Calesita

viernes, 11 de febrero de 2022

Truenos de Cónclave. ¿Se viene el fin del papado?

En Roma ya se vive clima de cónclave, más allá de todo el daño que el antipapa Francisco estaría dispuesto a seguir realizando.

La situación del fin exhausto de este supuesto papado, ya intrascendente, da pie a todo tipo de rumores para un nuevo cónclave. Estos podrían concentrarse en dos.

Están los ingenuos que creyeron a pie juntillas que Benedicto XVI renunció al papado realmente. Este sector piensa en un nuevo papa, y calcula que de este modo, la pesadilla de soportar al porteño Bergoglio, el gran “canchero”, habría finalizado, y estarían prontos a cantar un “Te Deum” solemne en acción de gracias por su muerte.

Este sector de católicos, piensa en un nuevo cónclave, el cual elegiría un nuevo papa y la página negra de esta historia de la Iglesia habría pasado definitivamente. Este no deja de ser un razonamiento lógico, pero no toma en cuenta ciertas circunstancias, las cuales pueden hacer variar todo el panorama.

Existe un sector de la iglesia, bastante numeroso, si bien no se le quiere dar crédito, y al que se busca desmerecer todas sus opiniones, que como lo hacemos nosotros, está altamente seguro, que Benedicto no renunció al papado, sino a su ejercicio activo, delegándolo al antipapa Francisco. Esta renuncia es anticanónica, pero parece que las leyes están para cumplirse en cualquier sitio, excepto en la iglesia.

De acuerdo al criterio de este sector de católicos, todos los cardenales nombrados por el antipapa Bergoglio, están viciados de nulidad, y todo cónclave quedaría ipso facto invalidado. Por lo tanto, viva o muera Benedicto XVI durante este evento, no se tendría sino otro antipapa, quien podría tomar el nombre de Francisco II o Juan XXIV, tal como lo sugirió el “canchero” Bergoglio al abortista presidente argentino.

No se debe olvidar, que los homosexuales han ingresado en la estructura eclesial, a un nivel realmente insospechado, a tal punto que los jesuitas parecen los adalides de esta lacra de prelados. ¿Qué puede esperarse de bueno con estos sodomitas aptos para ser quemados como la paja al fuego? ¡Cuánta razón tenía Juan Pablo II al querer cerrar esta sociedad religiosa! Hoy existen quienes opinan, que nada es peor que un jesuita, tanta es la fama que se adosaron.

Todo este panorama no está completo, si no se observan los movimientos del episcopado alemán. Ya no se reconoce en ellos al católico. Este sector de la iglesia, goza de mucho peso, no por lo que piensa, sino por el dinero que mueve. Hoy como en los tiempos de Lutero, el gran escándalo se da por la forma que tienen de recaudar. Este dinero hace que muchos cardenales subsidiarios, se acoplen a su planteo, el cual consistiría en dejar definitivamente de nombrar un papa, para pasar el poder a un “comité de cardenales”. Así se lo puede leer en el blog de Sandro Magister, quien suele estar bien informado y con fuentes seguras:

«...el obispo de Limburgo y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, monseñor Georg Bätzing, reiteró en una reciente entrevista: "Queremos que el poder en la Iglesia se comparta, que se controle, que ya no quede en manos de una sola persona, sino que sea compartido por muchos.» 

¿Fantasías? Nada más real. Basta que en el cónclave, un grupo de cardenales numeroso, aunque no mayoritario, se negase a votar por un papa, para que ni siquiera se llegase a tener un antipapa.

A mi entender, les diría a los ingenuos, que el papado sufrió dos fuertes golpes. El primero fue herido con el dictado insólito y fuera de toda lógica, de un “papa emérito”, al que aceptaron como rayo “llovido del cielo”; y el segundo golpe será mortal, pues consistirá en el cierre del papado, tal como los católicos lo conciben.

A más de uno podrá sorprender esta idea, pero yo les diría que se vayan acostumbrando, porque es lo que se viene.

Tony Velázquez Ruiz


 

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