéis (καταδικαζετε), y no se os condenará. Perdonad, y se os perdonará.
El verbo empleado en el texto griego para juzgar es κρινω, el cual posee varios significados, como separar, acusar, juzgar o condenar. Por su parte en condenar usa el verbo καταδικάζω que significa declarar a uno culpable. Por lo que debe verse el significado de juzgar dentro del contexto y no fuera del mismo. Por ello San Gregorio Niceno al comentar el pasaje dice:
No pronunciéis vuestra sentencia sobre vuestro siervo con acritud, para que no sufráis un castigo semejante; el juicio provoca una condenación más rigurosa. De donde prosigue: "No condenéis y no seréis condenados". No prohíbe, por tanto, el juicio en el perdón. (Catena aurea)
Cuando el texto habla de no juzgar, no significa que cerremos los ojos y nos tapemos los oídos. Es que Bergoglio está acorralado y no sabe como salir del encierro en el que él mismo estúpidamente entró; por cuyo motivo, pide a gritos que no se lo juzgue, mientras él y su corte emiten sus degradantes juicios.
Cuando una cita sale como pretexto, se debe emplear otra cita para rebatirla; es lo que hizo Jesucristo en la tentaciones del desierto. Por este motivo, afirma San Pablo en su Primera Carta a los Corintios (5,12 y 13) :
¿Qué tengo yo que juzgar a los de afuera? ¿No es a los de adentro a quienes debéis juzgar? A los que son de afuera los juzgará Dios.
Como vemos, no se trata de abstenerse de pensar, ni de emitir una opinión; se trata de no condenar.
2. La paradoja de los opuestos
Consiste en usar los dos opuestos al mismo tiempo. Veamos los hechos.
Barbarin anuncia que renuncia a la diócesis de Lyon por ser condenado por un tribunal francés por encubrir delitos de pedofilia, Bergoglio no se la acepta; pero, oh paradoja, Barbarin debe irse.
El pederasta McCarrick es reducido al estado laical, pero oh paradoja, sus “amiguitos” ascienden a los más altos cargos vaticanos, como el de Camarlengo.
El Cardenal Pell parece ser inocente, por tal motivo debe sufrir seis meses de cárcel. Para que no te encierren, oh paradoja, hay que ser culpable de algo. El ejemplo más claro es Zanchetta.
A esta táctica otros lo han llamado el imperio de la tolerancia cero.
En Argentina se proclamó enfáticamente que se debe dar un corte radical a situaciones de abusos,...
...“a no encubrir ni de lejos una denuncia que amerite una investigación para proteger a los menores y a los adultos vulnerables”. (Ojea dixit)
Pero oh paradoja, quien lo dice es obispo de la diócesis donde mayores encubrimientos se dieron.
3. El gaslighting
Los amiguitos de Coccopalmerio protagonizaron hace meses un escandalete homosexual con estupefacientes incluidos, de lo cual hablamos en esta entrada --->.
En dicha fiesta negra, se filtró la noticia que el “Cocco”, también estaba presente. El escándalo fue policial, debiendo intervenir la gendarmería. Pero según los labios del Cocco todo fue mentira. Vaya, qué pésima gendarmería tienen en el Vaticano, que tales mentiras propala... Es que lo que se ve, se ve, pero no es. Y lo que se oye, se escucha, pero tampoco es; ¿no sé si me explico?
Los psicólogos llaman a esta táctica el gaslighting. El nombre surge de una película del año 44, Gaslight que se la tradujo como La luz que agoniza, donde la mujer ve que las luces de las lámparas de gas disminuyen por la noche y oye ruidos en el altillo. Es su marido, que busca allí un tesoro oculto, quien enciende las luces de gas, de modo que por contrapartida, disminuyen la luces de las lámparas en la casa de la esposa. La respuesta de su esposo, es que se está volviendo loca, imaginando lo que no es.
Esta es una táctica destinada a desestabilizar el sentido común del oponente.
Del mismo modo, el “Cocco” arroja gaslighting para la "gilada", no podemos olvidar que su secretario debió ser internado para quitarle los efectos de los estupefacientes. Pero hoy Capozzi, su secretario pederasta, es párroco en Italia. Es la táctica de los opuestos, y del gaslighting mezcladas. Cappozzi no es lo que se dice que es, además ya hizo un sinnúmero de penitencias...
Si en la primera táctica se nos prohibía pensar, en la tercera táctica te dicen que lo que ves o que escuchas no es. De esta forma se anula la persona por completo, no ve, no oye y no piensa; el esclavo e imbécil perfecto.
Estamos al inicio de un séptimo año de un falso papado, acorralado, descreído, inmoral y falso, donde se dice una cosa para hacer otra. El pobre hombre, es cada día más impopular, y esto lo dice la soledad en que las masas lo han confinado para su desolación.
Las ovejas reconocen la voz del pastor, pero ¿de quién es esta voz?
Lo que se ve, se ve; así como lo que es oído, se escucha. Juzgar no es cerrar los ojos ni taparnos los oídos, como tampoco emitir opiniones. Como asimismo, no ver lo que vemos y no oír lo que escuchamos es el gaslighting de Bergoglio, al cual no lo mandamos al infierno, lo único que queremos es que sus pretextos, su gaslighting y sus paradojas, se las meta en el bolsillo; puesto que ningún católico es esclavo de los caprichos de un hombre.



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