Calesita

viernes, 14 de junio de 2024

¿La Iglesia se excomulgó a sí misma?

 

Enrico Maria Radaelli 1 termina de publicar un breve ensayo sobre la dimisión de Benedicto XVI, analizando la actitud cobarde de la jerarquía eclesiástica. Lo que el llama “iglesia”, no es otra cosa que la jerarquía que intenta dirigirla, o en lenguaje evangélico, los administradores de la misma. De allí su título:

¿La Iglesia se ha autoexcomulgado? Casi, y también se ha (casi) autocismatisado. Pero con la ayuda de Dios, una vez más, la salvaremos. 2

El “casi” indica la distinción entre la conducción de la iglesia y la Iglesia mística. Es indudable, que la baja capacidad de los jerarcas católicos, ya sea por incapacidad intelectual, como por vivir en profundos vicios (de los cuales es mejor no hablar), viven en su noche más oscura. Ni los recuerdos de la era de San Atanasio pueden semejarse a este tristísimo momento.

Como advierte san Pablo: “Si aun nosotros mismos o un ángel del cielo os anunciamos un evangelio distinto del que os hemos predicado, ¡sea anatema!”. (Gálatas 1.8). Por lo tanto, están todos los jerarcas eclesiásticos en anatema, ya que el evangelio tucho-bergogliano no responde al evangelio cristiano. Para Radaelli, la Iglesia, Cuerpo místico de Cristo, nunca ha estado tan dividida en sí misma, tan desfigurada.

El autor siempre fue crítico de la dimisión de Benedicto XVI, la cual ve en clara contradicción con el dictado evangélico. Por consiguiente, la renuncia es totalmente inválida y como leemos en el blog de Aldo Maria Valli:

«...el Papa Ratzinger pretendía dividir a Pedro, la roca, en dos: un Pedro que reina y un Pedro que ora. Pero las palabras de Jesús (“Tú eres Pedro y estás sobre esta roca…”) no permiten tal cosa. La función papal no se puede "desempaquetar". No se puede tener un Pedro 1 y un Pedro 2. En consecuencia, el papado emérito es una aberración emérita, pero, lo que es más importante, la renuncia del Papa Ratzinger debe considerarse inválida, nula, nunca existió porque es imposible. Y si la renuncia fue inválida, también lo será la elección del sucesor.»3

Para Radaelli «al menos tres cardenales reconocen que la dimisión de Benedicto XVI del 11 de febrero de 2013 fue inválida y que todos los actos del Magisterio posteriores a esa fecha son, por tanto, nulos y sin efecto. Los mismos cardenales reconocen que el cónclave del 13 de marzo de 2013 también fue inválido.»4

La conclusión cae de maduro. Llamar a un cónclave para elegir al Sucesor legítimo. Algo que seguramente los cardenales no harán, pues están todos esperando la muerte de Bergoglio, mientras tanto, este “Santo Padre Homosexual”, no deja de destruir todo a su paso.

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1 Enrico Maria Radaelli es docente de Filosofía de estética, y director del Department of Æsthetic Phylosophy of International Science and Commonsense Association (Rome), ha colaborado por tres años a la cátedra de Filosofia della Conoscenza de Antonio Livi (sesión Conoscenza estetica) de la Pontificia Universidad Lateranense. Es el único curador de la Opera omnia de Romano Amerio.

2 Enrico Maria Radaelli, La Chiesa si è auto-scomunicata? , 56 páginas, 15 euros. El libro deberá solicitarse escribiendo al correo electrónico aureadomus.emr@gmail.com

4 Ibídem.



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